Sin embargo se defiende la complejidad de trasladar el videojuego a la gran pantalla.
Scott Miller, uno de los productores de los dos videojuegos de Max Payne, ha comentado esta mañana haberse sentido “desconcertado” con la adaptación cinematográfica protagonizada por Mark Whalberg.
“Hay abundantes deficiencias con el guión”, declaraba un decepcionado Miller. “Durante la proyección de la película estaba constantemente agitando la cabeza desconcertado”.
Scott Miller cree que los personajes no han sido captados correctamente en el largometraje, sin embargo confiesa la dificultad que conlleva trasladar un videojuego al cine y, sobre todo, en este caso. “Claramente no es fácil adaptarlo. Y en el caso de Max Payne es un milagro que haya llegado a los cines”, sostiene Miller. “Rockstar intentó seriamente impedir que la película se llevara a cabo, incluso empleando métodos legales. Y se negaron a colaborar al no facilitar materiales que hubieran ayudado en la fase de preproducción.”