Pensaba que estaba a salvo del desastre de Twitter usando una puerta trasera, pero hoy Elon Musk y su equipo la han dinamitado

Twitter lleva siendo parte de mi vida desde hace 14 años. Recuerdo estar en el descanso de una clase en la Universidad y enterarme con sus TT de la muerte de Gadafi, vivir la época de las parodias de famosos y deportistas primero con carcajadas y luego con hastío o conocer a gran parte de mis amigos del mundo de los videojuegos través la aplicación. Twitter, con sus baches, ha sido parte de mi vida durante más de una década.

Durante los últimos tiempos he vivido con cierta resignación el recorte en herramientas y facultades de Twitter, algo innegable desde que Elon Musk se convirtió en su dueño hace unos meses. Ya no entramos en el aumento de publicidad, menos moderación en asuntos tan evidentes como la publicación de películas completas, o el secuestro de funcionalidades detrás del verificado de pago; basta con recordar lo sucedido esta pasada semana con los límites en el visionado de mensajes.

Tweetdeck será de pago en un mes.

Pero, a decir verdad, lo hacía desde una posición distinta al resto de usuarios. Desde hace ya muchos años, me habitué a usar Tweetdeck, una aplicación para ordenar por columnas tuits, búsquedas, notificaciones y demás cuestiones de interés dentro de Twitter. Dado que la mayoría de mi uso de la app es en PC, a causa de mi trabajo desde el ordenador, no notaba problemas como la alteración de la TL con mensajes reciclados o incluso el abuso de anuncios de criptoasuntos que llevan floreciendo desde hace meses en Twitter.

Porque sí, además de permitirte gestionar varias cuentas a la vez, era posible seguir disponiendo de una cronología de tuits sin mensajes sugeridos. Pero cuál fue mi sorpresa al entrar hoy con el café matutino en Tweetdeck y, como Marlon Brando en El Padrino, verme obligado a decir "mira cómo masacraron a mi muchacho".

Aprovechando la mayor festividad de Estados Unidos como es el 4 de julio, la cuenta de Twitter Support publicó un mensaje con la clásica estructura del sandwich de cortesía: supuestas buenas noticias que entierran una muy mala dentro de sus tripas.

We have just launched a new, improved version of TweetDeck. All users can continue to access their saved searches & workflows via https://t.co/2WwL3hNVR2 by selecting “Try the new TweetDeck” in the bottom left menu.

Some notes on getting started and the future of the product…

— Support (@Support) July 3, 2023

"Hemos lanzado una nueva y mejorada versión de Tweetdeck", rezaba el mensaje antes de despiezar el anuncio en cuatro puntos clave: posibilidad de importar tus listas, apoyo a nuevas funcionalidades, uso de equipos disponible en el futuro cercano y sí, cómo todos nos temíamos, todos los usuarios que usen la app necesitarán estar verificados. Es decir, que hay que pasar por caja.

Para empezar, la mitad de mis columnas no se han importado, pero es que ninguna de mis otras cuentas se han migrado a este servicio. Ya no es el tema del pago, que puede llegar a ser razonable hasta cierto punto si la app recibe unas mejoras impresionantes o si elimina por completo la publicidad, pero es que el servicio es peor, lleva década y media siendo gratis y ahora pasará a ser de pago.

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