Me encanta ser defensora de las causas perdidas. Lo mismo vengo a decir que Fantasmas de Marte es un peliculón que os traigo de vuelta uno de los mayores fracasos del cine con consecuencias catastróficas. Estaba yo hoy siguiendo con mi afán de ver todas las películas de ciencia ficción habidas y por haber cuando de repente me he acordado de esta "maravillosa" película. Se trata de Final Fantasy: La Fuerza Interior, una película estrenada en 2001 por Square Pictures que llevó al cierre de la compañía y a la posterior creación de Square Enix.
Sin embargo, yo creo en las segundas oportunidades y lo cierto es que recordaba haberla visto de niña y tampoco pensé que fuera lo más horrible que hubiera pasado por delante de mis ojos. Así pues, he estado investigando un poco, refrescando la memoria, y he llegado a la conclusión de que fue una incomprendida en su tiempo. Además, creo que puedo demostrarlo.
¿Por qué se llama Final Fantasy?
Creo que el principal problema de Final Fantasy: La Fuerza Interior es que se llame "Final Fantasy". No tiene nada de la saga de rol más allá de cierta apariencia estética y el hecho de que está dirigida por Sakaguchi. Creo que este caso es perfecto para ejemplificar que tirar de una gran IP no siempre es lo más recomendable. No es Advent Children, la cual sí tiene razón de ser. Acostumbrados, y más en 2001, a una saga de fantasía, encontrarnos con una cinta con un tono bastante serio, temática densa y ambientación espacial no fue lo mejor recibido, aunque no me queda duda de que la gente lo intentó.
Sin embargo, más de 20 años después creo que ya podemos abrir el melón y olvidar su nombre para centrarnos en todas las cualidades que tiene la película, porque, si os soy sincera, he visto obras de ciencia ficción con una premisa muchísimo menos desarrollada. Es verdad que aquí hay una fusión mística-científica un poco extraña, pero también creo que es de alabar el atrevimiento al igual que ha hecho Returnal muchísimos años después.
Así pues, en La Fuerza Interior nos encontramos en el año 2065 con un panorama demoledor en el que La Tierra está totalmente desolada y carente de vida. En medio de este escenario, la doctora Aki Ross busca encontrar ciertos espíritus para combatir a los alienígenas que llegaron desde un meteorito al planeta y causaron la destrucción. Además, ella misma está infectada por ellos y tratando de buscar la cura a la enfermedad que causa la exposición a estos seres.
Como podéis ver, vamos con un argumento denso en el que se suma el hecho de que la protagonista tiene sueños lúcidos y demás. El tema de la energía adquiere mucho protagonismo y, la verdad, me recuerda muchísimo a Final Fantasy VII. Un meteorito, energía mística, cierta representación similar, encontrar un arma suprema...Con todo ello, no estoy diciendo que sea igual, puesto que aquí se centra mucho más en dar una visión científica y militar del conflicto con un montón de situaciones angustiosas y una representación totalmente particular de los seres que habitan el planeta. Y entendedme, tampoco estoy diciendo que sea mi película de ciencia ficción preferida, porque no es el caso.
Sin embargo, me sorprende que siendo la primera película de animación fotorrealista, que en su momento contara con una calidad técnica impresionante después de 4 años de desarrollo, y que, en líneas generales tenga un argumento complejo, esté tan mal considerada. En taquilla recaudó apenas un poco más de 80 millones, pero es que siempre que oigo hablar de esta cinta es para mal. ¿Es tan tan mala? Yo considero que no. He pasado casi 2 horas viéndola y, aunque no sea la película que me pondría todas las semanas, se deja ver. Creo que tiene conceptos interesantes y todo lo relacionado con los extraterrestres me parecía interesante. Además, aludiendo a la propia saga, he visto obras con agujeros de guion más grandes que han tenido mucho más éxito.
Así pues, si alguien se acuerda de ella y la da por verla, recomiendo que lo haga desde otro punto de vista, como película independiente a la saga. Obviamente no todo es bueno. Me parece que el estilo artístico ayuda poco, porque es una cinta especialmente gris. También creo que quiere pecar de profunda y mezcla demasiados conceptos esotéricos que no acaban de llevar a ninguna parte y, por último, el paso del tiempo se nota y hay diálogos bastante casposos, todo sea dicho. Con todo ello, repito que he visto cosas mucho peores y me ha parecido interesante darle una oportunidad a una cinta que estuvo sentenciada desde el momento que salió.
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