Análisis de Killing Floor 2. Sólo otra oleada más

Análisis de Killing Floor 2. Sólo otra oleada más
Facebook Twitter Flipboard E-mail

Trabajar en el análisis de un juego como Killing Floor 2 es siempre un soplo de aire fresco, algo que llama la atención precisamente porque en realidad no hay nada de innovador en su propuesta. ¿El motivo? Los juegos de disparos de un perfil sencillo y directo como el que ofrece no abundan en los últimos tiempos, y Tripwire demuestra que el "primero dispara, después pregunta" todavía sigue sin fecha de caducidad.

El género shooter en su vertiente on-line tenía, no hace tanto tiempo, la mera intención de divertir y entretener junto a un puñado de amigos a través de internet. Con el paso de los años se han ido introduciendo variables cada vez más complejas que han ido engordando las propuestas on-line pero que, en algunos casos y sorprendentemente, nos han alejado de esa intención que debía ser la principal: hacernos pasar un buen rato. Killing Floor 2 es un regreso a los orígenes deliciosamente anacrónico, un título donde lo único que importa es entretenernos con grandes números de enemigos, sacándonos buenas risas junto a nuestros amigos y ofreciéndonos una distracción que permite poner el cerebro en punto muerto y acumular muertes y muertes.

Surgido en 2005 como un mod de Unreal Tournament 2004, el título se convirtió en un fenómeno de tal calibre que en 2009 acabaría convertido en videojuego del todo independiente. Volviéndolo a ver en movimiento años después me resulta fácil entender los motivos por los que se ha convertido en un fenómeno para tanta gente, y es que a pesar de que es tan sencillo que roza lo simplista, tiene en sus entrañas todos los mecanismos adecuados del buen reloj suizo para funcionar de una manera inmejorable en cuanto a ser capaz de ofrecernos diversión junto a un puñado de colegas y clavar un ritmo trepidante que nos pega a la pantalla. ¿Qué hay de la segunda parte? Ahora llega esta secuela tras haber pasado varios meses en Early Access de Steam, y lo hace con la promesa de no limitar únicamente nuestra relación con los colegas al cooperativo, sino también ofreciendo un suculento y divertidísimo modo versus. Veamos si es suficiente.


Guerra Mundial Zed

Tú no estás en Killing Floor 2 por el argumento, ni yo… ¡Ni nadie! Pero aún así hay un ligero contexto para el videojuego. Si en la primera parte teníamos una suerte de holocausto zombie debido a las peligrosas prácticas de una empresa de pocos escrúpulos, en esta ocasión los acontecimientos suceden un mes después. En el original la plaga había empezado a salpicar lugares de Inglaterra, pero ahora en tan poco tiempo la infección afecta a Europa entera, y eso supone que el caos se ha apropiado de la Unión Europea, que los gobiernos no rigen y que sólo nosotros podemos salvar al viejo continente de la debacle completa y el colapso.

Los Zed siguen siendo un rival temible cuando se reúnen grandes hordas, así que siempre está bien estar acompañados para hacerles frente.
Los Zed siguen siendo un rival temible cuando se reúnen grandes hordas, así que siempre está bien estar acompañados para hacerles frente.


Esta sencilla base, que no se presenta en realidad durante el videojuego, sirve como pretexto para propulsar una acción que tiene su plato fuerte en el cooperativo para seis jugadores. Aquí nos enfrentamos junto a un puñado de amigos, o desconocidos a través de un matchmaking ágil y que permite sumarse a otros aficionados durante la partida, a distintas oleadas de Zeds que acaban con el clásico colofón del jefe final en la última ronda. ¿Qué pasa cuando acabamos? Damos por concluido el nivel y podemos empezar con el próximo que nos depare el buscador. Así se construye una experiencia sencilla en apariencia, forma y fondo, pero que es divertida y que resulta muy entretenida a pesar de ello. No esperes el juego del año, eso es algo a lo que ya habrás llegado a la conclusión hace unas cuantas líneas, pero espera una acción descerebrada y brutal que, junto a la compañía adecuada a través de internet, te puede mantener pegado a la pantalla durante horas. Aunque siempre en pequeñas diócesis, porque todo lo que tiene de sencillo y fácil de entender lo tiene también de básico y repetitivo, y eso puede provocar un importante hartazgo.

Sólo otra oleada más


Roza lo simplista, pero es capaz de ofrecernos diversión multijugador a un ritmo trepidante

Lo interesante es que, a parte de un buen puñado de personajes nuevos (algunos genialmente fuera de lugar) debuta también un competitivo que enfrenta a un máximo de seis humanos contra seis Zed y que resulta bastante divertido. Los soldados se enfrentan a oleadas que, en esta ocasión, son controladas en algunos monstruos en particular por otros jugadores y que están destacados por un sombreado rojo a su alrededor. Así se consigue una modalidad que respeta las claves de la que hizo famoso al original, pero que suma a la ecuación el divertido incentivo de ir rotando entre unos y otros roles y, especialmente en el caso de los monstruos, ir tratando ronda a ronda de fastidiar al otro bando tendiéndoles trampas y dándoles sustos.

Para el bando humano, y al igual que en la primera parte, la clave está en que entre ronda y ronda se abre la tienda de armamento que nos permite invertir el dinero obtenido matando criaturas en lo que deseemos. Hacía varios años que no tocaba el original, así que he disfrutado más de lo que recordaba con la tensión que se repite en la secuela a la hora de no saber dónde aparecerá el comercio (surge en lugares aleatorios del mapa) y trazando a toda velocidad con mis compañeros de fatigas planes sobre hacia qué tipo de arsenal nos debíamos inclinar cada uno. Hay una vasta oferta, pero entre lo bien ajustados que están los precios y el hecho de la penalización por muerte en nuestros ahorros hay una constante sensación de angustia que encaja muy bien con el espíritu del propio programa.

Sólo otra oleada más


Hay un importante arsenal para hacer frente a los monstruos, así que prepárate para ir cambiando rápido de unas a otras porque siempre andarás corto de munición.
Hay un importante arsenal para hacer frente a los monstruos, así que prepárate para ir cambiando rápido de unas a otras porque siempre andarás corto de munición.


A todo esto hay que unir, por supuesto, la presencia de las diez clases disponibles para elegir y que tienen también sus particularidades. Unas son más fuertes que otras en tal o cuál cosa, y por supuesto parten de salida con un equipamiento diferente de modo que la partida empieza de una forma muy distinta en función de cuál elijamos. Aunque con la posibilidad de comprar y también vender las armas que llevamos e incluso las que podamos coger o adquirir durante la partida, siempre que respetemos los límites del peso, la versatilidad es nota dominante. Me ha gustado especialmente esa posibilidad de la diversidad y la flexibilidad en términos de progresión, sustituyendo Tripwire el antiguo sistema de evolución del personaje más dividido en compartimentos estancos por uno que nos deja avanzar en varias ramas al mismo tiempo.

¿Cómo funciona? Es más sencillo de lo que parece. Si para una partida elegimos la clase, por ejemplo Experto en Demolición, donde más puntos sumaremos seguramente será en esa división de experiencia. Lógico, ¿verdad? Pero hay que dejar claro que si, por poner un único caso, compramos armas específicas de Pirómano creceremos también por ahí. También se fomenta mucho la labor de apoyo, puesto que si usamos mucho el soplete para soldar puertas y ralentizar a las criaturas sumaremos puntos para Apoyo, y si nos dedicamos a curar a nuestros compañeros haremos lo propio con los de Médico de Campo. Así que por un lado es tan difícil como siempre subir de nivel en Killing Floor 2 porque los puntos que hay que obtener para cada salto de uno a otro son muy altos, aunque por otro hay que tener en cuenta también que podemos crecer en varias ramas al mismo tiempo, lo cuál también es muy positivo.

Sólo otra oleada más


De Gatillo Fácil

Por otra parte si has venido jugando al primer Killing Floor hasta ahora, lanzado hace más de un lustro debo recordar, notarás que la acción es ahora más satisfactoria. Eso se debe principalmente a varios motivos como el hecho de que he notado en comparación con la primera parte algunas ligeras mejoras en términos de apuntado y sensación de disparar, pero el principal tiene que ver con los propios enemigos. Los responsables de la secuela prometieron progresión en la inteligencia artificial y no han decepcionado, ofreciendo un enemigo que está a la altura y que ofrece esa mejoría de la que mencionamos que se beneficiarán notablemente los veteranos que siguen jugando al original a día de hoy pero que pasará algo más desapercibida para los que consumen shooters actuales porque no hay grandes cosas en cuanto a su comportamiento que no haya estado viendo en los últimos años del género. Sin embargo, algo que sí vemos aquí y que no es tan habitual es el hecho de que observemos tácticas más sofisticadas en los monstruos si optamos por niveles de dificultad más altos, así que no me refiero únicamente a que sean más resistentes o dañinos sino también al hecho de que son mucho más espabilados.

Sólo otra oleada más


Si bien disparar las armas de fuego sigue siendo tan satisfactorio como siempre, o incluso un poco más, el tema del combate cuerpo a cuerpo no ha mejorado en demasía, por desgracia. Si Tripwire Interactive quería exhibir progresos en esta faceta era porque sentía que le faltaba un punto de cocción a su predecesor en este campo, y lo cierto es que ha incorporado algunas cosas para mejorar el control que tenemos. Agradezco que ahora pueda tener una mayor capacidad de decisión en el tipo de combate de rango cercano que voy a emplear, especialmente útil en la clase Berserker; pero necesito también que sea divertido y que contribuya al fluir general de una serie de partidas que, por lo demás, está mucho mejor medido. Tampoco acabo de estar demasiado entusiasmado con el diseño de los jefes finales, ni en cuanto a una estética no particularmente inspirada ni tampoco en términos de una experiencia jugable que con ellos pierde muchísimo interés en comparación con las oleadas.

Sólo otra oleada más


Lo que sí está mejor es el diseño de los mapas. Quizá la cantidad de 12 no te suene a demasiadas localizaciones y puede que sea cierto que no es un número abrumador, aunque hay que dejar bien claro que todos ellos son buenos en cuanto a su trazado en planta y están llenos de lugares en los que tender emboscadas a los enemigos. Si se fomenta el trabajo en equipo con la progresión, como ya hemos dejado claro anteriormente, el mapeado de las distintas localizaciones también ayuda a que si nos mantenemos juntos y creamos sinergias entre clases seamos más capaces de superar los desafíos más difíciles. Por otro lado, el estudio es un auténtico especialista en ofrecer buenas herramientas a la comunidad para la creación de contenidos de modo que podemos esperar que en los próximos tiempos haya infinidad de escenarios nuevos creados por los aficionados.

Lo mejor del conjunto visual es el alto grado de casquería

Llegados a esta parte si no eres habitual de la franquicia te estarás haciendo una pregunta. ¿He obviado el off-line por algún motivo? Bueno, no lo he pasado por alto, pero lo cierto es que lo que aporta es más bien escaso. A pesar de que se vende que el videojuego tiene una parte que se puede disfrutar sin conexión a internet, cosa que no es falsa en absoluto pero que está muy lejos de ser satisfactoria. Únicamente encontramos un entrenamiento que se zanja en dos rondas y que sirve para aprender las nociones básicas, aunque está explicado tan atropelladamente que sólo los veteranos de la serie no se verán superados por sus conceptos, y la posibilidad de disfrutar de los mapas contra la IA en solitario. La posibilidad está ahí y los enemigos dirigidos por la máquina son tan letales como cuando jugamos con nuestros amigos, no obstante hay que dejar claro que esta alternativa sólo servirá para darnos cuenta de lo mucho que echamos en falta a nuestros colegas y de lo exponencialmente más divertido que es el juego cuando contamos con ellos a nuestro lado.

Los doce mapas que ofrece el título nos brindan un buen entretenimiento ya sea en cooperativo o en competitivo contra Zed dirigidos por otros humanos.
Los doce mapas que ofrece el título nos brindan un buen entretenimiento ya sea en cooperativo o en competitivo contra Zed dirigidos por otros humanos.


En la faceta puramente visual el videojuego de Tripwire no es precisamente un dechado de virtudes. Haciendo uso del motor Unreal Engine 3, aunque con profundas revisiones sobre la base visual hasta dejarlo en algunos aspectos concretos casi irreconocible, el estudio ofrece un aspecto visual que no pasa de lo estimable pero que tiene la virtud de anteponer la jugabilidad a cualquier consideración estética. ¿Qué significa esto? Que, según mi criterio con buen tino, prefieren llenar la pantalla de enemigos y efectos para las muertes y garantizar un buen código de red para que el funcionamiento sea óptimo en lugar de tratar de impresionarnos con detalles, brillos y cargas poligonales de unos tamaños colosales. Lo mejor del conjunto visual es el alto grado de casquería, que emplea un sistema de desmembramientos y sangre ideado por el propio estudio. Así conseguimos no sólo que la acción tenga una factura visual mucho mejor, algo que siempre agradece uno en la representación de la violencia en los videojuegos actuales, sino que además he experimentado también una sádica satisfacción difícilmente explicable a la hora de volar por los aires extremidades y cabezas de rivales en formidables explosiones de plasma.

Interesante

Sin sello
Sólo otra oleada más

Killing Floor 2

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

No va a convertirse en el juego del año para ninguna publicación y, probablemente, no esté en ningún ranking de los grandes títulos del 2016. No obstante Killing Floor 2, desde su sencillez, es capaz de mantenernos entretenidos muchas horas con una acción divertida y sin complicaciones que, por supuesto, exige estar acompañados para sacarle todos sus réditos. ¿Repetitivo y simple? Sí. ¿Desenfadado y garantía de risas con amigos? También.

Comprar Killing Floor 2
  • La experiencia directa y frenética de Killing Floor no pasa de moda
  • Los niveles de violencia, gore y casquería están a la altura
  • El modo competitivo entre humanos y monstruos no está nada mal
  • Escasa innovación sobre una base que ya de por sí no ofrecía nada revolucionario
  • Para algunos perfiles de aficionado puede resultar demasiado simple
  • Su propia concepción jugable provoca que acabe siendo muy repetitivo
Jugadores: 1-12
Idioma: Textos en español y voces en español
Duración: Incalculable
Comentarios cerrados
VÍDEO ESPECIAL

12.876 visualizaciones

100 DETALLES OCULTOS de RED DEAD REDEMPTION 2

¿Qué detalles ocultos guarda Red Dead Redemption 2? En el video de hoy os presentamos más de 100 curiosidades distintas acerca de la aventura de Arthur Morgan y de John Marston que nos presentó Rockstar Games en 2018.