¿Cansado de las típicas historias de héroes y villanos? Tyranny, la nueva aventura de rol de los creadores de Pillars of Eternity, apuesta por un relato único, sorprendentemente oscuro, que muestra la peor cara de la humanidad. Los malos han ganado, el mundo es una ruina, y en ese contexto, el videojuego de Obsidian propone hacer frente a terribles decisiones morales difíciles de olvidar. Análisis.
Estamos tan acostumbrados al maniqueísmo; al bueno o malo, blanco o negro, que cuando en una aventura de rol te plantan frente a una difícil decisión moral rara vez dudas. ¿Quieres ser héroe o villano? Habrá consecuencias, riesgos que asumir, pero al final, casi todo se reduce a esa cuestión. Tyranny es distinto. Se mueve por un terreno más oscuro, más retorcido, llevándote casi por obligación a cometer atrocidades por un bien mayor. Es el relativismo moral en su máxima expresión, y es también una de las razones por las que este RPG de Obsidian es tan sorprendentemente bueno a nivel narrativo. La solución a los problemas que plantea, la respuesta a los dilemas con los que te asalta, es tan compleja, tan retorcidamente cruel, que es casi imposible que no te afecte a un nivel emocional.
Hagas lo que hagas alguien sufrirá; y si no, serás tú quien pague las consecuencias en este oscuro mundo de fantasía que bien recuerda las deudas contraídas. Puede que no lo notes al principio; que "fastidiar" a un grupo de mercenarios no tenga repercusiones claras… hasta que llega ese momento de gran necesidad, vuelves a toparte con ellos, y por unas u otras razones terminas enzarzado en una pelea innecesaria. No siempre la respuesta es tan obvia. La sutileza con la que los creadores de Pillars of Eternity reflejan todas y cada una de nuestras decisiones es simplemente magistral. Te sientes dentro de un mundo vivo, en constante evolución, que se adapta con gran realismo a cada paso que das. Pocos juegos le igualan.
La ley del tirano
Decidir sobre la vida o muerte de las personas cobra en este videojuego un cariz terrorífico. Aquí los malos ya han ganado, son ellos quienes gobiernan el mundo de Terratus, así que asesinar a un inocente es lo más suave que os propondrán hacer. ¿Está bien? ¿Mal? La grandeza de Tyranny es que huye de este simplismo. Cometerás actos viles y de alguna forma buscarás justificación a tales atrocidades. Quemar una aldea, con sus habitantes dentro, puede ser la única forma de salvar a miles de inocentes. O al menos es la mentira que te dices a ti mismo. Es perturbador, y a la vez fascinante, cómo Obsidian juega con tu cabeza enfrentándote, una y otra vez, a situaciones en las que hagas lo que hagas siempre va a morir alguien. ¿Significa esto que no puedes hacer el bien? ¿Qué lo malos ganan sí o sí? La respuesta es no.
Con una asombrosa libertad de acción, en Tyranny puedes incluso posicionarte en favor de aquellos contra los que luchas; ser compasivo con los rebeldes que han osado alzarse contra tu amo, el malvado Kyros, y de alguna forma pelear por devolverles la libertad. Esto, claro, tiene consecuencias. Ya lo decía antes. Terratus es un mundo que nunca olvida. Podrás hacer lo que quieras pero, al final, te granjearás la enemistad de alguna de las muchas facciones que pueblan este genial universo de fantasía. Incluso dentro de los ejércitos del tirano hay grupos con sus propias motivaciones y formas de actuar que buscarán, de forma constante, tu favor. ¿No se lo das? Entonces se mostrarán agresivos, poco motivados a ayudarte… o hasta ¡te atacarán!
El argumento es tremendo. Épico, oscuro y maduro
Así de genial es el caótico mundo en guerra que Obsidian ha construido con un excelso pulso narrativo. La historia es apasionante, épica, oscura en los temas que trata y muy madura en la forma en la que lo hace. Por momentos me ha recordado al memorable Planescape: Torment por la importancia que otorga a la narrativa y las incontables ramificaciones que nacen de todas y cada una de nuestras decisiones. Hay tantos caminos por explorar, tantas posibles respuestas que ofrecer, que completado el viaje querréis volver a disfrutar de la emocionante acción de Tyranny.
Lástima que cuando mejor se ponen las cosas, y más épica se vuelve la historia, todo acaba dejándote con una extraña sensación agridulce. La aventura es fantástica, increíble, pero no tiene un desenlace a la altura de las exceptivas que ella misma genera. Lo mismo ocurre con los aliados de nuestro protagonista. La mayoría posee un trasfondo argumental digno de alabanza, en especial Barik, pero no se profundiza lo suficiente en él; tienes los ingredientes, los elementos necesarios para crear una historia capaz de dejarte sin palabras… y casi que pasas de puntillas sobre ellos.
Suena más grave de lo que es en realidad, pues como decía, a nivel argumental Tyranny es un videojuego espectacular, de lo mejor que se ha escrito en los últimos años; pero cuesta no sentirse decepcionado cuando ves de forma tan clara todo su potencial.
Furia del guerrero
A nivel jugable lo nuevo de Obsidian ofrece justo lo que pedían los aficionados. Rol de la vieja escuela, del bueno, del que otorga gran libertad para que personalices al detalle los atributos y habilidades especiales de los protagonistas. En este sentido, a diferencia de Pillars of Eternity, Tyranny rompe con los tradicionales arquetipos. Un mago puede sanar y atacar con la misma eficacia, del mismo modo que un guerrero puede portar un gran mandoble y a la vez, ser ducho en el manejo del arco. Todo depende de nosotros, de cómo invirtamos los puntos de experiencia y ¡ojo!, también de cómo afrontamos la propia acción. Es otra de las grandes novedades.
En la línea de la serie The Elder Scrolls, cuanto más empleas un arma o acciones tales como la diplomacia mayor es tu efectividad con ellas. De esta forma los personajes evolucionan de forma natural, fluida, adaptándose perfectamente a tus preferencias. Sus efectos se dejan notar sobre todo en las peleas, pero también tienen su peso durante la exploración de los escenarios. Dependiendo de nuestro intelecto, de nuestra fuerza física y dotes dialécticas, tendremos acceso a unas u otras opciones que, en muchos casos, nos evitarán entablar batalla. Y si no queda más remedio… ¡a la guerra se ha dicho!
Conserva prácticamente intacto el sistema de combate de Pillars of Eternity
Tyranny conserva prácticamente intacto el sistema de combate de Pillars of Eternity, aunque también aporta novedades como los ataques combinados, que dotan a la experiencia de un sabor distinto. Las batallas son más rápidas, directas y emocionantes, pero también pierden parte de ese toque estratégico que definió al anterior RPG del estudio. Hay menos habilidades entre las que escoger y menos combatientes a los que guiar (cuatro frente a los seis de PoE), lo que puede decepcionar a algunos. Aunque es apasionante masacrar a los enemigos con nuevos y locos hechizos, la muerte por ahogamiento es brutal, se echan en falta más opciones pues, a medio plazo, las peleas se sienten algo repetitivas; como un trámite a superar con tal de seguir disfrutando del emocionante viaje que propone el juego
Nadie debería perdérselo. Por la brillantez de su argumento, pero también por su gran diseño artístico. El caótico mundo de Terratus, con ese toque sombrío, deprimente, es un lugar en el que da gusto perderse. Alucino con los escenarios, con su variedad y atención por el detalle; pero también he vibrado de emoción durante las batallas, contemplando enemigos gritar y correr con los brazos en alto mientras ardían. Todo en Tyranny desprende un aroma macabro, espeluznante, que en algunos momentos puede incluso hacerte sentir incómodo. Hasta la música, con tonos épicos pero también oscuros, dramáticos, te mete de lleno en la acción como pocas aventuras de rol han hecho antes.
No quiero olvidarme tampoco de la traducción al español, pues esta es fantástica, e imprescindible para disfrutar de las incontables líneas de texto que dan vida a este oscuro universo de fantasía que, para qué engañarnos, ¡espero visitar en el futuro! Todavía tiene un gran potencial por explotar y nadie como Obsidian para hacerlo.
Formar parte de las fuerzas del mal en un mundo donde el mal ya ha triunfado es una premisa argumental que Obsidian explota con una madurez narrativa digna de mención. Tyranny es una aventura de rol oscura, cruel, que logra involucrarte en las difíciles decisiones morales que plantea. Cada acción trae consecuencias, algunas aterradoras, y en este sentido, el videojuego es de lo mejor que ha dado el género en años. Puede que los combates sean algo simples y, ciertamente, su abrupto desenlace le restan méritos, pero solo por disfrutar del argumento este es un viaje que merece la pena emprender.
- Las decisiones que tomas y cómo estas influyen en la historia
- Espectacular en lo narrativo y gran puesta en escena
- Amplias opciones de personalización y sorprendente libertad de acción
- Sistema de combate algo simplificado y con leves errores de inteligencia artificial
- Desenlace abrupto. Rompe por completo el clímax
