Hemos podido jugar a Lemnis Gate, un juego de disparos en primera persona centrado en la experiencia multijugador que resulta de lo más curioso. Su mezcla de hero shooter con turnos y elementos de estrategia no te va a dejar indiferente y va a ser uno de esos juegos que encante a muchos y deje fríos a otros tantos. Os contamos más en nuestras impresiones.
Conforme pasan los años, cada vez es más difícil sorprenderse por nada, ya sea en la vida en general y también dentro del mundo del videojuego. No obstante, existen algunas excepciones. Es el caso de Lemnis Gate. Este FPS estratégico por turnos centrado en el multijugador me ha parecido uno de los títulos más curiosos que he podido probar en los últimos tiempos.
Su contexto argumental es el de un mundo en el que el tiempo se puede distorsionar y los distintos bandos pugnan por hacerse por el control del mismo. Bajo esta premisa, en sus distintos modos de juego contamos con turnos de 25 segundos para ejecutar nuestras acciones en tiempo real y, cuando es el turno del oponente, vigilar sus movimientos desde el aire para estudiarlos y atajarlos. Lo cierto es que Lemnis Gate es un juego difícil de explicar en detalle si no se ve, y sobre todo, si no se juega, pero voy a intentar en este texto ser lo más ordenado posible para que os quede claro, así que vamos con los héroes.
Lemnis Gate nos permite seleccionar entre un total de siete personajes. Cada uno de ellos tiene una habilidad propia y un arma distintiva. Estos no son tan profundos en su desarrollo como lo que podemos ver en juegos como Overwatch, fundamentalmente porque están pensado para actuar como conjunto y no como individualidades. Cada vez que iniciamos un nuevo turno, seleccionamos un héroe que una vez utilizado deja de estar disponible para el resto de la partida. Por ello a la hora de elegirlos es importante trazar antes un plan sobre qué queremos hacer, ya que no será lo mismo utilizar un personaje que lance granadas, más adecuado para destrucción rápida de objetivos, que otro que coloque torretas automáticas, más aptas para la defensa de áreas concretas.
Un héroe para cada memento
Va a ser un juego que requiera de tiempo para llegar a dominarlo
Podemos decantarnos por Kapitan, con su rifle automático y las granadas de fragmentación; Toxin, que posee un cañón tóxico que lanza proyectiles venenosos y tiene la capacidad de teletransportarse; Rush, con pistolas en las dos manos y un potente aerodeslizador que le permite plantarse rápido en cualquier lugar; Striker, que tiene en su diseño un aire muy Destiny, cuenta con un rifle de francotirador y es capaz de ralentizar el tiempo durante un corto período; Deathblow, uno de mis favoritos, cuenta con un lanzamisiles y puede colocar minas por aproximación; de Vendetta ya os he hablado antes, es quien pone las torretas y cuenta con una escopeta como arma principal y, por último Karl, un robot que puede crear escudos de energía y cuenta con un armas láser de disparo continuo que, si bien no hace mucho daño, tiene un alcance y precisión a tener en cuenta.
Los objetivos que tenemos durante los enfrentamientos son bastante sencillos, destruir o proteger una serie de objetivos marcados dentro del escenario o transportar unos orbes hasta nuestro portal para conseguir puntos. No hay mucho más. Las partidas se decantan por un sistema de puntuación híbrido en el que se tienen en cuenta fundamentalmente dos factores. Si se consigue o no el objetivo principal, lo que da un punto completo (si hay tres balizas que destruir cada baliza sería un punto) y, la calidad de nuestras acciones durante la partida.
Precisamente es aquí donde está el meollo de la cuestión, porque en cada uno de los cinco turnos de los que disponemos en Lemnis Gate vamos a intentar hacer todo lo que podamos durante los 25 segundos que tenemos. En los primeros compases de la partida el planteamiento es sencillo, intentar cumplir con los objetivos de manera rápida y efectiva exprimiendo el tiempo al máximo. La complicación viene conforme van pasando los turnos, porque la gracia de Lemnis Gate es que nuestras acciones anteriores permanecen. De esta forma, al iniciar nuestro segundo turno, veremos cómo se ha quedado grabado lo que hicimos en el primero.
¿Qué significa esto? Pues que vamos a ver como el otro héroe que seleccionamos con anterioridad hace exactamente la misma ruta, movimientos y ataques que realizamos en la ronda anterior. No es un holograma ojo, es el héroe tal cual. El tiempo se rompe y cada vez que volvemos a lanzarnos al combate se vuelve al punto de partida pero sumando nuevos efectivos. Esto se traduce en que en cada nueva ronda se van viendo en pantalla más y más personajes moverse y actuar, ya sean los del rival o los nuestros.
La estrategia tienen mucho más peso que los disparos
Es aquí donde entra la estrategia, y el momento en el que surgen las dudas. ¿Intento lograr un objetivo o me decanto por intentar cortar el avance de las unidades enemigas de las que ya conozco su ruta y movimientos? Ahí está el quid de la cuestión en Lemnis Gate. Al principio me costó un poco asimilar el concepto, pero al final de la sesión ya empecé a ver ciertas tácticas más efectivas que otras. Va a ser un juego que requiera de tiempo para llegar a dominarlo, en cierta forma y, simplificándolo mucho, es una especie de Conecta 4 donde hay que compensar el evitar que el rival cumpla su objetivo y a la vez tratar de lograr nosotros el nuestro.
Me hace falta jugar más tiempo para saber si este Lemnis Gate
Las partidas fueron muy igualadas ya que cuesta despegarse en el marcador. Esto es porque si bien podemos lograr un objetivo y anotar un punto, en un momento dado de alguna de las rondas el rival puede cortar el progreso del héroe que lo consiguió (matándolo o consiguiendo el objetivo antes) y de esa forma los puntos van pasando de un lugar a otro sin tener un ganador claro hasta el final del juego. Por ello, esa calidad de nuestras acciones de la que os hablaba antes puede ser determinante a la hora de ganar la partida, ya que eliminar héroes rivales, cortar sus rutas o quitarles objetivos ya adquiridos también puntúa, el problema es que esa puntuación no es consultable durante la partida, algo que espero arreglen de cara al lanzamiento final del juego. Pude probar los siguientes modos: uno contra uno, dos contra dos, ya sea por turnos saliendo solo un jugador por ronda o, una variante en la que los dos compañeros de equipo salen a la vez, mi favorita sin duda. Además contará con un campo de entrenamiento y modo de clasificación y offline.
En lo visual Lemnis Gate se decanta por un aspecto futurista. Los escenarios están creados a partir de módulos de acero ubicados en medio de un espacio natural, algo que no me ha terminado de convencer demasiado. Sin embargo, y a pesar del input lag derivado del juego en remoto, las armas se sienten bastante bien con el controlador en las manos, habiéndolo probado en su versión de PS5.
Me hace falta jugar más tiempo para saber si este Lemnis Gate y su propuesta son lo suficientemente atrayentes para ser un éxito y creo que muchos jugadores no van a llegar a conectar con su propuesta, ya que al principio puede resultar un poco complejo de entender, pero nunca se sabe. De lo que estoy seguro es de que no habrá medias tintas, lo amarás o lo detestarás, pero eso lo sabremos más adelante.