Tenía la vida asegurada después de haber pasado los últimos diez años trabajando como abogado, pero quería un futuro diferente. La culpa la tuvo Bethesda y, sobre todo, su comunidad. Después de enamorarse de uno de los mods disponibles para Fallout: New Vegas, él también soñó con contar sus propias historias. Deseaba decirle algo al mundo y, aunque tenía pensado escribir su propia novela, los videojuegos le parecían un camino mejor. De la reputada combinación de abogado y escritor a la precariedad de un desarrollador independiente que puso más de 15.000 horas –el equivalente a unos nueve años de trabajo– en sacar adelante su proyecto. "Desarrollo de alto riesgo" es una definición bastante generosa.
Una locura que comenzó por culpa de Bethesda
Tras alucinar con las creaciones de la comunidad, Nick Pearce decidió que Skyrim era su oportunidad de dar el salto a la creación de videojuegos y comenzó a desarrollar un mod llamado The Fogotten City. Fue un trabajo titánico en el que invirtió las primeras 1.700 horas de su carrera como desarrollador de videojuegos. Lo hizo de forma completamente desinteresada mientras seguía adelante con su vida laboral. De día era abogado y de noche, en vez de disfrutar de una sesión de juego, se sentaba en su escritorio para sacar adelante el mencionado mod. Fue un primer esfuerzo que no le dio muchos problemas. "Era solo un hobby, pero me emocionaba más que cualquier otra cosa en mi vida", decía en una entrevista oficial para la web de Xbox.
El éxito a veces es un problema. The Forgotten City es uno de los mods más populares de la historia de The Elder Scrolls. Fue descargado en más de 3,7 millones de ocasiones y ganó el "Australian Writers Guild Awards" en la categoría de medios interactivos. Fue la primera vez en la historia que dicho premio se entregaba a un mod. La creación desinteresada de un fan para un videojuego arrasó con títulos completos para llevarse la estatuilla. Cuando estaba creando el mod no esperaba tener tanto éxito y, de hecho, no recomienda que ese sea el planteamiento inicial: "Dediqué casi 1.700 horas al desarrollo, el equivalente a un año de trabajo. Si no hubiera disfrutado de todas estas horas y solo pensase en que luego sería capaz de crear un juego, podría no haber merecido la pena".
The Forgotten City comenzó como un mod de Skyrim.
Tras el éxito de su mod, Nick hizo una pequeña investigación. Encuestó a 200 usuarios que habían jugado a él para tener información más detallada sobre sus opiniones y, sobre todo, saber cuánta gente estaría dispuesta a comprar un juego independiente con una propuesta similar. El resultado fue abrumador y le permitió descubrir que un 93% de los usuarios estaba emocionado con la creación de un juego independiente basado en The Forgotten City, según recoge la edición inglesa IGN. Las encuestas 'online' las carga el demonio ya que tienden a dar pie a opiniones exageradas. Sin embargo, lo único que necesitaba era un empujón. Como yo lo entiendo, él quería hacer un juego y necesitaba agarrarse a la idea de que podría tener éxito.
The Forgotten City se convirtió en un juego completo
"Fue como saltar de un avión y mi plan era aprender a ponerme el paracaídas durante el vuelo esperando hacerlo antes de golpearme contra la tierra", explicaba en un ‘pregúntame lo que quieras’ de Reddit. "Fue un riesgo, claro, especialmente porque me dedicaba a una profesión legal en la que tomarse unos años sin trabajar significa que no puedes volver". Tampoco tenía un gran presupuesto, comprometiendo los ahorros de sus diez años de carrera en el proyecto y llamando a todas las puertas que le había abierto la creación del mod. Lo más preocupante, quizá, es que no tenía experiencia. En una entrevista con Back Pocket, se sinceraba: "No tenía ni idea de cómo desarrollar un juego independiente".
The Forgotten City se basa, sobre todo, en la conversación.
La cuestión es que The Forgotten City pasó de mod de Skyrim a videojuego completo tras unos cuatro años y medio de desarrollo. Las cosas eran aún más difíciles ya que este no es uno de esos juegos –sin quitarle ni una pizca de mérito a ese tipo de proyectos– que puede hacer una sola persona. Aunque Nick Pierce asumió buena parte de la carga trabajando en cuatro años y medio las horas equivalente a nueve años laborales, necesitó ayuda y formó un pequeño equipo. "No es sano ni razonable (...) y para ser claro, nunca deje que mi equipo trabajara tanto como yo. Todos tenían un horario saludable con algunas noches de sprint adicionales que, normalmente, significaban que la semana siguiente tendrían más tiempo libre".
The Forgotten City arrasó. Es un RPG centrado principalmente en la conversación con una aventura ambientada en el Imperio Romano que incluye una interesante temática de bucles temporales. Hay que investigar a los ciudadanos, resolver un misterio y recuperar la normalidad en una ciudad en la que se aplica la 'regla dorada': si un ciudadano comete un pecado, todos se convertirán en oro. En caso de que la maldición se aplique, volveremos a empezar. Es una mezcla muy curiosa y bien trabajada de los bucles temporales del emblemático The Legend of Zelda: Majora’s Mask con un juego de detectives que ha cautivado a casi todos los que lo han probado (hay mucho más, pero no podemos contarlo sin spoilers).
El apartado artístico de The Forgotten City está increíblemente bien conseguido.
Apenas acaban de cumplirse dos años desde el lanzamiento, pero es tiempo más que suficiente para tildar el proyecto de éxito total. El juego tiene un 97% de valoraciones positivas en Steam y unas notas medias de 83 (prensa) y 84 (público) en Metacritic. También ha ganado innumerables premios por su fidelidad histórica –dos académicos estuvieron involucrados en el proyecto como consultores– o el trabajo narrativo. Incluso hubo certámenes que lo consideraron, directamente, el juego del año. Tampoco le ha ido mal en lo referido a ventas, recuperando holgadamente la inversión del proyecto y dando pie a futuras creaciones por parte de Nick Pierce y su equipo.
Estas historias siempre me generan sentimientos encontrados. Por una parte, Nick asumió una carga de trabajo insana. Por la otra, como periodista de videojuegos puedo verme identificado en quien abandona un trabajo monótono para saltar al vacío en un intento de hacer lo que más le gusta. Quizá, lo único importante en todo esto es saber que las cosas pueden no salir tan bien. Con esa posibilidad en mente, toca entender lo que está en juego y tomar la decisión que te vaya a hacer feliz. The Forgotten City está disponible en todas las plataformas (formato en la nube en Switch) a un precio que, sin descuentos, ronda los 25 y los 30 euros.
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