Rayo McQueen y compañía calientan motores y afinan la precisión de sus volantes para su segunda gran aventura: Cars 2. Los creadores de Just Cause demuestran una vez más que se puede tratar con mucha dignidad el cine de animación, y tras bordarlo con Toy Story 3 vuelven a dar con la tecla ganadora en este Cars 2.
Es muy raro encontrar buenos videojuegos sobre películas, y más si éstos adaptan cine de animación. No obstante en los últimos tiempos no sólo hemos visto grandes títulos en este sentido, sino algunos que hacen digno homenaje a las películas a las que hacen referencia como el reciente caso de Toy Story 3: El Videojuego o el mismo Cars 2 que nos ocupa.
De forma muy inteligente los responsables del videojuego, Avalanche, reconocibles como creadores de la alocada saga Just Cause cogen referencias de aquí y allá para construir su propio título. Con mucho de Mario Kart, unas gotas de Blur, un toque de Pure y también algo de Need for Speed, este Cars 2 es un videojuego que no sólo es un gran acompañamiento para el estreno de la cinta, sino que es perfectamente disfrutable de forma independiente como arcade de velocidad.
Coches, Coches, Coches...
La única pega principal que se puede poner a Cars 2 en cuanto a lo que se nos cuenta es su total desinterés por seguir el argumento de la película, algo que fomenta todavía más la esencia de que el videojuego resulte disfrutable sin haber visto el film. Si la película sigue las aventuras de Rayo McQueen a través del mundo corriendo el World Gran Prix, el videojuego se olvida de todo ello y se centra en entrenarnos como agentes C.H.R.O.M.E (Commando Headquarters for Recon Operations & Motorized Espionage). De este modo la que es sólo una de las pequeñas historias que rodean la película se convierte en el principal motivo de existencia del videojuego, aunque como buen título de carreras que es su historia brilla por su ausencia.
El videojuego es un título de carreras de estilo Kart que, concretamente, basa toda su experiencia en un videojuego tan clásico como el genial e imperecedero Mario Kart o de otros títulos más recientes como Blur. El juego, además, apoya toda su experiencia con una constante mecánica de desbloqueo, hasta tal punto es así que pasarán unas horas antes de que tengamos abiertas, por ejemplo, todas las opciones multijugador.
Es una buena idea a la hora de fomentar el interés del aficionado por no despegarse del videojuego, y es que además de muy divertido, éste transmite la sensación de estar constantemente recompensando al aficionado. Eso sí, esto no significa que no haya cosas que criticar en lo puramente relacionado con la oferta de modos, y es que en un juego de coches del siglo XXI optar por la ausencia completa de multiplayer on-line es algo muy difícil de defender. Eso sí, el título compensa su no presencia de juego a través de internet con la siempre divertida posibilidad del juego local para hasta cuatro aficionados con la pantalla dividida.
Eso sí una vez con el mando en la mano y el motor de nuestro bólido encendido ya hay muy poco que reprochar a este Cars 2, que mezcla con idéntica habilidad el sentido del humor propio de la IP con una experiencia jugable capaz de satisfacer a jóvenes y adultos. Y ahí está la magia del juego, que utiliza una curva de aprendizaje tan suavemente gradada que hasta los pequeños de la casa pueden disfrutar de él y tan repleta de posibilidades y alternativas que los adultos también podrán divertirse mucho con el videojuego.
Y es que a los mandos de los simpáticos vehículos del programa podremos saltar para esquivar los obstáculos que plagarán los escenarios, disparar armas, llevar a cabo acrobacias como poner el coche a dos ruedas o girarlo en el aire, derrapes... Cars 2 entra por los ojos no sólo por su vistoso apartado visual, sino porque transmite la acertada sensación de que realmente hay un gran número de acciones que podemos llevar a cabo con Rayo McQueen y el resto de coches de la película.
Volantes de Juguete
¿Cómo puede un sólo videojuego reunir referencias de títulos de conducción tan diferentes? Pues principalmente ofreciendo una jugabilidad profunda, siempre dentro de unos límites arcade, y sobre todo cargada de posibilidades, alternativas, etcétera.
El juego, de hecho, hace todo lo posible por permitirnos jugarlo como deseemos y siempre de una forma muy divertida, y es que Cars 2 resulta muy agradable y ameno desde el punto de vista que se observe. Como título de velocidad arcade es más que notable, con unos controles precisos y ágiles que nos permitirán trazar curvas, adelantar y llegar a meta con total comodidad y de una forma muy accesible y divertida. Esto es un juego muy sencillo, de modo que elementos como las físicas en las trazadas y otras características similares son pasadas por alto en aras de la diversión más accesible, pero el título no tiene que envidiar en este sentido a los más notables referentes que el género más arcade nos ha dejado en los últimos tiempos.
No obstante Cars 2 dista mucho de ser un juego de velocidad al uso, y es que pone la diversión y la variedad por bandera con mecánicas como las de las acrobacias o los ataques en cabeza. Entre las primeras cabe destacar que todo se lleva a cabo con el stick derecho del pad, pudiendo de este modo realizar giros en carrera, piruetas en los saltos, maniobras espectaculares como las de poner el coche a dos ruedas... Todo ello para obtener un multiplicador de turbo que nos permitirá maximizar las prestaciones de nuestro motor durante unos instantes. ¿Alguien dijo Pure? Lo cierto es que el juego que nos ocupa bebe directamente del título de los ya desaparecidos Black Rock Studios, y recoge algunos su idea y sistema de manejo haciéndolo algo más simple pero también bastante efectivo.
Los combates, por su parte, se resuelven al más puro estilo Mario Kart. Esto quiere decir que en determinados puntos del escenario podemos encontrar power-ups con diferentes armas de muy divertido uso. Desde ametralladoras hasta lanzadores de pulsos de energía, el arsenal del juego no es quizá tan amplio como en otros títulos de estas características, pero definitivamente hace su trabajo de una forma muy divertido, permitiéndonos abatir a nuestros enemigos y hacernos al mismo tiempo poner un ojo en nuestra espalda para que ellos no nos saquen de la pista a nosotros.
Toda esta diversión ligera y amena de Cars 2 a nivel jugable se ve más que generosamente acompañada por un apartado visual muy interesante. Los chicos de Avalanche demuestran una vez más la versatilidad de sus engines gráficos, con un trabajo colorista y efectivo, y al mismo tiempo tan simpático y amable como el estilo que destila la película. El título, además, está completamente traducido a nuestro idioma con un doblaje de muy buen nivel que de hecho recoge algunas de las voces de la película.
Cars 2 es tan divertido y simpático como las películas, y lo consigue renunciando por completo a contar una historia. Sólo hay sitio para las carreras en este videojuego, una especie de Mario Kart protagonizado por Rayo McQueen y compañía que tiene la habilidad de resultar atractivo para niños y adultos.
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