Análisis de Need for Speed The Run

Análisis de Need for Speed The Run
Facebook Twitter Flipboard E-mail

Electronic Arts vuelve a pisar a fondo con una de sus franquicias estrella, Need for Speed, y nos regala una entrega francamente interesante que recupera el espíritu más canalla y callejero de la IP. The Run no es revolucionario, profundo, ni tampoco realista... No pretende serlo, es sólo diversión a la más alta velocidad.

En la tradición de Electronic Arts por alternar entregas de la saga Need for Speed de diferente tipo como, por ejemplo, se hace con las grandes IPs de tipo bélico, ahora le toca el turno a la vertiente más arcade de la franquicia. Carbono en 2006 (Arcade), ProStreet en 2007 (Simulación), Undercover 2008 (Arcade), Shift 2009 (Simulación), Hot Pursuit 2010 (Arcade), Shift 2 Unleashed 2011 (Simulación) y, ahora, The Run que en esta recta final de 2011 va a por el estilo más desenfadado y ligero de la saga.

Con una de las campañas promocionales más importante que ha llevado a cabo Electronic Arts para un título de la franquicia hasta ahora, The Run se presenta como un videojuego muy ambicioso. Un juego que aúna multitud de elementos y modalidades de juego para convertirse en un lanzamiento particularmente rico en cuanto a contenidos, pero que al mismo tiempo nos deja la sensación de que, sobre el propio asfalto, debíamos esperar algo más de esta nueva entrega para alcanzar una calificación superior.

Need for Speed Does America
La gran oferta de The Run es su modo carrera, precisamente el que da nombre al propio videojuego y que divide una prueba a lo largo de todo el país en 10 niveles que separan la ciudad de San Francisco de la de Nueva York que nos lleva, literalmente, de punta a punta de Estados Unidos.

En este nuevo Need for Speed encarnaremos a Jack Rourke, en lo que es un modo historia muy bien trazado en cuanto a la fuerza de la narrativa para hilar las diferentes pruebas de velocidad a las que haremos frente. El protagonista será un tipo ducho al volante y experto en salir de situaciones peliagudas que se ve sumergido en una a la que no puede hacer frente, y que lo deja a merced de una organización criminal que tiene la intención de apretarle las tuercas hasta límites insospechados.

Tras huir de un siniestro garaje propiedad de los gángsters que le apremian, Jack debe abrirse paso huyendo de Nueva York, y para ello recurre a la ayuda de su vieja amiga, Sam Harper. Ésta le propone un modo de redimirse y, al mismo tiempo, de ganar un buen pellizco económico, el participar en la espectacular prueba de velocidad llamada The Run, que pone a los mejores pilotos ilegales del mundo a correr entre sí en un evento verdaderamente masivo que roza los 5.000 kilómetros, y que lleva a nuestro protagonista y a toda una tropa de otros 200 peligrosos conductores a recorrer los Estados Unidos de punta a punta. Comenzando en la mencionada San Francisco y finalizando en La Gran Manzana, el objetivo será un suculento botín de 25 millones de dólares.

La historia de The Run nos pone en el pellejo de John Rourke, el clásico piloto de carreras ilegales en problemas.
La historia de The Run nos pone en el pellejo de John Rourke, el clásico piloto de carreras ilegales en problemas.

Si las cosas no resultan ya suficientemente complicadas, a la vasta relación de competidores tenemos que sumar que tendremos otros enemigos todavía más poderosos. Los peligrosos criminales buscarán borrarnos del mapa, y debido a que ni hay reglas ni aliados en los enormes desiertos, bosques y ciudades que recorreremos lo van a tener fácil. Por si esto fuera poco la policía nos va a tener también entre ceja y ceja, tratando de truncar en cualquier momento estas pruebas ilegales que ponen en peligro no sólo nuestra salud sino también la de los coches "civiles" que recorren al mismo tiempo que nosotros los circuitos.

El punto de partida de la historia puede resultar más o menos interesante y las cinemáticas están bastante cuidadas, pero como en cualquier título de velocidad, ésta se diluye rápidamente en lo que de verdad importa: la conducción. Algunos momentos completamente absurdos echan por tierra lo que parecía un divertido punto de partida para el guión del título, y los QuickTime Events que plagan las CGIs para poner a prueba nuestros reflejos dan la sensación de haber desaprovechado su oportunidad. En resumidas cuentas, al cabo de pocos minutos seguiremos avanzando en el modo historia sólo por ver las nuevas localizaciones y superar las propias carreras.

En The Run recorreremos Norteamérica de punta a punta, lo que nos permitirá ver parajes muy variados.
En The Run recorreremos Norteamérica de punta a punta, lo que nos permitirá ver parajes muy variados.

La Huida
Como ya hemos adelantado al comienzo del artículo, The Run pertenece a la línea más arcade de los tipos de conducción de la saga Need for Speed. Esto significa que el comportamiento realista de los vehículos brilla por su ausencia ya que no es el punto principal de interés de una EA Black Box que ha preferido centrarse en el componente más espectacular de la acción.

Así pues The Run es lo más parecido a una flamígera película de acción, en mayor medida incluso que a un propio videojuego. Las pistas están tan encorsetadas como es tradicional en la franquicia, y en todo momento sentiremos que no podemos salirnos ni un ápice del circuito propuesto por sus responsables, salvo en las pequeñas secciones con atajos laterales que nos permitirán acortar ligeramente los diferentes trayectos.

No hay nada que objetar a un videojuego de corte arcade y con los escenarios muy ceñidos, y es que no sólo este tipo de videojuegos han reportado extraordinarios réditos en algunas de las entregas precedentes de la saga, sino que suponen un soplo de aire fresco entre las ofertas habituales del género que pasan, en gran medida, por lanzamientos muy representativos dentro de la simulación. El problema es que nada hace brillar particularmente a este The Run, que no deja de ser un videojuego correcto en todos los sentidos y con algunos momentos francamente divertidos pero que, sin embargo, dista mucho de estar a la altura de otros grandes productos de la franquicia en su vena arcade como el genial Hot Pursuit.

Así pues este enésimo Need for Speed no es de ningún modo un título malo en absoluto, pero sí echa en falta una dosis de inspiración seria para trascender y convertirse en un producto recomendable. Es de ese barniz de calidad sobresaliente del que, precisamente, en ocasiones adolecen los productos de Black Box: un equipo tan capaz de regalarnos lanzamientos tan fantásticos como los dos primeros Skate, y de poco después presentar con Undercover una de las peores y más convenientemente maltratadas entregas del universo Need for Speed.

Entre lo positivo del juego cabe destacar lo accesible que resulta. En este sentido sus responsables han conseguido una ejecución de todo el manejo de los vehículos francamente notable, tan poco exigente como cabe esperar de un arcade en términos de realismo, físicas o cualquier otra consideración de este tipo, pero también tan comprensible y fácil de "coger al vuelo" como es tradicional en esta clase de productos. Por otra parte se ha añadido una opción de rebobinado que pretende emular a lo visto en Forza Motorsport, DiRT y otros juegos similares, aquí resulta bastante intrusivo puesto que en los modos de dificultad normales saltará en cualquier colisión, y se fundamenta en checkpoints prefijados dentro del circuito, y no en recuperar el control cuando nosotros lo deseemos.

La oferta de vehículos es francamente agradecida en el juego, todos ellos francamente bien recreados.
La oferta de vehículos es francamente agradecida en el juego, todos ellos francamente bien recreados.

Hacer una lista de otros elementos que no nos han acabado de convencer en la experiencia jugable de ponerse a los mandos de los vehículos del juego sería un posiblemente injusto listado de factores que darían la sensación de tratarse de un juego mucho peor de lo que en realidad es, pero sí debemos matizar un par de elementos que nos han llamado la atención por lo negativo. En primer lugar se trata del componente "tramposo" de la IA rival, tradicionalmente ajustado de forma artificial en entregas precedentes, pero nunca de una forma tan notoria como en esta ocasión. En cualquier nivel de dificultad vamos a ver acelerones y frenazos completamente sin sentido de los coches oponentes sencillamente para ajustar sus posiciones en carrera, cambios en su velocidad que van a ir notoriamente más allá de su uso del turbo o del freno de mano y que dan a menudo una sensación de irrealidad mucho mayor de la que cualquier arcade del año 2011 puede permitirse.

Por otra parte el número de vehículos es francamente generoso, y nos va a costar ver a alguna de las grandes marcas de la automoción no representada por varios modelos de sus coches, no obstante las diferencias entre los vehículos no son tan patentes como nos gustaría. Entre un Muscle Car y un deportivo se notan diferencias, pero éstas deberían ser mucho más palpables incluso para hablar como lo hacemos de un videojuego de corte arcade.

Las estadísticas son uno de los pilares fundamentales de la experiencia The Run, el competir contra nuestras amistades será fundamental.
Las estadísticas son uno de los pilares fundamentales de la experiencia The Run, el competir contra nuestras amistades será fundamental.

Por otra parte hay otras decisiones que no nos han gustado en demasía a la hora de elegirlos y es que en algunas modalidades como, por ejemplo, en el modo historia no podemos cambiar de automóvil antes de comenzar la carrera, sino que debemos hacerlo con ésta ya empezada en las gasolineras. ¿Por qué es tan importante este detalle? El juego nos obliga a correr con el coche de la prueba anterior durante un tramo de la nueva pista hasta llegar a las estaciones de servicio; algo totalmente incomprensible ya que puede que las condiciones del nuevo circuito no sean las idóneas para nuestro bólido. Una decisión únicamente explicable desde el punto de vista estético puesto que no tiene ningún sentido ni desde el argumental ni, por supuesto, desde el jugable.

Como puede verse con este par de muestras hemos querido únicamente hacer detectar por parte del lector la idea que las críticas que interpelamos contra el juego tratan de reflejar. No se trata de enumerarlas todas o de transmitir la sensación de que The Run sea un mal videojuego, de hecho puede depararnos unas cuantas horas de notable entretenimiento, no obstante para haber trascendido tendría que haber prestado una mayor atención a estos detalles que podrían haber resultado fácilmente mejorables y que nos hubieran ofrecido un producto mucho más notable desde cualquier perspectiva.

El motor de colisiones puede darnos algún disgusto, pero siempre tenemos la posibilidad del rebobinado para solventar cualquier eventualidad.
El motor de colisiones puede darnos algún disgusto, pero siempre tenemos la posibilidad del rebobinado para solventar cualquier eventualidad.

En Manos de Autolog -Modalidades y otras Características-
Destaca muy positivamente la presencia de la red social Autolog que debutó en entregas pasadas de la saga y que tras su poderosa presencia en el fantástico Hot Pursuit, regresa aquí para reeditar muchas de sus características. La integración de la red es completa con el juego, y no sólo nos facilita el tener notificaciones muy detalladas sobre lo que hacen nuestras amistades en el juego, sino que nos permite personalizar nuestro perfil con iconos y fondos, acceder a recomendaciones de amigos, sugerirnos otros jugadores para competir, compartir y ver fotografías guardadas....

La idea es la de que con Autolog todo adquiera un barniz competitivo de lo más espectacular, y de este modo hasta partes del juego aparentemente off-line como la campaña se convierten en luchas y desafíos entre nuestras amistades y jugadores de todo el mundo para comparar tiempos segundo a segundo, por ejemplo.

Por otra parte los Desafíos vienen a completar la experiencia de juego que ofrece el propio Modo Historia. Según vayamos avanzando en The Run iremos desbloqueándolos y obteniendo medallas en cada uno de ellos que superemos, y éstos se ambientan en las mismas zonas que la propia campaña individual pero con diferentes compromisos, recompensas y necesidades.

Nos ha llamado la atención que todo lo que hagamos en la carretera de The Run nos va a permitir obtener experiencia. Estos puntos de Xp nos van a permitir liberar nuevas habilidades como el nitroso, el drafting o los Busters para los policías, mecánicas que van a hacernos más placentero e interesante el juego y que, como decimos, se van a desbloqueando con la inversión de los puntos de veteranía que obtengamos en cualquier tipo de modalidad del juego: ya sea en la campaña individual, en los desafíos o en los enfrentamientos multijugador.

En este campo, el del on-line competitivo, el juego ofrece una generosa cantidad de alternativas, etiquetadas como desafíos: Muscle Car, NFS Edition Racing, Mixed Competition, Exotic Sprint Racing, Supercar Racing y Underground. Todos ellos relativamente corrientes en cuanto a su concepto, pero muy variados en cuanto a lo que la propia oferta se refiere. Además se incorpora la curiosa, ruleta de los premios, que nos deparará la cantidad de experiencia, los nuevos vehículos o de incentivos que obtendremos por superar el evento. Un modo on-line divertido que nos tendrá entretenidos durante una cantidad de tiempo más que razonable con sus diferentes desafíos y retos a superar para ocho jugadores simultáneos.

En eventos como el modo historia sólo podremos cambiar de vehículo en las gasolineras.
En eventos como el modo historia sólo podremos cambiar de vehículo en las gasolineras.

Pasión por la Velocidad -Gráficos y Tecnología-
A nivel visual este The Run es un videojuego más que notable, un título contundente en todos los sentidos que sabe no bajar la guardia ni en las escenas cinemáticas ni en las partes puramente in-game. El empleo del motor Frostbite 2 de DICE ha logrado buenos resultados en casi todos los sentidos, mostrando una buena adaptación de este engine caracterizado por su buen hacer en shooters y que demuestra ahora su versatilidad en el título que nos ocupa.

El nuevo Need for Speed dista de ser un juego asombroso en lo estético, pero ofrece más que notables resultados tanto en aspectos tan importantes como el modelado de los vehículos como en los cuidados escenarios que recorreremos: ya sean éstos naturales o urbanos.

Por un lado Electronic Arts ha insistido muy a menudo en el componente cinematográfico de este The Run, algo que nos retrotrae a los títulos más a caballo entre los videojuegos y las películas que la propia distribuidora norteamericana ha lanzado recientemente. Las escenas de vídeo que separan unas secuencias de juego de otras hacen su trabajo con efectividad, aunque sin obtener unas cotas particularmente pasmosas de calidad. Salpican este tipo de CGIs QuickTime Events que nos obligan a no bajar la guardia en ningún momento, instantes en los que deberemos apretar en el momento adecuado los botones que se requieran para que el protagonista lleve a cabo alguna acción generalmente evasiva.

El multijugador es uno de los puntos fuertes del programa. Haciendo uso de Autolog, el título crea un buen sentido de la comunidad y lo competitivo.
El multijugador es uno de los puntos fuertes del programa. Haciendo uso de Autolog, el título crea un buen sentido de la comunidad y lo competitivo.

El modelado de los vehículos, por otra parte, está tan cuidado como cabría esperar de una producción perteneciente a la marca Need for Speed. Las diferentes máquinas tienen un modelado más que notable, con una carga poligonal muy buena y una texturización adecuado. Echamos en falta algún tipo de la personalización que siempre ha caracterizado a la franquicia, pero en cualquier caso es un trabajo notable, aunque con las mismas notas de falta de profundidad que lastran al resto de apartados del programa.

Los escenarios, por su parte, están tremendamente acotados, pero presentan un buen nivel de detalle. Los elementos que rodean los arcenes de la pista son interactivos en el sentido de que se rompen a nuestro paso, de modo que la rigidez no es un problema en el juego. Los efectos lumínicos son fantásticos, y la paleta de colores escogida es francamente rotunda.

La sensación de velocidad que transmite el juego es la adecuada, apoyada por un frame-rate impecable en consolas. No obstante en lo tecnológico debemos destacar, más allá de lo poco realista del comportamiento de los vehículos en giros o colisiones, las dilatadísimas secuencias de carga con las que cuenta. Electronic Arts nos ha advertido que en la beta de review enviada a los medios no se cuenta la optimización de los tiempos de las que si disfrutarán los aficionados con la versión retail, pero se trata de una información que no podremos corroborar hasta que no contrastemos por nosotros mismos con una copia completamente final.

A nivel visual, The Run es un juego más que notable. Cuidados efectos lumínicos, escenarios muy retratados y vehículos bien ejecutados.
A nivel visual, The Run es un juego más que notable. Cuidados efectos lumínicos, escenarios muy retratados y vehículos bien ejecutados.

Por lo que respecta al audio, la versión review enviada por Electronic Arts cuenta con el inglés como único idioma disponible, de modo que para valorar su anunciada localización a nuestro idioma deberemos esperar. Por lo pronto esta versión original nos ha permitido disfrutar del trabajo de un buen elenco de actores como, por ejemplo, la voluptuoso Christina Hendriks a la que conocemos por la serie Mad Men y que repite en un producto destinado a la velocidad como el que se estrenará en las próximas fechas: el largometraje Drive. La banda sonora repite las cotas de calidad de los productos habituales de Electronic Arts, los efectos de sonido son los adecuados para un producto de estas características.

Bueno

Sin sello

Need for Speed: The Run

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

The Run es un interesante aunque no particularmente brillante juego de conducción. Need for Speed recupera su vena más arcade con un título generoso en cuanto a contenidos, notable en cuanto a su diversión pero algo parco en términos de calidad e inspiración. sólo diversión a la más alta velocidad

Comprar Need for Speed: The Run
Jugadores: 1-8
Idioma: Manual en español, textos en español y voces en español
Duración:
Comentarios cerrados
VÍDEO ESPECIAL

4.527 visualizaciones

El AUTÉNTICO AAAA de Ubisoft FAR CRY 2

Hay revoluciones que pasan frente a nuestros ojos sin que apenas nos demos cuenta. Juegazos que, por la velocidad de la industria y lo rápido que muchos se suman a las modas, pasan inadvertidos o hacen algo de ruido para luego quedar completamente sepultados por secuelas o...