Los creadores de Scribblenauts se lanzan al desarrollo de títulos para iOS, y lo hacen con este genial Run Roo Run: un título tan sencillo como divertido y efectivo. Un videojuego de la vieja escuela en el más puro sentido de la palabra, es decir simpático, accesible y cargado de un genial componente adictivo.
Desde el comienzo de su anuncio hemos seguido con mucho interés Run Roo Run, y es que el hecho de que estuviera desarrollado por los chicos de 5th Cell (Scribblenauts) nos parecía un motivo fantástico para observarlo de cerca. Ahora, con el juego final en las manos, sólo podemos decir que éste ha cubierto las expectativas, facilitándonos un título tan sencillo como encantador.
Automatizado a más no poder. Esa es la sensación que puede dar Run Roo Run en primera instancia, y es que sólo podemos hacer una cosa durante el juego, tocar la pantalla en cualquier punto para accionar el salto de nuestro protagonista. El primer nivel del juego es desolador, y es que a lo sencillo que éste resulta hay que sumar que el salto del único obstáculo que hay en esa fase inicial no es lo más estimulante del mundo. Si nos guiamos sólo por este titubeante comienzo del lanzamiento, su interés es limitadísimo; no obstante poco a poco vamos avanzando en sus brevísimos niveles para ir descubriendo que surge entre nosotros la clásica sensación del... "enseguida lo dejo, sólo un nivel más".
A esto contribuyen varios factores, el primero de ellos que a menudo lo sencillo es tremendamente adictivo. En el juego encarnaremos a un simpático canguro, de nombre Roo, que debe recorrer de punta a punta Australia, una excusa como otra cualquiera para dividir el juego en nada más y nada menos que 420 niveles que toman la forma de una sola pantalla al más puro estilo Angry Birds que, en esta ocasión, recorremos de izquierda a derecha en 2D. Todo ello para superar una serie de rompecabezas simpatiquísimos: muy sencillos al comienzo, y francamente difíciles más adelante.
Todo lo que debemos hacer para superar en estas fases es pulsar la pantalla para que el canguro comience a andar, y después pulsarla nuevamente tantas veces como queramos siempre que deseemos que salte. Lógicamente la cosa se va complicando, y el juego hace un gran trabajo a la hora de ir añadiendo poco a poco y capítulo a capítulo nuevos elementos que van haciendo más y más complicadas las situaciones: ventiladores que nos ayudarán a llegar más alto, botones que activan mecanismos, pinchos, trampas, plataformas que se deshacen, nubes a las que subirse para desplazarnos... Mil y un detalles que van cambiando cada capítulo (compuesto por 15 niveles cada uno) para hacerlo fresco y, sobre todo, para irlos dotando de mayor complejidad.
La cuestión, sin embargo, estriba en la duración del título y su relación calidad - precio. Run Roo Run es un título divertidísimo, aunque quizá en la mayor parte de su oferta puede resultar demasiado sencillo para determinados paladares. El programa de 5th Cell cuesta poco más de un euro y medio, y esta relación teniendo en cuenta los más de 400 niveles con los que cuenta puede sonar como muy generosa. No obstante hay que matizar que la mayor parte de éstos niveles se resuelven únicamente en segundos, y que sólo en los 120 que se etiquetan como "extremos" tenemos ante nosotros un desafío a la altura de lo que los más exigentes demandan.
Run Roo Run es, ante todo, una agradable sorpresa. ¿Demasiado fácil? Quizá en su mayor parte. No obstante es un título muy divertido y agradable de disfrutar, que conserva un componente cada vez más ausente en los videojuegos actuales: el de la adicción.
