Análisis de Watch Dogs. El más buscado

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Watch Dogs. Dos palabras que, desde el anuncio de lo nuevo de Ubisoft, se han convertido en uno de los mayores generadores de hype del mundillo. Aiden Pearce desembarca en PC y consolas con su mágico teléfono móvil dispuesto a hacer justicia. ¿Y el juego? Una aventura espectacular que no ha logrado igualar sus desaforadas expectativas, pero que ofrece mucho y aparatoso entretenimiento.

El momento ya está aquí por fin, y eso que parecía que no llegaría nunca. Watch Dogs desembarca entre nosotros tras un desarrollo de varios años cargado de promesas, brutales expectativas y un apartado visual verdaderamente formidable. Ubisoft Montreal vuelve a demostrar que cree en el sandbox como fórmula jugable del futuro de la acción, y nos vuelve a brindar un título de esas características que ofrece mucha diversión y el habitual componente único y genuino que tienen todas sus producciones.

¿El problema? Las perspectivas, claro está. A pesar de ser un título más que notable, la primera aventura de Aiden Pearce será seguramente machacada por el desaforado hype que la rodeaba. Los aficionados esperaban uno de los videojuegos del año y a buen seguro distará de serlo, pero eso no debe ser óbice para que se nos nuble el juicio. Con sus errores y flaquezas, que los tiene, no deja de ser un muy buen producto de acción, libertad y hackeo y un videojuego, además, cargado de contenidos y con muchas horas de entretenimiento que aportarnos.

Perros Guardianes

Ya le conoces. Le has visto una y mil veces caminando con su gabardina y las manos en los bolsillos por las calles de Chicago. Su nombre es Aiden Pearce, y es el protagonista de Watch Dogs. Sin duda este nuevo héroe no se contará entre los favoritos de los aficionados de entre toda la amplia y espectacular gama de personajes que nos han dejado los trabajos de Ubisoft en los últimos diez años. ¿Los motivos? No tiene el carisma de otras de sus grandes creaciones y, definitivamente, su historia tampoco goza del memorable cuño de algunos de los productos recientes de obras tan representativas como las de las series Assassin's Creed, Far Cry o Prince of Persia.

El guión del juego que nos ocupa gira en torno a una pérdida. La de la hija del propio Pearce y, sobre ella, gira toda la trama de venganza sobre la que pivota la aventura. Como siempre en estos casos vamos a contar lo menos posible para evitar "destripar" nada al lector, sin embargo sí podemos adelantar algunas pinceladas. La campaña individual es el punto fuerte del producto, y se divide en cinco actos de números de misiones variables y que hacen avanzar el argumento con una pléyade de conspiraciones, movimientos maestros y traiciones que se nos explican a través de cinemáticas o llamadas de teléfono.

Todo comienza con una ágil presentación de quién es y a qué se dedica nuestro protagonista, acompañado de su mentor que nos guiará en nuestros primeros pasos a modo de tutorial para la misión que abre el modo historia. No tardaremos, sin embargo, en separarnos de su mano y comenzar a trabajar por nuestra cuenta, puesto que al fin y al cabo esto es un sandbox y sobra en la fórmula alguien que nos diga qué debemos hacer y cómo. Eso no significa que no vayamos a tener mucha gente que nos encargue trabajos, y por el camino conoceremos a abundantes personajes secundarios como Jordi, un T-Bone que protagonizará su propio DLC más adelante y, también, a la belleza alternativa Clara.

Watch Dogs es la historia de Aiden Pearce y su venganza, un argumento algo previsible pero que sirve para dar combustible a nuestra aventura.
Watch Dogs es la historia de Aiden Pearce y su venganza, un argumento algo previsible pero que sirve para dar combustible a nuestra aventura.

Éstos ayudan a dar algo de color a un modo off-line cuya línea principal nos llevará superar más o menos unas 15-20 horas, horquilla que recordemos es sólo una estimación y que variará mucho en función de las habilidades del jugador, de nuestro interés por las actividades secundarias y del nivel de dificultad escogido entre los cuatro disponibles. ¿Por qué es necesaria la presencia de estos "actores de reparto" para engordar la narrativa? Principalmente porque Aiden y su historia de venganza son tan genéricos que cuesta mucho seguirlos con interés. Esperábamos grandes cosas de una historia en la que tecnología y sus usos podían valer como pie para contarnos grandes cosas y sorprendernos, y el resultado ha sido todo lo contrario. Todo es bastante predecible y cuesta seguirlo con interés después de las primeras horas, hay momentos en los que parece que el programa quiere despegar sorprendiéndonos con algún giro, pero éstos no acaban de estar bien resueltos y la escasa empatía que vamos a sentir por el héroe y por sus seres queridos, desde luego, tampoco ayuda.

Las cinemáticas presentan un gran aspecto en todo lo relacionado con lo cosmético, y aunque se exhiben de forma minimalista con diálogos y conversaciones entre casi siempre dos interlocutores, lo cierto es que las cuidadas expresiones y el fantástico retrato facial de éstos ayuda a mejorar su look cinematográfico. Claro que el juego también acompaña estas ocasionales demostraciones de fuerza gráfica con otras secuencias perezosas, y es que abundan las misiones que se presentan con un mero plano fijo desde la distancia del propio Aiden a través de una cámara de seguridad estática escuchando una conversación o haciendo públicos sus pensamientos. Es, precisamente, esa sensación de falta de inspiración o de esfuerzo en determinadas partes de lo narrativo de Watch Dogs la que se extrapola también a lo jugable, impidiendo así que las partes brillantes sean la tónica dominante y, en cambio, dejando que se apodere una sensación de irregularidad que ha impedido al título alcanzar las cotas más altas a las que en un principio parecía destinado.

Como buen sandbox, el título que nos ocupa ofrece un sin fin de vehículos y un montón de mundo que recorrer con ellos.
Como buen sandbox, el título que nos ocupa ofrece un sin fin de vehículos y un montón de mundo que recorrer con ellos.

Maestros de la Tecnología

Hasta ahora hemos hablado de todo lo que tiene que ver con la narrativa del videojuego de Ubisoft Montreal, pero todavía nos queda lo más importante por abordar de un producto de estas características: lo que tiene que ver con su elemento jugable. Un problema al que se enfrentan los videojuegos de corte sandbox es el de que abordan tantos géneros en una única propuesta que es difícil que todos estén a la misma altura, lo que suele causar problemas de falta de consistencia en algunas de las cosas que se ponen sobre la mesa. Es cierto que hay equipos que han perfeccionado tanto la fórmula que consiguen obras que rozan lo inmaculado y, de hecho, la propia Ubisoft Montreal cuenta con algunos ejemplos de relumbrón, sin embargo Watch Dogs es un conglomerado algo caprichoso de estilos y referencias que funciona estupendamente en algunos elementos y que deja un poco que desear en otros.

En el título que nos ocupa hay coches, hay disparos, hay exploración y hay algunos minijuegos y sencillos puzles, así que hay mucho que contar. Empecemos por lo más llamativo que es, para ser más exactos, lo que le otorga a esta obra su plena identidad, y es el hackeo. La forma en la que se relaciona Aiden con la tecnología de este sofisticado entorno que es Chicago puede parecer algo sencilla en primera instancia, pero poco a poco vamos ganando en posibilidades y todo es tan accesible como debería serlo cuando tenemos que usarlo mientras participamos de tiroteos o de persecuciones de coches. A buen seguro a mucha gente le parecerá que la simplicidad de estas partes resulta chocante, sin embargo entendida dentro del contexto general del programa es inevitable que con todas las cosas que tenemos que hacer al mismo tiempo, su presentación y ejecución resulte por obligación sencilla y accesible.

El concepto es el de que el pirateo de distintos dispositivos es un apoyo para nuestras labores, así que nunca es la piedra angular de lo que sucede aunque su importancia sea máxima para salir adelante de las situaciones tan difíciles que vamos a vivir. Desde el punto de vista de su uso pasivo podemos destacar que sólo con apretar el botón adecuado del pad o teclado sacamos el teléfono móvil y tenemos un vistazo muy completo de toda la información que nos rodea. Tanto el destacado de todos los objetos electrónicos en pantalla con los que podemos interactuar, como la información completa de todos los ciudadanos que se crucen en nuestro camino. La idea es que los NPCs de Watch Dogs ya no son sólo gente que pasea, lo que se consigue así es que tengan nombre y apellido y circunstancias, de modo que tengamos una idea muy clara de lo que nuestras acciones provocan sobre estos daños colaterales andantes que tienen familia, trabajo y sueños. ¿No te parece importante? Espera a que atropelles por equivocación a alguien y, al salir del coche, descubras en su ficha que era una madre soltera con tres niños a su cargo.

Claro que aparte de este genial y simpático detalle para dotar de matices a la experiencia de movernos por el mundo del programa y hacer más humanos a sus moradores, lo cierto es que también hay otras partes mucho más activas. Por ejemplo, gracias a nuestra posibilidad de relacionarnos con las cámaras podemos ver a través de ellas, y las calles de la urbe están literalmente repletas de dispositivos de seguridad de este tipo para que podamos tener cubierto casi cualquier ángulo. En las secciones de sigilo que detallaremos más adelante esto es muy importante puesto que nos permite marcar todas las amenazas y, además, hacer un estudio en profundidad del escenario y sus retos. No obstante también habrá algunos ligeros rompecabezas en los que tendremos que seguir líneas de corriente para abrir puertas y acabar con obstáculos, todos ellos muy sencillos y para cuya resolución bastará con explorar el escenario con algo de cabeza.

También serán parte fundamental del entramado que componen las secciones al volante. Será frecuente que nos veamos inmersos en persecuciones policiales o que seamos nosotros mismos quienes tengamos que salir a la carrera tras algún objetivo. Debido a la incomprensible decisión de no permitirnos disparar con armas desde el coche, algo ilógico en un videojuego lanzado en pleno año 2014, los responsables del título nos obligan a utilizar el hackeo como único método para lidiar con las persecuciones. Las posibilidades son bastante generosas en número, y el aficionado descubrirá poco a poco que el abanico se va a ampliando con numerosas alternativas. Con sólo apretar un botón en el momento oportuno, es decir cuando la acción contextual se abra en pantalla, podremos alterar cosas tan increíbles como el flujo del tráfico a través de un semáforo para provocar una conclusión, levantar los pivotes de una zona peatonal justo antes de que pase un coche para detenerlo en un espectacular choque, o hacer reventar una cañería de gas y provocar una explosión que levante el asfalto, entre otras cosas. Como decimos la ejecución es sencilla y nadie debe esperar algo demasiado profundo puesto que todo se lleva a cabo con un solo botón, pero es en conjunción con el resto de cosas como verdaderamente funciona y se convierte en una parte divertida y más estimulante del programa.

El árbol de habilidades nos permitirá mejorar mucho nuestras habilidades de hackeo para ser más sigiloso y discreto.
El árbol de habilidades nos permitirá mejorar mucho nuestras habilidades de hackeo para ser más sigiloso y discreto.

Dispara, Conduce, Explora

El hackeo, como ha quedado claro, es el aderezo del conjunto y como tal funciona, pero las partes donde Watch Dogs se tiene que hacer fuerte son las típicas de un producto de estas características. La conducción, el sigilo, los disparos, la movilidad del personaje y su versatilidad... Todas las claves que necesita un producto de perfil sandbox y en las que el juego de Ubisoft obtiene resultados dispares con algunas partes más interesantes que otras, y con una sensación general de que con algo más de empaque el título hubiera estado muy por encima de lo que ofrece en su estado actual.

De entre todas las partes relacionadas con la acción la que mejor funciona, probablemente, sea la relacionada con el sigilo. A menudo tendremos que infiltrarnos en instalaciones o limpiar zonas abiertas con muchos enemigos, y si queremos optimizar nuestros recursos o hemos optado por una dificultad alta será muy inteligente hacerlo con discreción. Hay una pistola con silenciador, y la posibilidad de asesinar o sólo "neutralizar" con ella a nuestros enemigos, pero la opción que más nos gusta es la del ataque cuerpo a cuerpo, que se resuelve con una rápida ejecución silenciosa. Esto hay que coordinarlo con el ya mencionado uso de las cámaras, incluidas las de los móviles de nuestros oponentes, para dejar bien marcados desde el principio todas las posiciones de los rivales y saber dónde están incluso a través de las paredes. Hay algunos problemas esporádicos con la IA, que provocan algunos momentos confusos, pero en general no dejan de ser muy puntuales cegueras o sorderas parciales de los adversarios, y nada que estropee en demasía esta parte de la experiencia puesto que no son frecuentes.

También funciona correctamente, aunque sin grandes alardes, todo lo relacionado con los tiroteos. Era una parte en la que sus responsables tenían mucho interés, ya que en los últimos tiempos Ubisoft ha apostado por juegos de acción con armas en mayor medida que en el pasado, pero todavía no había lanzado un gran Triple-A con disparos y perspectiva en tercera persona desarrollado en sus estudios internos. La agilidad del personaje está fuera de toda duda, y la demuestra en todo momento en la exploración del escenario y su capacidad para escalar, aunque la configuración de botones y lo rápido que sucede todo puede hacer que muchas acciones sean confusas y devengan en errores por la cercanía de los elementos. No obstante, y obviando esa mutabilidad del protagonista en puntual acróbata, Watch Dogs se apoya en mecánicas shooter de probado rendimiento en los últimos tiempos como las coberturas, pero ciertamente las tiene algo más restringidas de lo que estamos acostumbrados.

La conducción es una de las partes más decepcionantes del programa. Cuesta acostumbrarse a la maniobrabilidad de los coches y a sus desconcertantes físicas.
La conducción es una de las partes más decepcionantes del programa. Cuesta acostumbrarse a la maniobrabilidad de los coches y a sus desconcertantes físicas.

Por ejemplo acciones tan sencillas como disparar a ciegas no están soportadas, de modo que para abrir fuego tenemos que exponernos por obligación, pero por lo demás todo funciona adecuadamente y hay abundantes momentos que nos van a sorprender por su espectacularidad, como los tiroteos que se generan en algunas misiones en plena calle usando como parapetos los coches. ¿El colofón? Un método de cámara lenta que el programa define como "concentración" y que podemos usar esporádicamente para apuntar mejor, y combatir el retroceso de las armas y la fiereza del enemigo. El arsenal, por último, es lo suficientemente versátil en cuanto a herramientas para adaptarse perfectamente a nuestro estilo, y ofrece una buena variedad de armas cortas, recortadas, automáticas y de largo alcance. Tenemos que destacar, así mismo, que nosotros mismos podemos fabricar algunos de los accesorios como las granadas o las sabotajes electrónicos que podemos utilizar con los componentes que recogeremos o compraremos.

El volante es la tercera pata del banco de Watch Dogs, y quizá es también la que presenta un acabado más discutible. Nuestras dudas tienen que ver, principalmente, con la propia conducción, que se nos antoja algo pobre y falta de precisión para lo que los estándares actuales de los títulos con componente de velocidad exigen. Para empezar todo comienza con mal pie dada la pobre física que exhiben los vehículos, con una cierta sensación de "flotar" sobre el asfalto y que se hace notar particularmente en giros. Algunas colisiones son fantásticas y fomentan la espectacularidad, pero en otros choques uno se da cuenta rápidamente de lo que falla en el motor y que provoca situaciones inverosímiles bajo determinadas circunstancias. Por otra parte cuesta mucho tiempo comenzar a acostumbrarse al manejo de las distintas máquinas, pero al cabo de no mucho tiempo comenzaremos a sentirnos más cómodos con ellas aunque siempre sintamos una cierta falta de precisión no necesariamente vinculada al exceso de velocidad, donde ésta sería lógica. Eso sí, todas las máquinas son lo suficientemente distintas entre sí como para exhibir sus particularidades en la maniobrabilidad, desde los todoterrenos a los incontrolables deportivos pasando por toda una amplia gama de turismos y monovolúmenes.

Hay algunos minijuegos y entretenimientos como el de las psicodélicas flores, algo fuera de lugar pero que ofrece algo muy distinto.
Hay algunos minijuegos y entretenimientos como el de las psicodélicas flores, algo fuera de lugar pero que ofrece algo muy distinto.

¿Qué hacer en Watch Dogs?

Como ya hemos dejado claro todo lo que propone Watch Dogs se basa, como siempre en estos casos, en las misiones: ya sean de perfil principal o secundario. Las que hacen avanzar la campaña son las primeras, y son las que presentan también todas las dinámicas jugables del programa con bastante acierto y cuidado timing. El problema con ellas no sólo viene derivado del argumento que ya hemos descrito como menos interesante de lo que esperábamos, sino también de un cierto componente repetitivo en lo que plantean. Al final la práctica totalidad de ellas son encargos que versan sobre ir del punto A al B y ahí matar a alguien o robarle datos, con un esquema general tremendamente similar entre sí y muy alejado de las cotas de variedad que están aportando en los últimos tiempos los grandes representantes del género.

Lo mismo podemos decir de muchas de las misiones de perfil accesorio que, como suele suceder, no tienen por qué cumplirse y que sirven como pretexto para llenar de vida la ciudad. El inconveniente viene derivado de que muchas de ellas son encargos de intercepción de coches enemigos, de limpieza de bases de matones o de persecuciones para hacernos con datos, y es algo que ya estamos haciendo constantemente en la campaña, con lo que su interés se ve reducido. También existen otros tipos de alternativas en este sentido que son mucho más variadas pero cuyo interés jugable es escaso y su contexto queda bastante fuera de lugar. Hablamos de un sorprendente matamarcianos de lo más básico en el que tenemos que limpiar a los extraterrestres que salen de portales interdimensionales, de una contrarreloj para coger monedas y esquivar trampas o de los viajes digitales que ofrecen entretenimientos tan estrafalarios como un psicodélico minijuego de saltos de flor en flor... Como decimos aportan diversidad, pero a costa de mecánicas tan simples que no acaban de aportar nada siquiera a corto plazo y que están ambientadas en la misma zona de la ciudad en la que se activan, de modo que ni tan siquiera ofrecen nada visualmente distinto al margen del cambio del interfaz y algún que otro filtro. Una decepción importante.

El mejor motivo para llevar a cabo todas estas actividades, así como las que se suceden en tiempo real y de las que se nos advierte con mensajes emergentes (destrucción de convoyes criminales o interrupción de delitos en curso) tiene que ver principalmente con la mejora del personaje y con la obtención de dinero. Conforme vamos cumpliendo objetivos, de hecho, el programa nos va brindando puntos que podemos invertir en distintas habilidades para mejorar el potencial del protagonista. Hablamos de su optimización en labores como la conducción, los disparos, el hackeo y la capacidad para crear nuevos objetos, y en todos los casos los incrementos que conseguiremos nos regalan algunos de los momentos y destrezas más espectaculares del título. También será interesante para revelar todos los misterios del mapa, al más puro estilo Assassin's Creed, el desactivar las torres de intercepción de señales del ctOS, la organización que domina la faceta tecnológica y que bloqueará nuestras habilidades con el teléfono móvil hasta que procedamos a su supresión. También hay otras distracciones como juegos de cartas o ajedrez, aunque con una importancia y presencia más relativa.

Por otra parte todo lo que Watch Dogs propone se enmarca en una continuada percepción de que la industria del videojuego camina hacia un sentido de lo on-line constante. ¿Cómo lo hace Ubisoft en esta ocasión? De una forma muy inteligente y, para nuestro gusto, acertada. Se trata de integrar todo lo que tiene que ver con la campaña individual y el multijugador en un mismo todo, lo que permite saltar de una a otra parte sin injerencias, paso por torpes menús o largas esperas. De hecho, mientras se produce el matchmaking para la alternativa que hayamos escogido desde el teléfono in-game, el juego nos permite seguir moviéndonos a nuestro gusto por la ciudad, aunque con algunas lógicas restricciones en cuanto a poder intervenir en misiones o actividades ya que al encontrar la partida nos obligarían a abortarlas.

En las tiendas podemos comprar armas, ropa o incluso mejoras temporales para aplicar sobre nuestro personaje. Un buen lugar donde gastarse el dinero.
En las tiendas podemos comprar armas, ropa o incluso mejoras temporales para aplicar sobre nuestro personaje. Un buen lugar donde gastarse el dinero.

Y, en cuanto a las alternativas que ofrece, las opciones no son demasiado variadas u originales, pero definitivamente están ahí para mantenernos entretenidos un buen rato y salpicar de variedad la propuesta. Las que más se promocionaron durante la fase de producción del título fueron las de 1 contra 1, en la que podemos infiltrarnos en partidas de otros jugadores para "robarles datos" y hacernos con reputación (la moneda de cambio en el on-line) o, por el contrario, sufrirlas en nuestras carnes. La opción es desactivable como todo el apartado multijugador, así que no hay temor a ser molestados en nuestra partida si no nos interesa, pero cuando sucede un mensaje en el costado de la pantalla nos informa de que estamos siendo invadidos y nos da un tiempo límite y una zona del mapa para interceptar al enemigo y matarlo. El usuario se ve a sí mismo con el skin de Aiden, pero el otro nos ve con forma de un civil estándar, con lo que tendrá que analizar con cuidado y con el móvil a todo el que se mueva por la zona para desenmascararlo. El salir triunfador de esto para el que ataca no tiene que ver con matar al oponente sino con robarle, así que no hay peligro de sabotajes o presencias desagradables en nuestras partidas por su parte, puesto que a él le bastará con quedarse en una posición segura viendo cómo se agota el tiempo y moviéndose de cuando sea necesario para evitar la mirada del otro jugador. Es lo más curioso del on-line, ¿el resto? Efectivas pero poco destacables variaciones de carreras, modos competitivos por objetivos y el modo libre on-line con una versión reducidísima de la oferta de actividades secundarias y la posibilidad de movernos libremente por la urbe con otros usuarios, sin muchas complicaciones o atractivo.

La Chicago del Siglo XXI - Gráficos y Sonido-

En primera instancia lo que más llamaba la atención del programa en el momento de su presentación era su impactante apartado gráfico, y ciertamente el resultado con el juego entre las manos es fantástico. Superadas ya todas las polémicas sobre supuestas reducciones en la calidad visual general del programa, lo cierto es que el título presenta un aspecto estupendo en consolas Next-Gen, aunque uno bastante más discreto en las máquinas del pasado ciclo que nos ocupan.

La densidad en las calles de las versiones del pasado ciclo de consolas se reduce notablemente y, por lo tanto, el juego pierde mucha espectacularidad.
La densidad en las calles de las versiones del pasado ciclo de consolas se reduce notablemente y, por lo tanto, el juego pierde mucha espectacularidad.

Tanto en PlayStation 3 como en Xbox 360 hablamos de un producto notable, pero que tiene algunos problemas que le restan bastantes puntos y que no diremos que afectan directamente a la experiencia jugable, pero que definitivamente la afean. Hablamos de texturas poco detalladas, incluso teniendo en cuenta el componente sandbox del título, de un popping ciertamente desagradable cuando nos movemos a toda velocidad, y de algunas caídas en la tasa de imágenes por segundo que suceden de vez en cuando pero que, en definitiva, llaman la atención. También hay cosas buenas como es lógico y modelado de Aiden, eso sí, es francamente bueno, y aunque desde el punto de vista artístico la única seña de identidad es la de su gorra y gabardina (de tal modo que limitan a la elección de colores las posibilidades de personalización), lo cierto es que verlo paseando por la ciudad con las manos en los bolsillos es fantástico. Las animaciones también ayudan a componer con éxito ese fantástico héroe solitario, y eso que no estamos muy de acuerdo con los encadenados de sus distintos ritmos de desplazamiento: excesivamente aparatosos.

Por otra parte, y como es lógico, el aspecto de los civiles que nos rodean por las calles de la urbe es sensiblemente inferior. Su densidad es mucho más baja en las versiones de PlayStation 3 y Xbox 360 que en el resto de máquinas, aunque se conserva el agradecido hecho de que muchos de ellos llevan a cabo actividades particularidades que ayudan a la hora de dar color a la ciudad. Chicago, de hecho, es uno de los grandes protagonistas de esta obra, y si bien no es la localización más variada a la hora de ofrecerse como contexto para un juego de estas características, lo cierto es que la captura de su espíritu, las aguas que la cruzan y sus característicos puentes y arquitectura urbana están muy conseguidos. No es un juego particularmente rico en su interacción con los propios edificios, pero ofrece los clásicos comercios y algún que otro lugar donde colarse, nada que no hayamos visto ya en otros sandbox. Más incluso nos gusta el trabajo sobre los vehículos, todos ellos muy cuidados, aunque con la ausencia en esta ocasión de la cámara desde el interior de la cabina del coche del que sí disfrutan las versiones de PC y consolas más potentes.

Las ediciones de PlayStation 3 y Xbox 360 tienen sus problemas visuales, pero sigue siendo un juego bastante notable en esas máquinas.
Las ediciones de PlayStation 3 y Xbox 360 tienen sus problemas visuales, pero sigue siendo un juego bastante notable en esas máquinas.

A nivel de efectos visuales también brilla en mayor medida videojuego, aunque en estas plataformas del pasado ciclo quedan algo deslucidos por la ausencia de filtros para los dientes de sierra, por ejemplo. Las explosiones son espectaculares, la iluminación artificial está tan cuidada que consigue que los mejores momentos del título se den por la noche (algo nada habitual en un lanzamiento de estas características), y todo lo que tiene que ver con la lluvia, las tormentas y el resto de elementos climáticos sigue contando en este hardware de PlayStation 3 y Xbox 360 con un acabado remarcable. Hay, eso sí, bastantes problemas de pulido, lo que provoca que Watch Dogs cuente con un número de bugs no alarmante pero sí que debemos hacer notar.

En lo tocante a lo sonoro, éste sea quizá el apartado de la presentación del programa que más deja que desear. La banda sonora es tremendamente limitada, con un número de canciones licenciadas muy corto para escuchar en el teléfono o a bordo de los coches, y de manos de muchos artistas desconocidos y, en ocasiones, de una calidad bastante pobre. Algún tema ya veterano de bandas como Weezer, Public Enemy o Smashing Pumpkins es de lo poco rescatable de la oferta de un título que mejora considerablemente cuando hace gala de su score propio, bastante más inspirado y adecuado a la acción. ¿Los efectos de las armas? De un nivel asombrosamente bajo, con algunas sonando adecuadamente y con otras ciertamente impropias de un videojuego de carácter triple-A. La mejor noticia es un doblaje a nuestro idioma que tiene algunos puntos flacos en el sentido de líneas de civiles que se repiten abusivamente, pero que en líneas generales exhibe un nivel que sin ser fuera de lo común sí consigue ser bueno.

Excelente

Recomendado
El más buscado

Watch Dogs

Por: El equipo de 3DJuegos
Recomendado

Con sus virtudes y sus defectos, Watch Dogs es una propuesta de veras interesante. Si sigues bajo el embrujo de una expectación desmesurada que hacía presagiar uno de los juegos del año debes librarte de ella, puesto que no podrás disfrutar de él. Y es que el título que nos ocupa puede que no sea el GOTY 2014 por algunas irregularidades en su fórmula jugable y por una inevitable sensación repetitiva a medio plazo, pero es un sandbox notable y cargado de contenidos.

Comprar Watch Dogs
  • Es un videojuego divertido, con mucho contenido y con escenas espectaculares.
  • Es bastante único en muchos aspectos y el hackeo le da mucha personalidad.
  • Es uno de los últimos grandes sandbox que disfrutaremos en PS3 y X360.
  • Le falta consistencia. Toca muchos palos, pero no resuelve todos igual de bien.
  • Algunas partes del título provocan cierta sensación de dejadez.
  • Puede ser repetitivo a medio plazo, y las misiones secundarias no están a la altura.
Jugadores: 1-8
Idioma: Textos en español y voces en español
Duración: 15-30 horas (mínimo)
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