¡Los muertos vivientes de la Segunda Guerra Mundial están aquí de nuevo! Las tropas alemanas se vuelven a disfrazar de zombies para que acabemos con ellas con nuestro rifle de francotirador. Disparos demoledores de decenas de metros, bullet-time e infinidad de trampas para sembrar los escenarios. Sniper Elite recibe la segunda parte de su expansión independiente.
Rebellion ha vivido una generación de sinsabores en este ciclo de máquinas, y por cada videojuego interesante que nos ofrecían como Aliens vs Predator o el propio Sniper Elite 2, nos espantaban al mismo tiempo con otros literalmente horrorosos como Shellshock 2: Blood Trails o Rogue Warrior. Así pues un lanzamiento de este equipo es algo que recibimos con cierta precaución en la redacción, incluso si pertenece a la más que estimable serie Sniper Elite que ha sido una de las escasas alegrías que los últimos años han facilitado a los amantes de las experiencias de francotiradores.
Nazi Zombie Army 2, al igual que su predecesor, es una gamberrada a nivel argumental que sirve como pretexto para cambiar ligeramente las mecánicas jugables del original y para prolongar su vida útil con un añadido de carácter sobrenatural y cuidada ambientación. Éste se pone a la venta de manera independiente para su disfrute sin necesidad de poseer aquel, y puede adquirirse a cambio de 10,99 euros, lo que lo convierte en una propuesta atractiva para los aficionados que quieran darse un festín de sangre que más bien poco tiene que ver con lo que nos deparó la segunda entrega a la que prolonga. Aquí sorprende el hecho de que todo se caracterice por el frenetismo, y que más allá de la preparación de los abundantes asedios hay más bien poco lugar para la planificación. Es, por ende, una propuesta que no por su cambio de prisma es netamente inferior al original, sino que más bien hace descender sus cotas de calidad por restar varios enteros a su propuesta jugable.
La Noche de los Muertos
Si bien la primera entrega de Nazi Zombie Army, que se lanzó a comienzos de este año, tenía algo más de desarrollo narrativo, lo cierto es que la segunda entrega es mucho más directa. Por aquel entonces se nos presentaba a un Hitler desesperado por revertir el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial recurriendo a su mítica división sobrenatural en forma de ejército de zombies. Por el contrario en esta ocasión todo está ya a punto de colapsarse, y el propio Führer pasa sus últimas horas en un búnker. En su ansia por alterar la historia, Sniper Elite rodea al canciller alemán de zombies que tratan de acabar con él en lugar de tropas aliadas, pero no tarda demasiado en finiquitar abruptamente su introducción y plantarnos en el escenario. ¿Nuestro objetivo? Sencillo. Recuperar tres partes de una reliquia que puedan detener a las legiones venidas del inframundo.
Tras el breve resumen de objetivos descubrimos que saltamos de un barco con nuestros tres acompañantes, en caso de optar por el cooperativo, y que a partir de ahí tenemos un viaje por delante de unas cinco horas en las que la masacre zombie está asegurada. De hecho si por algo destaca el título es por volver a dividirse en capítulos, pero por reducir tanto la narrativa como la planificación de éstos a la mínima expresión. Recordemos que la serie se ha caracterizado por proponer componentes de sigilo e incluso de cierta táctica a la hora de plantear nuestra forma de afrontar los objetivos, puesto que recordemos es un juego de francotiradores y el uso del resto de armas no es ni mucho menos tan efectivo como en otros shooters.
Esto se plasmaba a efectos jugables en el hecho de que o pensábamos bien cada paso que íbamos a dar o estábamos literalmente vendidos ante nuestros adversarios, puesto que casi siempre eran superiores en número y fuerza. Esto equivalía a que debíamos estudiar bien el escenario antes de disparar la primera bala, para tratar de tener controlados a nuestros oponentes e incluso disponer de trampas como minas o explosivos para cerrar a nuestras espaldas posibles vías de acercamiento a una posición de ventaja que debíamos proteger hasta hacerla inexpugnable. En distancias cortas y contra varios adversarios no había mucho que hacer, y menos en los niveles de dificultad más altos.
Ya en su momento el primer Nazi Zombie Army, y ahora también su segunda entrega, vuelan por los aires todo lo que tiene que ver con ese ritmo pausado y apuestan decididamente por lo trepidante. Saltamos al escenario en el primer minuto de juego y no pasan ni unos segundos antes de que comencemos a acabar con hordas y hordas de zombies. En los primeros minutos, de hecho, no hace falta ni tan siquiera utilizar las coberturas puesto que los desafíos iniciales están en el cuerpo a cuerpo y sólo con el paso de los minutos empezaremos a ver zombies con ametralladoras, rifles de francotirador, etcétera…
Las peores partes del programa son, de hecho, en las que nos plantamos ante un pasillo con, literalmente, decenas de zombies a los que abatir y que vienen hacia nosotros lentamente. Son momentos que sólo funcionan a nivel de crear en el jugador una estupenda sensación de angustia, especialmente dado lo alejados que suelen estar los checkpoints, puesto que a nivel de puntería la exigencia y la posibilidad de acertar en un punto vital a este amasijo de carne compuesto por infinidad de zombies es una auténtica lotería. Estas secuencias se repiten más de lo deseable, pero por el contrario se intercalan con otras partes mucho más interesantes: la de los asedios. Es ahí donde el programa logra sus mejores réditos, aunque no hacen levantar en demasía el nivel general del conjunto.
Nazi Troopers of Death
En estas secciones se nos facilita una posición aventajada a defender, una iglesia o una torre de vigilancia por poner sólo un par de ejemplos, y tenemos que hacer frente a oleadas de muertos vivientes que se acercan hacia ella con intención de acabar con ellos. Tenemos apenas unos segundos para prepararnos, lo que nos da una idea de que incluso aquí la planificación debe ser vertiginosa, pero es suficiente para que podamos hacer uso de algunas trampas (minas, dinamita, explosivos accionados con un hilo) y sacar partido de cierta altura para llevar a cabo los espectaculares disparos con el rifle de francotirador que han caracterizado a esta serie.
Si bien los combates más habituales contra avalanchas de no-muertos no son nada estimulantes puesto que se resuelven mejor tirando de ametralladora y lanzando granadas para convertir la acción en un mero festín de carne, en los asedios sí podemos poner algo de nuestra parte que no sea apretar el botón de disparo y esperar que todos nuestros adversarios vayan cayendo como moscas. De acuerdo en que sigue sin haber apenas rastro de sigilo más allá de momentos muy puntuales, pero al menos aquí la preparación y el hecho de causar muertes desde varias decenas de metros sí resulta más inspirador. Por fin hay más habilidad en nuestro proceder, y vuelven las ayudas (activables o no) para ver cómo el viento o la distancia afectarán al lugar donde impactará nuestro proyectil. Casi nunca hay tiempo para reparar en todos los aspectos, ya que los disparos deben ser rápidos y certeros, pero si todo se lleva a cabo correctamente por nuestra parte sigue siendo espectacular ver una asombrosa cámara que sigue el trayecto de la bala para atravesar el cuerpo de un enemigo y comprobar cómo astilla huesos y desgarra músculos con un filtro de rayos X que permite ver el interior de los zombies.
Hay enemigos que repiten de la primera parte, pero hay otros muchos que debutan. Esqueletos más grandes, demonios que lanzan fuego, invocadores y algunas tipologías más para engrosar los ejércitos del mal que, en su mayoría, se compondrán de los lentos zombies que se agolparán en número mayúsculo ante nuestros ojos. Esta sensación de cierta novedad también se traslada a unos escenarios que aportan en mayor número diferencias con respecto a una primera entrega de Nazi Zombie Army que reciclaba en exceso entornos del Sniper Elite 2 original. Los escenarios a menudo tienen partes más grandes, lo que nos vendrá bien para maniobrar y recular ante unas hordas que en ocasiones parecerán imposibles de detener, sin embargo todo da una cierta sensación de precipitación que los pocos meses que diferencian un episodio descargable del otro no hacen sino venir a corroborar.
El producto cuenta con un cooperativo para volver a superar los capítulos de la campaña acompañados, y es algo que sin duda ayuda a luchar contra la severa sensación de repetitivo que puede que nos persiga durante la campaña. Las situaciones se encadenan sin demasiadas diferencias entre sí, y la falta de tiempo para pensar y la escasa participación que por nuestra parte requieren muchos de los contextos no ayudan a enriquecer la variedad. El disfrutar del modo historia con tres usuarios a nuestro favor definitivamente aporta dinamismo a pesar de algunos problemas de lag que hemos experimentado, y los distintos niveles de dificultad también pueden contribuir a que sintamos más interés por él y a que reduzcamos algo las sensaciones de gatillo fácil que se perciben en los más estándar.
A nivel visual el título es bastante similar a lo visto en el Nazi Zombie Army original, aunque con un aspecto algo más pulido y más definido. Hay más nitidez en todo lo que se muestra en pantalla, y los efectos como la niebla y la cuidada iluminación son ciertamente efectivos, aunque no llegan a ofrecer unas estampas que alcancen unas cotas que podamos definir como llamativas en compatibles.
En cuanto a lo tecnológico hay algo más de una docena de parámetros que podemos alterar manualmente para ajustar el aspecto visual del producto a nuestro gusto, sin embargo ya adelantamos que su rendimiento es caprichoso y que hace gala de bajones sin motivo aparente. Probado en un equipo de gama media hemos disfrutado de una experiencia visual más modesta pero también más estable en cuanto a las imágenes por segundo, sin embargo haciéndolo en un ordenador más poderoso y con todas las opciones visuales el espectáculo visual mejoraba notablemente, pero acosta de que algunas de las características hagan de nuestro frame-rate una experiencia temperamental. Hemos sufrido puntualmente algunos bugs de moderada importancia, y el apartado de audio no es particularmente brillante, obligándonos a resaltar únicamente que las voces del programa llegan en inglés y los textos traducidos a nuestro idioma.
Ofreciendo una experiencia muy alejada de Sniper Elite 2, Nazi Zombie Army 2 lleva la acción bélica de francotiradores en una dirección muy distinta. Más frenetismo y un ritmo trepidante para casi no dejarnos tiempo para pensar son sus claves, pero con ellas desaparece también la esencia de una experiencia que encontraba sus mejores momentos en la planificación y los momentos de sigilo. Seguramente ha faltado inspiración y ha sobrado precipitación en el desarrollo de este discretísimo DLC.
- Momentos como los asedios: De tensión máxima.
- Sigue siendo espectacular ver las balas volar hasta atravesar a nuestros enemigos.
- Acaba con todas las mecánicas de sigilo del original y reduce la planificación al mínimo.
- Repetitivo y carente de chispa.
