Finalmente Sega ha sacado de sus fronteras un juego de éxito aclamado por la crítica y aplaudido por el público, un juego artísticamente bello, con fieles recreaciones de la cultura japonesa, desde una visión oscura y atrayente. Yakuza 2 se posiciona como un último tren dentro del final de ciclo de la 128 bits de Sony.
Dos años de retraso. Ese es el tiempo que tanto europeos como norteamericanos hemos tenido que esperar para que Sega se decidiera a sacar la segunda parte de Yakuza fuera de Japón. La razón principal de este retraso radica en la poca comprensión del mercado frente al primer título, donde sus ventas en occidente han estado muy por debajo de las expectativas generadas por Sega. Finalmente, tras presión popular y tras burlar al paso del tiempo, recibimos un juego que esconde una calidad artística sublime dentro de un planteamiento original que mezcla varios géneros.
Reminiscencias del pasado
Yakuza no es Shenmue, pero no habría existido sin él. En Yakuza tenemos una mezcla de géneros, no del todo bien definidos, pero que juegan un papel importante en el desarrollo de la aventura. Desde una simple película interactiva con participación limitada, hasta una ingente libertad de movimientos a lo GTA aderezado con un desarrollo callejero a lo beat`em up. Yakuza no es un juego más, es un título que necesita tiempo de ser interpretado, y que esconde un trabajo en su programación profundo y laborioso.
Respecto al primer Yakuza hay poca diferencia de programación a simple vista, pero donde cada uno de sus puntos anteriores han sido potenciados dando como resultado un motor gráfico similar pero a la vez superior. Esta segunda parte corrige sobradamente los errores del primero. Además del motor gráfico, también Yakuza 2 bebe directamente del argumento del primero, no por el hecho de ser secuela, sino por las continuas referencias en la trama hacía el pasado. Por ello es casi obligado el haber jugado a la primera parte para entender el argumento. En todo caso la gente de Sega ha pensado en este hecho y por ello al principio del juego se nos dará la posibilidad de “revivir” todo el argumento de la primera parte gracias a unos videos y unos diálogos que representan escenas retrospectivas del primer juego.
El Dragón de Doujima
De nuevo el peso argumental recaerá en Kiryu Kazuma un año después, que tras un duro desenlace en la primera parte, decide rehacer su vida. Aún así escapar de la mafia japonesa y de su propia sombra es tarea tanto ardua como imposible, y por ello cae de nuevo en las redes de una personalidad influida por su familia. La llegada de nuevos yakuzas procedentes de Corea y de savia nueva de otros clanes japoneses hará peligrar la vida de Kiryu y de la poca familia que posee. Para ello decide embarcarse en una cruzada sin destino junto a una serie de personajes que le irán ayudando en la historia.
La trama de Yakuza 2 es profunda, llena de diálogos, novelesca dentro de una línea argumental cinematográfica. La historia va lenta, aunque algo más rápida que en la primera parte, con decenas de personajes secundarios a escena y multitud de giros argumentales que nos harán replantearnos los últimos acontecimientos. Tanto su desarrollo como su exposición son maduros, aptos sólo para jugadores que les guste sumergirse y vivir profundamente una trama, y donde la acción llegará poco a poco y de manera muy acusada. Lamentablemente el conseguido argumento se nos expone con subtítulos en inglés y voces originales en japonés y coreano. Este aspecto limita bastante el llegar a un público amplio, pues el argumento es totalmente fundamental para disfrutar de un juego como este que se apoya sobre el carácter de cada uno de los personajes.
Maestros callejeros
Además del argumento, el peso del juego recae sobre los combates. Estos combates se desarrollarán en los propios escenarios del juego pero en una zona habilitada para los mismos. Al principio en nuestro deambular por las distintas ciudades nos iremos topando con ladrones, delincuentes, borrachos, o distintas bandas callejeras que se enfrentarán a nosotros sin que lo hayamos buscado. En otras ocasiones deberemos enfrentarnos en los verdaderos combates a los distintos clanes y jefes al avanzar la historia. Todas estas peleas nos darán experiencia que posteriormente podremos canjear por la mejora de nuestras habilidades, con lo que tendrá también cierto toque de RPG en este aspecto.
Lo que hace grande a los combates es la libertad de hacer lo que queramos en los mismos. Podremos utilizar el escenario para luchar, para protegernos, para coger objetos y utilizarlos contra los demás o incluso para hacer combos y movimientos especiales apoyándonos en el lugar.
Además de todo esto podremos realizar una cantidad de golpes tan numerosa que será complicado utilizar los mismos movimientos para derrotar a un enemigo. La disposición de golpes en sí es muy grande, aunque a la larga solo utilizaremos los que más nos gusten para el desarrollo de estas peleas. Además si conseguimos rellenar nuestra barra de Heat podremos desencadenar unos golpes más espectaculares que se desarrollarán en cámara lenta y con un marcado estilo cinematográfico. El juego, en algunas ocasiones, incluirá los clásicos Quick Time Events, donde deberemos pulsar una serie de botones en el momento preciso para conseguir finalizar una llave. La dificultad de estos combates está muy bien conseguida, mejor que en el primer juego, e incluso deberemos optar por distintas estrategias si no queremos que varios enemigos nos rodeen.
Más que una ciudad, un negocio
Las distintas ciudades en el juego, además de inmensas, están repletas de detalles de la cultura japonesa. No sólo su recreación artística está bien conseguida, sino también la vida que destilan sus rincones y sus ciudadanos. Sega ha intentado recrear el aspecto “bajo” de la sociedad con unas ciudades sumidas en el caos de las mafias y con un protagonismo, quizás desmesurado, de las mujeres de compañía y de las casas de cita. Como dijimos Yakuza 2 es un juego para adultos, tanto por su desarrollo, por sus combates violentos y por aspectos como el que hemos señalado. Más adelante en el juego incluso se nos dará la posibilidad de controlar nuestra propia casa de citas y de llevar nuestro propio casino, gastándonos todo nuestro dinero en bebidas, mujeres y en distintos vicios en la ciudad, hechos que el personaje sentirá en sí mismo, tanto en su comportamiento como en su experiencia adquirida.
Pero lejos de esos aspectos oscuros, también tendremos otras diversiones mejor vistas como las visitas a las recreativas, las comidas en puestos o en restaurantes, la participación en partidas de golf o incluso podremos donar nuestro dinero a los necesitados. Estas visitas irán marcadas por minijuegos bastante bien conseguidos que nos invitarán a gastar nuestro dinero en ello, ya que además se irán guardando nuestros récords. Minijuegos como el mencionado golf, bolos, ajedrez o el Mahjong, que nos “quitarán” bastante de nuestro tiempo. Entre misión y misión conviene darse una vuelta por la ciudad y mezclarse con la multitud porque esto nos ayudará a conseguir alguno de los cientos de objetos dispersos, algunos sólo aptos para coleccionistas.
El juego se estructura por misiones, unas dando más libertad que otras, pero en general bastante entretenidas y algunas hasta curiosas. Además para no perdernos el hilo argumental, en el propio menú del juego se nos explica quién es cada personaje de los aparecidos y a qué familia o clan pertenece, lo que favorece enormemente la inmersión en el argumento.
Lujo de detalles
Yakuza 2 exprime las capacidades de Playstation 2 y nos ofrece un título lleno de pinceladas que descubrir. Es una caja de sorpresas en sí, que sorprende un poco más mientras va avanzando. Sus gráficos son preciosos, con unos modelados reales de los personajes sin discusión, de una gestualidad perfecta y una recreación a gran nivel de cada rincón de los escenarios. Las animaciones portentosas y unas escenas de video fieles acompañantes cinematográficas de la trama, que nos sumergirán en el argumento sin vuelta atrás. Las secuencias de diálogo y de video son larguísimas invitándonos a sentarnos y a esperar su desenlace. Una pena que el sistema de cámaras no esté tan bien conseguido, que aunque podamos manejar la cámara de forma manual y centrarla sin problemas, cierto es que en plenas peleas a veces el juego no escoge el ángulo adecuado para poder encarar bien a los enemigos.
Mención especial a las voces originales en japonés, que han sido respetadas en esta segunda entrega y que tienen un nivel totalmente único. No solo voces en japonés, sino también en coreano y además con los distintos acentos dependiendo del distrito japonés en que nos encontremos. La música recreada con perfección y adaptada a cada situación, dando emoción o pausa en las situaciones idóneas. El sonido general a un nivel más normal, pero recogiendo todo lo que una gran ciudad puede emitir junto a los gritos de los adversarios tras besar el suelo.
La ingente cantidad de movimientos a nuestra disposición son fáciles de recrear, aunque realmente nos limitaremos a unos pocos, pues la utilización de uno a otro, en la práctica, no trae excesivas diferencias. Igualmente es cierto que los combates suelen ser diferentes dependiendo del momento de la historia y del escenario en el cual estemos, obligándonos a variar ligeramente. Y sin olvidar la decena de objetos que podremos usar en las peleas, desde sillas o mesas hasta armas blancas y de fuego. En sí un juego con capacidades casi ilimitadas y un desarrollo pausado de la trama que nos obligará a una gran dedicación para avanzar en la misma.
Yakuza 2 tiene todo lo bueno de la primera parte pero potenciado. Es un juego que ha madurado en cada uno de sus aspectos consiguiendo una experiencia irrepetible. Está dirigido a un público específico que guste de lo bueno pero con pausa. Al ser un título que camina entre varios géneros puede resultar incomprendido inicialmente, pero que esconde una calidad indiscutible. Lamentablemente está en subtitulado en inglés y es totalmente fundamental para entender la historia y disfrutar del juego, pero aparte de eso no se le puede achacar punto negativo alguno. Uno de esos títulos de los que hacen falta en el mercado, y es que estamos ante una compra obligada si te gusta su exposición especial y si eres un amante de la cultura japonesa y de las profundas tramas.
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