Análisis de God of War 3

Análisis de God of War 3
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El largamente esperado God of War III está aquí, y ya podemos afirmar que cumple las expectativas. El videojuego de Sony Santa Monica no cae víctima de la expectación que lo ha rodeado desde su anuncio, y supone un sobresaliente colofón a la saga. Con él Kratos queda coronado como el más violento, duro y falto de escrúpulos anti-héroe de la historia de los videojuegos. El cierre de la más épica de las venganzas.

Echando la vista atrás el lejano anuncio de God of War III en el año 2006 parece ahora tan remoto que resulta poco menos que increíble que ahora mismo estemos ocupándonos de su análisis. El ansia por comprobar la salud de la mejor saga de Hack and Slash que nos ha dejado la historia de los videojuegos era tan grande que en ese tipo de circunstancias los días se hacen más largos, los meses se pueblan de semanas y los retrasos se suceden.

La tercera, y última aventura, de Kratos no sufrió demoras porque en Sony Santa Monica son poco amigos de dar fechas de lanzamiento para luego no cumplirlas, pero en todo momento el secretismo alrededor del momento de su puesta a la venta era tan doloroso o más para sus fans que el más dilatado de los retrasos.

La gigantesca venganza de Kratos debe cobrarse ya sus últimas víctimas. En God of War III deberemos escalar el Monte Olimpo y acabar el trabajo.
La gigantesca venganza de Kratos debe cobrarse ya sus últimas víctimas. En God of War III deberemos escalar el Monte Olimpo y acabar el trabajo.

God of War III, sin embargo, está ya terminado, y con él también la mastodóntica historia del más carismático de los espartanos, Kratos. Y que es su cierre no lo decimos nosotros, lo dice la misma Sony; sin embargo no sería la primera vez que se hace una afirmación de este tipo que, sin embargo, ha acabado en regreso inesperado de otros legendarios héroes.

No obstante este final de saga sólo ha dejado en 3DJuegos enorme satisfacción. No queremos otro cierre, éste es más que sobresaliente, y estamos cansados de que sagas de videojuegos hipertrofien de tal manera sus propuestas que acaben provocando hartazgo en el usuario. Nunca ha sido el caso de God of War, que con muchísima dignidad ha llevado siempre el carácter y el desarrollo de sus tres entregas –cuatro si contamos la de PSP-, y que vuelve a cumplir de sobra con el último capítulo de la saga. Sony Santa Monica ha labrado los dos mejores Hack and Slash de la historia en PlayStation 2, y ha consolidado otro videojuego memorable ahora en PlayStation 3.

Las preguntas se atropellarán en el cerebro del lector. ¿Cumple con las expectativas? ¿Es un exponente gráfico? ¿Es el mejor de la saga? ¿Es brutal? A todas esas dudas vamos a tratar de contestar en el análisis, y elegir las palabras con cuidado para el prólogo de un análisis es siempre uno de los más rigurosos deberes del analista.

La saga God of War siempre ha sido de una violencia abrumadora, pero esta entrega se lleva la palma. El realismo gráfico y el aumento en la truculencia de las acciones lo convierten en un claro “sólo para adultos”.
La saga God of War siempre ha sido de una violencia abrumadora, pero esta entrega se lleva la palma. El realismo gráfico y el aumento en la truculencia de las acciones lo convierten en un claro “sólo para adultos”.

La conclusión que deja God of War III, y que precisamente debe abrir este análisis, es que no es tan bueno como God of War y God of War II. Las dos joyas de Sony Santa Monica seguramente seguirán en el Olimpo de los videojuegos durante lustros como ejemplos del Hack and Slash llevado hasta rozar casi la perfección; y a la tercera parte le ha faltado un pequeño plus de algo tan intangible y difícil de describir como la magia, el carisma o la chispa, llamémoslo como queramos, para trascender de ser un videojuego sobresaliente. A pesar de su incontestable calidad, su puntuación de 9,3 así lo atestigua, God of War III no ha logrado pasar al siguiente nivel; el de convertirse en una obra maestra memorable que lo hubiera convertido en una joya imperecedera como en su momento lo fueron sus predecesores.

El Camino Hacia la Redención –El Guión-
God of War III sigue los mismos caminos que cabría esperar de la saga, con una historia algo liviana pero efectiva a fin de cuentas, que sigue a rajatabla el tipo de narrativa que la franquicia ha establecido desde sus comienzos.

Sin ánimo de crear spoilers innecesarios que estropeen la experiencia de los aficionados, pasaremos por alto la historia que tiene que ver con los capítulos anteriores de la aventura de Kratos, para transmitir únicamente las sensaciones que nos produce el tercer episodio de las series.

Así pues en el papel de Kratos deberemos escalar el monte Olimpo para reunirnos con Zeus y tratar de ejecutar la historia de venganza sobre la que pivota toda la experiencia de God of War III. Comenzaremos, por lo tanto, justo donde dejamos la historia en God of War II, a lomos de Gaia a punto de trepar el mítico pico para acabar para siempre con el temible reinado de los dioses.

Los QuickTime Events vuelven a la carga en God of War III, aunque ahora situados de forma mucho más inteligente en un lado de la pantalla para no robar protagonismo a la acción.
Los QuickTime Events vuelven a la carga en God of War III, aunque ahora situados de forma mucho más inteligente en un lado de la pantalla para no robar protagonismo a la acción.

Quizá hay un punto más de complejidad en la historia del videojuego con respecto a lo habitual, y parece que ese es precisamente el elemento que quizá los chicos de Sony Santa Monica no hayan sabido manejar en su justa medida. Especialmente notorio resulta este factor en los dos primeros tercios de historia, demasiado centrados en el ansia de venganza de Kratos, y en los que sus creadores debían haber empleado la mitad de recursos en transmitir el doble de sensaciones. Todo esto es complicado de describir con palabras sin llevar a cabo spoilers, de modo que preferimos pecar de cautelosos y no contar nada más.

Lo que sí hay que dejar claro es que en la recta final el videojuego mejora muchísimo en términos de narrativa, y tiene un par de golpes de efecto apasionantes que nos devolverán el interés por Kratos y su aventura para encarar el final de la trilogía. Un interés que, a buen seguro, a esas alturas de la campaña estábamos a poca distancia de perder, y cuyo giro lógicamente no desvelaremos. Con ese par de puñetazos encima de la mesa God of War III recupera su pulso narrativo, y nosotros con él la empatía por nuestro héroe y su epopeya de venganza.

Podemos imaginar la presión sobre Sony Santa Monica a la hora de crear un cierre que estuviera a la altura de lo que se podría esperar de esta trilogía, y el resultado es razonablemente bueno, aunque deja algunos agujeros de importancia en el conjunto de la historia si hemos disfrutado de los títulos anteriores. Es, en definitiva, un final argumentalmente satisfactorio al que, para haber sido brillante, le ha faltado un poco de inspiración, y le han sobrado incongruencias.

¿Por qué entonces el videojuego tiene un 10 en jugabilidad, cuando dentro de ésta cuenta también la calidad de su guión? Fundamentalmente porque en el Hack and Slash muy a menudo la historia que se contaba no ha tenido mayor importancia, y fue precisamente God of War el encargado de dignificar el género con sus historias sencillas y directas, pero sin embargo épicas y cuidadas. El nivel de exigencia con God of War III debe ser, por lo tanto, muy alto en este sentido; no sólo por la calidad de sus precedentes, sino también por ser éste un broche de cierre a una saga memorable. Sin embargo este requerimiento que se le debe hacer a la última aventura de Kratos merece ser reseñado en texto pero no penalizado en calificación, puesto que aún así está muy por encima en términos de argumento sobre lo que el género del Hack and Slash, e incluso de la acción, nos ha ofrecido en los últimos años.

Como puede comprobarse los lazos con God of War y God of War II son tremendamente estrechos, y recomendamos encarecidamente a los usuarios que no los hayan probado que los jueguen en primera instancia antes de sumergirse en la tercera aventura de Kratos. ¿Los motivos? No únicamente relacionados con su calidad, sino también precisamente con los lazos que se establecen. De hecho en España God of War III puede ser adquirido en solitario o con la Edición Exclusiva de la Trilogía, que bajo el precio de 149,99 euros no sólo trae consigo God of War III, sino también God of War: Collection, o lo que es lo mismo la remasterización de las dos primeras entregas en Alta Definición.

¿Te suena? Volveremos a hacer muchas veces este movimiento con Kratos, sin embargo en esta ocasión los enemigos son tan desafiantes que enlazar los combos no será tan sencillo como antaño.
¿Te suena? Volveremos a hacer muchas veces este movimiento con Kratos, sin embargo en esta ocasión los enemigos son tan desafiantes que enlazar los combos no será tan sencillo como antaño.

Sed de Venganza –La Violencia-
Es el problema de las expectativas. God of War III satisfará con su salvaje guión a unos, y decepcionará con algunas de sus torpezas narrativas a otros; pero donde no decepcionará a nadie será en su experiencia jugable, donde el título triunfa de sobremanera gracias al gran trabajo de pulido que ha efectuado con respecto a las dos primeras partes de la franquicia.

No hay nada nuevo en el título que nos ocupa que no hayamos visto en las dos primeras partes, pero la mayoría de lo bueno ha visto consigo un trabajo de pulido en esta tercera entrega que se redondea con el sentido de lo masivo como nunca antes lo habíamos visto con anterioridad. Ni tan siquiera en el inolvidable Shadow of the Colossus.

Pero vamos por partes: En primer lugar cabe destacar que todo sigue igual bajo el sol de God of War, puesto que Stig Asmussen, nuevo director de la tercera entrega, ha apostado por una línea muy similar. El año pasado nos preguntábamos en el artículo La Maldición del Gran Kratos qué tipo de línea seguiría Asmussen tras el trabajo de David Jaffe y Cory Barlog con God of War I y God of War II respectivamente, y ahora ya tenemos la respuesta: Continuista.

Siguiendo la máxima de que si algo funciona lo mejor es tocarlo lo menos posible, desde Sony Santa Monica se ha apostado por idéntica fórmula a la de los dos primeros capítulos de la franquicia, aunque con el mencionado incremento de prisma y también de violencia.

El arco vuelve a la carga en God of War III como una buena manera de alternar ataques a corta y larga distancia. La fluidez con la que cambiaremos de arma jugará siempre a nuestro favor.
El arco vuelve a la carga en God of War III como una buena manera de alternar ataques a corta y larga distancia. La fluidez con la que cambiaremos de arma jugará siempre a nuestro favor.

No es que Kratos acabara en el pasado con sus enemigos de formas sutiles, puesto que la IP siempre ha sido tremendamente cruenta, pero sí es cierto que en esta ocasión el límite se ha llevado todavía más lejos, con algunas de las ejecuciones más salvajes y sangrientas que recordamos desde el excesivo y, por momentos, grotesco “The Punisher” de Volition.

Sin embargo donde el juego de los creadores de Saint’s Row y Red Faction apostaba por una violencia caricaturesca y de cómic, God of War III va en una línea solemne que, contra todo pronóstico, no choca en ningún momento con unas cantidades de sangre y vísceras que podrían llegar a parecer incluso cómicas por excesivas.

El videojuego se gana su calificación de +18 a pulso, y es que está repleto de casquería, decapitaciones, brutales amputaciones de miembros y órganos… Sin embargo este salvaje espectáculo encaja. Encaja con la convulsa ambientación mitológica, y encaja también con una dirección artística truculenta y maravillosa en la que entraremos a describir más adelante.

La única pega que podemos poner al apartado de la violencia, pega leve pero pega al fin y al cabo, es la falta de variedad de estas salvajes ejecuciones. Resulta espectacular arrancar un ojo de la cara de un cíclope y ver cómo éste sale de su cuenca con nervio óptico incluido, pero puede acabar cansando puesto que a pesar de que cambiemos de arma para ejecutarlas, son las mismas acciones siempre para cada tipo de enemigo. Algunas de ellas incluso recogidas paso por paso de videojuegos anteriores.

Las secciones de acrobacias volverán a salpicar la campaña de God of War III, aunque en esta ocasión muy beneficiadas por el aumentado sentido de la escala de la que hace gala el videojuego.
Las secciones de acrobacias volverán a salpicar la campaña de God of War III, aunque en esta ocasión muy beneficiadas por el aumentado sentido de la escala de la que hace gala el videojuego.

Mirando al Cielo con Furia –El Combate-
El combate es el auténtico motor de la experiencia de un Hack and Slash, y en eso God of War III no podría ser una excepción. El que rodea a Kratos es un mundo furioso y turbulento, y Sony Santa Monica lo ha sabido captar una vez más con un estilo de lucha que de nuevo parece más una sádica y oscura danza que unos movimientos de ataque.

La premisa es la de siempre, acabar con todo lo que haya en pantalla, en ocasiones incluso civiles, y para ello cuenta con un sistema que recoge a la perfección nuestros deseos, y los traslada a través del pad de PlayStation 3 directamente a los brazos y piernas del salvaje espartano.

La agresividad de los enemigos ha aumentado muchísimo en cualquiera de los niveles de dificultad, y ahora resulta mucho más difícil que nunca el terminar los combos, puesto que a menudo estaremos rodeados por unos oponentes que mostrarán mayor agresividad que nunca. Para compensar estas tácticas tan duras por parte del enemigo, contaremos con algunos cambios en nuestros movimientos para hacerlos algo más férreos que en juegos anteriores de las series. Ahora podremos interrumpir nuestros combos bruscamente para realizar bloqueos, con lo cual nuestras habilidades defensivas son ahora mucho más robustas. Acordes con el nuevo reto.

Por otra parte este tipo de ajustes son variados, pero son sin duda los menos importantes si los comparamos con un sentido de la progresión muy audaz e inspirado. No pasará mucho tiempo entre un nuevo poder desbloqueado y otro, y constantemente estaremos salpicando nuestra experiencia de juego con nuevas armas, habilidades y un largo etcétera de elementos que probar casi de forma constante y que le dan variedad a una experiencia que quizá por sus combates no la tendría.

En esta ocasión el balance sobre las armas ha sido alterado para ser muy mejorado, y las cuatro herramientas de destrucción con las que contaremos en el arsenal serán prácticamente desde el comienzo tremendamente voraces. ¿Lo mejor de todo? Podremos cambiar entre unas y otras en mitad de un combo para deleite de los más creativos de la violencia con sólo pulsar la cruceta. El Cestus, por su parte, sobresale por encima del resto de incorporaciones que debutan, algo más discretas. Bajo su majestuoso nombre se esconden los dos guanteletes en forma de cabezas de león de descomunal poder destructivo que han sido vistas desde el comienzo en las screens del juego.

Hay escenarios sencillamente maravillosos en God of War III. La dirección artística es uno de los puntos fuertes del videojuego.
Hay escenarios sencillamente maravillosos en God of War III. La dirección artística es uno de los puntos fuertes del videojuego.

En definitiva God of War III ofrece más alternativas al jugador, en el sentido de que a pesar de que sus armas no son demasiado variadas podemos ser nosotros quienes hagamos diverso su uso alternándolas con enorme libertad. Por otra parte la construcción de combos es algo más relajada en esta ocasión por lo que a nuestra combinación de botones se refiere, dando la sensación al jugador de ser algo más accesible que en entregas anteriores. El tempo general ha mejorado mucho, la precisión del control también, y el juego se beneficia notablemente de todo ello.

Deicidio –El Tamaño-
El tamaño importa, no nos engañemos. Y en Sony Santa Monica lo saben a la perfección, de modo que han basado su God of War III no en ofrecer cosas nuevas a la franquicia, sino más bien en hacer un “más grande y mejor” de lo visto hasta la fecha en las series.

Describir los combates a lomos de titanes que suponen niveles enteros sería totalmente inútil con palabras, y los dejamos únicamente en manos de la experimentación del propio jugador. Con algunos de los Titanes es algo así como recorrer una gigantesca montaña, y pelear a lomos de ella con cientos de criaturas al mismo tiempo, mientras toda ella se mueve o incluso nos ataca.

Una experiencia maravillosa que, como decimos, nos transportará directamente a los lomos de criaturas de cientos de metros y que en algunos momentos concretos no se parece a nada que hayamos visto hasta ahora. Si a día de hoy el increíble Shadow of the Colossus era la referencia en este sentido, a partir de ahora los colosos del juego de Team ICO deben dejar su lugar a los Titanes de God of War III como las criaturas más monstruosamente grandes que hemos visto nunca en un juego.

Si algo nos ha enseñado la saga God of War es su amor desaforado por los escenarios gigantescos, y la íntima relación entre las palabras íntimo y gigantesco. La tercera entrega es la que más hincapié  hace en este sentido.
Si algo nos ha enseñado la saga God of War es su amor desaforado por los escenarios gigantescos, y la íntima relación entre las palabras íntimo y gigantesco. La tercera entrega es la que más hincapié hace en este sentido.

Por otra parte el propio combate contra los jefes finales también transmite esa sensación de prisma enorme que Sony Santa Monica anunció desde el comienzo del desarrollo del juego que nos ocupa. Todos los títulos de la saga se han caracterizado por ello, pero si bien God of War III puede ser menos variado y diverso que God of War II en cuanto a situaciones, sí es muy superior en lo que a los combates con jefes se refiere. No sólo por la sensación de dimensiones que se transmite, sino también porque las mecánicas para vencerlos están muy trabajadas, siendo todas ellas muy diferentes entre sí, y cada jefe final con sus propias exigencias concretas para vencerlo.

Pero también hay que dejar claro que a parte de combates contra decenas de tropas en pantalla y enfrentamientos contra gigantescos jefes finales hay algunos puzles que salpican de variedad el desarrollo jugable de God of War III. Éstos son ingeniosos en su mayoría, salvo algunos fuertemente reciclados como los de las cajas, con algunos momentos asombrosos por inteligentes y sorprendentes. No son tan difíciles como la mayoría de los retadores desafíos de God of War II y están mucho menos presentes, pero es que el videojuego en general da la sensación de desear ser más accesible. Una característica que irritará a algunos, pero que satisfará a la mayoría.

Vuelve a haber rompecabezas en God of War III, aunque éstos serán menos frecuentes que en episodios anteriores de las series. Eso sí, hay algunos realmente ingeniosos.
Vuelve a haber rompecabezas en God of War III, aunque éstos serán menos frecuentes que en episodios anteriores de las series. Eso sí, hay algunos realmente ingeniosos.

El Gran Kratos –Gráficos y Tecnología-
Con el lanzamiento de God of War III había grandes dudas entre los aficionados por saber si el reinado de Uncharted 2 como el videojuego con mejor combo Gráficos/Tecnología de esta generación de videoconsolas se vería amenazado. La respuesta debe ser clara: no. Kratos ha estado cerca, muy cerca, pero no lo ha conseguido.

La nueva aventura del más famoso de los espartanos de la historia de los videojuegos está a menudo a punto de igualar al videojuego de Naughty Dog, también exclusivo de PlayStation 3, sin embargo falla en algunos elementos que dan la sensación de haber recibido menor atención o directamente de haber sido reciclados de otras partes del juego. Es esa pequeña falta de cohesión la que atenaza a la faceta visual en particular y a la jugable en general, puesto que God of War III es un juego con grandes momentos en ambos sentidos pero también con algunas situaciones y acabados gráficos algo cuesta abajo.

La sensación épica, las dimensiones de todo lo que nos rodea, y la dirección artística son impecables, y así lo refleja el merecido 10 que el título atesora en el apartado de gráficos. La iluminación es increíblemente buena, y el modelado de Kratos está a la altura del de Nathan Drake como los dos personajes de la historia de los videojuegos mejor recreados, texturizados y animados.

Hay, además, un puñado de situaciones que son capaces de dejar literalmente con la boca abierta al más pintado. Son batallas épicas en las que rodeados de decenas de enemigos libramos batallas tremendamente cruentas en escenarios maravillosos e impecablemente recreados.

El desproporcionado mazo que porta Kratos en la imagen no es una de sus armas, sino la que ha robado a su enemigo para una de las salvajes ejecuciones que veremos en God of War III.
El desproporcionado mazo que porta Kratos en la imagen no es una de sus armas, sino la que ha robado a su enemigo para una de las salvajes ejecuciones que veremos en God of War III.

Todo ello acompañado de muy buenas animaciones, de texturas francamente buenas, de unos diseños para los enemigos tan imaginativos como es tradicional, también de una tasa de imágenes por segundo alta y robusta que no sufre en ningún momento y, por último, de unas físicas que contribuyen a adornar unos escenarios no particularmente interactivos en su mayoría. Un conjunto que está muy por encima de lo que vimos en la demostración jugable del último E3 en la que Sony, con total sinceridad por lo que hemos podido comprobar con nuestros propios ojos en la versión final, afirma que intentó “no quemarse con la demo” y darlo todo “en el juego”.

¿El problema entonces? Como decimos todo está a esa altura, y hay una tenue sensación de altibajos. Parece que en Sony Santa Monica ha faltado un poco de tiempo en el desarrollo para que todos los niveles estén al mismo nivel, y algunas localizaciones del juego no parecen realizadas con el mismo mimo, atención al detalle y buen gusto que otras. Esto afecta a los modelados de algunos de los personajes que las pueblan, a las texturas de algunos de sus elementos y también a la iluminación: Tres elementos fascinantes en algunos niveles y algo más descuidados en otros. Una verdadera lástima, puesto que con más regularidad en toda la campaña de God of War III podríamos estar hablando de un nuevo referente visual para la actual generación de videoconsolas.

Si hasta ahora pensábamos que las criaturas de Shadow of the Colossus eran la definición de épico, habrá que buscar en el diccionario una palabra para definir God of War III. Increíble el tamaño de algunos Titanes y jefes finales.
Si hasta ahora pensábamos que las criaturas de Shadow of the Colossus eran la definición de épico, habrá que buscar en el diccionario una palabra para definir God of War III. Increíble el tamaño de algunos Titanes y jefes finales.

Resulta chocante además el hecho de que los vídeos estén realizados con el motor gráfico del videojuego, siempre con la aplicación de algunos filtros para mejorar su aspecto. La CGI del comienzo y del final son los únicos tramos de cinemática realizados sin el apoyo del motor gráfico, y esta fe ciega por parte de Sony Santa Monica en su herramienta de trabajo visual demuestra muy a las claras la calidad de ésta, puesto que unas y otras secuencias rayan a un nivel altísimo.

De la faceta visual un elemento que también nos ha llamado poderosamente la atención es el empleo de la cámara. Pocas veces hemos visto en un Hack and Slash una utilización tan furibunda de la perspectiva, y eso que en los capítulos precedentes su empleo ya era maravilloso. En esta ocasión su potencial es todavía más redondo, con constantes acercamientos o alejamientos en función de lo que la acción requiera, con especial preponderancia en unos combates que ven beneficiada notablemente su espectacularidad con su brillante empleo.

Por último en cuanto al sonido hay que comentar que el videojuego llega doblado a nuestro idioma con un nivel bueno aunque no muy adecuado en algunas voces, y que cuenta con una banda sonora épica y francamente inspirada. Los efectos de audio también cumplen con su sanguinario y violento objetivo.

La iluminación de God of War III es sencillamente sensacional. Cada sombra, cada punto de luz y cada rayo de iluminación natural o artificial está estudiado al milímetro.
La iluminación de God of War III es sencillamente sensacional. Cada sombra, cada punto de luz y cada rayo de iluminación natural o artificial está estudiado al milímetro.

Fuego en el Olimpo -Conclusiones-
¿Qué le ha faltado entonces a God of War III para llegar a la excelencia de sus dos predecesores? Una chispa de magia. Reiterando una vez más que el videojuego que nos ocupa es una maravillosa oda a la épica de la mitología griega y de los héroes clásicos, debemos también remarcar que le falta algo de la chispa de la que hacían gala God of War I y II. Tiene momentos increíbles, una serie de highlights que se quedarán marcados de forma indeleble en la memoria del jugador, pero también tiene otros mucho más discretos y algo reiterativos, y secciones que no están a idéntica altura y que empañan ligeramente el resultado general.

Puede que de algún modo la tercera parte sea algo más genérica, con menos variedad en las situaciones y con un buen número de momentos memorables, pero quizá menos que los dos primeros capítulos a pesar de la mejoría técnica experimentada con el salto a PlayStation 3. Es un videojuego genial, pero también más repetitivo que el resto de la saga en todos los sentidos, y eso cuenta en un género tan propenso en caer en rutinas como es el del Hack and Slash.

En esta misma línea, y dejando claro que el videojuego tiene un merecido 10 en jugabilidad, también hay que dejar claras otras consideraciones. En primer lugar la campaña dura poco más de 10-12 horas, y dista mucho de ser rejugable a pesar de los interesantes desbloqueables. Lógicamente el fan de la saga puede terminárselo 2 o 20 veces si lo desea, pero los motivos alegados por Sony Santa Monica para que lo haga un usuario corriente son más bien escasos.

God of War III es un videojuego, seco, duro, directo y sin complicaciones. Un fenomenal espectáculo visual sin grandes problemas y en el que no debemos buscar profundidad alguna, pero que podremos superar con desafío y con toda la espectacularidad de un taquillazo palomitero de Hollywood en el que nosotros somos los protagonistas. ¿Se le puede exigir más? De acuerdo: La variedad de situaciones de las que hacían gala God of War I y II está aquí casi ausente, echamos en falta más innovación en el concepto, una campaña algo más larga o, en su defecto, con algún motivo más para rejugarla y, por último, también un multijugador que no encajaría nada bien con el estilo de juego y que en redacción no hemos echado en falta, pero que a buen seguro algunos pedirán a gritos dada la duración del juego…

Sin embargo lo que Santa Monica nos ofrece es el mejor Hack and Slash de esta generación de videoconsolas después del deliciosamente hortera e histérico Bayonetta. Y eso sólo puede ser motivo de asombro y celebración.

Magnífico

Obra maestra

God of War 3

Por: El equipo de 3DJuegos
Obra maestra

God of War III es un broche maravilloso a la trilogía de Kratos y su lucha contra los crueles designios divinos. Avanzadísimo visualmente y con unas mecánicas de combate francamente buenas, el juego de Sony Santa Monica está repleto de situaciones espectaculares que se grabarán en nuestra retina. Es un fantástico “más de lo mismo pero más grande”, que hará las delicias de los fans del más cruel, desalmado y chulo de los héroes que nos ha dejado la historia de los videojuegos.

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Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en español
Duración:
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