Ha tardado más de lo que pensábamos en llegar a la portátil de Sony (y de la edición destinada para Wii U, sin fecha exacta, ni os contamos), pero pensamos que dicha espera ha merecido la pena. PS Vita recibe uno de los juegos de puzles y plataformas de corte independiente más sugerentes.
Hace ya un tiempo el estudio español independiente Beautyfun Games realizó un trabajo encomiable desarrollando Nihilumbra para formato iOS. Bajo este escueto y extraño título se escondía una aventura de desarrollo tradicional 2D repleta de plataformas y, sobre todo, puzles, la cual recordaba en cierta forma a varios títulos considerados de culto como Limbo, salvando las distancias. Bien, pues después de ser convertida a PC y esperando también la llegada a la eShop de Wii U, los desarrolladores han apostado igualmente por la consola portátil de Sony PS Vita..
Se trata de un título realmente sugerente en muchos de sus apartados, comenzando por su argumento y protagonista. The Void es una entidad oscura de la que ningún ser puede (ni, por lo visto, debe) escapar. Pero una especie de bola fantasma de color negro así se lo propone, siendo precisamente esta criatura la protagonista de esta aventura, la cual adquiere la forma de espectro antropomórfico tiempo después.
A partir de entonces nos toca guiar a dicho personaje a través de cinco mundos bien diferenciados, lugares en los que debe sobreponerse a la aparición de un buen número de monstruos oscuros y, sobre todo, puzles de diversa índole.
Pinturas poderosas
La mecánica de juego que propone esta odisea es bastante sencilla de exponer. Todo se basa en avanzar de izquierda a derecha (o viceversa) del escenario correspondiente solventando cada uno de los muchos puzles que se dan en cada escenario que visitamos, lidiando de paso con cada ser siniestro que se interpone en nuestro camino. Y, también, de vez en cuando es necesario ejecutar algún que otro salto, siendo una aventura de puzles con toques de plataformas de estilo más bien tradicional y desarrollo completamente 2D. Simple pero realmente absorbente... al menos mientras dura.
La gracia del juego tiene que ver con el uso del color. Sí porque, a la postre, dichas tonalidades son las que aportan poderes especiales al protagonista, siendo ésta su única habilidad destacada. A medida que avanzamos por los niveles (bosques, zonas volcánicas, áreas montañosas, etc.), somos recompensados con un color determinado con el que es posible pintar los suelos, paredes y techos de los fondos. Y como ya imaginaréis, dicha actividad se lleva a cabo mediante la pantalla táctil de la consola, funcionando de manera precisa y fiable.
Cada uno de los colores presenta una característica determinada, por lo que debemos ir combinando unos con otros para evadir a los rivales, alcanzar zonas remotas de los decorados o conseguir llevar un objeto determinado a un punto concreto del decorado, por citar varios ejemplos. De esta forma si pintamos de color verde el suelo y lo pisamos posteriormente, conseguiremos dar un salto realmente considerable. El color azul claro posee las características principales del hielo, con todo lo que eso conlleva. Por su parte el rojo tiene la propiedad de quemar cualquier objeto (o enemigo) que entre en contacto con él, el amarillo tiene propiedades eléctricas y el marrón ralentiza cualquier movimiento.
Con esto sobre la mesa ya imaginaréis la cantidad de posibilidades que propone el título para obligarnos a usar nuestra materia gris. La variedad de enigmas que plantea la aventura es meritoria y, algunos de ellos, poseen un diseño excepcional, si bien es cierto que en la inmensa mayoría de los casos resultan relativamente sencillos de superar.
Hilando con esto último (y teniendo en consideración el origen iOS de la aventura), el mayor defecto que arrastra Nihilumbra tiene que ver con su duración, demasiado breve. Apenas pasaréis un par de horas o tres avanzando por esos mundos de tan atractivo aspecto, aunque para ser justos también conviene afirmar que, una vez completada la "primera vuelta", por así denominarla, es posible adentrarnos en una segunda más complicada. Una forma de expandir un tanto sus prestaciones y prolongar su vida útil, pero aún así nos quedamos con una sensación de "vacío" debido principalmente a lo mucho que puede llegar a enganchar el juego.
Por otra parte y centrándonos en su aspecto gráfico, estamos ante un título realmente bello. No explota las características gráficas de la consola, pero desde luego su línea artística es cautivadora. A nosotros nos ha gustado especialmente el diseño y la apariencia de algunos de sus decorados, como por ejemplo ciertos páramos montañosos cubiertos de nieve localizados en mitad de una nevisca, regalándonos estampas de indudable belleza. También nos ha convencido el aspecto que muestran tanto los enemigos como el propio protagonista, aunque tampoco sorprenden ni por su originalidad ni sus animaciones.
Por lo tanto nos hallamos ante una aventura que ha sido dotada de bastante personalidad y que ostenta un halo especial. Su duración es su talón de Aquiles y nos hubiera gustado disfrutar de un nivel de reto más elevado pero, dejando esto de lado, se trata de un título de mecánica jugable 2D muy atractivo y diferente.
Después de demostrar su calidad en plataformas iOS y PC, esta aventura de puzles y plataformas desarrollada en nuestro territorio por Beatifun Games reaparece en PS Vita con toda la magia que ésta encierra. Se trata de una aventura bien planteada de esas a las que apetece jugar para ver qué nos depara la siguiente escena o qué nuevo decorado visitaremos después. Artísticamente llama la atención y su desarrollo engancha... mientras dura, dado que es un título ciertamente corto y el nivel de reto que plantea le impiden alcanzar cotas más altas.
- Los poderes "multicolor" del protagonista tienen su punto
- En general los puzles gozan de un diseño bastante sugerente
- Artísticamente presenta escenas realmente notables, como las nevadas
- Buen empleo de la pantalla táctil de PS Vita, fiable y preciso
- La campaña principal no dura más de un par de horas o tres
- Es bastante sencillo. Un nivel de reto más elevado le hubiera sentado fenomenal
