Acompaña a la inocente Hope en su lucha contra un tiránico estado orwelliano en esta notable aventura de infiltración a la que tan bien le ha sentado su salto al PC. Argumentalmente poderoso y con una muy buena base jugable, tras disfrutar de sus tres primeros episodios République ha logrado conquistarnos gracias al carisma de sus protagonistas y su sólida narrativa.
Mucho ha llovido desde que République superara in extremis su campaña de financiación colectiva, estrenando tiempo después con muy buenos resultados el primero de sus cinco episodios en los dispositivos iOS. Desde entonces, los usuarios de PC han esperado pacientemente por la llegada de esta atractiva aventura de infiltración protagonizada por una indefensa joven llamada Hope, a la que debemos guiar hacia la libertad evadiendo las férreas defensas del opresivo estado orwelliano en el que se encuentra retenida. ¿Y sabéis qué? Con el juego ya en nuestras manos solo podemos decir que la espera ha merecido la pena. Y mucho además.
Muy mejorado en lo visual gracias a la apuesta por el Unity Engine 5, y con un sistema de control perfectamente adaptado al binomio teclado-ratón, hacía tiempo que no disfrutábamos tanto de un videojuego de estas características. De entrada, su ambientación, si bien no es nada original, resulta espectacular por lo bien que integra la esencia literaria de obras del calibre de Un Mundo Feliz o 1984, por citar algunas, trasladándonos a un despótico Estado oculto a los ojos del resto del mundo donde su líder, el Gran Maestro, controla con mano de hierro la vida de todos sus habitantes. Para su desgracia, sin embargo, esa obsesión por la vigilancia y las cámaras de seguridad se convertirá también en la peor de sus pesadillas. ¿Os imagináis por qué?
Actúa y ordena
Con un planteamiento de juego bastante original, una de las particularidades de République es que aquí no controlamos directamente los movimientos de Hope, sino que desde el punto de vista que nos otorgan las muchas cámaras de vigilancia repartidas por la ficticia ciudad de Metamorfosis, nos tocará allanarle el camino hacia la libertad saboteando los sistemas de seguridad que rigen a esta oprimida nación. Desactivar alarmas, abrir puertas, crear distracciones entre las filas enemigas, recabar información... con un grado de interacción bastante elevado, la obra de Camouflaj consigue de veras que nos sintamos como ese Gran Hermano que controlaba la vida de los habitantes de la Londres descrita en 1984. Y eso nos encanta.
Saltando de una a otra cámara de vigilancia en République nada escapará a los ojos del jugador, que deberá ante todo velar por la seguridad de la inocente Hope. Precisamente por ello, también será responsabilidad nuestra indicarle cuándo y hacia dónde debe encaminarse, teniendo en cuenta que a su alrededor hay decenas de guardias contra los que poco podrá hacer si la pillan in fraganti. En este sentido, la joven podrá esconderse en taquillas u otros útiles del escenario para evitar ser vista en los momentos de mayor dificultad, así como andar furtivamente para camuflar el ruido de sus pasos y colarse en zonas aparentemente inexpugnables.
Las opciones son bastante amplias pese a lo que pudiera parecer a simple vista, aunque hemos de reconocer que hasta el tercer capítulo –los dos restantes llegarán en otoño e invierno respectivamente- no nos hemos encontrado con desafíos jugables excesivamente complejos. Ahí los escenarios son más grandes, hay muchos más enemigos a los que hacer frente y contamos con más gadgets y trucos con los que sorprenderles; pero lo cierto es que hemos echado en falta algo más de variedad en la acción, más puzles que rompieran un poco la tónica predominante de esta aventura, o situaciones de riesgo distintas a las habituales que nos invitaran a probar nuevas alternativas. Obviamente, a falta de dos episodios no podemos emitir un juicio de valor definitivo a este respecto, y menos cuando République mantiene una línea ascendente en cuanto a complejidad jugable, pero visto lo visto, o cambian mucho las cosas o este puede ser uno de sus puntos flojos.
Coleccionista Indiscreto
Durante nuestras andanzas por Metamorfosis también encontraremos diversos objetos que le serán de gran utilidad a Hope. Hablamos por ejemplo de espray de pimienta que podrá disparar a la cara de los soldados que la atrapen, tarjetas de seguridad que le darán acceso a zonas de otro modo inaccesibles, e incluso preciadas baterías con las que recargará su teléfono móvil, que es una herramienta de trabajo indispensable. No en vano, con él seremos capaces de ejecutar algunos de los trucos con los que sorprenderemos a los enemigos: desactivar ciertos mecanismos defensivos, provocar que salte la alarma de un despertador para así distraer a los guardias, desbloquear el acceso a cajas fuertes, etc.
Alternativas muy interesantes a las que sin embargo no se les saca todo el provecho, pues tampoco es imprescindible recurrir a ellas para superar la aventura. Como decíamos, nos habría encantado tener más opciones o, mejor dicho, que a las existentes se le sacara más partido. La infiltración está muy bien y se agradece encontrarse hoy en día con un videojuego de estas características que encima sea original en su planteamiento de juego. Pero es innegable que en ciertos tramos de la partida la acción se nos antoja algo simple e, incluso, repetitiva. Especialmente en el tercer capítulo, Unos y Zeros, que sin embargo es también el más poderoso en lo narrativo. ¡Y vaya si se nota!
Con ese aire tan orwelliano y esos pasajes que parecen extraídos directamente del clásico Fahrenheit 541 de Ray Bradbury (el cómo se condena a los libros que promulgan un pensamiento divergente es brutal), République es una aventura realmente poderosa en lo argumental. Ya decíamos que no es novedosa en los temas que trata, pero sí es admirable la forma en la que los presenta al jugador, convertido en un individuo más dentro del terrible mundo dictatorial construido por el Gran Maestro. Nos encanta también el carisma que desprenden la mayoría de personajes protagonistas y lo bien que reflejan la condición humana en todas sus facetas; adoramos la fuerza de los diálogos, y de verdad hemos quedado maravillados con su magnífico trasfondo argumental.
Pocos juegos pueden presumir de contar con un universo de ficción tan creíble y realista como el que nos presenta Camouflaj, que ha sabido jugar muy bien sus cartas creando una obra que atrapa de principio a fin gracias a la historia que cuenta. Además, está muy bien que nos toque a nosotros dar con toda esa información que nos descubrirá el lado más oscuro de Metamorfosis. ¿Preferís ir al grano? Podéis hacerlo, claro, pero también os decimos que os perderéis uno de los mayores atractivos de République.
Título que además luce fantásticamente bien en compatibles, donde parece un videojuego completamente distinto al visto en dispositivos móviles. Con esto queremos dejar claro que no hablamos de un simple port ni, como da a entender su nombre, una remasterización más. Iluminación, modelado de personajes, animaciones faciales, calidad de las texturas, nivel de detalle alcanzado en los escenarios… todo en République para PC luce infinitamente mejor que lo visto en los dispositivos móviles. Y se agradece. Lo que sirve perfectamente para hablar del apartado sonoro del juego. Buena banda sonora, gran doblaje al inglés a cargo de actores experimentados en estas lides como David Hayter (hasta ahora la voz de Snake en la serie Metal Gear Solid), Jennifer Hale, Rena Strober, Dwight Schultz o Khary Payton; y textos de pantalla traducidos al español.
A falta de dos episodios para concluir el viaje hacia la libertad de Hope, République no podía contar con un mejor estreno en PC. Con un renovado apartado gráfico y un sistema de control que se ha adaptado como un guante al binomio teclado-ratón, esta aventura de infiltración os atrapará gracias a su impecable puesta en escena y poderosa narrativa. Se echa en falta algo más de complejidad en los desafíos jugables que plantea, pero viendo la curva de dificultad ascendente que hemos experimentado con cada episodio, confiamos plenamente en el buen hacer de Camouflaj.
- Excelente trasfondo argumental. Es genial perderse en los dominios del Gran Maestro
- Apartado gráfico muy mejorado. Las nuevas localizaciones están muy bien trabajadas
- El desenlace del tercer episodio. Espectacular. Y muy duro
- Se echa en falta más variedad en las situaciones de juego
- Ciertos tramos de la partida pueden tornarse un tanto repetitivos
