Volvemos a Darkest Dungeon, volvemos al maldito caserón. No podemos escapar de él, pero tampoco queremos, pues cada nueva versión es una nueva partida que se realiza con gusto. Aprovechamos la ocasión de su lanzamiento en Nintendo Switch para hablar, además, de sus DLCs, en especial The Crimson Court.
Creo que, entre todas las versiones, he jugado a Darkest Dungeon más de lo que recomendaría a cualquier jugador. O no, porque este juego tiene la particularidad de sentirse fresco siempre que retornas a él, como ese juego de mesa que espera pacientemente a que vengan tus amigos para jugar.
Pese a su origen en PC, disfruté mucho de las versiones de PS4 y PS Vita, ya que es un título que se ajusta muy bien a la comodidad portátil, mientras que con la opción del Cross Save y Cross Play podía llevarlo a la consola de sobremesa en cualquier momento. La versión de Switch no necesita de tanta gestión, gracias a la apuesta híbrida de Nintendo, por lo que gana la comodidad portátil (y esas pulgadas de más que necesitaba la pantalla para tanta información que contiene el juego), mientras que no pierde el esquema de control con mando que requiere de todos los botones para resultar ágil.
Aun así, el control siempre da una de cal y otra de arena. Mientras que a lo largo de las horas conseguiremos dominar todas sus acciones y atajos de combinaciones de teclas, en las primeras podremos cometer algunos errores que pueden ser incluso fatídicos para nuestros héroes. En Nintendo Switch, sin embargo, no sólo se hace uso de todos los botones de los Joy-Con, sino también de su pantalla táctil, por lo que nos resultará más fácil seleccionar algunas opciones, arrastrar héroes y objetos o gestionar nuestro inventario.
La versión de Switch engloba las virtudes de ambos mundos. La portabilidad y el control
El control táctil es, de hecho, realmente sorprendente, hasta el punto de que es posible quitar los Joy-Con de la pantalla y jugar perfectamente de esta forma, incluso con más agilidad que los propios mandos, algo que probablemente haya heredado de la versión para iPad del juego. Al hilar fino, puede perderse algo de precisión, ya que nuestros propios dedos entorpecen la visión, sobre todo cuando necesitamos mirar bien las estadísticas de los enemigos, la salud de nuestros héroes y el grado de estrés que están sufriendo o las descripciones exactas de nuestras habilidades y oponentes. Además, las 6,2 pulgadas de Switch hacen que en algunas ocasiones nuestros dedos puedan escoger el ítem inadecuado o atacar al enemigo que no es, si no somos certeros con nuestras pulsaciones. Pero como decimos, el control táctil es muy satisfactorio.
Recuerda: no puede haber valentía... sin locura
Antes hemos comentado que el juego viene acompañado de los dos DLCs disponibles, de los cuales no hemos tenido tiempo de hablar en esta revista. El más pequeño de ellos, Shieldbreaker, aporta poco más que una heroína nueva, la Rompeescudos, que si bien está perfectamente ajustada y medida en sus capacidades, habría resultado un buen detalle que este personaje hubiera sido incluido de forma gratuita en todas sus versiones en vez de pagar por él, ya que no tiene un impacto muy significativo en la aventura. Su aspecto más destacable: los sueños, en los que luchar contra ilusiones que nos proporcionan nuevos objetos.
El otro DLC, The Crimson Court, es otro cantar. Supone un cambio drástico en el desarrollo del juego, con infinidad de mecánicas nuevas, monstruos y zonas que explorar. Todo este DLC, o más bien expansión, gira en torno al mito vampírico propiciado por dementes cortesanos y su elenco de bichos y monstruos de sangre, que podrán contagiar a nuestros ya afligidos héroes. Pero las nuevas zonas, que se exploran sin necesidad real de antorchas, así como los planos y diseños que podremos lograr para mejorar el poblado por medio de nuevos distritos, lo hacen realmente único. Por no hablar de que incluye una nueva clase: el flagelante, perfecta para causar hemorragias y ayudar con el estrés a sus aliados.
Existen dos versiones en Nintendo Switch, una que contiene el juego original, con los dos DLCs lanzados hasta el momento por separado u otra que contiene todo en uno. Un precio equiparable a la versión de PC, aunque esperábamos alguna rebaja en la versión completa, como ocurre en la Store de Sony. En cualquier caso, Darkest Dungeon es un título cuyo precio ha variado enormemente desde su lanzamiento, con ofertas muy agresivas, por lo que no dudamos que en algún momento veamos descuentos significativos.
En definitiva, la versión de Darkest Dungeon para Switch puede ser la más conseguida de todas aquellas que han llegado para consolas. Principalmente, por tener un control completo, sin renunciar a la portabilidad y añadiendo las funciones táctiles que son realmente útiles. Aunque no se han dignado a arreglar la terrible y vergonzosa traducción al español que llegó desde el lanzamiento del original, se han añadido algunos subtítulos que faltaban (y siguen faltando) incluso en la versión de PC.
Por desgracia, nos perdemos, como ha pasado con todos sus ports, del fantástico trabajo que se ha hecho con los mods de este juego, que más allá de ser una curiosidad y cambios estéticos en los personajes, añaden también una infinidad de clases muy trabajadas que incitan a lanzarse a más y más partidas nuevas. Con todo, y después de tantos años desde su lanzamiento, Darkest Dungeon sigue demostrando su vigencia, dando como resultado un juego que a menudo parece eterno. Que se quedó a las puertas de la gloria (en nuestra humilde opinión) por su desarrollo demasiado largo a la hora de gestionar a los personajes y grindar para conseguir preparar a los nuevos héroes que llegan al caserón, pero que demostró que las ideas bien ejecutadas son imperecederas. La versión de Switch no hace más que trasladar este hecho para jugarlo donde quieras.
La versión de Darkest Dungeon en Switch tiene todas las bondades de los ports que han salido en consola, y prácticamente ningún defecto. Versión de sobremesa y portátil en una sola, control por mando completo y funciones táctiles que permiten realizar todos los gestos sin necesidad de Joy-Cons. Y, por supuesto, toda la crudeza y tensión de la obra original (sin mods, lamentablemente).
Comprar Darkest Dungeon- La versión de Switch se beneficia de un completo control tanto por botones como táctil, en su modo portátil.
- El mismo y gran desafío de siempre, con la tensión en cada combate y decisión que tomemos.
- La gestión y el grindeo a mediados de la aventura puede ser demasiado exagerada.
- Habría sido un detalle (y no muy extravagante) incluir todos los DLCs en una única versión, al precio base.
