Inclasificable, minoritario y árido son sólo tres adjetivos que vienen rápidamente a la cabeza cuando uno se sienta ante Disgaea 3: Absence of Justice. La nueva entrega de la saga, sin embargo, esconde tras de sí las virtudes que han hecho grandes a las series. A contracorriente, Nippon Ichi Soft, apuesta por una jugabilidad incontestable lastrada en su calificación global por un apartado gráfico bochornoso y por llegar a nuestro país íntegramente en inglés.
Disgaea debuta en PlayStation 3 con todos sus elementos más emblemáticos intactos. Con una personalidad inquebrantable y una propuesta que mezcla rol, combates por turnos y estrategia que, a buen seguro, hará las delicias de los fans del género como ya lo hicieron en su momento sus imprescindibles predecesores.
Absence of Justice es un videojuego minoritario y para un público muy reducido por una serie de aspectos que acaban pesando en demasía en su contra. En primer lugar es un título complejísimo y lleno de posibilidades, lo que puede hacer que resulte excesivamente áspero para un corte concreto de usuarios. En segundo término su apartado gráfico es más propio de una máquina portátil que de una plataforma con el potencial de PlayStation 3. Y, por último, y como elemento más importante, hay que destacar que el videojuego llega a nuestro idioma en perfecto inglés, tanto en textos como en voces, lo que lo hace únicamente recomendable para aquellos que dominen el idioma.
Forja de Dioses
Disgaea 3 es un videojuego tan extravagante como sus predecesores. Por ejemplo si en títulos recientes del rol el nivel hasta el que puede progresar el personaje se encuentra limitado a números ciertamente bajos, Guild Wars o Fallout 3 lo tienen cifrado en 20, en Absence of Justice podemos llevar nuestro personaje a cifras estratosféricas como la de 9.999. Para ello habremos de superar combates con cientos de criaturas y superar montones de mazmorras generadas aleatoriamente, que proporcionan al título el incontable goteo de horas que atesora a sus espaldas.
Controlaremos un pequeño grupo de personajes al que llevaremos a través de diferentes niveles, y a los que equiparemos en las tiendas con diferentes elementos, y entre los que repartiremos los bonus y beneficios que extraigamos de cada misión. Uno de los matices más importantes es precisamente el de los personajes y su evolución, para los cuales podemos optar por infinitas posibilidades a la hora de combinar objetos e ítems, y que pueden hacer que la aventura se dilate por encima de las 100 horas.
El combate es directo y puro, basado en las claves por turnos que han caracterizado a las series, y a las que la tercera entrega no aporta en demasía. Entre turno y turno asignamos las órdenes a cada uno de nuestros protagonistas que, al finalizar éste, llevarán a cabo todos los movimientos de una vez. Los únicos elementos que separan a Absence of Justice de acabar convertido en una suerte de sucesión de combates directos y sin apenas interacción con el escenario es precisamente la disposición de éste en clave de formas geométricas de colores, una vuelta de tuerca a los clásicos GeoPaneles. Cada uno de estos bloques potencia una serie de características del jugador en función de su color, y el acierto a la hora de posicionar a nuestros hombres acaba siendo decisivo en las luchas.
Otra de las escasas novedades que incluye Absence of Justice es la del Magichange, una combinación de poderes que nos permite incrementar la potencia de nuestros ataques. Para conseguirlo combinamos el poder ofensivo de uno de los personajes con una bestia, y así aumentamos exponencialmente el poder destructivo de nuestras fuerzas.
Generación PSX
Totalmente de acuerdo en que en un videojuego de estas características lo menos importante es su aspecto gráfico, pero también hay que recalcar que cualquier esfuerzo por parte de Nippon Ichi Soft en este apartado hubiera sido bienvenido.
El problema no se deriva de su look bidimensional, ni de su dirección artística, que es premeditadamente retro: El mayor defecto se debe, sin duda, a una deficiente orientación técnica y creativa que hace parecer al título un videojuego de la primera PlayStation.
Las animaciones de los personajes son, siendo generosos, muy tristes, su acabado visual es irrisorio, y sus texturas son de una pobreza desesperante. Sin embargo cualquier crítica que podamos hacer sobre los seres que habitan el mundo de Disgaea 3 palidece en comparación con los escenarios, que son sin ningún género de dudas los peores que hemos visto en PlayStation 3. Texturas a bajísima resolución, nula sensación de profundidad y excesivo reciclaje de todos y cada uno de sus elementos son las peores noticias que nos deja este campo.
Como decimos la riqueza de Absence of Justice se deriva de su jugabilidad, aunque nuestra obligación es la de relatar todos sus apartados, por devastadores que sean. Este argumento es igualmente aplicable a la faceta sonora, donde el título expone una música irritante y repetitiva –especialmente teniendo en cuenta la cantidad de horas que pasaremos con el juego-, y un doblaje al inglés histérico y totalmente pasado de rosca. El de la música siempre es uno de los matices más sujetos al gusto personal de cada uno, y es por ello que la del sonido es una puntuación que hemos aprobado por las justas. Lo que sí es imperdonable es el hecho de que el videojuego llegue a nuestro país en perfecto inglés, tanto en voces como en textos. Si Disgaea 3 ya es un juego que se hace cuesta arriba para muchos usuarios de por sí, el hecho de que no llegue traducido a nuestro país lo convierte en un producto todavía más arduo.
Absence of Justice quizá no sea la mejor forma de entrar en el universo de Disgaea, pero se trata de un videojuego de rol francamente interesante si encuentra su público. Sin embargo motivos para pensar en un éxito muy comedido no faltan: Llega a nuestro país sin doblar y su aspecto gráfico no es en absoluto atractivo. Sólo para jugadores hardcore.
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