Lo que hace Chris Taylor podrá ser bueno o malo, pero nunca deja indiferente a nadie. Superados los problemas de conexión por fin podemos ofrecerte el análisis de Demigod como sus creadores, Gas Powered Games, querían que llegara a su público.
Los inicios de Demigod han sido complicados. En primer lugar porque el videojuego llegaba a las tiendas sin ningún tipo de protección, lo que lo hizo pasto de la piratería. “Si lo estás jugando pirata reconoce que eres un ladrón”, llegó a declarar un ejecutivo de Stardock, sus distribuidores.
En segundo lugar, en el momento de la puesta a la venta del videojuego los servidores no estaban funcionando como debían, lo que unido a algunos problemas con el código de red hicieron que el lograr jugar on-line fuera poco menos que una odisea. Sin embargo con el paso del tiempo se han ido poniendo a disposición del aficionado una serie de parches que han solucionado en buena medida la mayor parte de las incidencias, y los servidores ya funcionan al 100%. Hemos preferido, por lo tanto, esperar a publicar la review cuando el juego superara todas las trabas que ha debido sortear, y hemos considerado que este es el momento y el estado idóneos para analizar el videojuego.
Juego de Dioses
Demigod es un juego complicado de explicar, y con una importante profundidad a sus espaldas. Se trata de una suerte de título de estrategia de lo más atípico, que recoge en su concepto elementos de acción o rol, para conseguir un combinado de lo más particular.
En esencia, en realidad, se parece mucho más a un juego de rol-acción del tipo de Diablo, donde controlamos únicamente a un personaje con el que podemos atacar, lanzar hechizos, etcétera… Sin embargo el componente estratégico también está presente, fundamentalmente por el aspecto de tablero del escenario, y también por las decisiones tácticas que deberemos tomar en el transcurso de la partida.
No hay mucha historia que contar en términos argumentales sobre el juego, y es que, por ejemplo, en sus modalidades individuales oferta únicamente la posibilidad de disputar escaramuzas o la de formar parte de un torneo, todo ello sin presentación o hilo narrativo alguno. Estos campeonatos comienzan sin grandes aspavientos, permitiéndonos escoger entre ocho personajes pertenecientes a las diferentes facciones: Torch Bearer, Unclean Beast, Regulus, The Rook, Oak, Queen of Thonrs, Sedna y Lord Erebus. Cada uno de ellos tiene sus particularidades, y si bien por ejemplo el gigantesco y colosal The Rook es fortísimo y tremendamente resistente, por el contrario es muy lento, y Lord Erebus es más ágil pero también más frágil.
Las partidas se dividen en dos equipos, repartiéndose generalmente los personajes en un cuatro contra cuatro que prima el trabajo en equipo y la compensación de las habilidades de unos y otros héroes.
De hecho hay dos tipos de Demigods, los Generales y los Asesinos, y los dos marcarán principalmente el corte del juego por el que vamos a optar. Si gustamos de la estrategia deberemos escoger a los primeros, prefiriendo un estilo más orientado a curar a nuestros compañeros que al propio combate. Estos Generales luchan con habilidad, pero tienen poco que hacer en un enfrentamiento directo contra un Asesino, muy superior en las artes de la lucha.
Combate a Pie de Campo
Las ocho arenas que ofrece Demigod pueden parecer un número no demasiado alto para un videojuego de estas características, especialmente teniendo en cuenta su tamaño; aunque lo cierto es que están muy trabajadas, y pensadas para que esto sea lo más parecido a un juego de tablero como los que se disfrutaban en los viejos tiempos.
En realidad el tamaño es ciertamente pequeño, y con sólo hacer un suave giro con la rueda del ratón se pueden contemplar en su totalidad. Sin embargo la velocidad de nuestros “demidioses” no es muy alta, de modo que una de las principales opciones estratégicas es la de escoger el lugar al que vamos a prestar nuestra atención, puesto que recorrer cada arena de punta a punta lleva un tiempo precioso.
Por otra parte el componente rolero tampoco ha sido descuidado en absoluto, y para ser más exactos goza de una profundidad encomiable. Según vamos acabando con los enemigos, o cumpliendo objetivos, recogemos experiencia que se traduce en una progresión en base a niveles, que nos permitirá especializarnos en el campo de batalla escogiendo diferentes ramas entre las que desbloquear acciones. Este avance está limitado a nuestros hechizos, aunque desde nuestra base podemos adquirir ítems con los que personalizar algo más nuestras características.
En otro orden de cosas, y una vez superados los problemas de conexión que plagaron la experiencia en un inicio, podemos decir que el modo on-line ya funciona como debe, y es una de las principales virtudes del videojuego. No es que la IA del enemigo en las modalidades individuales sea mala -en absoluto, es compleja y desafiante-, sino que como es lógico el juego se enriquece de la imprevisibilidad y la brillantez del jugador humano. Todavía queda trabajo por hacer en la parte de la conectividad, pero su estado actual ya recomienda el acercamiento a quienes deseen hacerse con algo nuevo y fresco.
La Virtud de los Ancestros
Gráficamente Demigod es un videojuego más que notable, con una paleta colorista y vibrante, y un modelado de personajes fantástico. Hay que reconocer que algunas de las animaciones son algo perezosas, y que el diseño de algunos de los soldados de a pie que recorren los escenarios es reiterativo; sin embargo el conjunto es genial.
Los escenarios son uno de los principales protagonistas del juego, con una labor artística imaginativa e innovadora, que consolida unos marcos ideales para estos juegos de tablero que son a fin de cuentas cada una de las 8 localizaciones del juego.
La optimización es igualmente brillante, seguramente debido a la escasa exigencia de memoria de unos mapas tan reducidos. En uno de los equipos de pruebas de la redacción -AMD 4200+, 8800 GT, 2GB Ram- el juego se ha movido con una suavidad encomiable y con todas las opciones gráficas maximizadas. Con un ordenador algo más modesto los resultados también han sido fantásticos, aunque teniendo que jugar algo con los diferentes parámetros de Sincronía Vertical, Calidad de texturas, Antialiasing, etcétera.
Por último cabe destacar que la faceta sonora es discreta en el mejor sentido de la palabra. Una voz a lo Unreal Tournament nos informará de los diferentes sucesos que acaezcan sobre el campo de batalla, mientras que la música y los efectos de sonido son adecuados y pasan desapercibidos.
Demigod es uno de esos juegos que están destinados a un público minoritario. Toca diferentes palos –estrategia, rol, acción-, y a todos se acerca con solvencia; ofreciendo un entretenimiento on-line profundo y adictivo. Un juego muy poco tradicional y sorprendentemente intenso.
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