La lista de videojuegos que sobre el papel parecían interesantes y que han quedado a medio camino por unas u otras razones es larga, pero pocas veces quedan tan a medio camino como Raven Squad: Operation Hidden Dagger. Un título a evitar que no cumple con las exigencias mínimas para un lanzamiento de esta generación en ni una sola de sus facetas.
Siempre es doloroso tener que suspender un videojuego, porque el trabajo que conllevan –especialmente los pertenecientes a la ya anacrónicamente denominada Next-Gen- es sencillamente descomunal. Sin embargo si es doloroso calificar con una nota tan nefasta a un título como el que nos ocupa, entendemos que todavía es más doloroso pagar más de 40 euros –Xbox 360- o más de 25 –PC- por un título del calibre de Raven Squad.
Decir que el videojuego de debut de Atomic Games es malo seguramente sería quedarse muy corto. El equipo húngaro que se ha ocupado de su desarrollo tenía buenas intenciones y un concepto francamente atractivo entre manos, sin embargo todo se ha venido abajo por un videojuego que está pésimamente ejecutado, tanto en su faceta técnica como en la del propio planteamiento.
First Person Tedium
Raven Squad está ambientado en la selva amazónica en pleno año 2011, y nos pone en el pellejo de un escuadrón de recicladísimos arquetipos del más rancio cine de acción ochentero. Nuestro comando, por supuesto, está atrapado entre el fuego enemigo, en una situación límite provocada por un no menos clásico archienemigo, esta vez un tiránico dictador.
La misión versará acerca de la recuperación de unos datos perdidos por un avión aliado derribado en territorio enemigo, aunque la escapada será donde tomaremos el control y verdaderamente hallaremos el reto. Esta base de clichés podría pasarse por alto si los diálogos, el proceder y las misiones tuvieran algún interés… lamentablemente no es el caso. Los diálogos, las situaciones y los objetivos son muy flojos y la calidad de las líneas haría enrojecer al guionista de una película protagonizada por el wrestler John Cena.
Bueno, más de uno pensará que quizá a los chicos de Atomic Games no se les dé bien escribir videojuegos, pero quizá sí cumplan en lo que a desarrollar sus aspectos jugables se refiere. Pensamiento igualmente erróneo.
Como hemos comentado el concepto es medianamente interesante. Se trata de mezclar First Person Shooter con un planteamiento algo más estratégico en lo que al manejo del escuadrón se refiere. Una propuesta ya vista con anterioridad, pero no demasiado explotada en los últimos años. Sin embargo el videojuego no funciona en ninguno de los dos campos, quedando en un triste medio camino de una y otra faceta.
En cuanto a la vertiente de la acción, Raven Squad sería un videojuego meramente normalito si no fuera por su nefasta IA. No sólo es irritante en los enemigos, que son el atajo más anárquico, estúpido y peor preparado de cuantos mercenarios podría reclutar un dictador; sino que también es realmente molesto el escaso intelecto de nuestros aliados, capaces de quedarse enganchados en prácticamente cualquier elemento del escenario. La escasa interacción con el entorno, lo repetitivo de las situaciones y lo soporífero de combatir en él hace el resto.
La parte estratégica, por otro lado, es también de un aburrimiento mayúsculo. Se lleva a cabo con una vista cenital dando órdenes a los soldados. Lamentablemente las situaciones son increíblemente repetitivas a los pocos minutos de empezar a jugar, la libertad es ridículamente escasa y el reto es minúsculo.
Por otra parte la campaña individual dura cuatro horas. Lo que sería un nuevo motivo de crítica para cualquier otro videojuego en Operation Hidden Dagger es una auténtica bendición dada su nefasta calidad, y se trata de una de las escasas razones para el alborozo que hemos experimentado jugándolo.
El Discreto Encanto de la Serie B
Cuando averiguamos que Raven Squad estaría ambientado en lugares selváticos estábamos seguros de que el videojuego ganaría gracias a ello notables enteros en la faceta gráfica, puesto que con lo coloristas que acaban resultando estos entornos es fácil que en lo visual estemos ante títulos muy atractivos. El resultado, sin embargo, no puede distar más de lo esperado, y es que en este sentido el programa tampoco cumple.
Los decorados son medianamente pasables, y la iluminación aceptable, pero el modelado de los personajes roza lo grotesco, y las escenas cinemáticas son de una calidad penosa. No nos expandiremos en la faceta visual porque no tenemos por costumbre despedazar los videojuegos, pero comentaremos para cerrarla que ni tan siquiera el apartado de optimización acompaña.
Por otra parte en 3DJuegos siempre apostamos por valorar positivamente un doblaje a nuestro idioma para todos los videojuegos, sin embargo cuando un título pierde inmersión por contar con un trabajo de localización malo a nuestro idioma en las voces siempre nos “tiramos de los pelos”. Pero, ¿qué decir cuando el videojuego no llega a tu país en tu idioma, y en el que por si fuera poco el nivel del doblaje original es malísimo? Es, una vez más, el caso de Raven Squad que cuenta con uno de los peores doblajes en versión original de los últimos tiempos, y que además no tiene ningún texto traducido a nuestro idioma.
Raven Squad es un fracaso en todos los sentidos. Aburrido, de una pobreza técnica abrumadora e increíblemente torpe en su planteamiento. Atomic Games deberá esforzarse más en el futuro si quiere un sitio en el atestado mundo de los estudios de videojuegos.
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