Análisis de I am Alive

Análisis de I am Alive
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Sobrevivir al fin de los días solo es el principio de un viaje de sufrimiento y violencia extrema en un mundo en ruinas. Lucha por tu vida, economiza al máximo tus recursos y nunca bajes la guardia. I Am Alive se presenta como un notable juego de supervivencia con unos combates muy inteligentes y psicológicos, mucha exploración, y un grado de tensión sorprendentemente bueno.

Homo homini lupus. El hombre es un lobo para el hombre. Unas palabras que reflejan a la perfección las duras y agobiantes sensaciones que transmite este notable I Am Alive de Ubisoft. Un título que tras años de retraso y muchas promesas de fondo, ha logrado sobrevivir a las altas expectativas planteando la que es, sin duda, una de las aventuras de supervivencia recientes más logradas que recordamos y que tras su exitoso paso por Xbox Live Arcade, ahora viene dispuesta a conquistar a los usuarios de PlayStation 3.

Y lo hace con un juego que desde el primer minuto, y sin artificios de ningún tipo, nos sumerge en un entorno hostil en el que ni las condiciones medioambientales ni los escasos supervivientes que allí habitan, nos recibirán con los brazos abiertos. Pero a diferencia de lo visto en otros juegos en los que siempre contamos con un potente equipo de combate para defendernos, I Am Alive plantea una cuestión bien clara que es la que, a fin de cuentas, permite que esta sea de verdad una aventura supervivencia única y no un simple juego de acción en un mundo post apocalíptico: la escasez.

La vida por una botella de agua
Sin darnos demasiados detalles sobre el qué ha pasado en la Tierra para que el mundo haya sufrido tal cataclismo, ni contar mucho acerca del protagonista de esta aventura, I Am Alive nos sitúa en las afueras de la ruinosa ciudad de Haventon. Un, antaño idílico hogar para nuestro protagonista y su familia que, ahora, tras el Incidente, no es más que un cementerio de hormigón anegado por una nube de polvo que hace impracticable el caminar con seguridad por sus calles.

Equipados con una pistola sin balas, una cuerda para escalar, una linterna con pocas pilas y una videocámara, no nos queda otra opción que adentrarnos en este entorno hostil para encontrar a la esposa e hija de nuestro misterioso aventurero. Una tarea bastante dura dada la escasez de recursos con la que nos encontraremos, aunque también este es el elemento que logra que este sea un juego prácticamente único en el mercado.

Una sensación de necesidad que ha sido reflejada a la perfección en el juego gracias a su interesante sistema de salud, que está divido en dos barras de energía claramente diferenciadas: la salud propiamente dicha, que únicamente podremos restablecer con alimentos y medicinas; y la energía física del protagonista, que distingue entre el cansancio producido al realizar acciones como correr, trepar o golpear –basta con descansar para recuperar fuerzas-, y el agotamiento físico, que reducirá la capacidad de energía física máxima cada vez que le forzamos a realizar acciones al límite.

El arco es un arma algo más lenta, pero nos permite recuperar las flechas usadas inmediatamente.
El arco es un arma algo más lenta, pero nos permite recuperar las flechas usadas inmediatamente.

Una situación que puede dificultar notablemente el paso por determinadas zonas del juego en las que la resistencia física será fundamental. Por eso, y a pesar de estar ante un título ciertamente lineal, la exploración posee bastante peso en el desarrollo de la acción. No en vano, la mayoría de escenarios por los que nos moveremos ocultarán en su interior objetos de estas características que nos vendrán de perlas más adelante.

También podemos toparnos hasta con 20 supervivientes, algunos más escondidos que otros, que rogarán por que les ayudemos entregándoles algunos objetos como alimentos o medicinas –también vino o tabaco, por ejemplo-, o apoyándoles en su lucha contra los hostiles; momentos en los que habrá que actuar en cuestión de segundos si no queremos ver morir a estas personas.

Una bala marca la diferencia
Ya que hablamos de estos enfrentamientos violentos, hay que reconocer que los desarrolladores han acertado de pleno en el diseño del sistema de combate, aunque es verdad que transmite la sensación de que podría haber sido algo mejor con un par de retoques. Aun así, como decimos, el resultado es más que notable y supone un auténtico soplo de aire fresco en el género. ¿Por qué?

Basta que os imaginéis frente a cinco tipos hostiles, la mayoría con machetes, otros con pistolas, y vosotros únicamente con una bala en la recámara y un cuchillo en la espalda. ¿Cómo actuar? Está claro que ni abrir fuego ni tampoco abalanzarse en una lucha cuerpo a cuerpo son las mejores opciones, ya que un par de tiros pondrán fin a nuestra vida. Así que os volvemos a preguntar, ¿qué hacer? Esta tensión e intriga es la que consigue que cada batalla sea un auténtico desafío, un duelo a muerte en el que el menor de nuestros errores puede significar el fin. Por eso siempre debemos actuar con cabeza, meditando nuestros movimientos con sumo cuidado pero también con rapidez, ya que contamos con muy pocos segundos para reaccionar.

Las tormentas de polvo reducirán considerablemente la visibilidad y mermará la resistencia física del protagonista. Trepar a zonas elevadas nos permitirá recuperarnos.
Las tormentas de polvo reducirán considerablemente la visibilidad y mermará la resistencia física del protagonista. Trepar a zonas elevadas nos permitirá recuperarnos.

En este caso en concreto, deberíamos esperar calmados, sin desenfundar el arma, hasta que uno de los enemigos se acerque lo suficiente como para rebanarle el pescuezo con el cuchillo. Acto seguido, deberíamos abatir al enemigo con la pistola en las manos y apuntar al resto, aun sin balas en la recámara, para que no nos ataquen. Pero claro, no podemos quedarnos todo el día apuntándoles esperando a que ocurra un milagro; y es aquí donde entra en juego la psicología.

Los enemigos pueden asustarse, ponerse agresivos e incluso incitar a sus aliados para que nos ataquen. Bastan sencillos gestos como apretar sin querer el gatillo demostrando que no tenemos munición, para que todos ellos corran a por nosotros. Pero también podemos obligarles a rendirse si acabamos con sus cabecillas, a los que antes habrá que detectar a través de gestos y su forma de hablar (los más débiles suelen temblar o pedir clemencia).

Con el arma en ristre también podemos indicarles que retrocedan para situarles en posiciones clave que nos permitan lanzarlos de una patada por un precipicio o a las hogueras. Una opción algo irreal y limitada, puesto que habrá momentos en los que recorreremos un trecho importante hasta situar a los hostiles en el lugar deseado. La otra opción, sin embargo, es acercarse uno mismo y forcejear con los cuchillos hasta apuñalarles; pero lógicamente esta acción nos deja indefensos ante sus aliados.

Lo que debe quedar claro es que este no es un juego de acción al uso. Más que ser rápidos con el gatillo, que hay que serlo, I Am Alive prima las decisiones correctas tomadas en situaciones extremas. El problema es que hay algunas zonas con demasiados enfrentamientos seguidos, lo que deja patente lo limitado del sistema al obligarnos a realizar prácticamente el mismo tipo de acciones en la mayoría de ocasiones.

Igualmente, se echa en falta además algo más de libertad para sorprender a estos enemigos, ya que hasta prácticamente el final del juego no tendremos oportunidad de combatir contra ellos de una forma algo más libre decidiendo cómo y cuando atacarles.

Algunos supervivientes se mostrarán hostiles pero no atacarán si no invadimos su territorio. ¿Los mataréis para robarles sus escasos recursos?
Algunos supervivientes se mostrarán hostiles pero no atacarán si no invadimos su territorio. ¿Los mataréis para robarles sus escasos recursos?

Miedo a las alturas
Aparte de la exploración y los combates, I Am Alive destaca por sus fases de plataformeo que recuerdan muchísimo a la serie Assassin’s Creed, tanto en la forma como en el sistema de control (que a veces es algo impreciso), aunque con una sutil diferencia: el cansancio puede hacernos caer desde lo alto de un rascacielos.

Estas fases son realmente atractivas y cuentan con un gran diseño que incluye zonas secretas con objetos muy útiles como balas, botiquines o puntos de continuación, que nos permitirán volver a un punto de control previo en caso de morir (si no tenemos nos tocará repetir el capítulo entero).

Como decíamos, el cansancio puede hacer mella, y para evitarlo debemos encontrar salientes en los que ponernos de pie, tomar algún refresco o estimulante durante el ascenso, o usar los limitados anclajes para, aun estando colgados en las alturas, recuperar energías.

Estas escaladas también incluyen situaciones de riesgo como elementos del escenario que pueden ceder a nuestro paso (hay que saltar rápido si no queremos caer), o vertiginosos descensos sobre pendientes muy inclinadas en los que podemos agarrarnos a salientes si hemos ralentizado la caída, o rodar por el suelo rápidamente para alcanzar zonas seguras.

Las fases de escalada son algunas de las más impresionantes del juego tanto por las vistas, como por el tipo de situaciones que plantean.
Las fases de escalada son algunas de las más impresionantes del juego tanto por las vistas, como por el tipo de situaciones que plantean.

Todos estos elementos, unidos a la amplitud de los escenarios por los que nos moveremos, consiguen además que lo pasemos realmente mal cuando las zonas de descanso están lejos de nuestro alcance y las energías comienzan a flaquear. Una sensación de agobio que se ve favorecida por un uso inteligente de la música, que se tornará cada vez más estridente conforme lleguemos a los límites físicos del protagonista.

Los sonidos ambientales también cumplen adecuadamente con su cometido, aunque sin duda nos quedamos con el gran trabajo llevado a cabo a nivel artístico. Sobre todo porque a pesar de estar ante un juego no demasiado portentoso en lo tecnológico, con unos escenarios nada interactivos, unas texturas no demasiado detalladas y un modelado de personajes discreto, continúa siendo un título impresionante y muy atractivo.

Los filtros visuales son los culpables de ello, logrando recrear una atmósfera opresiva de tonos grises y apagados que dan lugar a unos entornos en los que costará moverse dada la densidad de polvo acumulado, y otros en los que dará miedo internarse por la oscuridad y lo macabro de la estampa (hay cadáveres, charcos de sangre, gente pidiendo socorro, etc.). Además, aunque el juego se desarrolla enteramente en Haventon, la variedad de localizaciones resulta encomiable, con zonas reconocibles como las calles de la ciudad a distintas horas del día, el interior y exterior de rascacielos con unas vistas impresionantes, el metro, un hotel, aparcamientos, etc.

En definitiva, I Am Alive ha conseguido de verdad convertirnos en unos pobres desgraciados en un mundo que se ha ido al garete, y eso es precisamente lo que prometieron. Es verdad que se echa en falta algo más de libertad en algunos momentos y que el sistema de combate, a pesar de lo destacable que resulta, puede tornarse algo repetitivo a la larga; pero os garantizamos que recorrer las calles de la desolada Haventon es una experiencia de supervivencia que muy pocas desarrolladoras han logrado crear con tanta mano firme.

Al final nos encontraremos con enemigos bien protegidos a los que solo podemos vencer disparando en partes concretas del cuerpo como la cabeza o las piernas.
Al final nos encontraremos con enemigos bien protegidos a los que solo podemos vencer disparando en partes concretas del cuerpo como la cabeza o las piernas.

Lo mejor es que esta aventura tiene una duración que ronda entre las 5 y 6 horas dependiendo de lo mucho que nos entretengamos explorando el entorno o ayudando a otros supervivientes, con una modalidad de juego “Supervivencia” que limita una barbaridad los recursos y los citados puntos de continuación, aumentando aun más la sensación de agobio. Extensión que por los 9,99 euros (con un 20 % de descuento para usuarios de PS Plus) no está nada mal.

Aun así, nos habría gustado que se potenciaran algunos aspectos como la moralidad de nuestras acciones, ya que aunque podemos saquear a otros supervivientes o incluso comer carne humana, estas acciones no tienen demasiadas consecuencias en lo jugable (más allá de la puntuación final de la partida). Y lo mismo se puede decir de los combates: todos se resuelven por la fuerza, sin opción de lograr que los hostiles salgan huyendo por su cuenta.

Detallitos que podrían mejorarse en una secuela o aventura alternativa, que permitiría a los desarrolladores ahondar en una historia que no tiene gran peso en I Am Alive, aunque está narrada con gran acierto y siempre presentando los suficientes interrogantes y motivaciones como para querer seguir avanzando. Además, su final es tan intrigante que da pie a pensar que la historia puede seguir adelante de forma prometedora.

Muy Bueno

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I am Alive

Por: El equipo de 3DJuegos
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Ubisoft nos ha sorprendido muy gratamente con esta notable aventura de supervivencia extrema que brilla con luz propia tanto en su faceta plataformer como en sus originales y tensos combates, a los que le ha faltado algo más de variedad y libertad para ser perfectos. Está claro que el juego tiene sus fallos y algunas de sus ideas no se han aprovechado del todo, pero aun así es una experiencia de juego de supervivencia única que os recomendamos encarecidamente.

Jugadores: 1
Idioma: Manual en español, textos en español y voces en inglés
Duración:
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