La fiereza de los dioses y los héroes mitológicos grecorromanos se acerca a Wii utilizando como base el Quantum 3, motor diseñado por High Voltage Software y encargado de "mover" todos sus títulos desarrollados exclusivamente para la consola de Nintendo.
La forma de trabajar de High Voltage Software es dinámica, y eso les ha otorgado buenos resultados en la mayor parte de proyectos desde su fundación en el año 1993. La compañía estadounidense lleva a sus espaldas un gran número de títulos, y tras la publicación de Tournament of Legends, continúa trabajando en tres videojuegos más de diverso calibre para Wii.
Con escasa experiencia en el desarrollo de títulos de lucha, Tournament of Legends es una obra prototipo que pretende establecer una base hacia el futuro. Este juego presenta una gran cantidad de similitudes con un proyecto del año 1996 de la misma compañía, Fight for Live, considerado como uno de los peores videojuegos de todos los tiempos y que fue elaborado sobre una de las primeras consolas con 64 bits de potencia gráfica: la poderosa Atari Jaguar.
Como Fight for Life, Tournament of Legends es un título muy lento y aburrido en su acción debido al intento de fusionar la jugabilidad de clásicos como Punch-out con la tecnología tridimensional. El resultado, como os explicamos a continuación, se define como un experimento jugable en el que la acción de pensar es más útil que machacar los botones.
Un prototipo demasiado simple
Con tres únicos modos de juego, se demuestra el carácter impersonal de Tournament of Legends. La opción historia nos permitirá disfrutar de los acontecimientos que hicieron grandes a cada uno de los diez combatientes basados en los héroes de la mitología grecorromana. Entre batalla y batalla, una consecución de páginas de cómic nos intentarán introducir las batallas.
En las modalidades Versus y Entrenamiento, podemos practicar todo aquello referido al arte de la lucha solos o contra algún amigo en la misma habitación. El modo multijugador es muy simple, y no permite nada más que batallas uno contra uno. Por otro lado, el modo entrenamiento nos propone luchar contra la IA hasta acabar llenos de aburrimiento.
Todo combate en Tournament of Legends consta de dos rondas de 90 segundos en las que nuestro deber es acabar con el enemigo. Hasta aquí nada fuera de lo normal, aunque al alcanzar el ecuador del combate (el final de la primera ronda), se agradece que podamos recuperar vida haciendo círculos con el pad analógico del nunchuk o reparar las armaduras dañadas agitando rápidamente el wiimote, acciones que, no obstante, acabarán resultando tediosas y carentes de fundamento jugable.
Diseñado para un periférico
Como ya hemos comentado al principio, las batallas son muy lentas y simples, llegando a ser de lo más monótonas. Para desplazarnos por el escenario, utilizamos el pad analógico del nunchuk. Pulsando el gatillo B, realizamos movimientos laterales para girar sobre nuestro enemigo y evitar un ataque. También podemos empujar dos veces el joystick y mantenerlo para realizar una carga relativamente inútil.
Cabe destacar que el título fue concebido de principio a fin para utilizar el periférico Wii Motion Plus, aunque es probable que High Voltage Software acabara pensándoselo mejor, ya que al final el soporte desapareció. No obstante, todavía quedan rastros de la tecnología plasmados sobre los controles, y es que se nos permite realizar ataques verticales u horizontales tanto con el wiimote (que controla el arma de la mano derecha) como con el nunchuk (que maneja el escudo en el brazo izquierdo).
El título sólo posee tres movimientos con una variante más potente e imbloqueable, además de tres ataques especiales por personaje que podremos llevar a cabo pulsando un botón al mismo tiempo que dirigimos el pad analógico hacia un lado. En definitiva, intuitividad moderada para un videojuego al que le sobraban botones, y es que hasta para defendernos debemos apretar el botón Z en el nunchuk...
El potencial desaprovechado
Tournament of Legends utiliza el potente motor Quantum 3, famoso por ser la gran base jugable de The Conduit. El prototipo del que hablamos en este artículo no lo utiliza como debería, y es posible que sea debido al giro radical que sufrió al cambiar su aspecto realista y gore por uno completamente mitológico, sin sangre, probablemente destinado a rebajar la calificación por edades.
Los personajes son bastante planos en su mayoría, presentan una personalidad muy inmadura y sus diseños gráficos son muy simples, desaprovechando el potencial del motor gráfico. De hecho, cuando los modelados se sitúan sobre los siete escenarios basados en la mitología griega, parece como si los luchadores se hayasen superpuestos a los decorados.
Para más inri, nada más comenzar el título, nos encontramos con una introducción perfectamente hablada en inglés y sin subtítulos, limitando el mayor entretenimiento del juego (la historia) a los usuarios que comprendan el idioma anglosajón. La banda sonora es también muy simple y hace uso de instrumentos de percusión para intentar aumentar la sensación de estar en una batalla épica, disminuida a su vez por unos muy discretos efectos sonoros.
Conseguir una publicadora, SEGA, supuso en febrero de 2010 un cambio drástico sobre un título que prometía ser rápido, realista y maduro. Tras su lanzamiento, podemos decir sobre Tournament of Legends que toda la inspiración recogida de la película 300 se ha convertido en un fallido prototipo jugable sin ninguna innovación, salvo por el uso de Quantum 3, creando una criatura similar a la que fue Fight for Life, un antiguo proyecto de la misma compañía.
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