Triunfando desde Japón y con sabor valenciano nos llega el último éxito del servicio Wiiware. Un shooter gallery inspirado en los cuentos tradicionales y con un estilo muy particular manga en escenarios destructibles, zombies amorosos y mucha diversión en un título heredero de la vieja escuela.
El mercado del videojuego español está creciendo, y los estudios afincados en nuestro país comienzan a traspasar fronteras internacionales. Desde los míticos Pyro Studios hasta Over the Top Games, pasando por MercurySteam y ahora Akaoni Studio. Estos últimos son los creadores de Zombie Panic in Wonderland, un producto con sabor valenciano pero con mucho aroma japonés que está triunfando en el país del sol naciente. Tras meses de duro trabajo, el pasado 16 de marzo salió el título en Japón publicado por Marvellous Entertainment, con doble página en la revista especializada de videojuegos japonesa Famitsu y, quizás lo más importante, copando el primer puesto en las listas de descargas japonesas en WiiWare.
José Manuel Iñiguez, responsable del estudio, ha tenido mucho que ver con el éxito del juego, porque desde bien joven se fue a trabajar a Japón, donde ha aprendido todo lo referente a la programación de videojuegos. A Zombie Panic in Wonderland podemos definirlo como un shooter gallery en tercera persona lleno de guiños a los cuentos populares, y todo ello arropado de un estilo manga que le sienta fenomenal. El título bebe de los clásicos sin esconderlo, recogiendo elementos de Cabal, el que fuera el primer exponente a finales de los ochenta.
Cuentos tradicionales y arte manga se dan la mano
El videojuego reúne en un mismo programa los cuentos populares más carismáticos -tanto orientales como occidentales- bajo escenarios preciosistas y con un sencillo control, pero también con una propuesta jugable frenética y difícil. Los cuentos que se dan cita en el título son Momotaro, cuento japonés que narra la historia de un niño que nace de un melocotón; Blancanieves y los siete enanitos; y una visión muy particular del Mago de Oz con el hombre de hojalata y Dorothy en formato hardcore.
El juego ofrece la posibilidad de controlar hasta a 7 personajes diferentes derivados de estos cuentos, encontrándonos con un vitaminado Momotaro, una sexy Blancanieves y una Dorothy de armas tomar como principales protagonistas. Mientras avancemos en la aventura se irán desbloqueando más personajes con pocas diferencias jugables pero un cambio estético muy de agradecer por el alto valor artístico.
El juego se controla con el wiimote y el nunchuk. Mientras que con el wiimote apuntaremos a la pantalla para eliminar a los enemigos y lanzar las granadas; con el nunchuk podremos mover al personaje –únicamente de forma lateral-, cambiar de armas sobre la marcha o esquivar ataques. El control, en general, es muy fácil de aprender y en ningún momento da ningún tipo de problema. De hecho, el apuntado en pantalla es tan preciso como efectivo, algo que no es fácil de implementar en juegos que requieren de este tipo de precisión en Wii.
Una divertida y frenética historia de duración limitada
El modo historia nos llevará a lo largo de 10 escenas que derivan de los cuentos populares mencionados, y cada dos escenas tendremos un enfrentamiento contra un enemigo final bastante espectacular, distinto, pero que repite una y otra vez los mismos patrones. Para superar una escena debemos limpiar el 100% de la zona eliminando todos los enemigos que nos salgan de la pantalla y en un tiempo limitado.
Estos enemigos son muy variados, desde simples zombies que desprenden corazones, hasta caballeros de armadura, arqueros, cuervos, yetis o esqueletos. Nos lanzarán sin descanso bolas de nieve, rocas, proyectiles, flechas, magias o cosas absurdas como tartas; pero si nos aciertan, nos harán perder una vida. Sólo tendremos cuatro intentos antes de caer en un Game Over, aunque por suerte contamos con continuaciones infinitas. Cada uno de estos enemigos tiene un punto débil que debemos descubrir, y será fundamental acertarles en su zona débil para conseguir las mayores puntuaciones.
Nuestros ataques vendrán en su mayoría de la ametralladora con munición ilimitada, pero en el escenario podremos recoger granadas para limpiar una zona de enemigos, y otras dos armas secundarias como el lanzallamas, -ideal para enemigos ágiles-, o la ametralladora pesada capaz de tumbar a los enemigos más grandes de un solo disparo.
Pero además de eliminar enemigos, también podremos destruir casi la totalidad del nivel, porque nos encontramos con un juego con escenarios destructibles. Así, en una de las fases empezaremos dentro de una casa para que, mientras vayamos tirando estructuras, podamos lograr ver hasta zonas que estaban tapadas por varios edificios. La eliminación de estos escenarios nos contará también como porcentaje de limpieza para pasar el nivel, y a su vez nos servirán para eliminar a varios enemigos que estén cerca de las estructuras derribadas.
Cuentos cooperativos
El modo historia es muy corto, apenas puede ser superado en una sola hora, lo que corta la diversión de forma muy prematura. Pero para explotar aún más el videojuego, podemos jugar a Zombie Panic in Wonderland en cooperativo con otro jugador en cualquiera de sus modos. La compañía de otro jugador nos servirá de gran ayuda para superar los niveles más complicados o bien realizar tácticas de ataque y defensa.
De menor importancia y enteramente enfocado a conseguir mayores puntuaciones está el modo arcade, un modo donde jugar con los personajes y escenarios ya desbloqueados y con el único pensamiento de conseguir grandes puntuaciones. Sin embargo, se echa en falta algún tipo de modo online que permita elevar las cotas de diversión y calidad, porque si lo que ofrece Zombie Panic in Wonderland es una altísima calidad, lo ofrece de una forma muy limitada en horas de duración.
El aspecto visual del videojuego apuesta por un alto valor artístico que combina sabiamente el estilo manga y un toque maduro en el enfoque de los personajes, llevando los cuentos tradicionales a un público más adulto. Destacar el comportamiento y uso de las armas secundarias, mencionando el espectáculo del lanzallamas, capaz de quemar medio escenario de forma paulatina. También la destrucción del nivel es uno de los puntos más destacados, ya que permite una mayor interacción con el jugador y un adelanto visual bastante de agradecer en juegos de WiiWare.
Por otra parte el apartado sonoro está creado por Joan Martorell, con melodías de bastante ritmo que dan un toque de modernidad al videojuego. Muy destacable la participación de Miki Mori, que ha puesto letra y voz al tema principal del juego.
Zombie Panic in Wonderland es un shoot´em´up de reminiscencias clásicas con altos valores artísticos y técnicos para tratarse de un juego descargable. Sus puntos débiles son la ausencia de modo online y una duración realmente corta del modo principal. Sin embargo estamos ante un título ejemplar, bien elaborado, y con un nivel de calidad y diversión más que notable. Una compra justificada por sólo 1000 puntos Wii, ya que lo nuevo de Akaoni Studio se ha convertido por méritos propios en uno de los tres mejores juegos de WiiWare.
