El regreso de Phantasy Star Portable vuelve por la misma senda de hace un año, con un título continuista pero solventando ciertas carencias de su predecesor. Un mundo central más consistente, una IA de mayor rango y un equilibrio más acertado entre exploración y acción. Vuelve la fantasía de bolsillo.
Hace prácticamente un año llegó a nuestro país la anterior entrega de Phantasy Star Portable con bastante retraso respecto a su lanzamiento japonés, pero con un producto repleto de sentimiento y de buen hacer que pretendía plantarse frente al mismísimo Monster Hunter. Aunque su éxito en occidente no fue lo esperado, cierto es que en Japón el título de SEGA siempre ha contado con unas ventas muy importantes, lo que sin duda ha asegurado la llegada de esta secuela.
Aquel primer juego contaba con una serie de carencias gráficas que se han intentado solventar en esta nueva reaparición, aunque de una manera muy superficial. Tampoco el sistema de juego de su predecesor brillaba con demasiada luz, acompasado además por una IA bastante mejorable y un equilibrio poco solvente entre la acción y la exploración que no contentó a los jugadores. Ahora, con Phantasy Star Portable 2 se han resuelto las principales carencias, aunque apostando por un continuismo excesivo y una carencia de ideas preocupante.
Y tres años después la aventura continuó...
El factor argumental no es el punto fuerte de esta serie, al menos desde el paso al género del multijugador online. En todo caso este título nos sitúa unos tres años después de los acontecimientos sucedidos en Phantasy Star Universe, con un sistema Gurhal escaso de recursos naturales y con la dichosa guerra como excusa perfecta para afrontar la aventura. En todo caso ahora entramos de lleno con la organización Little Wings, con lo que la historia irá por otros derroteros que intentan compensar la escasa variedad con la que se contaba últimamente.
Si hemos jugado al primer juego se nos permite transferir a nuestro personaje a este nuevo, pero únicamente su nombre y apariencia, ya que los objetos y nivel no correrán la misma suerte. Si queremos cambiar de look simplemente crearemos un nuevo personaje siguiendo los mismos parámetros de rasgos faciales, voz, sexo, cuerpo y atuendo que ya conocemos de la serie, junto con la elección de la raza (humanos, newmans, beast o cast) o clases (hunters, rangers, forces y braves), con distintas habilidades cada uno y con la posibilidad de cambiar la clase posteriormente si lo deseamos.
Patrullando la Galaxia
Ahora, contaremos con un mundo central mucho mejor estructurado y funcional, que tiene mayor peso dentro del espectro argumental del juego. Desde el mundo central podemos acceder a la cafetería, a las distintas tiendas o a nuestra habitación, que incluso puede llegar a ser personalizada. Aunque sin duda el peso real del juego recae sobre el puesto de mando, lugar donde podremos elegir afrontar cada una de las misiones.
Las misiones se dividen entre las que hacen avanzar la historia, las tácticas con objetos concretos, las comerciales para conseguir recursos, o las de superación para simplemente mejorar nuestro nivel. Además, podremos acceder a las Battle Missions para jugar en compañía, o las de desafío, con el tiempo como nuestro principal enemigo. Sea como fuere, al ir superando unas se nos desbloquearán otras, dando cierta sensación de libertad cuando tengamos varias elecciones abiertas.
Como es habitual en este género, también tenemos la posibilidad de socializarnos con otros NPC o bien con otros jugadores humanos. Para ello se han habilitado un gran número de acciones –algunas muy curiosas- que nos van a permitir alterar ciertas reglas de juego y divertirnos haciendo gestos por los escenarios.
Observando el sistema de equipación de armas, se sigue apostando por la misma línea anterior, exceptuando menores cambios como la no dependencia de los Photon Points del arma, teniendo ahora más que ver con el personaje para la mejora de niveles, siendo en general más compacto y no tan enredado como antes.
Los escenarios son en su mayoría reciclados e incluso algunas instancias son calcadas del anterior título, aunque intentan resolver una carencia en el detalle con un mayor relleno del nivel y un conjunto mejor representado, pero que no esconden las limitaciones del producto en una PSP que puede ofrecer bastante más de sí. El punto fuerte del título es el multijugador local y online, siendo ésta la experiencia que debemos tener en cuenta como principal oferta de un Phantasy Star Portable, algo que no se ofrecía de forma tan profunda en la anterior entrega.
El factor hardware en segundo plano
En términos visuales volvemos a recibir el tono oscuro y muy estilizado de las recientes entregas, olvidando los orígenes. El juego en esta ocasión se apoya mucho más en las escenas introductorias de diálogo entre personajes, aunque se podrían haber potenciado un poco más las animaciones. Como dijimos, los escenarios siguen pecando de los mismos puntos a mejorar que su predecesor, y aunque existe un mayor relleno y un conjunto de detalles que antes no existía, queda más como maquillaje que un aprovechamiento real del hardware de PSP.
El apartado sonoro sigue en la misma línea, con voces en inglés y las músicas del universo Phantasy Star, algunas ya muy escuchadas y otras que se estrenan pero sin grandes alardes. Lo mejor sin duda es la durabilidad del título, por encima de las 100 horas si lo acompañamos de partidas multijugador regulares, aunque seguramente el mayor problema sea, una vez más, la llegada del juego en completo inglés, lo que afecta a la curva de aprendizaje en concreto y a la diversión del título en general.
Phantasy Star Portable 2 vuelve un año después a PSP con un título de escasas novedades pero con ciertas mejoras, en su mayoría enfocadas al sistema de juego, dejando el apartado técnico en segundo plano. Un mundo central más consistente, un mayor equilibrio entre acción y exploración y una IA más eficiente son novedades suficientes para los seguidores de la franquicia. Sin embargo, el juego sigue careciendo de un apartado técnico que esté a la altura de PSP e incluso de una mayor variedad de situaciones. Además, su mayor punto negativo, el idioma, sigue pesando mucho en la experiencia final de juego. Una secuela continuista, poco arriesgada -quizás carente de ideas-, pero que conserva la esencia de la serie, y eso es un gran punto a su favor.
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