El nuevo add-on de Mass Effect 2 ya lleva unos días entre nosotros, y es el segundo de los contenidos descargables de pago de la epopeya espacial de BioWare. Se trata de la experiencia más variada que podemos tener en la piel del Comandante Shepard, y también del más largo de los dos DLCs que hasta ahora se han puesto a la venta para el juego.
El genial Mass Effect 2 de BioWare continúa poco a poco ampliando su ya de por sí descomunal universo con el Pack Overlord, un nuevo añadido a su experiencia jugable. A cambio de 560 Microsoft Points y algo más de 800 megas tenemos ante nosotros un puñado de buenas misiones que cumplir, así como la posibilidad de llevar a cabo algunos encargos con el Hammerhead.
Un DLC, en definitiva, muy completo que, sobre todo, destaca por su variedad. Tiene una buena historia y recupera algunos elementos del original que se perdieron en la segunda parte, aunque muy pocos echamos en falta, y sobre todo tiene un sentido del ritmo muy poderoso. Puede que, en términos de accesorios y desbloqueo de armas, no sea tan rico como Kasumi: La Memoria Robada, pero ciertamente tiene otras fortalezas igualmente interesantes.
Soberano
Como la totalidad de los contenidos descargables de Mass Effect 2, Overlord da comienzo con un mensaje en nuestro buzón de entrada y con una nueva localización disponible para visitar. El lugar, de hecho, es una instalación de Cerberus que ha estado realizando una serie de experimentos que, obviamente, no han salido bien.
No relataremos más elementos del argumento para conservar la experiencia del jugador intacta, lo que sí señalaremos es que éste, sin ser nada del otro mundo, funciona con fuerza a la hora de hilar las situaciones de la hora y media que dura este DLC -dependiendo de aspectos como la habilidad del jugador, el nivel del protagonista y la dificultad escogida para la campaña-. Mención especial al final, francamente notable.
Con excelencia destaca también la presencia del Hammerhead en la ecuación, un vehículo con el que podremos simultanear combates a bordo y también a pie al más puro estilo de la primera entrega de las series. La sensación de exploración recuerda a la del Mass Effect original, y es un interesante soplo de aire fresco para la jugabilidad mucho más directa de su predecesor. Para ser honestos los tiroteos a bordo del vehículo son tan insatisfactorios como lo eran en el Mako en su momento, pero la inclusión de toda esta dinámica aporta frescura al conjunto y, sobre todo, enorme sentido de la inmersión.
Por otra parte cabe destacar también que hay algún ligero puzle en Overlord Pack. Lo cierto es que ninguno de ellos es un reto desafiante para el usuario medianamente veterano, pero todos encajan muy bien con la idiosincrasia del juego y con el hecho de tener que recorrer unas instalaciones donde nada funciona como debe y donde tampoco hay nada que sea lo que realmente parece.
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Quizá las cinco partes de las que se compone Overlord no tienen tantos combates como cualquier otra sección de Mass Effect 2, pero esto es más una advertencia para cierto corte de jugador que una crítica. En Kasumi: La Memoria Robada ya vimos algunos interesantes puntos al comienzo de la expansión para dotar de variedad a un conjunto que acaba derivando en unos combates dilatadísimos en su segunda mitad. Este nuevo contenido descargable se toma más en serio el aspecto de ofrecer otro tipo de experiencia.
La única pega seria que podemos interpelar al contenido es la de que nuestros acompañantes no tienen peso alguno. Por motivos presupuestarios o por dejadez no cuentan con voces con las que escuchar su opinión, conociendo a BioWare es imposible pensar en la segunda razón, es obvio que la presencia de éstos en algunos momentos críticos del Pack Overlord debería hacerse notar. En el add-on, lamentablemente, sólo están ahí físicamente sin pronunciar palabra alguna en algo que como es obvio resta algo de impacto a algunas escenas dramáticas.
El Pack Overlord de Mass Effect 2 no destaca por sus nuevas armas, equipamiento o por incluir un nuevo miembro para el grupo como ya lo hizo Kasumi, pero sí trae consigo una jugabilidad muy variada y la presencia del Hammerhead como uno de sus grandes reclamos.
