XCOM 2: Estrategia táctica. Viva la Resistencia humana!

Prepárate para comenzar la guerra contra los alienígenas desde una nueva perspectiva: la del bando perdedor. En XCOM 2, eres la Resistencia, y la única forma de sobrevivir es a través de la guerra de guerrillas. Un planteamiento distinto para el mismo desafío. Igual de absorbente. Igual de divertido.

Has perdido. Era lógico, si nos ponemos a mirar las estadísticas de las partidas jugadas en la anterior entrega de la serie XCOM: Enemy Unknown. En el planteamiento táctico de Firaxis, jugar con todo en tu contra era la primera regla de la partida, y ajustar la dificultad lo suficiente nos ponía en una situación bastante parecida a cualquier roguelike. Podías cargar una partida si un combate se daba tremendamente mal, sí, pero al final, las consecuencias de nuestras malas decisiones a la hora de elegir las prioridades de la base, la colocación de los satélites y las misiones en sí, daban como resultado terminar la partida y hacer las cosas mejor desde el principio.

Es por ello que Firaxis ha partido de la situación más lógica. Perdimos la guerra contra la invasión alienígena. Ahora somos una sociedad oprimida que lleva décadas bajo el yugo extraterrestre, que ha colonizado la Tierra mediante la psicología de masas, haciéndose pasar por los buenos de la película. Ya sabéis, la Historia la escriben los vencedores. Nuestro papel en XCOM 2 será entonces el de la Resistencia, la guerra de guerrillas. Muy parecido al concepto que vimos en la serie Battlestar Galactica, pero sin holocausto de por medio. Ir construyendo de nuevo nuestra base, golpear donde más duele y correr.

Suficientemente interesante para volver a recorrer XCOM con fuerzas renovadas. El gran secreto que ocultaba nuestra nueva base es que se trata de una nave alienígena de proporciones gigantescas, capturada y reconstruida para adaptarse a nuestras necesidades. Algunas muy parecidas a las ya conocidas, pero con suficientes añadidos para justificar la nueva entrega. Para nosotros, XCOM siempre ha sido más fácil de comparar a un juego de mesa que a cualquier otro videojuego. El tablero es el mapa del mundo, y aunque los recursos y las piezas sigan siendo muy parecidas, las reglas han cambiado.

Iniciando despliegue

Seguimos consiguiendo recursos principalmente de misiones, que aportan suministros y personal humano, pero para ello tendremos que contactar con las distintas células de la resistencia que operan en cada país, así como escanearlos para encontrar más recursos que nos ayuden en el desarrollo de armamento y tecnología superior. Volvemos a expandir nuestra base para conseguir mejores resultados, pero lo interesante es que todos los recursos se han puesto al servicio de la historia. Como ya no hay consejo al que reportar, en las horas que hemos podido jugar no parece haber que rendir cuentas a nadie. Tampoco hemos tenido que construir satélites, algo que por otro lado no tendría sentido en un planeta que ya ha sido ocupado. Será a través de estas células de la resistencia como recopilemos información.

El mapa del mundo es mucho más intrincado, con numerosos eventos que descubrir escaneando los distintos países y misiones de alta prioridad.

Lo que no cambia es la sensación en el campo de batalla. Hay nuevos tipos de unidades, armas y formas de encarar la batalla, pero el sistema de turnos se mantiene sólido como lo fue en Enemy Unknown y Within. Destacan los comandos, unidades de combate cercano, por ejemplo, que son capaces de avanzar su doble turno y despachar a un enemigo gracias a su letal espada. ¿El contrapunto? Que quedarán siempre bastante expuestas, por lo que tendremos que asegurarnos de que no haya enemigos alrededor si no queremos perder a una valiosa unidad.

Las unidades pesadas van ahora acompañadas, por el momento, con un lanzagranadas en vez del lanzacohetes. Disparos algo más controlados, pero con la necesidad de estar más cerca de la acción. Las de apoyo se han convertido en especialistas, capaces de desplegar un dron con el que atacar o curar unidades desde la distancia, ofreciendo un cambio sustancial y bastante útil para esta unidad. ¿Y la favorita de todos, los francotiradores? Lo cierto es que Firaxis había prometido reducir la potencia de esta unidad, que al mejorarla era capaz de hacer todo el trabajo sin despeinarse. Al principio sigue siendo bastante letal, con un potente rifle de larga distancia y una pistola que puede despachar a enemigos básicos. Es en su evolución cuando va nivelándose más sin alcanzar esa precisión y potencia extrema que veíamos en la anterior entrega. Ahora, sin embargo, es capaz de especializarse en pistolas y atacar hasta tres veces a un enemigo, por ejemplo.

Los comandos son la unidad estrella de nuestro pelotón. Sus espadas son letales y más cuando llegamos a mejorarlas a este punto.

Este sistema de especialización es también heredado, pero las nuevas habilidades y clases lo hacen todo más interesante, con cambios que afectan sustancialmente a cada partida, lo que fomenta la rejugabilidad del título. Incluso se han expandido y cuidado más los puramente estéticos. Algo que a ciertos jugadores no importará en demasía, pero para aquellos a los que les gusta personalizar cada unidad, tendrán ahora multitud de opciones y más a desbloquear. Todo tipo de gafas, cascos, parches, pañuelos, estilos de armadura, peinados e incluso forma de ser… lo suficiente como para "implicarnos" personalmente con nuestras unidades.

Fue algo que nadie esperó con XCOM. Pero esa conexión con nuestros soldados, que podíamos bautizar con nombre, apellido y apodo y demás personalización creaba un vínculo que nos hacía preocuparnos por ellos en el campo de batalla. Por salvar a una unidad que nos gustaba éramos capaces de tomar malas decisiones o de empezar de nuevo una misión las veces que fuera necesario para que sobreviviera. Os aseguramos que Firaxis ha tomado buena cuenta de ello, y aquél que guste de mimar cada detalle de sus unidades se verá recompensado.

Sólo hace falta echar un vistazo a las acciones para ver la cantidad de opciones que tenemos ahora disponibles en cada turno.

Otro de los grandes aportes para XCOM 2 es el sigilo. Como miembros de la resistencia y jugando a la guerra de guerrilas, el factor sorpresa es una de nuestras principales armas. Saber aprovecharlo será vital para poder emboscar a los enemigos causando daños demoledores. No es una opción válida para toda la partida, por lo que en cuanto abras fuego la primera vez o entres en el radio de visión del enemigo, todo tu equipo será visible. Firaxis no ha querido convertir XCOM 2 en título que puedas pasarte puramente en sigilo, pues el núcleo de su jugabilidad está en la táctica de los enfrentamientos. Sí podrás, no obstante, especializar a algunas unidades para que mantengan el sigilo o sean capaces de atravesar "guardias" sin ser detectadas.

Ellos

Los enemigos también han evolucionado. Humanos genéticamente modificados con ADN alienígena son la excusa para disponer de un oponente más común, para así especializar a otros como los sectoides en sus habilidades psíquicas, por ejemplo; los nuevos "Sin cara", una esponja de balas que avanza inexorablemente para reventar de un plumazo a nuestras unidades, o las Cobras, el homólogo a nuestros Comandos, con potentes ataques cuerpo a cuerpo. Lo más importante de todas ellas es que, incluso habiendo sido rescatadas algunas del anterior título, todas tienen nuevos patrones de ataque y formas distintas de enfrentarse a ellas, por lo que será mejor no confiarse cuando aparezcan en acción.

La base no sólo guarda muchas sorpresas y nuevas opciones, sino que está muy detallada, dando un aspecto más vivo a sus integrantes.

Pese a que hemos citado muchas novedades en este XCOM 2, no deja de ser cierto que si has jugado a Enemy Unknown verás muchas similitudes en esta segunda parte. Es fácil coger el ritmo de la partida y aprender lo nuevo, sobre todo en el combate, por lo que podemos decir que Firaxis ha sido algo conservadora a la hora de plantear XCOM 2. Una decisión bastante comprensible, si recordamos lo bien que funcionó el anterior juego. Pero es una vez que nos adentramos en cada nuevo detalle cuando encontramos las diferencias, por no mencionar los escenarios, mucho más trabajados y con un sistema de generación procedural más laborioso e intrincado, capaz de realizar mapas no sólo distintos, sino que hacen replantearse por completo cada partida.

PC y ¿consolas? - Firaxis nunca ha descartado una versión en consolas y aunque la producción haya sido modesta, no dudamos que terminará apareciendo en dichas plataformas para expandir su mercado. Curiosamente, la preview a la que hemos accedido no tiene, por ejemplo, compatibilidad con mando todavía, y eso que el anterior XCOM poseía una gran adaptación. No dudamos de que en la versión final exista dicha compatibilidad, pero es síntoma de que el equipo desarrollador se ha centrado al máximo en construir, primero, la versión de PC desde sus cimientos.

Y por si fuera poco: los mods. Llamarán poderosamente la atención desde el principio, pues ya tienen un espacio predominante en el menú principal, cumpliendo con lo que nos prometió Firaxis de otorgar las mismas herramientas con las que ellos han contado a los usuarios e integrarse con el sistema de Steam Workshop para descargarlos cómodamente, lo cual ampliará muchísimo el largo recorrido del juego y su duración.

XCOM 2 nos ha convencido. Lo tenía fácil, porque Enemy Unknown dejó tan buen sabor de boca que ya teníamos ganas de volver a esta Tierra invadida. Es una oportunidad perfecta para descubrirla si no lo has hecho ya y de subir la dificultad un poco más si eres algo más veterano en la saga. La recompensa siempre será justa y muy bien nivelada. El ajedrez de Firaxis ha vuelto a cautivarnos.