El evento insta a los estudiantes participantes a tirar sus copias de GTA o Call of Duty y prometer no volver a jugarlos.
El debate sobre el nivel de violencia en los videojuegos alcanza nuevas cotas de "singularidad" en Estados Unidos. Semanas después del tiroteo en un instituto de Florida donde murieron 17 personas The Cushman School, un centro de educación privada ubicado al sur del estado, ha organizado una campaña en contra de la violencia virtual donde estudiantes del recinto han participado prescindiendo de sus videojuegos.
Esta acción forma parte de Violent Video Game Toss, una campaña que pretende ayudar a los padres a criar a sus hijos en la era de los medios y donde los escolares destrozaban y echaban dentro de una caja copias de títulos de sagas como GTA, Call of Duty, Battlefield, Wolfenstein (todos ellos recomendados para edades más adultas) e incluso lanzamientos más alejados del género de la acción y disparos como WWE 2K16. Además, los partícipes de esta iniciativa debían de prometer no volver a jugarlos.
Un medio local de Miami entrevistó a algunos de los escolares. "Creo que es importante porque si juegas videojuegos violentos, vas a tener malos pensamientos, y no podrás concentrarte en tu trabajo escolar, y eso es importante, para que puedas ingresar a una buena universidad", expone Ella Sulkin, de octavo grado. "Todos estos juegos tienen sangre. No es positivo que traten de disparar y matar", añadía Phillip Palmer.
El reportaje enlazado también incluye declaraciones de padres y profesores, donde se incide en la obligación de educar a los hijos en estos valores para construir una mejor sociedad del mañana donde la violencia poco a poco desaparezca. Sin embargo, tal como ha recordado la ESA, los estudios científicos no han encontrado conexión entre violencia y videojuegos. Algo que parece no tenerse en cuenta.