La portátil de Sony no podía quedarse sin su particular ración de adolescentes norteamericanos envueltos en una pesadilla sin retorno. De nuevo los experimentos en el campus se hacen una realidad, con varios estudiantes que deben aunar fuerzas para salir con vida del examen más importante de sus vidas.
Hace unos años salió al mercado una original propuesta llamada Obscure, un juego desconocido que puso de moda los survival horror cooperativos y que gustó a gran parte del público. El estudio al cargo del juego, Hydravision, aprovechó el tirón de la primera entrega para sacar una segunda parte a finales del 2007 tanto en Playstation 2 como en PC. La propuesta ya dejaba de ser innovadora y adolecía de una serie de defectos que repercutían negativamente en la experiencia del juego. También Wii, el año pasado, recibiría una nueva adaptación de aquel juego intentando aprovechar los controles inherentes de la consola.
Finalmente la portátil de Sony tampoco va a perderse la mencionada segunda parte con esta conversión que, con dos años de diferencia no traen ningún cambio sustancial, de hecho sigue teniendo los mismos puntos a destacar pero también los mismos defectos, unos defectos que lamentablemente en PSP se notan mucho más.
Obscure: The Aftermath nos introduce en la historia de seis adolescentes norteamericanos que intentan recuperarse de los malos momentos que pasaron en el instituto Leafmore, donde lidiaron con experimentos científicos cayendo muchos de ellos enfermos. Unos años después, y ya en la Universidad de Fallcreek, intentan olvidar esos momentos con una vida llena de vicios. Es precisamente uno de sus nuevos vicios, el de probar nuevas drogas alucinógenas, el que les hace caer de nuevo en una pesadilla de la que no vuelven a despertar.
Compartiendo el miedo
Sin duda lo que hace único a Obscure y que en su tiempo dio aire fresco al género, fue la importancia del cooperativo. En todo momento dos personajes tomarán protagonismo de la historia, uno controlado por nosotros y otro por la CPU, aunque si contamos con algún amigo la experiencia se hace mucho más rica pudiendo jugar dos jugadores por local. El título está pensado para jugar en cooperativo, favoreciendo el juego en equipo, ya que cada personaje tiene una habilidad específica que debe usar para resolver ciertos puzzles que se nos van presentando. Igualmente la cooperación cobra gran importancia en el enfrentamiento con los enemigos, bien sea para crear ataques estratégicos o bien para ayudar a nuestro compañero cuando lo precise.
El gran problema radica en la incompetencia de la CPU al momento de controlar al otro personaje, ya que en la mayoría de las ocasiones gastará la totalidad de las balas disparando contra enemigos indefensos o bien se suicidará enfrentándose a grandes enemigos sin que nosotros podamos hacer nada para remediarlo. Además, una vez la CPU caiga en combate, bastante común por cierto, el juego habrá terminado, teniendo que rehacer la partida por un error que en parte no ha sido nuestro.
Para intentar paliar este hecho, el juego ofrece la posibilidad de alternar el control de ambos personajes para, por ejemplo, sacar al personaje controlado por la CPU de algún problema. En todo caso no deja de ser una opción que no siempre funciona, ya que al cambiar de personaje será entonces el nuestro el que caiga controlado por la CPU. Una solución para próximas entregas podría haber sido la inclusión de algún tipo de personalización de comportamiento del personaje controlado por la CPU, para así poderlo hacer más defensivo o bien que se pueda quedar en la retaguardia.
Otro punto que afecta a la experiencia de juego es la incomprensible cámara. El juego nos propone un sistema de cámaras fijo que puede moverse de cierta manera para situar mejor la vista. Esto hecho no acaba funcionando en la práctica, ya que la cámara no suele ofrecer el mejor ángulo de visión para estudiar bien los escenarios, quedándose además atascada entre ciertos elementos frustrándonos en bastantes ocasiones. Este punto se acrecienta más a la hora de enfrentarnos a los enemigos, donde no tendremos una visión clara de donde vienen sus ataques, o de la situación de los contrarios que acaban haciendo combates sencillos como si fueran una auténtica final.
Para nuestra desgracia los puntos de guardado no son muy numerosos y están alejados bastante entre sí, con lo que es habitual repetir varias veces momentos que ya hemos hecho.
Una atmósfera de infarto
Pero si el apartado jugable aleja a Obscure: Aftermath de ser un juego notable, cierto es que el apartado gráfico es excepcional. Ocurrirá varias veces que las escenas cinemáticas se confundan con las propias del juego por el gran parecido entre ambas. Los escenarios, además de estar bien ambientados dando una sensación de presión asfixiante y de miedo a lo desconocido, están muy bien recreados con grandes detalles y buenas texturas, sobre todo en los personajes, enemigos y estancias interiores.
La atmósfera nos recordará a títulos psicológicos del género como Silent Hill, e incluso nos vendrá a la mente el gran Resident Evil 2 en ciertos aspectos cooperativos. Un apartado que saca lo mejor de PSP y que es totalmente fiel a lo visto en Playstation 2, destacando unos meritorios efectos de luz al entrar en salas oscuras mientras alumbramos con la linterna.
Otro gran apartado lo tenemos en el sonido, totalmente tétrico y que jugará con nuestros sentidos haciéndonos imaginar lo que vamos a encontrarnos en los próximos minutos. Digno de mención la banda sonora interpretada por el Cuarteto de cuerda de Boston y por el Coro de niños de la Ópera de París, estremecedora e inquietante, un impulso a una atmósfera que ya de por sí andaba sobrada en el apartado artístico, sonoro y gráfico del título.
El juego no tiene la misma originalidad del primero porque apuesta por una continuidad sin intentar mejorar ciertas carencias, pero por el contrario está lleno de gran variedad en las situaciones, puzzles muy originales, momentos donde tendremos Quick Time Events o fases de tiempo para rescatar a algún compañero. Dicha variedad en situaciones también se nos presenta en las armas, con pistolas, bates de béisbol, palos, o hasta motosierras para descargar adrenalina con los enemigos.
Obscure: The Aftermath llega a PSP con una conversión de un juego aparecido hace dos años y sin traer novedades ni corregir los defectos que contenía el original. Sin embargo, el trabajo realizado para adaptarlo a PSP saca lo mejor de la portátil con un entramado gráfico que luce excepcional y un apartado sonoro sublime por momentos. En todo caso la propuesta se tendría que haber adaptado mejor a la portátil en la faceta jugable, que sigue adoleciendo de los mismos errores pero potenciados. Lo anterior se refleja en una cámara que puede llegar a desesperar por momentos y una IA de la CPU mejorable. Unos errores que alejan al juego de unas cotas de calidad más altas.
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