Vivimos en un momento en el que Steam, como representante de una de las plataformas principales del mundo de los videojuegos, recibió 14.531 títulos sólo en 2023. Con esa enorme oferta, es posible que te haya sucedido lo mismo que a mi: reducir prácticamente a cero la cantidad de juegos que me he vuelto a pasar. Pero hubo algo que sí volví a jugar, y nada menos que en vacaciones, cuando más tiempo libre para empezar cosas tenía; Slay the Spire.
Supongo que no es tan raro, a fin de cuentas Slay the Spire es uno de los mejores roguelikes de siempre, ofreciéndonos ese sistema de juego basado en la progresión y las runs, pero adherido a un combate por turnos en el que hacemos uso de una baraja de cartas para controlar a nuestro personaje.
Tira las cartas y pilla los dados
Es por eso que cuando descubrí que Dicefolk, un juego inspirado en el genial título de Mega Crit Games, tenía demo. Y digo descubrí porque aunque esta prueba lleva disponible desde junio del pasado año, todo apunta a que han empezado a acelerar la promoción en redes sociales de cara al lanzamiento (aún sin fecha, eso sí).
Así fue como pasé 20 minutillos con un Slay the Spire que alberga dentro de sí dos giros muy importantes. El primero es que no contamos con un personaje, si no con varias criaturas que podemos ir mejorando, equipando y "sinergizando" entre sí. El segundo es que en vez de cartas, tendremos varios dados que nos permiten usar habilidades especiales, mover a las quimeras (que así se llaman) o atacar.
Esto último tiene mucha chicha, porque también podremos usar los dados del rival, siendo nosotros los que nos ataquemos a nosotros mismos; algo que además es obligatorio para acabar el turno. Es una pata más en la estrategia que nos obligará a dar con el orden correcto para hacer el máximo de daño, a la vez que sufriendo el mínimo posible.
El avance se hará de una forma muy similar a Slay the Spire, ya que tendremos la elección sobre qué haremos a continuación, si un combate, acudir a una tienda o incluso un evento aleatorio. Un sistema de comprobado éxito y que casa a la perfección con un roguelike.
Y por volver al primer punto, el de las quimeras. Aquí es donde la demo menos muestra, ya que sólo alcanzamos a conocer un puñado de ellas, pero ya se intuyen varias capas de estrategia que recuerdan más concretamente a la clase Defect y a sus orbes de Slay the Spire.
Sea como sea, espero con ganas el lanzamiento definitivo de Dicefolk, porque la base me apela como fan del género, pero sus giros y añadidos tienen el potencial para generar capas de dificultad y estrategias novedosas a la fórmula.
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