En apenas seis semanas a la venta esta saga de libros se ha convertido en todo un éxito capaz de amasar más de 50.000 copias vendidas y generar largas colas durante la última firma de libros de Sant Jordi. Pero lo más sorprendente del pelotazo de Blackwater de Michael McDowell es que es una saga de libros que se lanzó por primera vez hace más de 40 años.
Con una historia que mezcla costumbrismo sureño con toques fantásticos mientras relata el devenir de la familia Caskey, la editorial Blackie Books recuperó una obra olvidada en el tiempo para traerla de vuelta con un formato similar al que se utilizó cuando se comercializó Blackwater por primera vez en 1983. Por tomos que llegan a las tiendas cada quince días.
El secreto del éxito de Blackwater
Tal y como recogían nuestros compañeros de Xataka al hablar con Jan Martí, editor de Blackie Books, gran parte del éxito de Blackwater está precisamente en esa jugada. En un lanzamiento escalonado en el que cada dos semanas, a diferencia de una entrega al mes como se hizo originalmente, una nueva entrega de las seis que componen la novela llega a las tiendas,. De esta forma se genera ruido entre los grupos de lectura que siguen la historia y, como si fuese una serie de televisión, ayudan a viralizar la propuesta.
Blackwater I: La riada
De nada serviría la idea de no ser porque estamos ante uno de esos textos que, por sorprendente, intrigante, y gracias una lectura muy accesible para todo tipo de públicos y aficionados, se ha hecho un hueco entre los fans de la fantasía tras ganarse el respeto de varios autores de renombre como un Stephen King que idolatró la propuesta.
"Michael McDowell: mi amigo, mi maestro. Fascinante, aterrador, simplemente genial. El mejor de todos nosotros".
Sin embargo, sería de locos quedarnos ahí cuando la saturación de sagas y libros capaces de abrazar una valoración similar por parte del público se cuentan por decenas en las estanterías. Hay otro detalle que ha ayudado aún más a Blackwater a la hora alcanzar el lugar que ocupa hoy entre las novedades más perseguidas de las librerías. Lo mucho que entra por los ojos.
Que Pedro Oyarbide, artista detrás de las portadas de esta nueva edición, estuviese entre los que más colas generaron durante el pasado Sant Jordi no es casualidad. Lo llamativo de esta edición es, como en varias de las propuestas de Blackie Books, consigue alejarse completamente del estilo de las novelas habituales.
Es uno de esos casos en los que, por su originalidad en lo estético, es inevitable que no capture tu atención cuando están sobre la mesa de una librería. Un ejemplo que da buena cuenta de que, pese a lo excelente que pueda llegar a ser una obra, puede permanecer años en el olvido hasta que alguien decida devolverla a la vida con el truco más viejo de la historia del marketing, que te llame la atención a primera vista.
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