Los planes para establecernos en la Luna del Programa Artemis de la NASA tienen un nuevo candidato que hasta hace no mucho podría parecernos de ciencia ficción: crear un telescopio gigante en la superficie lunar con ayuda de humanos y robots. Un logro que podría ser clave para seguir explorando el universo y catapultar lo que sabemos sobre nuestro cada vez más probable futuro en el espacio.
Qué es el Programa Artemis. A finales del 2017 Estados Unidos, en colaboración con otras agencias aeroespaciales como la europea, la japonesa o la israelí, aprobaron la creación de un programa de vuelo tripulado en el que volvían a poner a la Luna como foco no sólo para llevar hasta allí a la primera mujer y otro hombre, sino también con el objetivo de crear sobre su superficie un hábitat al que poder viajar para visitar nuestro satélite, y un campamento en el que los astronautas pudiesen permanecer hasta dos meses.
¿Un telescopio en la Luna? De entre las propuestas que se han ido añadiendo al programa desde su creación, un equipo de la NASA ha puesto sobre la mesa la posibilidad de crear un telescopio gigante en distintas fases para poder seguir estudiando el universo desde nuestro satélite. Una idea que hasta ahora parecía anclada a satélites colocados en la órbita terrestre o viajando a través del espacio, pero que con el desarrollo del Programa Artemis gana nuevas opciones.
Mejor que los de la Tierra. La idea detrás del telescopio gigante es colocarlo en el lado más alejado de la Tierra y aprovechar los ciclos de día y noche del satélite. A diferencia de la Tierra, los periodos de luz solar y oscuridad continuada se alargan 14 días, así que la posibilidad de tener un telescopio alejado de nuestras señales de radio para evitar interferencias trabajando durante dos semanas podría ser un impulso enorme para la comunidad científica.
La llave para solucionar los enigmas del universo. Contar con una construcción así permitiría a la NASA y sus aliados estudiar con mayor calma y precisión fenómenos como las superficies de las estrellas, los discos de acreción que rodean a las estrellas y agujeros negros en proceso de creación, y servir como punto de partida en el estudio de los exoplanetas más cercanos para analizar sus superficies y patrones de clima por si el día de mañana nos vemos en la necesidad de querer establecernos más allá de la Luna.
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