Lo que hace 10 o 15 años era un mercado abarrotado de cajas para PC con un enfoque más centrado en destacar las "líneas gaming", es decir, ese enfoque marcado, con los colores rojo y negro como primordiales, destacando el lado salvaje del gaming en PC, ha pasado a un amor por el buen diseño que yo, sinceramente, agradezco. Modelos como la Lian Li O11 Dynamic EVO o la Hyte Y60 han marcado tendencia con sus diseños panorámicos y su enfoque en fardar de hardware. En este contexto, NZXT propone con sus H3 Flow y H9 Flow dos torres que apuestan por una estética minimalista y elegante, sin renunciar a una refrigeración eficiente, posicionándose como una opción premium pensada para lucir y rendir a partes iguales.
En este caso, el texto va a ser un poco peculiar porque, gracias a NZXT, llevo dos semanas probando ambos gabinetes: el más pequeño con mi PC personal y el más grande con la nueva placa base N9 Z890, una de las MB más bonitas y perfectas que he visto en mucho tiempo. Y es que, aunque soy muy de cajas pequeñas, preferiblemente Micro-ATX, no puedo negar que lo que han conseguido hacer con el modelo H9 Flow me tiene encandilado.
NZXT H9 Flow: una caja que vale la pena mirar y remirar
El diseño exterior de la H9 Flow es impactante desde el primer momento. Su estructura de doble cámara con cristal templado en L (en el frontal y el lateral izquierdo) permite una visibilidad completa del hardware interno. La disposición recuerda a la Lian Li O11, pero con un lenguaje visual más sobrio y lineal, fiel al estilo de NZXT. Está disponible en blanco y negro, con acabados mate de gran calidad. No hay elementos agresivos ni formas recargadas: todo está pensado para resaltar el interior, con una estética limpia que encaja en setups modernos y elegantes; aunque con un precio: 189,90 euros (de oferta a 164,90 euros).

Uno de los aspectos más destacados de esta torre es la experiencia de montaje. La H9 Flow ha sido diseñada pensando en la accesibilidad: paneles laterales con sistema de fijación sin tornillos, zonas bien delimitadas para el paso de cables y una enorme cámara trasera que facilita el enrutado limpio. El espacio disponible permite instalar placas base ATX de gran tamaño, 8 unidades de almacenamiento y sistemas de refrigeración líquida complejos sin restricciones. Montar en esta torre no solo es fácil, sino que resulta placentero gracias a su orden lógico y sus detalles bien cuidados.
NZXT H9 Flow Caja PC Gaming ATX Mid-Tower de Doble Cámara | Panel Superior Perforado de Alto Flujo de Aire | Paneles de Cristal Templado | Soporte de radiador de 360 mm | Color Blanco | CM-H91FW-01
Ergonómicamente hablando, la torre se siente sólida y bien construida. Todos los bordes están pulidos y protegidos, evitando cortes o enganches al manipular el chasis. Los filtros de polvo son magnéticos y fáciles de retirar, mientras que el sistema de ventilación cuenta con múltiples ubicaciones para ventiladores o radiadores, sin sacrificar flujo de aire. Es una torre grande (Mid Tower con sensación de Full Tower), pero NZXT ha optimizado cada centímetro para que la manipulación y el mantenimiento sean cómodos incluso en espacios reducidos.

Por su parte, algo que se intuye nada más sacar la H9 de la caja —aunque os recomiendo preparar una buena zona para ponerla, porque pesa y es grande, de nada menos que 50 x 31 x 48 centímetros (alto, ancho, profundidad)— es que el flujo de aire es perfecto. Como sugiere su nombre, es otro de los puntos clave. La H9 Flow viene equipada con siete ventiladores de 120 mm preinstalados, y es compatible con configuraciones push-pull para refrigeraciones líquidas de hasta 360 milímetros.
Gracias al diseño abierto del compartimento principal y la ubicación de los ventiladores (especialmente los delanteros e inferiores), se consigue una circulación de aire eficiente incluso con componentes de alta gama. En pruebas reales, las temperaturas del procesador y la GPU se mantienen estables incluso bajo carga, y el diseño evita puntos muertos térmicos. Con un Core 9 Ultra jugando a DOOM The Dark Ages con una refrigeración NZXT Kraken Elite 360, el procesador apenas pasa de los 42 grados en uso constante durante cinco horas.

Estéticamente, el interior es todo un escaparate. El compartimento principal está libre de obstáculos visuales, y el uso inteligente de cubiertas para la fuente de alimentación y cables mantiene el conjunto limpio. La ausencia de bandejas de discos visibles o bahías frontales contribuye a una imagen más pulida y moderna. Todo está pensado para que la iluminación RGB de los componentes brille sin distracciones, ideal para quienes quieren presumir de hardware en redes sociales. Yo, sin duda, ya le he hecho varias fotos para familiares y amigos.
Si tengo que decir dos cosas de la placa N9 Z890, me sobra una: es perfecta
Si la experiencia de montaje de la H9 Flow es buena, súmale una placa base aún mejor. La N9 Z890 cuenta con un diseño precioso y accesible, donde cada conector está bien etiquetado y situado estratégicamente para facilitar la conexión sin cruzar cables innecesarios. NZXT ha implementado un panel trasero preinstalado y reforzado, que se alinea con precisión al chasis y evita complicaciones durante el ensamblaje. La estructura de la placa es robusta, con un PCB de varias capas y refuerzos metálicos en los slots PCIe y DIMM, ideales para componentes de alto peso o refrigeración avanzada.
Ergonómicamente, instalar componentes en esta placa resulta cómodo. Los clips de la memoria RAM son accesibles, incluso con disipadores grandes montados, y los cabezales para ventiladores y RGB están bien distribuidos por el borde para un cableado más limpio. NZXT también ha tenido en cuenta la compatibilidad con sus sistemas de gestión de cables, como la H9 Flow antes comentada, con incluso conexiones específicas para el hardware de la marca, lo que permite una integración visual sin fisuras para una placa base con un precio de nada menos que 499,99 euros.
Eso sí, uno de sus aspectos quizá menos afables es el uso de las cubiertas embellecedoras. Al contrario que otras motherboards, la N9 Z890 cuenta con dos paneles de aluminio sobre la propia placa, atornillados y pensados para que la estética prime por encima de todo, aunque también para "ocultar" ciertos aspectos que podrían afear la imagen general, como las cuatro ranuras M.2 PCIe 4.0 que se encuentran en su parte central, y que quedan ocultas con dicha placa. Sin embargo, se hace algo difícil de atinar cómo y en qué situaciones es recomendable desmontarlas. Ahora que lo he hecho, sé que esconde ahí sus ranuras para los M.2, pero las instrucciones son poco precisas.

Lo que sí es preciso es su rendimiento. El hardware de NZXT soporta procesadores Intel de 14ª generación, memorias DDR5 hasta 8000 MHz (OC). También incluye dos puertos PCIe 5.0, lo que garantiza compatibilidad con tarjetas gráficas y SSDs de nueva generación. La distribución energética se gestiona a través de una VRM de 18 fases, que garantiza estabilidad térmica y eléctrica incluso bajo overclocking moderado. Además, la BIOS UEFI está optimizada, aunque requiere actualización por parte del usuario, con un botón dedicado en la parte trasera para Clear CMOS, o lo que es lo mismo, el vaciado de la memoria CMOS para forzar un reinicio de la configuración de la BIOS de nuestro sistema de cara a devolverla a sus valores de fábrica en caso de que lo necesitemos.
NZXT Placa Base para Juegos N9 Z890 - Intel Z890 LGA 1851 ATX para Core Ultra (Serie 2) - 20+1+1, DDR5, 5X M.2, PCIe 5.0, Wi-Fi 7, 5GbE, Thunderbolt 4 - RGB, Cubierta de Metal Completo - PCB Blanca
Hilando con la parte trasera, la placa cuenta con un panel moderno y completo: Wi-Fi 7, Bluetooth 5.4, 2.5 GbE LAN, múltiples puertos USB-C y USB 3.2 Gen 2x2, además de salida HDMI para configuraciones sin GPU dedicada. Todo esto viene acompañado de soporte para audio de alta definición con componentes aislados, lo que garantiza un sonido limpio, ideal para tareas creativas, multimedia o gaming sin necesidad de tarjeta de sonido adicional.
NZXT H3 Flow: pequeña pero imparable
Y sin olvidarnos de la más pequeña de la familia Flow —sin mencionar a la mediana, la H7—, la H3 Flow es una caja que sí o sí quería en mi setup nada más verla. Mi PC personal cuenta con una torre Lian Li O11 Dynamic EVO, pero dentro esconde una placa Micro-ATX de MSI. Y es que, por la necesidad de mi despacho y porque me gusta —casi más importante que todo lo demás—, las cajas pequeñas han sido mi debilidad. Y, claro está, si no hubiera probado la H9 Flow, tengo claro que la H3 iba a sustituir a mi Lian Li, más aún teniendo en cuenta que cuesta apenas 79,90 euros.

Aunque estéticamente la H3 Flow mantiene el ADN visual de NZXT, lo cierto es que su tamaño menudo no debe inducir a errores: es muy buena. En este caso, sus líneas rectas, acabado mate (disponible en blanco o negro) y una estética refinada encajan perfectamente en cualquier entorno. El frontal perforado —inspirado en la H5 Flow— no solo aporta un diseño moderno, sino que también es clave para el flujo de aire, reforzando su identidad funcional. La ventana lateral de cristal templado permite lucir el interior del equipo sin distracciones, con una fijación limpia sin tornillos visibles, reforzando el equilibrio entre elegancia y sencillez.
La experiencia de ensamblaje en la H3 Flow es fluida, aunque algo más complicada por su diseño algo pequeño. Su interior, aunque compacto, está muy bien aprovechado: permite montar gráficas de hasta 365 mm, fuentes ATX estándar y refrigeraciones líquidas de hasta 280 mm en el frontal. El sistema de gestión de cables está bien resuelto, con canaletas y bridas integradas que permiten un enrutado limpio sin esfuerzo. La bandeja trasera cuenta con un espacio generoso para esconder cables, algo poco habitual en torres de este tamaño.
NZXT H3 Flow – Caja PC Micro-ATX – Flujo de Aire optimizado – 1 Ventilador 120mm Trasero – GPU tamaño Completo – Radiador 280mm Frontal, 240mm Superior – Placa Base con conexión Trasera – Negro
En cuanto a ventilación, el diseño justifica —otra vez— su apellido. La H3 Flow viene equipada con un ventilador F120Q incluido, silencioso y con buen rendimiento. La combinación del frontal perforado y el diseño interior abierto facilita una circulación eficiente, manteniendo buenas temperaturas incluso con componentes exigentes. Además, hay espacio para hasta cuatro ventiladores adicionales si se desea mejorar el rendimiento térmico aún más.
Visualmente, el interior está diseñado para lucirse. La PSU va oculta en la parte inferior bajo una cubierta, y no hay bahías visibles que rompan la línea visual. Esto, junto con el cristal templado y la gestión de cables bien resuelta, hace que cualquier setup montado en la H3 Flow tenga un aspecto limpio y profesional, incluso sin iluminación RGB. Para los más detallistas, es una base perfecta para destacar componentes con iluminación o acabados especiales.
¿Vale la pena la gama Flow de NZXT?
En conjunto, los productos NZXT analizados —la H9 Flow, la H3 Flow y la placa base N9 Z890— demuestran una apuesta clara de la marca por unificar rendimiento técnico con una estética pulida y coherente. La H9 Flow destaca como una torre premium de gran formato, ideal para configuraciones de alto rendimiento y estética panorámica, ofreciendo un flujo de aire excelente y una experiencia de montaje cómoda y ordenada. Por su parte, la H3 Flow traslada esos mismos principios a un formato micro-ATX, manteniendo la calidad de construcción, la buena ventilación y una gestión del espacio muy bien optimizada, ideal para setups compactos y minimalistas.
La placa base NZXT N9 Z890 complementa a ambas torres con una solución técnica robusta y visualmente armónica —aunque en el caso de la H3 Flow, la placa no sea compatible—. Su compatibilidad con los últimos estándares de Intel, DDR5 y PCIe 5.0, junto con su diseño sobrio y modular, encaja perfectamente en montajes que priorizan tanto el rendimiento como la estética limpia. Además, su integración con el ecosistema CAM y el enfoque ergonómico en el montaje la convierten en un pilar ideal para sistemas entusiastas.
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