Análisis de DR2 Off the Record

Análisis de DR2 Off the Record
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Capcom parece dispuesta a seguir sacando réditos de su exitosa aventura de terror Dead Rising 2. Y es que a los episodios descargables Zero y West se une ahora una "versión para fans", como así la han denominado sus propios creadores: DR2: Off the Record.

Capcom y los desarrolladores canadienses de Blue Castle han querido rendir un homenaje a los seguidores de esta aventura de terror tan exitosa, Dead Rising 2. ¿Y cómo? Pues lanzando ese mismo título pero aderezado con ciertas novedades jugables y ornamentales a un precio bastante más bajo de lo habitual. Y el resultado es satisfactorio.

Periodista hasta la médula
El cambio más importante de todos los que se han introducido en esta versión de DR2 tiene nombre y apellidos: Frank West. Sí, el mismo que ya protagonizó tanto el primer Dead Rising de Xbox 360 como el episodio descargable DR2: Case West.

De esta forma, si jugamos la aventura en solitario controlaremos a este periodista (que sustituye por tanto al bueno de Chuck Greene). Y lo cierto es que esta permuta de personaje no se queda sólo en la apariencia estética, por así decirlo, sino que tiene bastante calado dentro de la jugabilidad.

Al margen de contemplar alguna que otra escena de vídeo inédita que explica este cambio de protagonista, dicho personaje presenta rasgos y movimientos sensiblemente diferentes a los pertrechados por Chuck en la aventura anterior. Y es que si Chuck podría ser considerado como un tipo en un perfecto estado físico, a Frank se le nota el paso de los años. De esta forma sus movimientos son más lentos y torpes, por lo que en esta ocasión resulta algo más complicado pasar de largo y esquivar los ataques de los zombis. Y esto se deja notar aún más en los lugares en los que el número de monstruos es más denso.

A cambio, Frank es un tipo más grande (y gordo, por qué no decirlo) y corpulento que Chuck, causando algo más de daño a los rivales en cada una de sus arremetidas (aunque esto también depende del arma que portemos en cada momento, por supuesto). Su abanico de golpes también es diferente casi por completo, ofreciendo un surtido de puñetazos, patadas y llaves de lucha libre relativamente variado.

Chuck Greene deja paso al intrépido fotógrafo Frank West. Os suena, ¿verdad?
Chuck Greene deja paso al intrépido fotógrafo Frank West. Os suena, ¿verdad?

¡Sonría, por favor!
Sin embargo, el cambio más importante entre Frank y Chuck viene dado por la cámara que transporta en todo momento Frank, que aporta una nueva dimensión a la jugabilidad. Y es que esta edición Off the Record presenta un nuevo sistema que tiene mucho que ver con las fotos que podemos tomar en las distintas estancias de DR2. Al margen de resultar de gran ayuda en ciertas misiones e incluso nos permite atender a ciertas conversaciones sin ser vistos, en función del contenido de cada instantánea es posible obtener puntos (PP) en unos campos determinados.

Así por ejemplo, si hacemos una foto con múltiples zombis en primer plano la CPU catalogará la foto como de terror, mientras que si tomamos una instantánea de algunas de las chicas explosivas que se dan cita en el juego en una pose sensual, la foto será clasificada como erótica. Y más allá del placer que pueda ofrecernos el mero hecho de practicar nuestras dotes de fotógrafo, el título nos recompensa con puntos de experiencia que nos permiten ir mejorando las aptitudes del protagonista. Puede que sobre el papel esta innovación no parezca demasiado importante, pero en la práctica nos abre muchas posibilidades de entretenimiento y diversión a poco que tengamos afición por la fotografía.

Pequeñas innovaciones
DR2: Off the Record no presenta nuevas fases ni otras novedades importantes que tengan que ver con el desarrollo del juego ni el argumento. Esto debéis tenerlo claro. Pero sin embargo, y al margen del cambio de protagonista y del tema fotográfico, los desarrolladores también han añadido alguna que otra mejora e innovación a su aventura.

Por ejemplo, en Fortune City (lugar que acogió el original DR2) es posible advertir algunos leves cambios en el aspecto de algunas de sus zonas, mero “attrezzo”, como carteles inéditos situados en las paredes y detalles por el estilo. El resto es exactamente igual que lo recordábamos… con la excepción del parque Uranus. Este pequeño parque temático presenta diversas zonas o atracciones que podemos recorrer y, también, hacer frente a nuevos enemigos como payasos psicópatas. No es que sea una gran adición porque su tamaño no es colosal, pero por lo menos supone un nuevo aliciente a la hora de explorar Fortune City.

El parque temático Uranus es curioso. Se trata de una zona inédita en Dead Rising 2.
El parque temático Uranus es curioso. Se trata de una zona inédita en Dead Rising 2.

Otro pequeño detalle añadido que afecta mínimamente a la jugabilidad es la incorporación de puntos de guardado automáticos, solventando así uno de los pequeños inconvenientes que nos dejó la entrega original. Y se agradecen de veras, sobre todo en las misiones más largas y complicadas.

Y por último, y como innovación más plausible, el título incluye un modo Libre al más puro estilo GTA. ¿Y con esto qué queremos decir? Pues que la presión del tiempo desaparece por completo, pudiendo ir al lugar que queramos en el momento que así lo creamos oportuno sin tener que estar pendientes del reloj. Gracias a esto gozamos de una libertad de acción total y, al menos desde nuestro punto de vista, muchos jugadores disfrutarán esta modalidad más incluso que la estándar. En este caso además el título nos invita a superar varios retos nuevos de diversa índole.

Gráficamente, y sin tener en cuenta las escenas cinemáticas de nuevo cuño que os comentábamos al comienzo de este artículo, el juego se mantiene inalterable. Texturas, animaciones, efectos especiales y demás se presentan de la misma forma que ya lo hicieran en el juego original. Por fortuna, el motor gráfico era bastante solvente y en este caso el juego sigue manteniendo un nivel notable a pesar del tiempo transcurrido. Y algo similar ocurre con el sonido, que nos regala la misma colección de melodías, diálogos y efectos sonoros que ya escuchamos en Dead Rising 2.

El modo libre nos permite avanzar por los decorados sin necesidad de tener un ojo pegado al reloj.
El modo libre nos permite avanzar por los decorados sin necesidad de tener un ojo pegado al reloj.

Así las cosas, nos encontramos de nuevo ante una aventura de terror y acción que, como su antecesora, nos brinda momentos realmente intensos y memorables. Otra cosa es que el número de novedades sea suficiente para que los que superaron el original quieran repetir.

Muy Bueno

Sin sello

Dead Rising 2: Off the Record

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Siempre resulta complicado valorar este tipo de títulos porque su atractivo depende mucho de cada jugador. Está claro que todo aquél que no jugara al original descubrirá un título largo, profundo, repleto de misiones (principales y secundarias), humor negro a mansalva y un entretenido modo cooperativo a dobles. En este punto, el juego es más que recomendable. Sin embargo, la cosa no es tan sencilla cuando ya se ha jugado a DR2. Y es que en este caso hay que sopesar más otros valores y dilucidar si su bajo coste y novedades incluidas justifican su adquisición. El cambio de protagonista y el tema de las fotos añaden un interés renovado, pero no sabemos hasta qué punto interesará a cada jugador. Eso depende de cada uno de vosotros.

Comprar Dead Rising 2: Off the Record
Jugadores: 1-2
Idioma: Manual en español, textos en español y voces en inglés
Duración:
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VÍDEO ESPECIAL

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