Los rabbids no podían perderse el lanzamiento de Wii U. Ubisoft, en su tradición por apoyar a las consolas de Nintendo desde el primer momento, nos propone un videojuego "party" con 20 minijuegos, un tablero, juego asimétrico y mucha diversión. La locura de los conejos invade un parque de atracciones que nos da una primera muestra de lo que este particular género puede lograr en la novedosa máquina de sobremesa.
Los videojuegos "party" fueron una tónica habitual en Wii. La proliferación de títulos destinados a atrapar a un sector muy concreto de usuarios: familias y amigos dispuestos a disfrutar de un momento en compañía, hizo que programas como Wii Party, WarioWare o Mario Party triunfasen. Los cachondos conejos de Ubisoft, los conocidos como "rabbids", no se quedaron atrás. De hecho, con Wii U regresan, y con una intención muy clara, conquistarnos a todos.
Rabbids Land nace con el firme propósito de suponer una de las citas ineludibles para los amantes de estas criaturitas, un videojuego "party" donde los escandalosos personajes invaden un parque de atracciones. El pretexto perfecto para que protagonicen esta fiesta donde tenemos un conjunto de minijuegos tal vez no muy numeroso, con 20 pruebas en total, pero que supone un buen punto partida para este particular género, con tantos seguidores en el mundo del videojuego.
Desarrollado por Ubisoft Paris, el título además cuenta con una importante característica, y es que intenta sacar especial provecho del GamePad, el cual nos propone utilizar su pantalla táctil, pero también giroscopios y micrófono. Incluso el jugador individual puede disfrutar de Rabbids Land, y sin televisor, dando lugar a una interesante propuesta, tal vez no tan elaborada como se hubiese deseado (estamos en etapa de lanzamiento), pero que aún así estamos seguros de que posee los atributos tanto para calmar la sed de los fans de los rabbids, como para suponer un divertido juego "party".
Las atracciones de los rabbids
Buena parte del interés de Rabbids Land lo encontramos en los minijuegos. Hubiese sido de agradecer que contuviera mayor cantidad, pero lo que no se puede reprochar al programa es que las pruebas existentes no resulten variadas, elaboradas y originales. Están basadas en atracciones que podemos hallar en cualquier parque temático, pero tal vez lo más sorprendente venga dado por su planteamiento, para un máximo de dos jugadores. Algo no muy habitual, pero que aún así funciona en el título.
Los minijuegos están construidos para ser jugados con un GamePad y un conjunto wiimote-nunchuk. Uno mira a la pantalla de su controlador, otro observa el televisor. Es el concepto de juego asimétrico, pero llevado al mundo de los rabbids. Así, por ejemplo, tendremos una prueba donde un jugador lanza conejos, mientras que el otro procura pararlos con el GamePad, moviéndolo en el aire como si fuese un escudo. Cada usuario maneja distinta información, e ahí el atractivo de la fórmula.
Hay muchos casos interesantes por concretar, como una especie de Guitar Hero donde un usuario toca notas (agitando wiimote y nunchuk en el momento preciso) y el otro intenta esquivarlas llevando su GamePad de un lado a otro como si fuese un volante. Mismo minijuego, distintas experiencias. Esa es la clave que Ubisoft Paris ha manejado para la ocasión, y lo cierto es que el resultado no ha sido deficiente ni insatisfactorio. Rabbids Land divierte, incluso en los minijuegos para un solo jugador, como uno en el que debemos girar el GamePad para localizar fantasmas y atizarles con pintura.
El tablero de la diversión
La obra nos permite disfrutar de cada uno de los minijuegos cuando lo deseemos a través del menú principal. Pero antes deberemos desbloquearlos, y esto es algo que sólo puede hacerse mediante la que se plantea como la modalidad de juego central del título. Carrera de Trofeos admite de uno a cuatro jugadores, y es el típico tablero con casillas donde tiramos dados para avanzar. Para eso, y para lograr un objetivo muy importante: hacernos con un número determinado de trofeos (10 ó 20) para alzarnos con la victoria.
Un recorrido en el que no faltan las casillas de minijuego -las mejores para recolectar los ansiados trofeos-, pero donde también tenemos eventos al estilo de preguntas de Trivial (sólo que algo más "chorras"). Todo adaptado a la irreverencia de los rabbids. No faltan tampoco los eventos de suerte como volver a tirar los dados, obtener un regalo o caer en la siempre temida casilla de calavera. Y no nos podemos olvidar del uso de ciertas artimañas, como provocar la caída de una bomba sobre un participante siguiendo la lógica de la "patata caliente".
Hay mucha aleatoriedad en cada partida, y aunque tiene más papeletas para ganar el jugador que consiga triunfar en más minijuegos, el éxito no está asegurado hasta el último momento. Además, la CPU se comporta de forma bastante consistente, cubriendo el resto de plazas en caso de que no estemos cuatro usuarios al completo, e incluso habilitando el juego exclusivo contra la máquina si estamos solos. No es esta última la opción más recomendable -siempre es mejor disfrutar en compañía- pero se agradece la alternativa. Además, se puede jugar en solitario sin necesidad de televisor, sólo con el GamePad.
La alternativa "party" a Nintendo Land
Eso sí, tal vez se eche de menos alguna modalidad de juego adicional, aparte de tableros con más diseños (sólo tenemos uno). Al menos, podemos conformarnos con la alternativa de disfrutar de los minijuegos en modo libre, lo cual adicionalmente nos incentiva a encontrar tesoros mientras jugamos. ¿El objetivo? Ganar los suficientes para desbloquear los más de 80 vídeos de los rabbids y las otras tantas melodías que nutren el apartado de extras del programa. No es mucho, y probablemente la galería daba para más, pero valoramos positivamente su incorporación.
En términos visuales, quizá no podamos esperar mucho de un videojuego "party", pero lo cierto es que nada más poner el juego se nota que a Rabbids Land le falta un mayor cuidado en su presentación general, incluidos menús, interfaz y suavidad en transiciones. Pequeños detalles que no empañan el resultado global, bastante colorido y cachondo gracias a las simpáticas -pero poco suaves- animaciones de los conejos de Ubisoft, que no paran de hacer el loco mientras recorren el tablero de juego.
La música sabe acompañar en esta fiesta tan gamberra, nunca de forma brillante, pero sí adecuada, al igual que los gritos continuos de los rabbids para crear un ambiente de lo menos formal. En definitiva, pura esencia conejera en un título que gustará especialmente a los seguidores de estos simpáticos personajes, que sabemos que no son pocos. Está algo lejos en términos de calidad y diversión de su más directo competidor actualmente, Nintendo Land, pero es una buena alternativa si fuimos unos adictos a los juegos "party" en Wii.
El estreno de los rabbids en Wii U ha sido modesto, pero tan loco y divertido como siempre. Tal vez no sea el mejor videojuego "party" que nos hayan dado en todos estos años, pero sí que supone un buen punto de partida para el futuro, sobre todo después de quedarnos claro que los desarrolladores de Ubisoft Paris controlan el concepto de juego asimétrico. Rabbids Land no posee tantos modos, tableros y minijuegos como nos hubiese gustado, pero aún así supone una buena alternativa para los amantes de los cachondos conejos y para los que quieran dar pareja al sobresaliente Nintendo Land.
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