Análisis de Europa Universalis IV. Grandeza estratégica

Análisis de Europa Universalis IV. Grandeza estratégica
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El destino de toda una nación en tus manos. ¿Cómo no adorar un juego con un punto de partida tan ambicioso como este? Con sutiles pero muy efectivos cambios, al fin tenemos en nuestras manos el excelente Europa Universalis IV, que por complejidad y opciones de juego ha vuelto a coronarse como ese gran juego de alta estrategia que ningún aficionado al género debería dejar escapar.

Año tras año, juego tras juego, Paradox Interactive se ha labrado una reputación de oro entre los apasionados a la estrategia más sesuda y desafiante gracias a su magnífica labor con series tan destacables como Hearts of Iron, Crusader Kings o la veterana Europa Universalis; que precisamente doce años después de su nacimiento, y justo seis tras el lanzamiento de su última entrega, ha vuelto a sorprendernos con un título memorable de los que marcan época. Por muchísimas razones además.

Porque Europa Universalis IV es, fiel al espíritu de la serie en la que basa, un videojuego titánico que sorprende de manera excepcional por la enorme variedad de opciones de juego que pone a nuestra disposición, siempre con un único objetivo en mente: convertirnos en auténticos líderes de una nación con la suficiente capacidad de decisión como cambiar el rumbo de la historia. Que ahí es nada. Y además lo hace con talento; ampliando sus opciones de juego de manera inteligente a la vez que refina y pule sus principales carencias, con una clara apuesta por una interfaz de usuario más sencilla e intuitiva que no suponga una barrera definitiva para los menos avezados en el género.

De naciones va el asunto

De las intrigantes conspiraciones palaciegas que tan bien recreó el excelente Crusader Kings II a la dominación del mundo conocido solo hay un paso. Aunque no todo el mundo está capacitado para tamaña tarea. Y es que solo los grandes líderes políticos, las mentes privilegiadas capaces de aunar bajo su mando el control total sobre la vida de millones de ciudadanos, pueden optar a tal desafío. ¿Serás tú ese líder? ¿Podrás sobreponerte a cualquier contratiempo y llevar a tu nación hasta la gloria?

Con un convulso período histórico que abarca más de 400 años de historia como telón de fondo, desde los últimos días del Imperio Bizantino en 1444 hasta los estertores finales de la era napoleónica en el siglo XIX, Europa Universalis IV se presenta una vez más ante nosotros como un videojuego prodigiosamente grande. No solo por las dimensiones del inmenso tablero de juego sobre el que se desarrolla la acción, que por supuesto, ya que incluye miles de provincias con sus propias particularidades. Lo que hace tan especial a esta obra de Paradox, lo que la convierte en un título único en su especie, son las infinitas opciones de juego que pone sobre la mesa.

Y es que no hablamos del típico juego de gestión de grandes imperios en el que mover ejércitos de aquí para allá mientras controlamos, de manera sucinta, pequeños detalles relacionados con la economía de nuestra nación o sus relaciones diplomáticas. La alta estrategia de Paradox está tan por encima de todo esto, y es tan realista a todos los niveles imaginables, que de verdad nos sentiremos en la piel de un gran líder con la capacidad de cambiar -para bien o para mal- el curso de la historia.

Podemos pasar nuestra partida de Crusader Kings II a Europa Universalis IV respetando los cambios históricos que en él acontecieran. Todo un detallazo para sus fans.
Podemos pasar nuestra partida de Crusader Kings II a Europa Universalis IV respetando los cambios históricos que en él acontecieran. Todo un detallazo para sus fans.

Desde espectaculares conquistas militares a complejas tramas políticas, pasando por la expansión de nuestro imperio a base de grandes acuerdos comerciales o complicadas relaciones matrimoniales, sin olvidar, claro está, las luchas de poder a nivel interno o las conjuras revolucionarias. Las opciones en Europa Universalis IV son tan elevadas y, en ocasiones, tan genialmente sorpresivas, que resultaría imposible citarlas todas sin terminar aburriéndoos con tantas batallitas. Y es que juegos de estrategia los hay a montones, pero que ofrezcan tal grado de libertad, que pongan en nuestras manos tamaña variedad de opciones de un modo tan increíblemente realista, ya es otro cantar.

El mundo en tus manos

Obviamente, la primera gran pregunta que se deben estar haciendo los fieles seguidores de Europa Universalis es si de verdad merece la pena dar el salto a esta cuarta entrega de la serie. Y la respuesta es sí, un rotundo sí. Porque si bien es cierto la base jugable se mantiene prácticamente invariable, Paradox Interactive ha aplicado sutiles cambios sobre la fórmula, tomando prestadas algunas ideas del fantástico Crusader Kings II, que han dado como resultado un videojuego más sólido, profundo y divertido de lo que esperábamos.

Destaca en este punto la apuesta por tres recursos base como son el poder administrativo, diplomático y militar que adquiriremos de manera mensual en base a las estadísticas y rasgos definitorios de nuestro líder y sus consejeros, eliminándose así la figura de los burócratas de Europa Universalis III. ¿Qué mejoras aporta este nuevo sistema? Por un lado, hace más fácil gestionar nuestro imperio sin que por ello se pierda en ningún momento la profundidad jugable que siempre ha caracterizado a la franquicia. Pero a su vez, también abre un amplio abanico de posibilidades de juego gracias a las nuevas opciones que integra el programa.

Entre las naciones a escoger nos encontramos con Francia, Castilla, Inglaterra, el Imperio Otomano, Portugal, Austria, Venecia, Suiza… y un largo etcétera.
Entre las naciones a escoger nos encontramos con Francia, Castilla, Inglaterra, el Imperio Otomano, Portugal, Austria, Venecia, Suiza… y un largo etcétera.

Y es que estos recursos, en consonancia con el dinero –ducados en este caso- y el número de ciudadanos bajo nuestro mando, no solo serán necesarios para aumentar el índice de estabilidad de nuestras provincias más conflictivas, construir nuevos edificios, socavar rebeliones sin derramamientos de sangre, firmar provechosas alianzas políticas, o modificar ciertos hábitos religioso-culturales de una región entre otras acciones; también serán vitales para desarrollar los avances tecnológicos de nuestra nación, que en este punto diferenciará entre Ideas y Tecnología.

Las primeras, serán la clave que nos permita especializar a nuestra nación en ciertos campos como puede ser el comercio, la exploración naval, la guerra, el espionaje, la religión o nuevas formas de gobierno por citar tan solo algunas de las opciones disponibles; mientras que la Tecnología nos da acceso al tipo de mejoras concretas derivadas de estas decisiones teórico-pragmáticas, permitiéndonos así desbloquear el acceso a nuevas estructuras o unidades de combate, reducir costes, acortar los plazos de producción, etc.

Las opciones son verdaderamente sorprendentes, dándonos total libertad para explorar las posibilidades que deseemos sin barreras de ningún tipo. O bueno, sí las hay. Porque dependiendo de estas elecciones, que no siempre serán tan obvias como parece, el destino de nuestra nación seguirá un rumbo u otro, pudiendo alcanzar la gloria o el más absoluto de los fracasos. Lo que nos ha encantado, lógicamente. Y esta es una situación que se traslada perfectamente al resto de parámetros jugables de este Europa Universalis IV, que también aporta grandísimas mejoras en su faceta diplomática, con un resultado impecable.

Entre nuestras opciones, se encuentra la posibilidad de modificar las creencias religiosas de una provincia. Decisión que puede provocar una revuelta, claro está.
Entre nuestras opciones, se encuentra la posibilidad de modificar las creencias religiosas de una provincia. Decisión que puede provocar una revuelta, claro está.

No ya solo por la vasta y realista variedad de opciones a nuestra disposición, que ya os garantizamos es sorprendente, sino principalmente por la inteligencia artificial del resto de naciones en juego, que se comportarán de una manera absolutamente realista, respondiendo con una lógica aplastante a la mayoría de sucesos que acontezcan en el mundo de juego. De este modo, no será raro que dos naciones históricamente rivales se alíen si así creen que pueden frenar el peligroso auge de una nueva súper potencia; del mismo modo que las traiciones, las alianzas in extremis, o las declaraciones de guerra con claros tintes vengativos serán una constante a lo largo de los más de 400 años de historia que recoge Europa Universalis IV.

En este sentido, nos encanta que ahora podamos mediar entre dos naciones en guerra tratando de buscar la paz –porque somos así de buenos o porque nos beneficia de algún modo-, que se puedan formar Coaliciones entre varios países para apoyar militarmente ciertas causas beligerantes; que el simple hecho de rechazar el envío de tropas a un aliado ahora no suponga el fin de las relaciones –lo que era frustrante-, e incluso que se hayan ampliado las opciones de negociación en los encuentros diplomáticos. Todo es tan realista, y hay tantas posibilidades de juego a nuestro alcance, que de verdad resulta admirable lo que ha logrado Paradox Interactive con este juego.

Los atributos de nuestro líder y sus consejeros determinarán los puntos fuertes de nuestra nación. Aunque caro, es muy recomendable invertir en los mejores consejeros.
Los atributos de nuestro líder y sus consejeros determinarán los puntos fuertes de nuestra nación. Aunque caro, es muy recomendable invertir en los mejores consejeros.

Poderoso es Don Dinero

También en la faceta comercial Europa Universalis IV aporta interesantes novedades que mejoran un resultado ya de por sí bastante bueno, aunque lejos del grado de profundidad visto en lo tocante a la gestión de nuestra nación y las relaciones diplomáticas. Pero aun así no nos podemos quejar, porque si somos de los que preferimos solucionar los problemas mediante la palabra y no la fuerza bruta, el programa nos da las suficientes opciones de juego como para que sigamos una vía pacifista.

Rutas comerciales, centros de poder económico, mercaderes, ley de la oferta y la demanda… totalmente fiel a las raíces de la serie, este nuevo Europa Universalis no deja ni un solo detalle al azar, dándonos la oportunidad de establecer tratados comerciales con otras naciones, enriquecernos a costa de los menos avispados, e incluso reventar el mercado con ciertas acciones económicas. Todo ello sin olvidar, claro está, que también tenemos la oportunidad de explorar el mundo desconocido para obtener nuevas fuentes de ingresos desde las Américas o África.

Algo solo posible tras potenciar determinadas Ideas y Tecnologías en nuestra propia nación, que serán las que nos den acceso a la figura de los exploradores, los colonos, o los mejores barcos. Dicho lo cual, conviene destacar que el sistema de colonización también ha sufrido ciertas modificaciones que facilitan enormemente esta tarea, aun a pesar de mantenerse intacta la profundidad propia de la serie. En este sentido, eso sí, creemos que todo lo relacionado con el Descubrimiento de América podría haberse explotado de otra manera, ahondando más en ciertos elementos relacionados con la lucha e interacción con los indígenas.

Colocar a nuestros mejores mercaderes en los centros de poder más importantes del mundo nos garantizará obtener grandes beneficios económicos.
Colocar a nuestros mejores mercaderes en los centros de poder más importantes del mundo nos garantizará obtener grandes beneficios económicos.

Y por último, pero no menos importante, también el sistema de combate presenta ciertas novedades con respecto a lo visto en Europa Universalis III, con una mejor inteligencia artificial que hará que nuestros enemigos reaccionen y se comporten de manera más realista a nuestras acciones beligerantes. Por supuesto, se mantiene intacto el sistema de batallas tan característico de la franquicia, que muestra el desarrollo de la contienda mediante un menú gráfico con las estadísticas del número de tropas en conflicto, el estado de las defensas, etc. Nada espectacular, cierto es; y en ocasiones también algo limitado por no ofrecer demasiadas opciones a la hora de intervenir en los asedios; pero la verdad es que continúa funcionando bastante bien, y teniendo en cuenta la enorme complejidad jugable que atesora el programa en el resto de sus apartados, es un mal menor que estamos dispuestos a aceptar.

En este caso, agradecemos enormemente que los ejércitos derrotados se retiren hacia la provincia aliada más cercana, evitándonos el en ocasiones ridículo trámite de andar detrás de estos supervivientes como si del juego del gato y el ratón se tratara. Ahora, como decimos, se replegarán en una posición que podremos atacar para poner fin de manera sangrienta al conflicto, o asediar con enviados diplomáticos para sacar suculentos beneficios de esa situación tan desventajosa para los enemigos.

Y no nos olvidemos de su vertiente multijugador para hasta 32 jugadores, que nos da la oportunidad de disfrutar de todas estas opciones de juego a través de Internet. Lo que, ya os podéis imaginar, garantiza encuentros increíblemente divertidos por la importancia que adquieren -todavía más- aspectos como la diplomacia o el comercio.

Hacer sencillo lo difícil

Construido sobre una versión modificada del motor gráfico de Crusader Kings II, Europa Universalis IV presenta un muy mejorado apartado visual que destaca, esta vez sí, por lo detallado del mapa estratégico sobre el que se desarrolla la acción. Un escenario de juego tridimensional de enormes proporciones, en el que se han incluido un buen puñado de detallitos gráficos que otorgan mayor vistosidad al conjunto, ya sea con la presencia de aves sobrevolando los cielos, ballenas surcando los mares, efectos climatológicos que modificarán la apariencia de los escenarios, o la vistosidad de sus colores. También el modelado de las tropas se ha mejorado levemente, aunque este sigue siendo pobre y falto de variedad en comparación con otros títulos de estrategia recientes.

Lo más importante sin embargo es que su interfaz de usuario presenta un aspecto inmejorable. Tanto por la claridad con la que muestra tantísimas opciones de juego, que no es fácil, como por la sencillez con la que podemos navegar entre sus menús. En este sentido, además, destaca la presencia de un buen puñado de filtros de imagen que nos ayudarán a movernos por el tablero de juego detectando de un vistazo todos aquellos puntos de interés que busquemos: división del mundo por naciones, rutas comerciales, mapa geopolítico, etc.

La navegación tiene una gran importancia en Europa Universalis IV, ya sea como medio para descubrir nuevas tierras, o como herramienta de combate en la guerra.
La navegación tiene una gran importancia en Europa Universalis IV, ya sea como medio para descubrir nuevas tierras, o como herramienta de combate en la guerra.

Obviamente, esto no impide que el juego continúa siendo realmente hostil con los nuevos usuarios, que se verán inmersos en una vorágine de datos que tendrán que asimilar pausadamente, prestando mucha atención a las útiles sugerencias que salpicarán la partida durante el desarrollo de la acción, o completando con paciencia los diversos tutoriales con los que se ha dado vida al juego. Eso sí, aun conservando intacta su genuina complejidad jugable, este es el título de alta estrategia de Paradox Interactive más amigable, sencillo e intuitivo; lo que ayudará muchísimo a que los jugadores noveles puedan disfrutar al fin de su enorme potencial.

Para terminar, y aunque en apariencia Europa Universalis IV puede parecer un título bastante discreto en lo tecnológico, no hay nada más lejos de la realidad. Más bien al contrario. El programa resulta asombroso por la ingente cantidad de datos que maneja en tiempo real, con una inteligencia artificial condenadamente realista que nos lo hará pasar realmente mal en momentos muy determinados de la partida. Situaciones de juego en las que además disfrutaremos de lo lindo viendo como cada decisión, cada mínimo cambio que apliquemos sobre la gestión de nuestra nación, tendrá claras repercusiones sobre el mundo de juego. Tal vez no a corto plazo, pero sí a lo largo de los años, conforme este imponente y convulso mundo estratégico se construya alrededor de nuestros actos.

Aparte de los eventos aleatorios, que nos sorprenderán con toda clase de contratiempos, también disfrutaremos de eventos históricos ligados a la nación que controlemos.
Aparte de los eventos aleatorios, que nos sorprenderán con toda clase de contratiempos, también disfrutaremos de eventos históricos ligados a la nación que controlemos.

Y es que se pueden explorar tantísimas direcciones a lo largo de una misma partida, y son tantísimas las formas de afrontar cada minúscula decisión dentro del propio juego, que no podemos más que quitarnos el sombrero ante el magnífico trabajo llevado a cabo por Paradox Interactive. Un estudio que además nos brinda un gran repertorio musical, algo ya característico en la serie, que destaca por la variedad y contundencia de las melodías que sonarán a lo largo de la partida. Algunas muy pausadas y ambientales, otras totalmente épicas y rimbombantes, pero todas ellas perfectamente integradas en el universo Europa Universalis. Como punto negativo, al menos a medias, debemos destacar que el juego ha sido traducido al castellano –cosa que agradecemos muchísimo-, pero se ha hecho con una torpeza extrema, al mantener muchas líneas de texto o palabras clave en inglés, por no hablar de esas líneas que se entremezclan entre sí haciendo ilegibles algunos mensajes.

Magnífico

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Grandeza estratégica

Europa Universalis IV

Por: El equipo de 3DJuegos
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Tras los buenos resultados obtenidos con el genial Crusader Kings II, Paradox vuelve a dar el do de pecho con su mejor juego de alta estrategia hasta la fecha. Simplemente espectacular. Tanto por profundidad jugable, como por opciones de juego, mejoras gráficas y su apuesta por atraer a los jugadores noveles sin perder por ello su tradicional complejidad.

Jugadores: 1-32
Idioma: Textos en español
Duración:
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