Análisis de Final Fantasy XIV A Realm Reborn. Un mundo online renacido de sus cenizas

Análisis de Final Fantasy XIV A Realm Reborn. Un mundo online renacido de sus cenizas
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Y de sus cenizas renació. Solo así se entiende el loable trabajo realizado por Square Enix, que se ha sobrepuesto de manera excepcional al fracaso que supuso Final Fantasy XIV, con una versión completamente renovada y muy mejorada de su MMORPG. Como resultado nos encontramos ante una grandísima aventura de rol online que, esta vez sí, hace honor a la franquicia en la que se basa.

Del peor de los fracasos a la más absoluta gloria solo hay un paso. Y si no que se lo digan a Square Enix, a la que no le ha temblado el pulso lo más mínimo a la hora de reconstruir prácticamente desde cero un juego que, ni de lejos, cumplió con las expectativas de sus seguidores. Hablamos, claro está, de Final Fantasy XIV; que tres años después de su primer lanzamiento, ahora regresa al mercado convertido en esa gran aventura de rol en línea que todos esperábamos.

Un potente MMORPG que, lejos de conformarse con aplicar ligeros cambios aquí y allá, echa por tierra prácticamente todos los fundamentos jugables vistos en el título original, con un resultado que solo podemos catalogar como admirable. ¿Suficiente como para justificar el pago de las polémicas cuotas mensuales? En nuestra opinión sí. Y por varios motivo además. Porque tal es la cantidad de contenidos jugables con los que se ha estrenado este renovado Final Fantasy XIV, y son tantas las mejoras y añadidos que están por llegar, que aquí tenemos juego para meses.

Épica Fantasía Final

Bautizado acertadamente como A Realm Reborn, la historia de este nuevo Final Fantasy XIV nos sitúa cinco años después del cataclismo provocado por el temible dragón Dalamut, que con sus llamas arrasó prácticamente en su totalidad el mundo de Eorzea. La excusa perfecta para que el nuevo equipo de desarrollo tras el juego, liderado por el veterano y apasionado de los MMORPG Naoki Yoshida, haya reconstruido casi desde cero esta épica aventura de rol que aun a pesar de mantenerse fiel a los fundamentos básicos del género, logra desmarcarse de la competencia con un estilo muy personal que respeta, ante todo, las raíces de la serie en la que se basa.

Por tanto, ya de primeras, su argumento destaca como uno de los elementos más llamativos del programa, que en este sentido se muestra apasionante, grandilocuente, con un genuino elenco de villanos, y los suficientes giros argumentales como para mantenerse al nivel de los mejores Final Fantasy. Que ya es decir mucho.

Pero que esta apreciación no os lleve a engaño. A Realm Reborn se trata de un MMO con todas las de la ley, y esto implica enfrentarse a un sinfín de misiones rutinarias en las que tan pronto nos veremos recolectando flores, carne o cualquier otro objeto que se os pase por la cabeza, como aniquilando a decenas de enemigos en escenarios tan variados entre sí como bellos a nivel artístico. Lo habitual, vamos.

En este sentido, se agradece el esfuerzo por parte de Square Enix por dotar de cierto contexto argumental a estas tareas. Pero en líneas generales, el resultado no dista mucho de lo ya visto en otras tantas ocasiones, con un cierto abuso de mecánicas de juego altamente repetitivas que a la larga restan algo de atractivo al conjunto final. Obviamente, este tipo de misiones son ya una parte intrínseca en la mayoría de MMORPG, pero vistos los avances que se han realizado en algunos de los últimos referentes del género, esperábamos algo más del equipo comandado por Naoki Yoshida.

Elezeen, Lalafell, Hyur, Roegadyn y Miqo’te. Estas son las cinco razas que podemos seleccionar al inicio de la partida, cada una de ellas con sutiles diferencias.
Elezeen, Lalafell, Hyur, Roegadyn y Miqo’te. Estas son las cinco razas que podemos seleccionar al inicio de la partida, cada una de ellas con sutiles diferencias.

Afortunadamente, A Realm Reborn llega cargado de apasionantes mazmorras para grupos de cuatro y ocho jugadores en las que, ahí sí, Square Enix da lo mejor de sí misma. Tanto por diseño como por lo desafiante de los retos que plantean, con algunos enfrentamientos francamente memorables que sorprenden por su originalidad al obligarnos a usar de manera intensiva el entorno, o simplemente por su épica espectacularidad. Y es que no todos los días se tiene ocasión de combatir contra figuras tan reconocidas en el universo Final Fantasy como el temible Ifrit, Odín, Titán o Bahamut entre otros.

Personajes con gran importancia en el desarrollo de la trama de esta aventura online, que además también ahonda de manera excelente en el conflicto bélico contra las fuerzas del Imperio de Garlean; verdaderos villanos tras la cortina. Y es que, repetimos, a pesar de su carácter MMO este nuevo A Realm Reborn no se olvida de sus raíces. Destila esencia Final Fantasy por todos y cada uno de sus píxeles. Y esto es algo que nos encanta. Porque parece mentira, pero aun siendo un más de lo mismo en lo que se refiere al diseño de la gran mayoría de sus misiones, lo nuevo de Square Enix engancha; atrapa de una manera tan especial que resulta muy difícil dejar de jugar, de añadir nuevas aventuras al diario de batalla o de afrontar épicos enfrentamientos contra los peores villanos imaginables.

Aventuras por doquier

Si de algo puede presumir este renovado Final Fantasy XIV es de su abrumadora oferta jugable, que incluye casi una veintena de mazmorras para grupos de cuatro y ocho jugadores; decenas de misiones cooperativas conocidas como Guildhests, con desafíos de combate que nos pondrán en serios apuro; cientos de misiones individuales que nos descubrirán toda la magia y el encanto de Eorzea, e incluso las destacables misiones Levequest que popularizó el original, en las que habrá que superar un sinfín de batallas, escoltar a ciertos personajes a un lugar seguro, o interactuar con el entorno de forma más o menos original usando ciertos comandos de texto.

Todo ello para que subir de nivel sea una experiencia agradable, divertida y nada forzada. Porque si nos cansamos de realizar misiones secundarias siempre podemos recurrir a cualquiera de las otras alternativas. La decisión está en nuestra mano. Y ya os avisamos, insistimos, que hay opciones para aburrir. Porque por haber, hay hasta un diario de caza que nos invitará a explorar a conciencia el mundo de Eorzea con un único objetivo en mente: localizar y exterminar a un número determinado de monstruos para obtener suculentas recompensas. Objetivos que además variarán dependiendo del tipo de personaje que controlemos.

El Imperio de Garlean prepara su regreso a Eorzea; esta vez con la intención de no dejar títere con cabeza. ¡Y vienen bien preparados!
El Imperio de Garlean prepara su regreso a Eorzea; esta vez con la intención de no dejar títere con cabeza. ¡Y vienen bien preparados!

Y esto, que a simple vista parece una tontería, engancha de manera sorprendente por lo efectivo y directo de su planteamiento jugable. Por eso, y porque no es tan fácil como parece dar con las presas. Lo que despierta en este tipo de misiones un elemento retador que nos ha encantado. Y si aún no tenéis suficiente, A Realm Reborn también ofrece las tradicionales misiones de artesanía, que en este caso ofrecen un estilo jugable bastante más divertido y elaborado de lo que estamos acostumbrados en el género. Pescar, picar piedra, talar árboles… ¡hasta se ha recuperado el sistema de Materias de Final Fantasy VII!, permitiéndonos así potenciar los atributos especiales de ciertas armas y equipo defensivo.

Pero si hablamos de novedades, el título de Square Enix destaca por los llamados FATE, o lo que es lo mismo, los eventos aleatorios que tan populares se han hecho en estos últimos años, y que básicamente nos dan la oportunidad de superar una amplísima variedad de misiones de combate junto a cientos de jugadores sin necesidad de formar equipo con ellos. No al menos en los FATE más sencillos. Porque avanzada la aventura, os enfrentaréis a enemigos tan temibles que solo el trabajo en equipo dará resultados. Y no exageramos. Si no, que se lo digan al centenar de jugadores que vimos morir a manos del poderoso Odín en una de estas batallas. ¡Hablamos de cerca de cien jugadores! Así que imaginad su poder destructivo.

Héroes de Eorzea

Hasta aquí hemos tratado gran parte de los fundamentos jugables y narrativos de esta nueva versión de Final Fantasy XIV, pero todavía no hemos hablado de lo más importante: nuestros héroes. Y en este punto, el programa de Square Enix también cumple con nota gracias al amplio abanico de opciones que nos brinda. Tanto en lo estético, gracias al potente editor de personajes que incluye el programa, como en lo referente a su faceta puramente combativa, donde además resulta bastante novedoso en comparación con otros MMORPG del mercado. ¿La razón?

Aunque al inicio de la aventura se nos obliga a escoger entre una de las ocho clases de personaje disponibles, con opciones tan variopintas como arqueros, lanceros, magos, gladiadores, conjuradores o marauder por citar algunas; llegado el caso, podremos aprender y desarrollar todas y cada una de estas profesiones con un único personaje: nuestro aventurero. ¿Cómo es posible? Siguiendo el ejemplo del Final Fantasy XIV original, en A Realm Reborn nos bastará con cambiar el arma principal de nuestro héroe por otra distinta para modificar radicalmente, y en cuestión de segundos, su clase de personaje.

La variedad de localizaciones de Final Fantasy XIV solo es comparable al espectacular diseño artístico que atesora el juego.
La variedad de localizaciones de Final Fantasy XIV solo es comparable al espectacular diseño artístico que atesora el juego.

De este modo, si equipamos a un gladiador con un arco este pasará a convertirse en arquero, del mismo modo que si a este le ponemos en las manos un bastón mágico adoptará la senda de los poderosos taumaturgos. Sencillo ¿verdad? Pues este sistema de juego tiene más miga de la que aparenta a simple vista, ya que conforme aprendamos más y más profesiones, desbloquearemos ciertas habilidades especiales que podrán ser compartidas entre varias clases de personaje, ampliando así su efectividad en combate.

Y también contamos con las nueve especializaciones de clase que incluye Final Fantasy XIV, conocidas como Jobs, a las que solo accederemos desarrollando hasta cierto nivel varios de estos arquetipos de héroe. ¿Qué ventajas trae consigo esta opción? Lógicamente, el obtener ese punto de potencia extra para enfrentarse a los enemigos más poderosos. Pero también, el crear personajes mucho más especializados en el estilo de juego que nos interese, dándonos pie, por ejemplo, a que el clásico tanque muestre una actitud más agresiva en la piel de un Warrior, o una todavía más resistente y dura a los ataques enemigos encarnando a un Paladín.

Un añadido francamente interesante al que los usuarios más dedicados podrán sacar un gran partido explorando todas las posibilidades que brinda. No en vano, optar por este tipo de profesiones también tiene sus contras, por lo que no todo será tan sencillo como especializarse y verlas venir. Toda acción tiene su consecuencia. Cosa que nos gusta mucho, por cierto.

Algunas FATE solo se inician una vez al día y en ubicaciones completamente aleatorias, como es el caso del enfrentamiento contra Odín.
Algunas FATE solo se inician una vez al día y en ubicaciones completamente aleatorias, como es el caso del enfrentamiento contra Odín.

Y llegó la hora de combatir

Fiel al estilo del memorable Final Fantasy XII, A Realm Reborn ofrece un sistema de combate por turnos bastante dinámico que nos invita a afrontar las batallas de forma activa, siempre teniendo en cuenta los movimientos de los enemigos, que constantemente nos sorprenderán con una serie de ataques de área que solo esquivaremos si nos movemos con presteza alejándonos de su radio de acción. Algo ya visto en otros tantos MMORPG, pero no por ello menos destacable teniendo en cuenta lo bien que funciona en esta obra.

Porque otra cosa no, pero las batallas de este renovado Final Fantasy XIV resultan francamente divertidas, muy estratégicas e incluso épicas por momentos. Principalmente durante las refriegas contra los imponentes jefes finales a los que nos mediremos, y a los que solo derrotaremos con cabeza, combinando nuestras habilidades con las del resto de miembros de nuestro equipo. Todo ello bajo el tradicional esquema jugable conformado por la clásica trinidad Sanador-Tanque-Especialista en Daño, que a estas alturas es una garantía de éxito.

Nada innovador, es cierto, pero esto no necesariamente tiene por qué ser negativo. Menos todavía, repetimos, cuando el sistema de combate de A Realm Reborn funciona tan bien. Aunque eso sí. Hemos echado en falta un mayor número y variedad de habilidades especiales para nuestros héroes, ya que por momentos da la sensación de que el juego se ha quedado corto al respecto. Nos encanta que sea difícil, que nos obligue a prestar tantísima atención a nuestro entorno para no sufrir una derrota a manos de cualquiera de los cientos de monstruos que pueblan el mundo de Eorzea; pero al final, muy en el fondo, sentimos que este sistema de batallas daba para algo más. Porque sí, es dinámico y muy intenso, eso nadie lo puede negar; pero a la larga también algo repetitivo y justo de opciones.

Sensación que no varía ni tan siquiera con añadidos tan divertidos como los combates en equipo junto a nuestros queridos Chocobos –ideales para recorrer largas distancias a gran velocidad-, o los míticos Límites, que regresan a Final Fantasy XIV para deleitarnos con una serie de devastadores ataques especiales que solo ejecutaremos con el apoyo de nuestros aliados, con efectos muy dispares dependiendo del tipo de personaje que los active.

El combate en equipo es esencial para derrotar a los enemigos más poderosos, y los míticos Límites son una de nuestras mejores herramientas de trabajo.
El combate en equipo es esencial para derrotar a los enemigos más poderosos, y los míticos Límites son una de nuestras mejores herramientas de trabajo.

Un Nuevo Amanecer

El Final Fantasy XIV original ya destacó en su día por su impecable apartado artístico, y A Realm Reborn no es una excepción. Es más. Sorprendentemente supera todo lo visto en el original, ofreciendo un mundo de juego más grande, vivo y hermoso de lo que jamás hubiéramos imaginado. Hasta tal punto es así, que lo nuevo de Square Enix tiene muy pocos rivales en lo que se refiere a estas lides, gracias a un soberbio y espectacular diseño de escenarios y personajes que es como para quitarse el sombrero.

Y es que tan solo basta con dar un paseo por las grandes capitales de Eorzea, como Gridania, Ul’dah o Limsa Lominsa, para darse cuenta del enorme esfuerzo acometido por los artistas de Square Enix. Un equipo creativo que ha tomado como referencia lo visto en el título original, mejorándolo de forma sustancial a todos los niveles posibles. Y el resultado, salta a la vista, es inmejorable. Porque miréis donde miréis, allí encontraréis esos pequeños detalles que marcan la diferencia.

Todo ello, además, con un diseño de escenarios inteligente y muy inspirador, que nos invita a que exploremos todos y cada uno de los parajes naturales que conforman este vasto e imponente mundo de juego. Un entorno al que se ha dotado de vida gracias a un renovado motor gráfico que destaca por lo espectacular de su iluminación global, sus cambios climáticos, las dimensiones de sus escenarios, o el modelado y nivel de detalle alcanzado en los personajes y criaturas. ¡Y las cinemáticas! Claro que sí; porque también en este punto A Realm Reborn se mantiene fiel a la esencia Final Fantasy, con un buen puñado de secuencias de vídeo que amenizarán nuestro viaje por Eorzea.

Obviamente, no todas las texturas ofrecen la definición y nivel de detalle deseado, del mismo modo que algunos elementos del entorno lejanos se dibujan bruscamente frente a nosotros; pero estos son detalles menores que en ningún caso ensombrecen un trabajo por otro lado excepcional. Máxime cuando este motor gráfico presenta este despliegue visual de manera tan fluida incluso en equipos con varios años a sus espaldas. E igualmente, aunque es cierto que en PlayStation 3 el programa de Square Enix no luce tan bien, teniendo en cuenta que estamos ante un MMORPG verdaderamente grande, tampoco podemos ponerle pegas al respecto.

También es cierto es que el motor gráfico se resiente en momentos muy puntuales de la partida cuando se juntan varias decenas de jugadores en un mismo punto del escenario, como pueden ser las FATE más concurridas. Pero como decíamos anteriormente, es un detalle menor si lo comparamos con todas las virtudes que atesora el programa.

A Realm Reborn incluye un sencillo buscador de misiones cooperativas que nos facilitará mucho la tarea de buscar a otros jugadores con los que compartir aventuras.
A Realm Reborn incluye un sencillo buscador de misiones cooperativas que nos facilitará mucho la tarea de buscar a otros jugadores con los que compartir aventuras.

Un juego que también destaca en lo tocante a su interfaz de usuario, completamente personalizable, en contraposición al despropósito que supuso el Final Fantasy XIV original. Y es que ahora resulta mucho más sencillo e intuitivo moverse por los diversos menús del juego, tanto en PC como en PlayStation 3, teniendo al alcance de la mano toda la información necesaria para explorar el mundo de Eorzea sin grandes complicaciones. Algo a lo que también ha contribuido mucho el extenso tutorial que incluye A Realm Reborn.

Tampoco podemos obviar el excelso nivel de pulido que presenta el programa, que ha llegado a las tiendas prácticamente libre de cualquier error, si obviamos los tristemente habituales problemas con el acceso a los servidores (aunque Square Enix recompensará a los jugadores con siete días de juego gratuito); o lo bien que se ha adaptado a un sistema de control con mando gracias a los menús desplegables que activaremos con los gatillos, a la par que fijamos los blancos -enemigos y aliados- con la cruceta del pad digital- . En este sentido, podemos utilizar el mando tanto en PS3 como en PC, donde la interfaz de usuario se adaptará inmediatamente a este método de control.

Por último, también en lo musical este renovado Final Fantasy XIV ofrece un acabado digno de mención gracias al trabajo del siempre genial Nobuo Uematsu, que una vez más nos ha deleitado con un amplio repertorio de melodías de gran factura, algunas inspiradas en anteriores Final Fantasy, que casan perfectamente con la acción que se muestra en pantalla. Dicho lo cual, conviene destacar que prácticamente cada entorno de juego cuenta con su propia melodía asociada, todas ellas claramente diferenciadas entre sí, aunque es verdad que en ocasiones ciertas melodías se repiten en exceso.

Y los mismos elogios podemos dedicar a los efectos sonoros, que cumplen a la perfección con su cometido con una gran contundencia cuando se trata de recrear la crudeza de las batallas. Un buen doblaje al inglés en contadas secuencias cinemáticas –gran parte de la aventura se desarrolla sin voces- supone el colofón final en este notable apartado sonoro, al que tristemente no le han acompañado los textos traducidos al castellano.

Gracias a estos cristales de poder, podremos transportarnos de una a otra ciudad con suma rapidez, previo pago de una pequeña cantidad de Gils.
Gracias a estos cristales de poder, podremos transportarnos de una a otra ciudad con suma rapidez, previo pago de una pequeña cantidad de Gils.

Una Compañía de Héroes

Como la gran mayoría de aventuras de rol en línea, A Realm Reborn también incluye un buen puñado de mejoras destinadas a potenciar el juego en equipo, de entre las que destaca la posibilidad de crear nuestros propios clanes, conocidos como Free Company, con las opciones habituales en el género. Pero aparte, procedentes directamente desde el exitoso Final Fantasy XI, también nos encontramos con las comunidades Linkshells. ¿Qué son exactamente?

Ni más ni menos que un sencillo medio de comunicación entre jugadores, que pueden congregarse en este tipo de comunidades online simple y llanamente para charlar con otros usuarios. Por tanto, no tienen otra función más aparte de la de reunir bajo un mismo “techo” a un numeroso grupo de jugadores, que no tienen que estar necesariamente en un mismo clan. En este sentido, se nos da la posibilidad de estar dentro de ocho Linkshells distintas.

Más adelante, imaginamos que con el lanzamiento de la primera actualización de contenidos, Square Enix también incorporará los siempre llamativos combates PvP entre jugadores. Opción que desgraciadamente no se encuentra disponible en estos momentos. Decisión que obviamente decepcionará a los apasionados de este tipo de escaramuzas. Sin embargo, como indicábamos al inicio de este artículo, tal es la cantidad de contenidos jugables que oferta A Realm Reborn, que tampoco se puede hacer sangre de esta ausencia.

La interfaz de usuario se muestra bastante clara e intuitiva tanto en PC como en PlayStation 3, donde el juego responde muy bien al sistema de control con mando.
La interfaz de usuario se muestra bastante clara e intuitiva tanto en PC como en PlayStation 3, donde el juego responde muy bien al sistema de control con mando.

Menos cuando el equipo de Yoshida ya prepara la llegada de un montón de novedades que sin duda satisfarán a los fieles seguidores del universo Final Fantasy. Hablamos por ejemplo de las Raids para 24 jugadores, con la Torre de Cristal junto al Laberinto de Bahamut como principales atractivos de estas desafiantes misiones. La primera, porque nos enfrentará a una descomunal torre plagada de enemigos a los que deberemos eliminar en equipo mientras ascendemos a lo más alto. Y la segunda, el Laberinto de Bahamut, porque como su propio nombre indica uno de sus primeros desafíos radicará precisamente en dar con su localización, siempre cambiante.

También, aparte del multijugador competitivo tradicional, A Realm Reborn incorporará las batallas multitudinarias Facción vs Facción vs Facción; o un sistema Housing para que podamos construir nuestro propio hogar en ciertas regiones de Eorzea. Todo ello sin contar con el equipamiento legendario que ya se encuentra disponible en el juego actual, o la posibilidad de afrontar las mazmorras en el modo Difícil –otro añadido que llegará en breve-.

Detalles, detalles y más detalles que nos hacen alabar el gran trabajo llevado a cabo por Square Enix, que ha sabido sobreponerse del duro varapalo que supuso el lanzamiento de Final Fantasy XIV, creando un título mucho más grande, divertido y mejor de lo que llegó a ser jamás el original. ¿Qué está en inglés y hay que pagar cuotas mensuales? Sí, está claro que son dos puntos negativos a tener en cuenta. Pero en estos momentos, y con la enorme variedad de contenidos jugables que oferta a Realm Reborn, el pago de una mensualidad está más que justificado teniendo en cuenta la de horas y horas de diversión que proporciona el juego.

Excelente

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Por: El equipo de 3DJuegos
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Jugadores: Masivo online
Idioma: Textos en inglés y voces en inglés
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