Análisis de Viking Battle for Asgard

Análisis de Viking Battle for Asgard
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Han pasado más de cuatro años desde que Viking: Battle for Asgard se estrenara en consolas, pero Sega ha decidido que ya era hora de que los usuarios de PC disfrutaran también de este notable juego de acción y aventuras desarrollado por los creadores de la saga Total War. ¿Merece la pena después de tantos años? La respuesta es sí; aunque su adaptación a compatibles no ha sido tan buena como esperábamos.

Que The Creative Assembly es un estudio íntimamente ligado al PC es innegable. Su prestigiosa saga estratégica Total War ha sido uno de los grandes referentes del género para miles de jugadores, que título tras título han demostrado su fidelidad a este equipo británico. Pero los padres de Rome: Total War o el más reciente Shogun 2: Total War también han trasladado su enorme talento creativo al mundo de las consolas, con sendos juegos de acción hack & slash como Spartan: Total War o el título que hoy nos ocupa: Viking: Battle for Asgard.

Una potente aventura de acción en tercera persona que se estrenó en PlayStation 3 y Xbox 360 en el ya lejano 2008, demostrando que a este equipo se le da muy bien eso de crear videojuegos de gran calidad. Pero ¿está a la altura de las circunstancias tras tantos años de espera? Jugablemente sí, porque el título no ha perdido su encanto, pero está claro que Sega y el equipo Hardlight podrían haber hecho mucho más.

Sangriento Valhalla
En Viking encarnaremos a Skarin, un gigantesco vikingo con cara de pocos amigos y pocas intenciones de dejar a su civilización a merced de las hordas del inframundo que han comenzado a asolarla. Deberemos liberar primero y comandar después a los ejércitos humanos, y liberarlos del terrible yugo que les oprime al estar la mayoría apresados por la denominada “Legión”.

Battle for Asgard plantea la historia de este héroe enmarcada en el enfrentamiento entre las diosas Freya y Hel –diosa del amor y diosa guardiana del imperio de los muertos, respectivamente-. Seremos reclutados directamente por Freya al poco tiempo de comenzar la partida, y nos enfrentaremos a este temible ejército de muertos vivientes en una historia salpicada por las visiones que esporádicamente agitan la mente de nuestro héroe, y por los recuerdos de un pasado que iremos descubriendo progresivamente.

El título de Creative Assembly adopta una curiosa variante para diferenciarse del resto de videojuegos de aventuras, y es la de proponer una estructura libre que nos deje el mapa completo para campar a nuestras anchas con la única condición de cumplir una serie de objetivos a medio-largo plazo.

Viking sólo ofrece la posibilidad de disfrutar de la campaña, y es que no cuenta con ningún modo de juego alternativo. Un cooperativo hubiera sido bienvenido, tanto en pantalla dividida como a través de Internet, sin embargo se ha optado por reducir la experiencia a lo meramente individual. La campaña, no obstante, tiene una duración muy razonable –cercana a las 15 horas-, y el resultado de ésta es francamente satisfactorio con un importante cóctel de géneros –acción, aventuras, plataformas- que funciona razonablemente bien en conjunto.

Viking narra el enfrentamiento entre las diosas del Amor y la Muerte, que han convertido la Tierra en un auténtico campo de batalla en el que nadie está a salvo.
Viking narra el enfrentamiento entre las diosas del Amor y la Muerte, que han convertido la Tierra en un auténtico campo de batalla en el que nadie está a salvo.

Libertad con Matices
El comienzo del videojuego es algo desconcertante. Tras una escueta secuencia de video en la que prácticamente se plantean muchas más incógnitas que certezas, se nos deja a nuestra merced en la pequeña aldea que será nuestro centro de operaciones en las primeras horas de juego.

Aquí entablaremos contacto con los primeros personajes que nos pedirán ayuda en misiones sencillas como, por ejemplo, la de encontrar agua miel para el tabernero, y donde comenzaremos a tomar contacto con “objetivos más nobles”.

La meta final de cada uno de los niveles –el juego está dividido en islas- es la de tomar el bastión de la Legión de cada uno de ellos, y para ello debemos reclutar a soldados y dragones con la intención de que ambos nos ayuden a someter al enemigo.

Así la jugabilidad se divide en varias vertientes bien diferenciadas. En primer lugar la de relacionarnos con nuestros compañeros de clanes. En las diferentes aldeas tendremos acceso a conversaciones con determinados ciudadanos –más bien monólogos-, que nos encargarán misiones, nos transmitirán sus preocupaciones o querrán comerciar con nosotros.

En segundo lugar deberemos averiguar qué tipo de condiciones debemos cumplir para poder proceder al asedio de la fortaleza enemiga que certifique nuestro salto al siguiente nivel. Generalmente los requisitos suelen tener que ver con encontrar runas, convocar a dragones o liberar a un número concreto de clanes vikingos para que se unan a nuestra causa.

Las misiones del hilo argumental no admiten muchas variaciones, y pese a que se pueden realizar en el orden que deseemos, su corte siempre es muy similar. Básicamente se trata de adentrarnos en instalaciones enemigas fuertemente defendidas, a menudo empleando el sigilo, y una vez dentro liberar a los clanes de aliados encerrados o matar a un chamán para obtener algún tipo de runa que nos ayude en la batalla.

Una vez hayamos cumplido con todos los compromisos que se nos soliciten podremos encarar la batalla. Aquí nos enfrentaremos contra un núcleo duro de la Legión, principalmente por el control de alguna fortaleza que custodien. Nuestra labor durante estos enfrentamientos, en mayor medida que el combatir a ras de suelo junto a nuestros compañeros, será la de dirigir a los dragones y la de acometer objetivos principales que serán los que realmente nos hagan obtener la victoria, como asesinatos de chamanes o comandantes enemigos. Y es que Viking es un juego de acción, pero enfrentarse a la cantidad de hordas de rivales que llegan a acumularse puede devenir en un auténtico suicidio.

Los enemigos no son demasiado variados, pero conocer sus roles en el campo de batalla nos facilitará mucho las cosas a la hora de derrotarlos.
Los enemigos no son demasiado variados, pero conocer sus roles en el campo de batalla nos facilitará mucho las cosas a la hora de derrotarlos.

Saqueo Vikingo
Esto se deriva, fundamentalmente, de la cierta torpeza de movimientos de nuestro personaje principal. Skarin es una mole de dos metros de altura y de poderosos músculos, pero sus movimientos son a menudo lentos y bastante toscos. Este cierto realismo en la movilidad de un personaje de sus dimensiones es especialmente notorio en los primeros minutos de partida, donde los combates pueden tornarse frustrantes “toma y dacas” con los enemigos, ya que al tardar tanto tiempo en llevar a cabo la acción de golpear descuidaremos mucho nuestras defensas.

Conforme avancemos en la campaña y vayamos ganando dinero tendremos acceso a los productos que se ofertan en las tiendas de las aldeas y en las arenas de combate, y gracias a éstas mejoras podremos pulir nuestras habilidades. Al comienzo sólo contamos con el golpe suave del botón inferior del pad y el golpeo más fuerte del izquierdo, pero rápidamente aumentarán de forma exponencial.

Hay dos formas de enriquecer estas, en principio, toscas acciones. En primer lugar podemos adquirir hechizos en las tiendas de las aldeas. Al inicio serán únicamente el poder del rayo, el del hielo y el del fuego, y se activarán de forma muy intuitiva usando la tecla/botón asignada para tal efecto. Sin embargo conforme avance la aventura podremos ir enriqueciéndolos y hacerlos subir de nivel para aumentar su fiereza. Su uso consume una barra de energía roja que tenemos en el interfaz, barra que se rellena asesinando a enemigos.

La segunda forma disponible es la de acceder a las arenas y aprender nuevos combos. Éstos responden a los lapidarios nombres de El Martillo de Thor, La Maldición de Baldur o La Ira de Njord, y en esencia son nuevas combinaciones de botones para perfeccionar nuestras técnicas de combate. De este modo ampliaremos el rango de acciones a ejecutar logrando el salto con golpeo –de gran poder- o las letales combinaciones que nos llevarán a desencadenar ataques con desmembramiento.

Y es que la casquería es una de las señas de identidad del videojuego que nos ocupa. Habrá un porcentaje altísimo de combates que acaben con la mutilación del enemigo, y de hecho seremos premiados con importantes bonus cada vez que lo logremos. Cuando estemos atacando a un enemigo y éste se encuentre expuesto se nos indicará con una señal parpadeante sobre su figura, señal que nos habilitará para realizar uno de los salvajes ajusticiamientos. Decapitaciones, partir al enemigo por la mitad, amputación de extremidades… el abanico de ejecuciones está muy cuidado aunque peca de ser un tanto repetitivo, y saciará la sed de sangre de todos los amantes del gore.

Porque los primeros días del juego en el mercado no están siendo todo lo agradables que deberían debido a ciertos fallos con el sistema de control, que no responde como debería cuando se usa mandos sin cables. Además, se nota a la legua que este es un título pensado para consolas, lo que se traduce en un sistema de manejo que responde mejor con un mando en las manos que con el combo del teclado y ratón. En este último caso el título es jugable, por supuesto que sí -además la interfaz se adapta al sistema de control usado-, pero no es tan preciso como nos habría gustado.

Cada nivel se cierra con una espectacular batalla donde cientos de unidades se enfrentan entre sí.
Cada nivel se cierra con una espectacular batalla donde cientos de unidades se enfrentan entre sí.

El Mundo de Midgard
Cuatro años dan para mucho así que la pregunta es... ¿qué tal ha envejecido Viking: Battle for Asgard a nivel gráfico? Nada mal, aunque es cierto que se le nota el paso del tiempo. En este caso, las mejoras tecnológicas son leves y nada llamativas, si obviamos la posibilidad de usar el anti-aliasing o la mejora de resolución. Su rendimiento, incluso en equipos de gama media, es bastante correcto; y la magnitud de las batallas y el modelado de los personajes están a un muy buen nivel, por lo que el conjunto es lo suficientemente atractivo.

El mayor problema es que el juego no aprovecha en nada todo el potencial del PC, quedándose en un simple port que no aporta auténticos incentivos que motiven su compra para todos aquellos que ya disfrutaron del juego en consolas. En este sentido, el que la tasa de imágenes se haya bloqueado a 30fps sin duda molestará a más de uno.

Musicalmente Viking es un juego “económico”, por decirlo de alguna manera. La banda sonora tiene un peso muy importante, pero se emplea con menos frecuencia de la que quizá fuera deseable. Eso si las partituras en las grandes batallas están dotadas de toda la espectacularidad y la épica que cabía esperar de un programa de estas características. Por último el juego llega a nuestro país traducido y doblado a nuestro idioma con un nivel muy alto.

Gráficamente estamos ante un título al que le pesan sus años, aunque sigue ofreciendo un resultado notable.
Gráficamente estamos ante un título al que le pesan sus años, aunque sigue ofreciendo un resultado notable.

Dioses Eslavos –Conclusiones
Viking es un juego de aventuras que acierta plenamente al enmarcar su historia en la poco habitual civilización vikinga. Empleando su rica mitología como contexto perfecto, y apostando por un estilo de fantasía que le va como anillo al dedo, el título logra una muy buena ambientación y supone un delicioso soplo de aire fresco para los habituales escenarios del género.

El funcionamiento de misiones se revela como un acierto total. Pese a que su corte es algo repetitivo –todas suelen derivar en lo mismo-, los diferentes escenarios y la sensación de que cumplirlas es realmente necesario nos empujan a solventarlas con notable interés. A esto contribuye de forma importante la posibilidad de enfocar su resolución con el sigilo o con tácticas “menos sutiles”.

El sigilo funciona razonablemente bien en parte por las irregularidades de la inteligencia artificial. Con serias deficiencias visuales y auditivas, las patrullas enemigas deambulan como almas en pena por los escenarios sin percatarse de nuestra presencia hasta que no estamos a escasos metros de ellos. Esta IA es, obviamente, lamentable, y no hay vuelta de hoja a la hora de valorarla, sin embargo los escenarios no dejan mucho lugar a la infiltración, y siendo como es un juego de acción bastante áspero se nos torna como un mal menor que potencia la posibilidad de pasar inadvertido, posibilidad que hubiera sido imposible de haber contado con enemigos más competentes.

En los combates podemos decir algo parecido. A menudo los rivales nos rodean en clara superioridad numérica, pero de forma incomprensible esperan pacientemente su turno para poder ir muriendo bajo nuestra espada en pequeños grupos. Igualmente un mal menor por necesario.

Los dragones están muy presentes en Viking, y su actuación es decisiva a la hora de lograr nuestra victoria en una batalla.
Los dragones están muy presentes en Viking, y su actuación es decisiva a la hora de lograr nuestra victoria en una batalla.

Las batallas, pese a ser uno de los principales reclamos del juego, son ciertamente decepcionantes, y no funcionan a casi ningún nivel. Su ejecución es excesivamente caótica y en ningún momento nos sentiremos inmersos en ellas, seremos más bien como un apoyo auxiliar a nuestras tropas –que por otra parte se regeneran solas de forma constante cuando mueren-, y nuestra única función será precisamente la de evitar los combates masivos y centrarnos principalmente en asesinar a los comandantes enemigos o en conseguir alguna runa para invocar a los dragones.

Viking es, en definitiva, un juego con muchas variantes y posibilidades. Las primeras horas pueden ser desconcertantes, e incluso algo tediosas, pero conforme pasemos el tiempo con él nos daremos cuenta de que estamos ante un juego que gana muchos enteros según hacemos progresar a nuestro personaje. El estilo “libre” no resulta tan brillante como cabía esperar y esto se debe, fundamentalmente, a que no hay demasiadas cosas que hacer en los escenarios y a que el cumplimiento de la totalidad de las misiones es casi obligado si queremos avanzar de nivel.

Interesante

Sin sello

Viking: Battle for Asgard

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

A Viking le ha faltado el "empujón final" para codearse con los grandes, pero el estar ambientado en la era vikinga y contar con cierta sensación de libertad lo convierten en un título bastante recomendable. Más si tenemos en cuenta que se ha lanzado al precio de 12,99 euros. Desgraciadamente, la falta de ambición para acometer una adaptación más seria nos ha privado de un mejor título, aunque entrar en el mundo de Viking: Battle for Asgard garantiza muchas horas de diversión.

Jugadores: 1
Idioma: Manual en español, textos en español y voces en español
Duración:
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