Entre los clásicos lanzamientos que una consola recibe a lo largo de su existencia, hay un género deportivo que no suele faltar a la cita: el golf. Nintendo 3DS no quería perderse su particular "swing", y por eso ha pedido a Camelot Software que organice una partida que resulte completa, entretenida y muy desenfadada. Mario y sus amigos se reúnen para conseguir su mejor par en la portátil estereoscópica.
Cuenta la leyenda que una consola de videojuegos no resulta plena hasta que recibe su respectivo título de golf. O al menos eso han debido entender los desarrolladores a lo largo de décadas, porque por una razón u otra rara es la máquina que no acaba recibiendo los hoyos, swings y putts que este calmado deporte ofrece.
Nintendo es toda una experta en este sentido, con unas cuantas entregas propias en su palmarés. No obstante, llevábamos ya muchos años sin ver a Mario y sus amigos hacer un par en un juego, en concreto una década. Así que era buen momento para sacar los palos a relucir y engrosar de paso el catálogo de Nintendo 3DS. Espíritu arcade, mucha accesibilidad pero al mismo tiempo un gran acabado y cierta profundidad jugable para un lanzamiento que quiere -y consigue- ganarse un puesto importante entre los juegos para portátil de esta primera mitad de año.
Mario Golf: World Tour no se convierte pues en la típica obra que nos propone unos cuantos recorridos y los adorna con los carismáticos personajes de la Gran N. Es mucho más, y todo se lo debemos al buen hacer de Camelot Software, una compañía japonesa (de apenas 40 trabajadores) que conoceréis más por ser los creadores de obras tan bien recordadas como Golden Sun. Obviamente, además han participado en programas relacionados como Mario Tennis, experiencia que explica por qué nos hallamos ante un juego deportivo de calidad.
El golf más arcade
Raro sería el lector que se esperase un simulador serio teniendo en consideración que Mario, Luigi, Bowser y compañía son sus protagonistas. La obra defiende con acierto un remarcado espíritu arcade, el cual busca accesibilidad desde la primera partida, un acercamiento directo y sin obstáculos que resulte tan fácil de entender como divertido de practicar. La obra lo consigue al cien por cien, y sin que ello implique falta de profundidad.
Mario Golf: World Tour nos propone dos tipos de control, uno versado en la cruceta-stick más botones, y el otro centrado en el aprovechamiento de la pantalla táctil. En realidad, ambos son complementarios, aunque la interacción con stylus nos da algunas ventajas exclusivas, como la de determinar el punto justo en que vamos a golpear la bola (creando así distintos efectos que sirven, y mucho, para sortear de forma óptima el diseño de ciertos recorridos).
Sea cual sea nuestra elección, siempre tendremos la oportunidad de seleccionar palo, distancia de disparo, controlar la cámara y hasta escoger la reacción del esférico una vez caiga al suelo. Todo esto está disponible en la pantalla inferior de la portátil, con una genial organización. La interfaz nos ha resultado amable, y a pesar de que nos ofrece bastante información -dirección del viento, trayectoria de la pelota, cuadrícula para los putts…- lo cierto es que resulta muy funcional, cumpliendo satisfactoriamente su cometido.
Swings en el Reino Champiñón
Uno de los mejores atributos del título es que sabe combinar la precisión con un aura arcade manifestado en estelas y efectos psicodélicos. Esto lo veremos mejor cuando empleemos los distintos ítems, directamente traídos del Reino Champiñón. La flor de fuego resulta ideal para atravesar todo lo que se encuentre de por medio, la bala dispara la bola en línea recta y a toda velocidad, mientras que el boomerang genera una curva pronunciada, imposible en la realidad.
Todo esto da mucha vida al producto, haciéndolo realmente único. El universo Nintendo está muy metido en el corazón del lanzamiento, y esto se puede vislumbrar también a través de los recorridos. Tenemos un bosque, un desierto… pero los decorados que más sorprenden son los relacionados con los icónicos protagonistas de la Gran N. ¿Unos swings en los alrededores del castillo de Peach? Esto y mucho más es lo que nos encontramos en un videojuego en el que no faltan monedas ni bloques sorpresa.
El diseño de los hoyos está muy bien pensado, siendo una gran noticia que la dificultad se incremente conforme vamos conociendo y desbloqueando más y más propuestas. Al principio todo nos parecerá muy plano, semejante a lo que podríamos encontrar en cualquier simulador de golf. Pero a las pocas horas estaremos esquivando todo tipo de obstáculos, puestos a muy mala conciencia para que nuestro avance no parezca un paseo. La dificultad está bien ajustada.
Posibilidades de juego a pares
Normalmente, en un título de deportes lo que consigue distanciar su propuesta de las demás son sus modos de juego. Con Mario Golf: World Tour tenemos buenas noticias al respecto, puesto que está repleto. Por supuesto, no nos libraremos de clásicos como la Partida Rápida, ideal para aquellos que quieran ponerse a golpear con los más de 12 personajes a escoger (incluyendo a nuestro Mii): Mario, Luigi, Peach, Yoshi, Daisy, Donkey, Bowser, Waluigi…
Lo más interesante es que no todo consiste en seleccionar un recorrido. Hay más alternativas. Podemos así organizar una partida contra otro usuario, tanto en modo local (es necesaria una copia de juego por jugador, una lástima) como online. Luego además disponemos de los torneos, con variantes que incluyen competir todos como Bowser -para fortalecer el equilibrio- u obtener monedas mientras practicamos nuestro swing.
Por tanto, no hay poco con lo que entretenerse. El programa es completo, y más si os adelantamos que existe una característica adicional para conseguir contenido extra, en forma de nuevos personajes e inéditos recorridos. Como siempre, pagar por protagonistas como Caco Gazapo o Estela admite cierta polémica, pero los DLC están ahí (seguirán llegando a lo largo del mes de mayo) con la intención de suponer una alternativa para aquellos que ya hayan agotado -o deseen expandir- la experiencia de juego.
Únete al club
Sin embargo, el gran protagonista del conjunto es Club Castillo, que viene a representar el particular modo carrera del juego. Aquí jugamos con nuestro Mii recorriendo un club de golf con todo tipo de instalaciones: desde la recepción hasta los vestuarios. Podemos conversar con los toads, koopas y demás fauna "champiñonera" para obtener consejos o simplemente con la finalidad de sumergirnos en el planteamiento.
Todo versa sobre controlar a nuestro propio personaje para completar los recorridos presentes -que no son pocos-, ya sea practicando, mediante una partida de clasificación o jugando directamente un campeonato. Acabar en buena posición no sólo es necesario para ganar acceso a más pruebas, sino también fundamental a efectos de mejorar nuestro handicap, que viene a ser el parámetro que nos permite evolucionar en el juego. A menor handicap, mayor respeto infundiremos a nuestros potenciales adversarios.
Por supuesto, la cuestión monetaria también importa. Lo invertiremos en la tienda, y a cambio se nos proporcionará todo tipo de equipamiento, desde palos a vestuario con los que mejorar nuestras estadísticas. Eventos especiales que sirven como tutorial y cantidad de sorpresas adicionales nos esperan en la modalidad estrella del juego, una que será la que más satisfacciones nos dé a largo plazo, con muchas horas de diversión en su interior. Camelot Software no nos ha defraudado en este sentido.
Mejor con 3D
Es habitual en los títulos de Nintendo contar con una presentación a la altura, tan cuidada como accesible, así como agradable. Aquí no hay excepción, con detalles incluso en el caso de las pantallas de carga, las cuales rememoran al clásico Super Mario Bros. Pero esto no es lo más importante, sino que gráficamente el producto también se muestra sólido, con una representación colorida y trabajada de los hoyos, todos mimados en perfectas 3D.
De hecho, uno de los aspectos más destacados es que el efecto estereoscópico añade una capa de profundidad muy vistosa a cada uno de los recorridos, de forma que existe una sustancial diferencia entre tenerlo o no activado en nuestra Nintendo 3DS. No se trata de algo meramente estético, sino que nos atreveríamos a decir que se juega mejor gracias a la estereoscopía de esta consola, más que nada porque ayuda a apreciar las distancias (importantísimo en un videojuego de golf).
El sonido, por su parte, es un apartado que en este género poco o nada ha brillado, pasando siempre bastante inadvertido. Lo cierto es que en Mario Golf: World Tour no cambia mucho la sensación, precisamente porque su principal función debería ser -y es en este caso- totalmente ambiental. Motoi Sakuraba, el habitual compositor de la saga "Tales of" se atreve a realizar el ejercicio, y lo hace con soltura, tematizando cada recorrido con una melodía única. No nos podemos quejar…
Nintendo 3DS consigue su correspondiente videojuego de golf, y lo hace con todas las garantías que una compañía como Camelot Software siempre asegura. Diversión arcade en un producto bastante completo, muy accesible e ideal para todos aquellos que deseen pasar un rato apaciguado y reflexivo calculando golpeos en su portátil. El añadido de un modo carrera, la presencia de recorridos basados en el universo Mario y el acabado final (incluyendo banda sonora de Motoi Sakuraba) hacen recomendable este lanzamiento para todos aquellos que quieran practicar swings de una forma muy desenfadada.
Comprar Mario Golf: World Tour- Sistema de juego accesible, desenfadado y a la vez con cierta profundidad.
- La inclusión de un modo carrera muy completo y repleto de oportunidades.
- Cierta apertura en el aspecto online, alargando la vida del juego.
- Presentación muy cuidada en todos los sentidos: menús, gráficos y sonido.
- Algunos recorridos se hacen demasiado largos.
- No presenta juego multijugador por descarga, se requiere una copia por jugador.
