Encontrar un juego que trata un tema adulto es difícil, y si además lo hace con estilo y con una propuesta muy original todavía lo es en mayor medida. Papo & Yo lo consigue con creces gracias a su atípica y fascinante propuesta de juego, que tras convencer a los usuarios de PlayStation 3 se estrena ahora también en PC.
La libertad creativa de la que tan a menudo hablamos al referirnos a las plataformas de distribución digital es la que permite que juegos como Papo & Yo salgan a la luz. Y eso es algo que agradecemos enormemente. Sobre todo cuando nos encontramos con un título francamente bueno que trata con gran madurez y seriedad temas adultos como los traumas infantiles; y lo hace además con mucho estilo y con una dirección artística surrealista que encaja como anillo al dedo con la clave narrativa del título. Pasmoso buen gusto, mundo imaginativo y rompecabezas sencillos y lamentablemente más efectistas que efectivos, para un juego recomendable para los amantes de los conceptos arriesgados.
Mundo de Fantasía
Convertir el día a día en un mundo de fantasía; una habilidad que tienen los niños y que ayuda en ocasiones a lidiar con realidades que a veces son más complicadas de las que nadie debería atravesar. Esa es la fascinante propuesta de Papo & Yo, un videojuego en el que encarnamos a Quico, un niño que escapa del cruel mundo familiar que le rodea creando una gigantesca fantasía con la que lidiar con todas sus desgracias.
A partir de la potente escena de presentación, tan críptica como el resto del juego, comenzaremos nuestra aventura, siguiendo indicaciones familiares marcadas por el escenario de una ciudad sudamericana y resolviendo puzles y rompecabezas, necesarios para poder ir desbloqueando nuestro avance en una campaña en la que no hay combates. El movimiento del personaje es bastante fluido, y todo se beneficia de unos controles sencillos hasta decir basta, que cambian en función del contexto en el que se encuentre el personaje.
Eso sí, nuestro dominio sobre todo lo que nos rodea es muy profundo y repleto de posibilidades. Podemos tirar de palancas, accionar mecanismos, buscar llaves para abrir puertas... Todo ello para tareas tan mundanas como poner a nuestra disposición escaleras, abrir puertas o liberar caminos que contrastan con la forma tan espectacular que tiene todo de mostrarse en pantalla dentro de esta misteriosa aldea.
Los puzles, de hecho, son en su mayoría bastante simples, dando en ocasiones incluso la sensación de que se ha puesto por delante del desafío la espectacularidad de su resolución. Los hay realmente geniales como, por ejemplo, el mover las piezas de una pequeña maqueta para que ante nuestros ojos gigantescos edificios acaben consolidando un puente por el que cruzar un abismo: un ejemplo perfecto del poder de la imaginación y de los fascinantes efectos de proyección del mundo de fantasía que edifica nuestro protagonista.
Sin embargo la gran proyección precisamente es la de la gigantesca bestia que representa el elemento que verdaderamente traumatiza a nuestro pequeño protagonista y del que no vamos a hablar. No por evitar spoilers de una información que en realidad se conoce desde hace tiempo, sino por preservar para los que todavía no estén al tanto el impacto de lo bien ejecutada que está su presentación como monstruosa y viva representación de su herida. Se trata de una criatura peligrosa pero al mismo tiempo dócil, alternando a veces una y otra cara de manera impredecible como el propio mal al que representa, pero será a menudo una ayuda que deberemos usar a nuestro favor para sortear algunas situaciones límite.
No será la única ayuda con la que contaremos, ya que tenemos a nuestra disposición un pequeño robot que nos permite flotar durante unos segundos tras un salto y que también permite algunas interacciones con determinados objetos. En general todo es muy sencillo y está muy trabajada la forma de exponer las ayudas y tutoriales dentro del contexto del propio mundo, y quizá sea precisamente la falta de desafío precisamente la gran queja que se le puede interpelar al programa. Este viaje catártico es agradable de ver y simpático a la par que emotivo y cuidadísimo desde el punto de vista artístico y conceptual, pero también demasiado breve.
Afortunadamente, esta versión de Papo & Yo para PC ha corregido una de las principales lacras del original, que fueron precisamente sus graves problemas técnicos. Y aunque es verdad que el juego continúa sin destacar en lo tecnológico, al menos resulta mucho más agradable disfrutar de esta aventura con las diversas mejoras gráficas y visuales que se han aplicado en el programa, incluyendo unas animaciones y secuencias cinemáticas de mayor calidad. También se han solventado los errores detectados durante los últimos meses, amén de que el sistema de control ha sido refinado. El programa cuenta además con soporte total para el modo Steam Big Picture y Multi-monitor.
Las cuatro horas que nos llevará superar Papo & Yo son una experiencia en el más puro sentido de la palabra. El juego podrá gustarnos más o menos, y habrá quienes se queden con sus excesivamente sencillos puzles o sus problemas técnicos para machacar su propuesta. Sin embargo es un juego único, con grandes momentos y que descubre que se pueden tratar temas adultos y delicados con elegancia y cuidado sentido artístico.
