Desde la inhóspita tierra de Draenor, Garrosh Grito Infernal y la Horda de Hierro preparan su asalto definitivo. Uno que hará temblar los cimientos de la mismísima Azeroth. ¿Serás capaz de sobrevivir a su furia asesina? Descúbrelo en esta gran expansión de contenidos que por la fuerza de su argumento y lo intenso de su acción, ha logrado revitalizar el universo World of Warcraft.
Más de tres millones de copias vendidas en sus primeros días. Este es un dato que ejemplifica a la perfección el gran interés que Warlords of Draenor ha despertado entre los aficionados al universo World of Warcraft, que tienen ante sí la que posiblemente sea su mejor expansión hasta la fecha. Que ya es decir mucho teniendo ahí el magnífico Wrath of the Lich King y, especialmente, el recordado The Burning Crusade, con el que precisamente este nuevo capítulo de la serie está íntimamente relacionado. No tanto en lo jugable, ya que obviamente el paso de los años ha hecho de este título de Blizzard un videojuego muy distinto de aquel que nació hace ya una década, como sí en lo argumental, donde este MMORPG resulta épico por demás.
Su historia, ya lo sabéis, recupera por todo lo alto el sempiterno conflicto entre Horda y Alianza, que esta vez han trasladado su disputa a la inhóspita región de Draenor, hogar ancestral de los orcos, 35 años atrás en el tiempo. ¿La razón? Libre del encierro al que le sometimos en el último arco argumental de Mists of Pandaria, el temible Garrosh Grito Infernal ha viajado al pasado para forjar una nueva Horda de Hierro liderada por algunos de los jefes orco más poderosos y fieros de la historia. Entre ellos su padre, el brutal Grommash, al que las nuevas máquinas de asedio traídas del presente le vienen que ni pintadas para causar estragos allá por donde vaya. ¿Nuestro papel en todo esto? Ya os lo podéis imaginar, será el de poner fin a esta loca cruzada sin morir en el intento.
A la conquista del Viejo Mundo
Tras hacer frente a una batalla campal a las puertas del Portal Oscuro, poco tardaremos en adentrarnos en la peligrosa tierra de Draenor donde nos aguardan infinidad de peligros y enemigos colosales. Aquí, lo nuevo de Blizzard se mantiene totalmente fiel a la esencia World of Warcraft, aplicando muy poquitos cambios en lo que al sistema de juego se refiere. Sin embargo, una de las grandes virtudes de esta expansión es que por su planteamiento argumental y notable diseño de misiones, consigue que el camino hasta alcanzar el nuevo nivel máximo de habilidad fijado en 100 sea un periplo absolutamente espectacular y emocionante.
Vale, es verdad. Se mantienen las tareas propias del género como exterminar a un número concreto de enemigos, recoger ciertos objetos o charlar con diversos personajes de aquí para allá. Pero algo tiene Warlords of Draenor que logra que estas, en principio anodinas misiones, resulten más divertidas que nunca. Por un lado, el potente trasfondo argumental con el que han sido dotadas las mayorías de ellas. ¡Es todo un gustazo perderse en los orígenes de la Horda y conocer a personajes tan ilustres como Durotan o el propio Grommash! También el ritmo de la acción es excelente y prácticamente no decae nunca. Sobre todo gracias a los eventos aleatorios y los desafíos extra, que están ahí para agilizar el desarrollo de la partida sin que sea obligatorio andar perdiendo el tiempo masacrando enemigos sin ton ni son. ¿Queréis eso? Podéis hacerlo. ¿Qué no? Esa es vuestra elección.
También las ocho mazmorras para grupos presentan un gran acabado, con instancias muy variadas entre sí que no plantean retos especialmente novedosos, pero que destacan sobre todo por la épica de sus escaramuzas contra los poderosos jefazos que se ocultan en su interior. En este sentido, Blizzard ha sido capaz de establecer nuevas mecánicas de combate que os harán disfrutar lo suyo midiendo vuestras fuerzas contra las de los fieros enemigos de mazmorras como Trecho Celestial, Cuartel de Hierro, Necrópolis Sombraluna o, claro, contra viejos conocidos en Cumbre Rocanegra Superior, que regresa con interesantes mejoras directamente desde el World of Warcraft original.
El mayor problema con el que nos hemos topado es que las mazmorras para grupos son, tal vez en exceso, demasiado lineales y muy fáciles de superar por cualquiera con un mínimo de práctica en esta clase de videojuegos. Por supuesto el Modo Heroico está ahí y hará que las cosas sean un puntito más complicadas de lo habitual; pero aun con esas, el grado de desafío que plantea Warlords of Draenor nos ha parecido menor de lo deseado. Igualmente, tras diez años en el mercado se nota cierto agotamiento en algunas de las mecánicas jugables de WOW, que se va quedando atrás frente a competidores más recientes, que sí aportan una chispa de aire fresco al género.
Con esto no estamos diciendo que esta expansión haga del juego un título menos divertido; al contrario. Como decíamos, estamos ante uno de los mejores trabajos de Blizzard dentro de este genial universo de fantasía. Pero cada vez se echan en falta cambios de mayor envergadura en la base jugable de World of Warcraft. Tal vez por ello, una de las opciones que más nos han gustado de Draenor sea la inclusión de las Ciudadelas.
Amo y señor del Bastión
Las muchas gestas superadas en el mundo de Azeroth durante tantos años han convertido a nuestro avatar en una figura heroica a la que todos respetan. Así que tarde o temprano tenía que llegar ese momento tan especial por el que cualquier fan de la saga Warcraft se moriría: comandar un ejército. Y eso es justo lo que nos propone Warlords of Draenor. Liderar a un grupo de fieros guerreros a los que podremos encomendar toda clase de tareas especiales para que regresen a nuestro lado cargados de suculentos botines y, más importante aún, de puntos de experiencia con los que mejorar sus atributos.
En este sentido, el sistema de misiones planteado por Blizzard es muy similar al visto en Assassin’s Creed: La Hermandad, aunque algo más profundo en lo jugable al dotarlo de ese toque rolero que nos obligará a contrarrestar las habilidades especiales de los enemigos a batir recurriendo a aquellos soldados que sean capaces de defenderse de sus ataques. Por lo tanto, más allá del nivel de habilidad de nuestras tropas, que obviamente se tendrá en cuenta, lo que determinará el éxito o fracaso de una misión serán las capacidades especiales de estos guerreros. ¡Será por alternativas!
A nuestra disposición contamos con decenas y decenas de poderosos soldados que se unirán a nuestras filas siempre y cuando cumplamos los requisitos pertinentes, que irán desde obtener un logro muy concreto durante el transcurso de la partida, a superar misiones del modo historia, acabar con ciertos enemigos, etc. Son tantos, que se hace necesario contar con un buen cuartel para darles cobijo a todos; y es aquí donde entra otra de las grandes novedades de esta expansión: la posibilidad de construir en las tierras de Draenor una Gran Fortaleza que gestionaremos como si de un título estratégico se tratase.
Escoger los edificios que deseamos erigir, las mejoras que se investigarán en los talleres, los recursos que se extraerán de la tierra, marcar la ubicación de nuestros ingenieros para que agilicen el trabajo de ciertas tareas… ¿veis? La sensación que transmite esta ciudadela es la que sentiríais gestionando vuestra base de operaciones en cualquier juego de estrategia. Y esto es algo que adoramos. Porque ya no solo hablamos de una amplia variedad de opciones a nuestro alcance, con muchísimas tareas por cumplir una vez hemos alcanzado el nivel máximo de 100; es que más importante aún, ¡gestionar este imperio es una experiencia francamente divertida!
Un delicioso pasatiempo que hará que muchos dediquen más horas de juego explorando Draenor en busca de recursos para su Ciudadela, que batallando directamente contra las tropas de la Horda de Hierro. Y eso dice mucho de este añadido, que lleva el concepto Housing –el poder crear tu propio hogar en un mundo virtual- a su máxima expresión. Vale, no podéis escoger las cortinas que lucirán vuestros ventanales ni toquetear la decoración de los edificios pero… ¿a quién le importa eso cuando sois los amos de toda una fortaleza?
Cambios con Talento
Con un vasto territorio por explorar y montones de misiones que acometer, no se puede decir que Warlords of Draenor no aporte contenidos jugables de interés. Al contrario. Va bien sobrado de ellos. Pero, ¿qué más novedades ofrece esta expansión? Uno de los cambios más llamativos lo encontramos en los ajustes del Sistema de Talentos, que añade nuevas habilidades, elimina otras tantas clásicas, modifica las características especiales de algunas otras, e incluso retoca las raciales con algunos ajustes que van a obligar a los más veteranos a "aprender" de nuevo ciertas mecánicas para sacar el máximo provecho a sus héroes.
No son cambios radicales, eso vaya por delante, pero sí se nota cierto afán por parte de Blizzard para hacer de World of Warcraft un videojuego más amigable y directo, ¡que no simple! En ese sentido podéis respirar tranquilos. También agradecemos los ajustes llevados a cabo con la gestión del inventario, que ahora es tremendamente ágil gracias a la posibilidad de enviar automáticamente los objetos recolectados a las bolsas destinadas a tal efecto, como pueda ser una para chatarra, otra para recursos minerales, objetos intercambiables, etc.
Si lo vuestro es el juego competitivo Warlords of Draenor también incorpora algunas novedades francamente atractivas que tienen que ver con las estadísticas de combate, el equilibrio de clases, los atributos que se obtienen con el uso del equipamiento y muy especialmente, con el sentir de que una vez más es la habilidad del jugador, y no la clase de personaje que maneja, la que determina el éxito o fracaso de las batallas. Obviamente, todavía nos quedan muchos duelos por disputar, pero esos retoques en el Control de Masas, la desaparición de Golpe y Pericia, los ajustes en todas y cada una de las clases de personaje… no se puede negar que Blizzard parece haber recuperado el buen pulso en esta vertiente de juego.
Una que no incorpora nuevos campos de batalla, pero sí integra una gran zona PvP para jugadores de nivel 100, que podrán guerrear libremente en la isla de Ashran haciendo uso de toda clase de artilugios y máquinas de asedio. Maravilloso espectáculo que hará las delicias de aquellos que gustan de machacar a otros jugadores, aunque es verdad que a veces puede resultar frustrante meterse en una de estas contiendas en el momento en el que el bando contrario nos duplica en el número de efectivos.
Recuerdos del pasado
Para el final hemos dejado la que tal vez sea la parte que más nos ha emocionado de esta expansión: contemplar el mundo de Draenor antes del cataclismo que lo convirtió en ese páramo infernal conocido como Terallende, por el que nos movimos años atrás en el excelente The Burning Crusade. ¡El cambio es brutal! E imaginamos que cualquier fan del universo Warcraft sentirá lo mismo cuando conozca de primera mano las andanzas de figuras históricas como Durotan, Grommash, Maraad o Kilrogg entre otros, que tienen mucho que decir en esta épica historia que supone toda una oda al fan de esta veterana franquicia.
A nivel artístico Warlords of Draenor es además un videojuego excelente que muestra unos parajes de una belleza sin parangón, que además luce bastante bien en lo que respecta al diseño, modelado y animaciones de las criaturas con las que nos toparemos. Obviamente al motor gráfico se le notan ya sus diez años de vida, más cuando comparamos los resultados con lo visto en otros MMO más recientes. Pero aun con esas, el trabajo de Blizzard en estas lides resulta digno de mención.
También hemos quedado encantados con el aumento de las secuencias cinemáticas generadas con el propio motor gráfico del juego, que salpicarán el desarrollo de la partida haciendo que nuestros avances por el mundo de Draenor sean más espectaculares y emocionantes si cabe. Algo a lo que por supuesto también contribuye de manera notable la magnífica banda sonora que acompaña la acción, con nuevas versiones de algunos de los temas más recordados del clásico The Burning Crusade. Además, como ya es habitual en la serie, el juego presenta un gran doblaje al español.
En definitiva, aunque sabemos que para vislumbrar el éxito o fracaso de un MMORPG hacen falta semanas de juego, lo único que podemos decir en este momento es que Warlords of Draenor es una excelente expansión de contenidos que sin duda ha revitalizado nuestra pasión por el mundo de World of Warcraft. En breve dará comienzo la primera de las raids que nos enfrentará a los más poderosos de entre la Horda de Hierro, pero hasta entonces, tanto veteranos como recién iniciados tienen ante sí un videojuego que presenta una generosa variedad de contenidos jugables.
Aunque tal vez se echan en falta más novedades de peso, y que de verdad pensamos que el juego es más fácil de lo que hubiéramos deseado, lo cierto es que hacía mucho tiempo que no disfrutábamos tanto dentro del universo World of Warcraft. Lo épico de su argumento, la intensidad de su acción, las misiones para grupos o la posibilidad de gestionar una gran fortaleza hacen de Warlords of Draenor una gran expansión de contenidos que no deberíais dejar escapar.
Comprar World of Warcraft: Warlords of Draenor- El conflicto entre Horda y Alianza nunca estuvo tan emocionante
- Misiones muy dinámicas y con una buena base argumental
- Gestionar la ciudadela es uno de los grandes aciertos de esta expansión
- El mundo de Draenor. Su belleza no tiene parangón
- La acción es más intensa y ágil con los cambios efectuados en el sistema de talentos
- Las mazmorras para grupos están muy bien pero son demasiado fáciles de superar
- Cierto agotamiento en algunas mecánicas jugables y faltan más novedades de peso
