Tras su arrollador paso por Xbox llega por fin a PlayStation 3 el ansiado remake del sensacional Ninja Gaiden Sigma. Jugabilidad intacta, gráficos remozados y nuevos contenidos conforman el que por ahora es el mejor juego de PS3.
En el año 2004 surgía Ninja Gaiden, una de las mejores aventuras de acción de los últimos años, que era a su vez una revisitación del mito de Ninja Gaiden de finales de los años ochenta. Su mezcla de plataformas, exploración y acción a raudales cautivó a los poseedores de la primera Xbox, y aportó un juego que gráficamente era una de las cimas de la plataforma.
Team Ninja, responsables del juego así como de otros de los productos estrella de Xbox como Dead or Alive, anunció hace unos meses que estaba trabajando en un remake de Ninja Gaiden para PlayStation 3. ¿Por qué catalogarlo de remake? Porque no se trata de un mero port que trasvasa el contenido de una plataforma a otra, estamos ante el mismo juego si, pero con algunos contenidos nuevos y con un somero pulido gráfico.
Vuelve el Ninja
Tres años después Ryu está de vuelta. Para los que no le conozcan se trata de un brillante asesino que se enfrenta a un gigantesco imperio asiático, en una historia enmarcada en ese funesto sentimiento de empuje para la vida de algunos que es la venganza.
Se trata sobre todo de un juego de acción con algunos elementos de plataformas y acrobacias y superficiales puzzles. Básicamente pasaremos la mayor parte del juego acabando con enemigos realizando espectaculares combos y piruetas, además de realizando vertiginosas carreras y prodigiosos saltos. La sucesión de los combates es una de las mejores experiencias en cuanto a control del personaje y espectacularidad de los combates. El juego acaba convirtiéndose en una auténtica danza de la muerte en la que las coreografías de golpes de espada, estrellas ninja y otras armas se suceden con una velocidad asombrosa.
El componente plataformero sigue bastante presente, y hay muchas ocasiones en las que deberemos realizar espectaculares saltos y carreras por las paredes para llegar a determinados lugares, pero todo ello brillantemente enlazado con el aspecto de la acción.
Por si fuera poco en determinados lugares de los niveles deberemos enfrentarnos a ligeros rompecabezas en los que deberemos abrir puertas o activar mecanismos para acceder a otras estancias. Estos puzzles generalmente se resuelven con exploración, buscando objetos y accionando elementos, y son lo suficientemente sencillos como para no entorpecer la experiencia.
Todos estos elementos componen una experiencia jugable espectacular, adictiva, frenética y con pocos momentos para el reposo. De igual modo lo que queda claro con Ninja Gaiden Sigma, tanto en la versión PlayStation 3 como en el original de Xbox, es que no es un juego para todos los públicos. Y no por la violencia, que la tiene aunque no exagerada, sino por su endiablada dificultad. Los combates son tremendamente frenéticos y dificultosos, y requerirán de toda nuestra atención para superarlos. Los abundantes jefes finales suelen ser un auténtico desafío y deberemos memorizar sus puntos débiles y sus rutinas de ataque para tratar de derribarlos antes de que acaben con el héroe. En ocasiones Ninja Gaiden Sigma roza lo desesperante y nos sorprenderemos a nosotros mismos repitiendo una y otra vez determinados puntos de control, para acabar con un villano o para hacer frente a una horda de enemigos.
A lo largo del juego se observan pequeños cambios que difieren levemente del juego original. Hay algunos enemigos nuevos, como los moteros o los espíritus que ya detallamos en el avance del título, y también hay algunas situaciones variadas con respecto al anterior juego, incluidas diferentes distribuciones de combates, nuevos objetos y armas o algunos cambios en determinados rompecabezas.
No hay de todas maneras demasiados cambios en lo que se refiere a la versión de Xbox que surgió en su momento, pero uno de los más suculentos es la presencia jugable de Rachel. La voluptuosa joven nos acompañará a lo largo de tres capítulos en los que la dirigiremos experimentando un estilo jugable algo diferente al que protagoniza Ryu.
Sus acciones de ataque son algo limitadas comparándolas con las del ninja y sus movimientos no son tan frenéticos, pero sus niveles presentan un aditivo interesante que aporta otros jefes finales, nuevas escenas cinemáticas y algo más de historia y duración para el juego.
Novedades Tecnológicas
El juego ha experimentado un notable cambio gráfico con respecto al original, aunque quizá el salto no haya sido tan grande como cabría esperar de una máquina de las prestaciones de PlayStation 3. Para empezar se ha mejorado notablemente el modelado de los personajes, las animaciones también han sido retocadas para obtener una mayor naturalidad. Por otra parte se ha mejorado ostensiblemente la resolución, el nivel de las sombras y se ha logrado un frame rate más alto y estable, aunque éste ya era brillante en Xbox.
La calidad de las texturas ha sido muy mejorada con respecto a Xbox, pero todavía algunas de ellas siguen presentando un aspecto totalmente emborronado que quedan especialmente patentes en las vistas en primera persona.
Quizá también se podría haber aprovechado el potente hardware de PlayStation 3 para aumentar la cantidad de elementos en el escenario e incrementar la interacción con éstos, pero lamentablemente seguimos observando entornos muy despoblados, y las posibilidades con los objetos acaban reduciéndose de nuevo a romper algunos jarrones y muebles.
Asimismo se nos ofrece la posibilidad de realizar una instalación del juego en el disco duro, que sorprendentemente se prolonga por casi diez minutos, que ayudará a aliviar ligeramente los tiempos de carga de cada zona.
En lo que se refiere a los controles, Ninja Gaiden se ha adaptado con brillantez al pad de PlayStation 3. Es preciso, es intuitivo y reacciona con fidelidad a nuestros deseos, y a pesar de que al principio a los neófitos se les resistirán los combates, no tardarán en hacerse con el control total del protagonista y realizarán todos los combos y movimientos a su entera voluntad. El único apartado cuestionable referente al control es la absurda necesidad de incluir el sensor de movimiento a todos los juegos “por ley”. Hay títulos a los que el sistema les sienta de maravilla, y hay otros, los menos, en los que parece totalmente metido con calzador. Ninja Gaiden Sigma pertenece sin género de dudas al segundo grupo, y la necesidad de agitar Sixaxis en ciertos momentos del combate es absurda y banal.
Con Ninja Gaiden Sigma nos encontramos con el primer juego verdaderamente sobresaliente de PlayStation 3, y el que esperemos que sea el inicio de toda una serie de grandes lanzamientos en la por ahora desangelada consola de Sony. Si lo jugaste en su momento quizá no es la mejor opción pues los cambios y mejoras no son demasiados, pero si no tuviste la oportunidad de probar este clásico esta es una oportunidad inmejorable.
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