Las plataformas y los puzles siguen siendo una de las apuestas más socorridas por los desarrolladores indie. Kalimba unifica ambos elementos para dar vida a una singular aventura que pone a prueba nuestra habilidad con el mando y, también, nuestra materia gris.
Aunque llevaba un tiempo un tanto "desangelado", el bazar de Xbox Live de Xbox One sigue recibiendo títulos independientes a buen ritmo. Y el último en llegar, al menos de los más llamativos, es Kalimba. Conocido anteriormente como Project Totem, se trata de un título desarrollado por Press Play y distribuido por la propia Microsoft, juego diseñado en exclusiva para Xbox One… al menos de momento, dado que debido a sus características bien podría ser objeto de conversiones bastante asumibles en otros formatos, portátiles incluidas. Y a pesar de que no se trata de un juego sobresaliente en ninguno de sus apartados, desde luego sí que ofrece bastante diversión tanto para uno como para dos jugadores.
La trama no puede ser más sencilla. Después de ser atacados por el malo de turno, pasamos a ser una especie de espíritus que pueden manipular y controlar a unos pequeños tótems, objetos que pueden ser desplazados a voluntad de un lugar a otro de la imagen y que se erigen en los protagonistas del juego.
Hablamos siempre en plural debido a la idiosincrasia del propio título, dado que la gracia del mismo consiste en que en lugar de controlar a un único protagonista, en esta ocasión son dos los que intervienen en la acción. Y no sólo eso, ya que ambos personajes responden a las mismas órdenes que vamos indicando desde el mando de control, lo cual complica bastante el avance y da paso a una jugabilidad tradicional pero algo enrevesada en el buen sentido.
De dos en dos
En cuanto a su planteamiento global, estamos ante el típico juego de desarrollo 2D basado en las plataformas y la resolución continua de puzles, género que siempre ha contado con muchos seguidores. Sin embargo en esta ocasión se trata de una propuesta algo diferente, dado que como ya os hemos contado, nuestra meta consiste en llevar a dos personajes a la vez a la parte final de cada escenario, teniendo que superar varios obstáculos por el camino.
Gran parte de los niveles gozan de un diseño "partido", es decir, que uno y otro tótem de distinta tonalidad avanzan por dos zonas del escenario que transcurren en paralelo pero que poseen una arquitectura y orografía similares pero únicas. Y lo complicado del asunto es que cada vez que pulsamos el botón de salto o una de las direcciones de control, ambos personajes ejecutan esa misma acción.
La sincronización de todas nuestras acciones es fundamental para conseguir avanzar, siendo necesario calcular cada salto por duplicado, entre otras muchas cosas. De esta forma es obligado prestar atención a las dos partes en las que suelen dividirse los decorados, ya que en muchas ocasiones debemos idear y ejecutar la tarea y comando puntual para conseguir superar una trampa determinada, sortear a uno o varios enemigos o llegar a una plataforma concreta sin caernos. Pero hay mucho más detrás de este diseño tan interesante.
Otra de las acciones que es posible llevar a cabo es cambiar la posición de un personaje a otro. Y para qué, os preguntaréis, si en realidad cada acción es interpretada al unísono por ambos protagonistas. Pues por dos motivos principales. Por un lado, en muchas oportunidades los dos personajes no avanzan a la vez y se encuentran en posiciones no exactamente alineadas, y dado que existen barreras de color que sólo pueden ser atravesadas por un tótem determinado, a veces es fundamental cambiar la posición de uno y otro. ¡Incluso en mitad de un salto ajustado!
Eso por una parte. Y por otro lado, en algunas ocasiones el efecto doble de los escenarios desaparece y nos vemos manejando a los dos tótems en el mismo entorno y compartiendo presencia, lo cual anima las cosas de manera notoria. Pero es que además de todo lo que os acabamos de comentar, el título también incorpora otros elementos jugables y mecánicas adicionales como la obligación de tener que activar ciertos interruptores para desbloquear ciertas zonas y poder avanzar, ganar aptitudes temporales como la capacidad de planear por los aires, usar propulsores que están diseminados por los fondos... En fin, que se trata de una oferta lúdica realmente completa que engancha bastante... si se la coge el gusto.
Eso es, porque puede darse el caso de que a ciertos usuarios esta doble vertiente que preside la jugabilidad de Kalimba no termine de convencerles. Además el título presenta ciertos picos de dificultad algo desajustados en nuestra opinión, aunque en ningún caso se trata de un título excesivamente complicado de completar.
Igualmente, hay que matizar que se trata de una aventura que puede ser jugada tanto en solitario como en compañía. Eso es, el modo cooperativo (sólo offline) posibilita a otro jugador llevar a otra pareja de tótems, lo cual magnifica la jugabilidad varios enteros, si bien en ocasiones su desarrollo puede hacerse algo confuso, al menos a nuestro parecer.
En cuanto a su vertiente gráfica, se trata de un juego muy sencillo pero que ostenta una destacada línea artística. De esta forma la recreación de los personajes es muy sencilla pero funciona, mientras que los fondos no emplean ni la décima parte del potencial de la consola pero presentan detalles atractivos y un colorido acertado. Y en cuanto al sonido, la banda sonora cumple sin alardes mientras que los efectos de sonido son variados y se escuchan con la nitidez esperada.
Como comentábamos al inicio de este artículo, estamos ante un juego notable pero que se queda algo lejos del sobresaliente. Entre sus virtudes se halla tanto el buen diseño general de los variados escenarios como la interesante propuesta dual, por así denominarla, si bien ésta puede no ser del agrado de todos los jugadores debido a que puede ser algo confusa en ocasiones, especialmente si jugamos en modo cooperativo.
Estamos ante un juego de desarrollo 2D que combina con acierto la resolución de puzles con las plataformas. Sin llegar a lo ostentado por los grandes del género, se trata de una aventura que merece la pena probar y que puede terminar siendo muy adictiva. Sin duda sus cualidades son más numerosas que sus defectos.
- Refrescante propuesta plataformera "dual"
- El diseño de niveles es realmente notable
- Su modo cooperativo local divierte bastante...
- ... aunque puede resultar algo confuso en ocasiones
- Ciertos desajustes esporádicos en su nivel de dificultad
