Los amantes de la Fórmula 1 podemos estar contentos por el hecho de que Codemasters se hiciera con sus licencias. Han levantado un videojuego sensacional. Sin embargo, estamos ante una disciplina que no permite bajar la guardia. F1 2014 sale a la parrilla, pero no con el mejor monoplaza de los últimos años.
La Fórmula 1 está repleta de conceptos físicos que marcan la diferencia entre un coche ganador y otro perdedor. Hoy nos viene bien reparar en una de las fuerzas que más se tienen en cuenta: la inercia, más que nada porque el nuevo videojuego sobre este emocionante circo hace buen uso de ella. A estas alturas nadie dudará que Codemasters ha hecho un gran trabajo con las licencias de la FIA. Sin embargo, cuando no presionas, cuando no tratas de mejorarte, vienen los usuarios y te sacan una bandera amarilla de advertencia.
Esto ya empezó a verse en la edición anterior. F1 2014 viene a confirmar que los británicos no hacen lo suficiente para aspirar al podio. Se han acomodado en su monoplaza. El videojuego nos trae los nuevos pilotos, circuitos y normas de la temporada. Sin embargo, no aportan razones para que los fieles seguidores repitan un año más.
A rebufo
Podría decirse que si el título sale bien parado es porque aprovecha el rebufo de todo lo hecho en pasadas entregas, que poco a poco fueron construyendo este brillante ejercicio mezcla entre simulación y arcade (completamente configurable para que cada piloto halle justo lo que quiere). Se añadieron detalles como el duelo entre compañeros de equipo, se nos dio el tan exigido coche de seguridad y, en definitiva, se nos invitó a formar parte del "paddock" virtual más ambicioso en lo que respecta a este antológico subgénero.
Este año el modo trayectoria vuelve a erigirse como la principal razón para correr en F1 2014. Un total de 19 carreras en las que escogemos un equipo inicial para llevar a nuestro propio piloto hasta lo más alto. Entre temporadas podemos cambiar de equipo y también obtener mejoras de rendimiento realizando las pruebas que se nos piden en cada recorrido. Igualmente, sigue siendo importante superar a nuestro compañero en clasificaciones y carrera para ganarnos el favor del garaje.
Las novedades de esta entrega son en realidad muy pocas. Tenemos una prueba de evaluación para determinar qué grado de dificultad nos conviene más, y aparte se integra una nueva opción para los más novatos, que parece que era bastante demandada. Por último, en cada cita del calendario se nos avisa de que existen determinados eventos. Como ejemplo, si jugamos con Ferrari el equipo nos impondrá determinados objetivos al correr en Monza, por eso de "jugar" en casa.
Destacamos la correcta integración del sistema DRS, que nos invita a abrir los alerones traseros en aquellas partes habilitadas dentro de cada circuito. Normalmente se trata de rectas, y todo es tan sencillo como apretar un botón. Lo bueno es que no se trata sólo de algo estético, sino que nos otorga un subidón de velocidad ideal para adelantar a ese piloto que tanto se nos resiste. Se nota muchísimo la diferencia, por lo que consideramos un acierto el modo en que se ha implantado.
Lo ofrecido es interesante, pero claramente insuficiente. Al menos, las sensaciones al volante siguen siendo satisfactorias, pudiendo calibrar nuestro coche al detalle tanto en lo referente a suspensiones como neumáticos, relación de marchas o motor. También contamos con las típicas ayudas de trazada, dirección, frenada, ABS, control de tracción… Si las desactivamos, viviremos una experiencia que se acerca más a la simulación que al arcade, así que todo depende de las preferencias de cada jugador.
Una vez en pista, los pilotos de IA siguen comportándose de manera bastante ejemplar, evitando choques y en definitiva facilitando una conducción limpia, que es lo que prima en la Fórmula 1. Pero tal vez se vislumbra un exceso de caballerosidad, tanta que es difícil ver algún adelantamiento, accidente, o la propia salida del coche de seguridad. Tampoco es común apreciar cambios meteorológicos, y las paradas en pits son algo anodinas. Falta más aleatoriedad, la injusticia de ver cómo la lluvia interrumpe tu carrera o una rueda revienta durante las últimas vueltas.
Se integra una nueva opción para los más novatos, que parece que era bastante demandada
No se puede decir sin embargo que la sensación de velocidad no esté conseguida o que dispongamos de pocas vistas (incluida por supuesto la del cockpit). Hasta tenemos al ingeniero de otros años, con la misma voz y prácticamente idénticos comentarios. Posee delirios de grandeza, como cuando nos anima a superar al piloto que se incorpora a pista tras una parada, avisándonos de que sus gomas están frías. A veces dan ganas de bajarse y cederle el volante, pero bueno… no vamos a despedirle. Ya mejorará...
Centrándonos en los modos restantes, podemos citar el mundial exprés, uno de nuestros favoritos en pasadas ediciones. Eso de tener un calendario reducido, con una vuelta de clasificación y menos carreras es ideal para los que disponen de poco tiempo. Luego están de vuelta los Cronos de Medalla y la Contrarreloj, que repiten sin nada más que destacar. Por último contamos con el modo recreaciones, que nos coloca en situaciones reales (e inventadas): aprovecha la entrada del "safety car" para acabar en el podio, resiste con un alerón dañado… Es de lo mejor del conjunto.
Un "stop and go"
En la vertiente multijugador tenemos LAN (juego en red local) y la clásica pantalla dividida para dos jugadores, con la única opción de jugar un gran premio, sin rivales controlados por IA. Lo mejor es el online, con un mundial cooperativo que comprende las 19 carreras del mundial. No es nuevo, lo sabemos. Otra vez se impone el "copia y pega" en un videojuego que rescata modalidades competitivas -para 8 jugadores- como Sprint, Resistencia o el ya tradicional Gran Premio, que resultarán interesantes para nuevos usuarios, pero insuficientes para los que probaron ediciones anteriores.
Gráficamente el título, como ocurrió en el pasado, se comporta mejor en PC que en consolas como Xbox 360 y PlayStation 3. Como resulta obvio, estas máquinas ya no pueden dar más de sí, pero tenemos la sensación de que el juego podría tener más detalle visual. Los modelados de pilotos e ingenieros distan mucho de lo que hemos visto en otros juegos, con saltos en animaciones (durante las celebraciones) que denotan cierto descuido. Hay aspectos que se salvan, como la iluminación o la lluvia, pero desgraciadamente F1 2014 no da la talla. Se encuentra varios escalones por debajo de otros exponentes de Codemasters como el más reciente GRID Autosport.
Música de menús y sonidos de monoplazas heredan otra vez el buen trabajo llevado a cabo en años previos, con un ingeniero que nos habla en perfecto español. Sólo hubiésemos deseado una mayor variedad en sus comentarios, aunque pensamos que esto ya se deja, como el resto de factores tratados, para la nueva generación. De momento, la licencia tiene nuestra bandera amarilla. Recuperar la verde para adquirir su verdadera velocidad depende de que los británicos pisen el acelerador. Lo comprobaremos dentro de no mucho…
F1 2014 va a rebufo de pasadas ediciones con un título que no presenta casi novedades, aparte de la nueva parrilla, circuitos y normativa. Un modo de dificultad más asequible y puntuales pero insuficientes incorporaciones son la tónica de un lanzamiento que solamente podría interesar a los que aún no se hayan subido al monoplaza de Codemasters. Para los demás, no queda otra que esperar a la siguiente generación, donde esperamos ver la Fórmula 1 como nunca antes lo habíamos hecho.
Comprar F1 2014- Hereda el gran trabajo llevado a cabo por Codemasters con esta licencia.
- Supone un buen punto de entrada para los jugadores que aún no lo hayan probado.
- Muy pocas novedades, es prácticamente el mismo juego del año pasado.
- Faltan incidentes durante las carreras, que resultan bastante "planas".
- Gráficamente no aprovecha las plataformas, en especial las consolas.
