Lanza y escudo en ristre, el guerrero Parvus protagoniza esta durísima aventura de acción plataformera en la que cada error se paga con la muerta y... ¡vuelta a empezar! Sin "continues", sin vidas extra. Solo tú ante el peligro. ¿Aceptas el reto que plantea Oblitus? De hacerlo disfrutarás de un buen videojuego con momentos de enorme calidad.
Vivimos un tiempo en el que ya no solo está de moda lo indie sino también los videojuegos extremadamente difíciles. Nos gustan los desafíos. Casi con espíritu masoquista, nos encanta que pongan a prueba nuestra destreza de las formas más retorcidas imaginables. Lo hemos visto en la saga Souls, en Super Meat Boy y otros tantos juegos que han logrado el éxito. Pero también hemos sido testigos de grandes fracasos, de obras que no han sabido establecer ese complejo equilibrio entre elevada dificultad y su propia capacidad para motivar al jugador a intentarlo de nuevo, por potenciar el afán de superación. Son tan injustamente duros, que más que divertir te frustran.
En este ambiente nace Oblitus. Una desafiante aventura de acción y plataformas en 2D que, aún con sus fallos, te atrapa en sus redes por lo bien que combina la exploración de un vasto mundo de fantasía, al más puro estilo metroidvania, con los combates contra decenas de enemigos que a la mínima acabarán con tu vida de forma definitiva. No hay continues, ni vidas extra; tan solo tú y una miríada de monstruos que se interponen en tu camino hacia la salvación. ¿Serás capaz de derrotarlos a todos sin caer en el intento? Ya os avisamos que será un viaje duro, pero también lo suficientemente apasionante como para no cansarse de caer una y otra vez ante sus fauces.
Aprende de tus errores
Perdidos en un mundo desconocido en la piel de un guerrero llamado Parvus, que en latín significa "pequeño", Oblitus ciertamente tiene la capacidad de hacernos sentir minúsculos ante la inmensidad de sus peligros. Libres de explorar como queramos el laberíntico entramado de túneles que dan forma a esta aventura bidimensional, la implacable dureza de los enemigos a los que nos batiremos hará que morir se convierta en una dolorosa costumbre incluso para los más avezados en estas lides. Pero lejos de frustrar y hacernos desesperar, que es lo que más de uno podría pensar teniendo en cuenta que aquí la muerte es permanente y, por tanto, toca reiniciar la partida desde cero; el juego de Connor Ullmann te invita a probar fortuna una y mil veces más.
Cada muerte, cada fracaso en esta despiadada cruzada, supondrá una valiosa lección que nos enseñará a actuar de forma distinta ante los peligros que nos aguardan. "¡Debiste protegerte con el escudo!" "¿Por qué no rodaste para esquivar esa estocada?" "¡La próxima vez divide a los enemigos antes de atacarles!", y así, una y otra vez, nuestra pericia a los mandos de Parvus mejorará, a la par que aumenta nuestro conocimiento acerca del mundo que nos rodea: cómo atacan los enemigos, los patrones de conducta de los jefazos –no muy complejos, avisamos-, el tipo de potenciadores que mejor nos vendrán para determinadas situaciones de juego, etc.
En este sentido, Oblitus posee un cierto toque de aleatoriedad que le sienta realmente bien a la obra. Cambia levemente el diseño de los niveles, la distribución de los objetos especiales con los que podemos aumentar nuestro poder, e incluso la presencia de ciertos enemigos; pero nunca tanto como para que nos sintamos totalmente perdidos al reiniciar la partida. Dicho lo cual, los power ups que encontraremos en nuestro viaje nos permitirán fortalecer a Parvus en muchos sentidos, ya sea logrando que su lanza provoque daño de fuego o que tenga mayor alcance; dotándole de más salud o resistencia a los golpes, de la capacidad de saltar más alto, ser invulnerable mientras rueda, etc.
Hay bastantes opciones, y como nunca sabes con cuáles te vas a encontrar, la obra de Ullmann se rodea de cierta aura de incertidumbre estratégica que nos ha gustado mucho. ¿Seremos capaces de derrotar a ese jefazo sin la mejora que nos permite lanzar nuestra arma con mayor rapidez? ¿Merece la pena luchar contra ese monstruo o exploramos mejor la zona en busca de una armadura pesada? Pensadlo bien pues, ya sabéis, aquí los fallos se pagan con la muerte.
Oblitus también nos ha sorprendido gratamente por su intenso ritmo de la acción y su sistema de combate, bastante completo en opciones aunque también algo desaprovechado en la práctica. La habilidad para rodar por el suelo se impone a los bloqueos y contraataques o al uso del escudo, reduciendo bastante la emoción de algunos de los enfrentamientos en los que nos veremos envueltos. Además, los duelos trasmiten cierta sensación de imprecisión en la ejecución de los golpes, sin olvidar que el sistema de colisiones no está del todo pulido, lo que puede hacernos vivir situaciones bastante peculiares como que un enemigo y el propio Parvus se líen a mamporrazos ¡con el aire!
Con opción incluso de terminar la aventura en 25 minutos, aunque ya os adelantamos que nosotros aún no lo hemos logrado, Oblitus es un videojuego que engancha; que te reta a intentarlo sin descanso hasta acabar con ese grupo de imponentes jefazos que tantos dolores de cabeza provocarán a algunos. Algo a lo que ayuda mucho la atractiva puesta en escena de la obra, con unos escenarios y personajes dibujados a mano que lucen fantásticamente bien. ¿El problema? Que a veces cuesta discernir entre los elementos con los que se pueden interactuar, como una cadena sobre la que andar en lo alto de una montaña, y los que no, como otra cadena de similar apariencia que nos llevará a caer decenas de metros. Un auténtico fastidio que sumado a otros pequeños detalles de índole similar pueden hacer que nuestro progreso por este mundo de pesadilla sea algo más frustrante de lo que debiera.
Nos encontramos ante una aventura con muchas fortalezas pero también con algunas carencias que la alejan de una mejor calificación. Su sistema de control responde bien, aunque en ciertos momentos se le nota algo de imprecisión. Los combates son muy divertidos, pero a su vez están totalmente desaprovechados. El diseño de los niveles cumple, pero no sorprende. Y así con prácticamente cualquier faceta de Oblitus.
Con más virtudes que defectos, Oblitus es un buen juego de acción y plataformas en 2D que engancha lo suficiente como para mantenerte pegado al PC durante un buen puñado de horas. Su elevada dificultad no hace de él una experiencia frustrante, pues sabes que por norma son siempre tus fallos los que te condenan al fracaso. Sin embargo, sí se echa en falta un sistema de combate más trabajado, especialmente cuando la acción de esta aventura gira casi exclusivamente en la lucha contra monstruos.
- Dificultad muy ajustada. Morir es fácil, pero no frustrante
- Artísticamente es muy bueno tanto en el diseño de escenarios como de enemigos
- Transmite una gran sensación de satisfacción personal al completar sus desafíos
- Muy parco en detalles. Al principio puede ser confuso moverse por el mapeado
- Al sistema de combate le falta una pizca de profundidad para ser mejor
- A veces es difícil discernir con qué elementos del entorno se puede interactuar
