Análisis de Poncho. Perspectivas de robot

Análisis de Poncho. Perspectivas de robot
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Con mucho encanto y buenas ideas de fondo, el entrañable robot Poncho protagoniza esta aventura de puzles y plataformas que hará disfrutar a aquellos que añoran la generación de las 8 y 16 bits. La falta de claridad en algunos de sus desafíos y ciertas mecánicas de juego un tanto frustrantes le restan atractivo, pero aun con esas hablamos de un título interesante.

Que se parece al genial FEZ tanto en lo artístico como en lo jugable es una obviedad, pero Poncho es a su vez una aventura de plataformas 2D con identidad propia que se las arregla para desmarcarse de la competencia gracias a su apuesta por una mecánica de juego tan interesante como es la de cambiar la perspectiva de la cámara. Es decir. Mientras que el entrañable Gómez en la obra de Polytron podía rotar escenarios bidimensionales para desentrañar los entresijos del laberíntico mundo en el que se encontraba, el juego de Delve Interactive sigue un esquema similar, aunque en este caso dándonos la opción de movernos a través de tres planos de acción distintos: el más cercano a la pantalla, uno intermedio y el propio fondo de los escenarios.

Este simple detalle sumado al también enrevesado diseño de niveles, da pie a que explorar el desolado mundo robótico de Poncho suponga una experiencia realmente divertida, capaz incluso de desafiarte a nivel intelectual gracias a unos puzles que si bien no son especialmente complejos, eso vaya por delante, sí sacan buen provecho de esas "tres dimensiones" por las que nos moveremos planteando retos de lo más interesantes… aunque también en ocasiones poco claros y hasta frustrantes. Tanto, que la que podría haberse convertido en una de las sorpresas plataformeras de la temporada no termina de despuntar en lo jugable, quedándose lejos de esta ansiada meta.


Reconstruyendo el mundo tuerca a tuerca

La humanidad ha desaparecido. No sabemos a causa de qué ni cómo se ha producido, pero en la piel de un robot llamado Poncho, por la prenda de vestir que luce sobre su coraza metálica, trataremos de averiguarlo a la par que restauramos el antiguo mundo con la ayuda de nuestro hacedor. ¿Cómo? Siguiendo un esquema de juego bastante tradicional que combina de forma acertada la exploración de una agradable variedad de escenarios, con las plataformas y puzles basados en esos cambios de perspectiva de los que hablábamos antes. Lo que suena genial, pues esta es una idea realmente prometedora que cuando funciona lo hace de maravilla, planteando retos que emocionan y da gusto superar. El problema es ese "cuando funciona".

Las pruebas con plataformas móviles pueden ser algo frustrantes. El control no se siente muy fino y el diseño de estos desafíos es algo irregular.
Las pruebas con plataformas móviles pueden ser algo frustrantes. El control no se siente muy fino y el diseño de estos desafíos es algo irregular.


No siempre lo hace, ya sea porque el sistema de control no es el más precioso del mundo, o porque a veces no tienes siquiera claro cuándo se puede pasar de uno a otro plano de la acción. Y cuando eso ocurre tu paciencia puede agotarse rápidamente. Buen ejemplo de ello, pero en el mal sentido, son las plataformas móviles que nos encontraremos durante nuestro camino. Son un dolor de muelas. Retos que sobre el papel pintan muy bien, eso de saltar a toda prisa entre uno y otro plano es prometedor, pero que en la práctica frustran más que divierten. Por muchas razones además. El tempo en el movimiento de estas plataformas, por ejemplo, es desesperantemente lento; caerse supone una espera de unos cuantos segundos que se sienten eternos. Amén de que no siempre es fácil averiguar cuándo y hacia dónde se va a mover una de estas plataformas, por muchas señales lumínicas que realice.

Perspectivas de robot


La idea de poder movernos a través de 3 planos de acción distintos es muy interesante, la lástima son los errorres

La idea es buena, insistimos, pero no se ha llevado a la práctica de la mejor de las maneras. Incluso el diseño de escenarios, que por norma está bien, puede jugarnos malas pasadas si caemos por un abismo que nos lleve al inicio de la pantalla. Que a veces pasa. Y cabrea. Mucho. Porque toca otra vez sufrir con más plataformas móviles, más saltos y más pruebas que divierten, sí, pero no tanto como para repetirlas una y otra vez. El hecho de que la muerte no se penalice, al caer reapareceremos inmediatamente sobre la última zona segura en la que nos encontrásemos, ayuda bastante a que superar Poncho tampoco suponga una odisea insalvable; pero tampoco aquí el juego está exento de errores. Morir y reaparecer sobre abismos una y otra vez será una constante en puntos concretos de la aventura. Al principio es hasta gracioso, pero cuando te ocurre varias veces… bueno, os lo podéis imaginar.

En cada nivel encontraremos llaves de colores que nos darán acceso a nuevas zonas. Si no las conseguís ¡tranquilos!, que también se pueden comprar.
En cada nivel encontraremos llaves de colores que nos darán acceso a nuevas zonas. Si no las conseguís ¡tranquilos!, que también se pueden comprar.


Pero que todas estas críticas no os lleven tampoco a pensar que estamos ante una obra ruinosa. Poncho es una buena aventura de acción y plataformas que se disfruta por la belleza de su apartado artístico, su enigmático trasfondo argumental y, claro, porque es divertida. Pese a sus fallos, pese a esos errores de diseño de los que hablábamos antes, las cuatro o cinco horas que lleva completar la aventura -más el tiempo extra que dediquéis a desbloquear todos los contenidos- son dignas de mención. Un buen pasatiempo para cualquier aficionado a esta clase de videojuegos, que encontrarán en la obra de Delve Interactive un digno homenaje -salvando las distancias- a las juegos de plataformas de la era de las 8 y las 16 bits. No solo en lo visual, que como veis destila encanto por todos sus poros gracias al colorido de los escenarios y el diseño de los robots con los que nos toparemos; sino en la propia concepción de sus desafíos jugables, con retos desafiantes que nos obligarán a agudizar nuestros reflejos.

A destacar también la necesidad de dar con llaves de colores y otros objetos especiales para proseguir en la aventura, pues requeriremos de ciertas habilidades especiales (reparar, machacar, etc.) para sortear obstáculos de otro modo insalvables. No es que hablemos de una aventura de estilo metroidvania, está lejos de ello, pero al menos esta apuesta por la exploración aumenta de forma atractiva la complejidad jugable de esta obra.

Discreto

Sin sello
Perspectivas de robot

Poncho

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Hay mucho potencial en una idea como la que plantea Poncho, con esos retos plataformeros erigidos sobre tres planos de acción distintos. El problema es que el juego de Delve Interactive no siempre responde bien, ya sea por culpa de un diseño de niveles algo irregular o un sistema de control un tanto impreciso. También hay ciertos errores, técnicos y de diseños, que pueden generar situaciones altamente frustrantes. Tiene encanto, divierte y su trasfondo argumental os llevará a completar con gusto la aventura. Precisamente por eso duelen tanto sus errores.

  • El diseño artístico de escenarios y personajes. Tiene mucho encanto
  • La idea de saltar en tres planos distintos está genial…
  • … aunque no siempre funciona bien. Algunos desafíos llegan a ser frustrantes
  • El control no es del todo preciso. A veces cuesta discernir si se puede o no ir a un sitio
  • Es una aventura breve. No os llevará mucho completarla
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español
Duración: 4-5 horas
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