Sádico, cruel, erótico y violento. Así es el nuevo videojuego de Conan. Acompaña al cimmerio más famoso de la literatura fantástica en su nueva aventura para Xbox 360 y PlayStation 3. Desmiembra a tus más feroces enemigos, admira desnudas a las chicas más guapas y enfréntate contra gigantescas criaturas de leyenda. Así es Conan, un machacabotones en el sentido más puro y clásico de la palabra.
El universo Conan está de moda. Dos adaptaciones de la figura del bárbaro llegan a nuestras casas en los próximos meses. La más tardía es Age of Conan, un prometedor universo persistente basado en las tierras de Hyboria; la que nos ocupa es Conan, un arcade de acción y aventuras.
Los comienzos de la producción de este videojuego que tenemos entre las manos fueron inciertos. Los primeros videos y screenshots fueron totalmente desalentadores, con unas animaciones muy torpes y un diseño de personajes, siendo suaves, “poco inspirado”. Las mejorías han sido importantes en todos los aspectos, aunque le ha faltado un plus para llegar a ser un juego notable. A continuación pasamos a describir el porqué de que este título sea nada más que un juego entretenido, cuando la licencia en la que se basa y la potencia de las plataformas en las que surge parecía que le encumbrarían al olimpo de los juegos de acción.
Conan el Directo
Conan es eminentemente un juego de acción, no se anda con rodeos a la hora de presentar su premisa de acción por acción. Desde el primer minuto hasta el último de las algo más de diez horas que dura su aventura, estaremos repartiendo espadazos a diestro y siniestro, de modo que si no somos aficionados a la acción más pura ya podemos irnos despidiendo de este juego.
De hecho la historia de este Conan es igualmente simple, y empezará planteándole casi como un caza tesoros para sumergirle rápidamente en una pobre e inconexa trama que le trasladará de un lado a otro buscando los pedazos de una armadura. Resulta especialmente lamentable que gozando de una licencia de la riqueza de la obra de Howard la historia esté tan poco tratada. La verdad es que el Conan de THQ y Nihilistic tampoco hace un gran esfuerzo por captar el aura, en ocasiones misógina pero siempre reaccionaria, de los libros de principios del siglo XX en los que se basa.
Por si fuera poco el desarrollo del título a nivel jugable es terriblemente lineal, los escenarios parecen grandes y llenos de posibilidades desde la distancia, no obstante nuestro discurrir por ellos siempre es angosto y limitado.
Los únicos elementos que alteran ligeramente el rígido patrón de matar todo lo que se mueve son los gigantescos enemigos finales y las fases de plataformas. Los primeros son grandes “jefes”, más fieros en su apariencia que en su poder real, que requieren de movimientos y golpeos concretos. El factor plataformas es bastante más discreto, con apenas un puñado de saltos y de ligeros rompecabezas basados en destruir objetos del escenario.
Lamentablemente Conan no cuenta con un multijugador o un cooperativo, modos que le hubieran dotado de una vida útil mucho más larga. Lo cierto es que con este Conan basta jugar un nivel para dar el resto del juego por visto, porque fase tras fase se repiten los mismos esquemas y planteamientos una vez detrás de otra.
Conan el Maestro de las Armas
El funcionamiento de Conan no puede ser más sencillo. Un botón para ataques normales, otro para poderosos, uno más para golpeos cuerpo a cuerpo, el imprescindible destinado a los bloqueos y uno más para el salto. Eso es todo. Ni más ni menos.
Claro que de la combinación de todos estos botones y de nuestra habilidad para compatibilizar su uso dependerá nuestro éxito a la hora de componer los combos. Los combos no son demasiado atractivos y carecen de la espectacularidad de otros juegos del género, lo cual no contribuye demasiado a mejorar el atractivo del título.
Los combos abundan y su modo de desbloqueo se realiza repartiendo puntos de experiencia para poder obtenerlos. Podemos ampliarlos recogiendo cuantas armas y escudos suelten nuestros enemigos y equipándonos con ellos, aunque también hay una cierta interacción con el entorno ya que numerosos elementos de éste son destructibles e incluso algunos de ellos se podrán lanzar contra los rivales.
La violencia más salvaje es una constante a lo largo de todos los combates. Decapitaciones, mutilaciones y mucha sangre son los elementos más recurrentes de las escaramuzas de Conan contra sus rivales. Resulta fácil despiezar a un enemigo, y prácticamente desde que nos ponemos a los mandos por primera vez seremos capaces de cortar las extremidades superiores del enemigo con dos hábiles mandobles.
Conan el Old-Gen
Gráficamente estamos ante un título que no impresiona en absoluto y que con menor resolución hubiera pasado perfectamente por ser un juego de Xbox y PlayStation 2. Nada brilla especialmente en este Conan, las animaciones son correctas pero torpes en más ocasiones de las deseables, los modelados de los personajes derivativos y abundantemente reciclados, y los escenarios cumplen con solvencia pero están cargados de elementos dignos de la pasada generación de consolas.
Nada pasa de la corrección, y es que el conjunto cumple pero si nos fijamos en los detalles pierde muchos enteros. No obstante esto contribuye a que sin mayores aspavientos el juego se mueva con absoluta fluidez en ambas plataformas. Esto no tiene mucho mérito viendo lo que hay en pantalla, pero al menos la buena optimización está ahí.
En el diseño artístico las cosas están algo mejor, aunque el trabajo se presenta seriamente irregular. Los escenarios y los modelos, especialmente el de Conan –casi un hombre de CroMagnon-, beben directamente de las ilustraciones de Frank Frazetta. Mientras que, como ya hemos señalado, la inspiración en la palabra de Howard ha sido algo más pasada por alto para favorecer la acción, las ilustraciones de Frazetta han sido un referente constante, y el abrumador erotismo de su obra y la ambigua sexualidad de muchos de sus personajes están presentes en Conan.
No obstante no todo es tan clásico y respetuoso y es que muchos de los elementos de la aventura como enemigos o algunos decorados parecen poco inspirados refritos de ideas cogidas de aquí y de allá. Todo esto conforma un conjunto muy cojo, que en determinados momentos brilla y en otros desaparece bajo el peso de la reutilización constante de elementos.
Lo sonoro tristemente es uno de los apartados que pasa con más pena que gloria. En lo musical el score es el adecuado. Sin grandes alardes de inspiración adopta un tono épico marcado fundamentalmente por fuertes percusiones y poderosos arreglos de cuerda y viento. Como ya hemos señalado Conan no se basa en la película de John Milius sino que bebe directamente de la obra de Robert E. Howard, con lo cual el uso de la majestuosa banda sonora de Basil Poldeouris para el filme no hubiera venido al caso. Por lo tanto sólo nos queda lamentarlo, ya que las partituras del largometraje hubieran casado a la perfección con el videojuego.
Conan llega a nuestro país perfectamente doblado y traducido al español. El nivel es más bien justito con un cimmerio muy poco convincente y con un elenco de secundarios algo inconsistente. Lo cierto, pese a contar con Ron Perlman en el papel protagonista, es que el apartado de las voces del original es igualmente poco eficaz, lo que nos obliga a señalar que en realidad no hemos perdido en demasía con el cambio.
Conan es en suma un juego que no pasa de la corrección. Violento y en ocasiones épico, el título de THQ y Nihilistic es un digno juego sobre la figura del bárbaro, que cumple a la perfección en su labor de llevar un machacabotones a la nueva generación, pero que fracasa en su intención de realizar un acercamiento memorable a la obra de Robert E. Howard. Recomendable sólo si somos fans de Conan, o si estamos sedientos de sangre y mutilaciones en un juego de acción simple y poca profundidad, enfocado a la diversión directa.
Comprar Conan