Teníamos grandes expectativas en la realidad virtual y hasta el momento no todas se estaban cumpliendo. Pero Chronos nos devuelve la fe de que esto puede ser algo más que la nueva moda en los videojuegos. Sólo hacen falta ganas, dedicación y tomar las decisiones correctas.
Chronos es, probablemente, el mejor juego de realidad virtual que existe en el momento presente. Y probablemente lo sea por saber equilibrar perfectamente la cantidad de dedicación que merece un videojuego tradicional y una experiencia en realidad virtual. Ya lo hemos ido avanzando en nuestros anteriores análisis: hasta la fecha, están funcionando mejor las cámaras fijas que las experiencias donde ésta se mueve, sobre todo realizando una paneo horizontal.
La cámara de Chronos, que se ha comparado mucho con la fija de un Resident Evil, va mucho más allá de ese concepto, hasta el punto que la comparación casi sería mejor con la de aquellos maravillosos planos fijos y con movimiento del primer Silent Hill. La cámara se deja en un punto del escenario, sí, pero tú puedes mover tu cuello para descubrir el resto del plano y es una experiencia tanto o más inmersiva que la primera persona. Es inteligente, no marea y deja descubrir algunos de los escenarios más preciosistas que hemos visto en toda nuestra andadura virtual.
Si Chronos se quedase aquí, ya sería una gran experiencia, donde cada estancia de este fantástico laberinto está bien construida y Gunfire Games ha tenido mucho cuidado de que todas las conexiones de planos se produzcan en la misma posición donde giras la cabeza. Pero, más allá de su brillante ejecución, Chronos cumple muy bien como videojuego. Habrás leído las inspiraciones en sagas como Zelda y Souls, pero más allá de colocar su atención en estos juegos, Gunfire ha sabido recrear su primer juego en VR con personalidad.
Principalmente por la tímida mezcla de puzles, exploración, acción, rol y aventura. No se centra en ninguno en concreto, pero todos los elementos que recoge los manipula de forma creativa y original. Los puzles requieren que aprendamos a mirar más allá con nuestras gafas VR, prestando atención a los detalles. El rol orienta a nuestro personaje según el paso de los años, ya que cada vez que morimos transcurre un año de nuestras vidas, haciendo que pasemos de la juventud, donde la vitalidad y la fuerza son más prominentes, a la vejez, donde los poderes arcanos son los protagonistas. La exploración, con niveles laberínticos que tendremos que conectar mentalmente para no perdernos, y el combate, en el cual habrá que tener pulso y aprender a esquivar, cubrirse y atacar con fuerza, ya que morir significa volver al punto de control y la regeneración de todos los enemigos.
A través del espejo
Chronos es una lección que muchos deberían aprender: es simplemente genial enfrentarse a un videojuego que primero se preocupa de serlo y después de aprovechar las capacidades de la realidad virtual. Lo cual no quiere decir que su faceta VR quede relegada a un segundo plano. Por mucho que Chronos pueda jugarse relativamente bien sin unas gafas, su esencia está detrás de los cristales. La inmensidad y solemnidad de los escenarios se consigue al levantar la mirada, donde el estilo artístico claramente recogido de las limpias texturas y gigantescos decorados de la saga Darksiders (que compone el núcleo principal de Gunfire Games).
Enemigos que se ocultan en la última esquina que sueles mirar, para sorprenderte y atacar de imprevisto. Planos que juegan con la proporción de los objetos e ítems que quedan deliberadamente fuera de cuadro para que los descubras son algunos de los ejemplos de un uso sutil, pero muy eficiente de las gafas de realidad virtual. Pero de nuevo, la palma se la llevan sus escenarios: variados en cada segmento diferenciado del juego, creando este mundo que se atreve a un salto más allá de la fantasía tradicional de espada y hechicería para ofrecer una historia que, si bien no es su centro de atención, sí se descubre gratamente a través de los relatos en libros y situaciones que descubriremos.
Por mucho que Chronos pueda jugarse relativamente bien sin unas gafas, su esencia está detrás de los cristales
Nosotros comenzamos nuestra andadura con 18 años, y cada muerte representa un año más, que es cuando la piedra que nos permite viajar a este mundo se activa. Todo, según se nos cuenta para acabar con el dragón y los tres custodios que le preceden. A partir de los 20 y con cada década que transcurre, adquirimos una habilidad especial, que nos permite, por ejemplo, ganar más fuerza, vitalidad o subir más rápido de nivel. Cada decisión y cuándo la ejecutamos cuenta, pues con la edad iremos ganando menos fuerza y vitalidad, pero nuestro conocimiento de la magia arcana será mucho más poderoso. Y por supuesto, veremos cómo nuestro personaje va creciendo desde la adolescencia hasta bien entrada la vejez.
No se puede decir que su sistema de rol sea más profundo que esto, a lo que se suma el poder subir cinco estadísticas y mejorar nuestro arma con materiales, a elegir entre espada y hacha. Y aunque el paso del tiempo es muy original, se echa de menos un sistema de subida de nivel más profundo así como la oportunidad de recoger armamento por el camino, más allá de los objetos necesarios para avanzar y descubrir las esferas de dragón, muy limitadas, pero que curarán al completo nuestra salud. Asimismo, los escenarios, si bien están recreados con detalle, no guardan muchas sorpresas y son poco destruibles. No nos sorprende, ya que lo que sí que lo hace es que Gunfire llegase a tiempo al lanzamiento de Oculus Rift con este juego, siendo además uno de los más largos de su catálogo.
Quizá, lo mejor de Chronos junto a sus impresionantes escenarios es que, aun con sencillez, guarda la suficiente variedad como para mantenerte entretenido durante toda la aventura. Algunas escenas especialmente dedicadas para momentos concretos te sorprenderán. Los combates, con esa mezcla de espada y escudo, de medir los pasos y los esquives a veces a lo Zelda, a veces a lo Souls (e incluso a veces a lo Bloodborne), te mantendrá enganchado gracias a la variedad de sus enemigos. Pero lo más importante de todo es que, te sorprenda o no su historia, quedarás atrapado por su fenomenal ambientación y su deliciosa estructura de juego clásico y sólido. Y todo ello se justifica gracias a unas gafas de realidad virtual que parecían no estar dando lo mejor de sí, pero con Chronos han demostrado de lo que son capaces. Y sí, si esto fuera un juego más sería un pequeño gran título, pero gracias a la VR es un gigante.
Chronos es ese juego cuya sinergia mejor funciona junto a la realidad virtual. Su recreación de un mundo complejo y laberíntico, junto a mecánicas tradicionales que funcionan, ideas originales y decisiones inteligentes a la hora de usar la VR, lo colocan en el podio de lo mejor que puedes encontrar en este catálogo hasta la fecha.
- La elección de planos fijos con tercera persona funciona genial
- Escenarios que impresionan, más aún en VR
- El sistema de mejoras, con especial atención al paso de los años
- El juego tradicional más cómodo en VR. Sin un ápice de mareo
- Se echa en falta algo más de profundidad en su faceta RPG
- Poca interacción y destrucción de los escenarios
- Se habría beneficiado de una mayor variedad de armas
