Análisis de Styx Shards of Darkness. Ladrón de guante verde

Análisis de Styx Shards of Darkness. Ladrón de guante verde
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El trasgo más sigiloso vuelve a hurtadillas con Styx: Shards of Darkness, una nueva entrega que no aporta muchas novedades con respecto a la original, y que repite tanto aciertos como errores. De nuevo, una apuesta por el sigilo firme, pero una oportunidad para mejorar perdida. Análisis de Styx: Shards of Darkness.

Respeto mucho el valor de Cyanide a la hora de lanzarse con una franquicia de sigilo como Styx. La infiltración en 3D es un terreno resbaladizo. Cada generación que avanzamos se añaden nuevas mecánicas y exige cuidar al máximo las nuevas técnicas de sombras e iluminación. En resumen: no es fácil ni barato hacer un juego de un género que, encima, no es el más popular en la actualidad.

Styx: Master of Shadows fue una sorpresa. Se notaba que había mucho que pulir, pero era el comienzo de construir una nueva base en el género que podía ampliarse aún mucho más. Lamentablemente, Styx: Shards of Darkness no pretende avanzar tanto la fórmula y se conforma con recoger lo sembrado y añadir, eso sí, unos niveles más llamativos tanto visualmente como desde el punto de vista del diseño. Es realmente una oportunidad perdida para una secuela que ya tenía el motor y el sistema de juego construido. De esta forma, podía haber mejorado su sistema de infiltración, plataformeo y habilidades para crear una obra más atractiva y desafiante. Cyanide, no obstante, ha apostado por el continuismo más básico, conformándose con algunos retoques tecnológicos y ampliando la escala del escenario.

Pero no puedo evitar echar de menos más mecánicas que profundicen en estos llamativos niveles. Un leve repaso mental al juego original me ha servido para moverme grácilmente por cada escenario, utilizando las mismas tretas de Master of Shadows y beneficiándome de los mismos fallos de la inteligencia artificial de los enemigos, que parecen seguir insistiendo en mantener una visión en línea recta como si llevaran anteojeras, en vez de apostar por el clásico cono de visión más difícil de sortear.

También nos ha retrotraído a la primera entrega ese plataformeo irregular. Ejecutar cualquier salto y agarre era y es también aquí sinónimo de guardar partida previamente por la alta probabilidad de caer delante del guardia o al profundo vacío. No se han retocado ni una pizca estas acciones que son básicas, más importantes ahora en esta entrega que apuesta por la verticalidad. Una decisión cuanto menos cuestionable que nos hará repetir más veces de lo necesario algunos fragmentos del nivel.


Tras el rastro de los elfos

El primer Styx no será recordado por su historia, pero al menos intentaba dar una coherencia a todo el mundo creado alrededor de Of Orcs and Men, cuyo mundo y reglas vemos más ampliados en esta secuela. La persecución de un misterioso elfo oscuro y un cetro mágico nos llevará a conocer mejor este universo e incluso ver cameos de viejos conocidos del juego, pero no hay duda de que en Styx los protagonistas, más que los orcos, los hombres, los elfos o los trasgos, son los escenarios.

Los escenarios son más amplios y detallados que el anterior Styx. Algunos con un diseño muy logrado.
Los escenarios son más amplios y detallados que el anterior Styx. Algunos con un diseño muy logrado.


Niveles bien recreados que ayudan a querer seguir la aventura. Tras abandonar la ciudad de los ladrones, un amasijo de construcciones de madera maltrechas y poco inspiradas, el juego nos regala preciosas estampas donde van en aumento las ganas de limpiar el botín del escenario hasta el último rincón. Niveles como el de las naves voladoras o la fortaleza de los elfos oscuros están llenos de posibilidades para nuestro trasgo. Nuestro trasgo, sin embargo, no podrá evitar hacer bromas de absolutamente todo lo que se le ocurra e incluso romper la cuarta pared para llamar la atención del jugador, algo que puede agradar a algunos jugadores y sacar de sus casillas a muchos otros.

Ladrón de guante verde


Rebosa potencial, pero no lo aprovecha

Las ventajas y poderes de Styx tampoco han sufrido mucho cambio. El árbol de habilidades nos permite especializarnos mejor a la hora de usar nuestros poderes proporcionados por el ámbar, esa sustancia mágica que nos permite hacernos invisibles o crear clones, pero la mecánica nos sigue siendo muy familiar. Así, podremos mejorar dichas habilidades, nuestra percepción o los elementos de alquimia, sin encontrar grandes alicientes que alteren la jugabilidad con respecto a la primera entrega o incluso con el nivel básico de nuestro personaje, pues es sencillo recorrer cada uno de los escenarios sin hacer un uso continuado de la invisibilidad y la clonación. Más recurrente son sin duda la creación de objetos, que nos permiten crear pociones, flechas y las muy necesarias ganzúas para abrir esa puerta que nos facilite el acceso a nuestro objetivo.

Ladrón de guante verde


Las habilidades y objetos del trasgo ayudan a abrir algo más las posibilidades de acabar con nuestros enemigos.
Las habilidades y objetos del trasgo ayudan a abrir algo más las posibilidades de acabar con nuestros enemigos.


Styx: Shards of Darkness exige mucha entrega por parte del jugador. Incluso con unos niveles amplios y complejos en sus formas, no es difícil atravesarlos hasta la salida por los caminos más obvios, por lo que tienes que realizar tareas secundarias de relativo interés (como robar insignias a guardias o arrancar carteles) para poder sacar el máximo provecho de cada uno de ellos. Existe un nuevo modo que puede servir para aproximarse a Styx de otra forma: el cooperativo, uno de los aspectos más novedosos, ya que por lo general el género del sigilo no suele experimentar mucho con los modos multijugador. Resulta bastante curioso, pero tanto o más desafiante, ya que implica que ninguno de los jugadores mueran bajo ninguna circunstancia, a riesgo de volver a empezar el nivel desde el principio.

Es una lástima que a una propuesta que rebosa potencial le haya entrado pereza en su continuación. Styx: Shards of Darkness parece en ocasiones más una expansión duradera y con un retoque gráfico que una secuela del original. Se echan en falta más motivos que las tareas a completar en cada misión para seguir adelante y a la larga la experiencia puede resultar algo monótona. Se esfuerza, eso sí, en los escenarios, con algunos grandes ejemplos de diseño de niveles, que pueden ser excusa suficiente para aquellos ávidos de más sigilo e infiltración.

Interesante

Sin sello
Ladrón de guante verde

Styx: Shards of Darkness

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Styx: Shards of Darkness pierde la oportunidad que le ofrecía la primera parte de mejorarse a sí mismo: implementar nuevas mecánicas de sigilo, mejorar los saltos y potenciar sus habilidades. Hay mejoras técnicas y de diseño de niveles, pero no las suficientes para justificar al completo una segunda parte.

Comprar Styx: Shards of Darkness
  • Niveles amplios y con un buen diseño.
  • El modo cooperativo es una novedad muy interesante.
  • La creación de objetos y habilidades
  • Inteligencia artificial mejorable
  • Saltos y plataformas imprecisos
  • Falta de innovación con respecto a su predecesor
Jugadores: 1-2
Idioma: Textos en español y voces en inglés
Duración: 15-20 horas
Ver requisitos del sistema
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