Análisis de Eagle Flight. El dominio de las águilas

Análisis de Eagle Flight. El dominio de las águilas
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Ubisoft se lanza a volar por primera vez en realidad virtual con un título que puede parecer bastante simple, pero que esconde mucha profundidad en su interior. Eagle Flight nos invita a recorrer una París post-apocalíptica a vista de pájaro. Análisis.

Desde prácticamente el inicio de los videojuegos siempre ha habido obras que nos han dado la posibilidad de volar. No importa si era a través de una nave espacial, de un personaje inventado o de Superman. Pero el factor arcade de muchos de estos juegos nos incitaban a ir más allá del concepto y probar nuestras habilidades a los mandos esquivando un campo de asteroides, atravesando aros suspendidos en el aire o surcando los túneles más estrechos. Todavía se recuerdan títulos que tomaron esta filosofía como Rebel Assault, Nights into Dreams o Star Fox, donde demostrar nuestras capacidades de vuelo con un stick o un joystick.

Pero no importa lo exigente que fueran, no podían llegar a más, porque nuestros reflejos con un stick tienen un límite. Eagle Flight, sin embargo, no tiene ese problema. Gracias a la RV nuestra cabeza y los movimientos que hacemos con ella representan el vuelto del águila, y la precisión que tiene lleva a este juego de habilidad a otro nivel. No lo notarás cuando estés surcando el cielo o volando entre edificios, pero en esos momentos en los que necesitas de una precisión extrema para atravesar grietas o troncos de árboles, es donde te das cuenta de que el mejor stick siempre fuiste tú mismo.

Es más, las pruebas con las que más me he divertido en Eagle Flight son aquellas que nos llevan al subsuelo, a las profundidades del metro o las catacumbas de la ciudad, como una contrarreloj donde puedes escoger entre el camino fácil y el difícil, con túneles muy cerrados pero corrientes de aire que te hacen ganar unos segundos al crono. Y tras años de haber recorrido los túneles más espectaculares (como los que llevan al núcleo de la Estrella de la Muerte, por ejemplo), creo que son los de Eagle Flight de los que más he disfrutado, gracias a un control intuitivo y preciso donde esquivar a velocidades que antes eran sencillamente imposibles.


Un águila en París

La París post-apocalíptica de Assassin's Creed Unity que aquí se rescata da más de sí de lo que podría parecer en un primer momento a vista de pájaro. De hecho, su recreación pese a tener un apartado gráfico más simple, sigue siendo hermosa y con diferentes momentos del día que la hacen única y especial.

Las vistas de París son espectaculares, pero bajando a ras del suelo es cuando tendremos la mejor sensación de velocidad y control.
Las vistas de París son espectaculares, pero bajando a ras del suelo es cuando tendremos la mejor sensación de velocidad y control.


Una vez empezamos a acercarnos a la superficie, encontramos muchos huecos recónditos donde probar nuestras habilidades. El mayor problema, quizá, es que casi todas las pruebas son muy parecidas entre sí. A estas carreras entre aros o superficies estrechas se le suman otras donde atrapar peces o recoger plumas con unas mecánicas que, en el fondo, son las mismas de base. Pero algo más avanzados en la aventura, se introduce una especie de "disparo" que funciona a modo de grito de águila para espantar a los buitres y demás enemigos que encontramos durante nuestra vida como águila, creando prácticamente un juego de persecuciones en naves espaciales, pero con estos animales como protagonistas.

El dominio de las águilas


Es una pequeña sorpresa que no pretende revolucionar el juego VR, pero que va más allá de ser un simple juego de exploración

Y aunque llega a ser repetitivo en su planteamiento, el escenario abierto que plantea Eagle Flight da juego para más pruebas y las aprovecha llenando el mapa de coleccionables y, sobre todo, pruebas avanzadas que es donde se encuentra el verdadero reto en el que superar nuestros propios récords y tiempos. Es ahí donde entra un multijugador que ofrece algo más de variedad al conjunto, pero que podría haber propuesto modos de juego más allá del único que propone.

Se trata de un tres contra tres en el que recoger presas muertas y llevarlas al nido. El reto se basa en la coordinación con tus compañeros, ya que podremos capturar una presa o perseguir a quien la ha capturado y hacer uso de las mecánicas de disparo para arrebatársela. Se hace muy divertido, pero como decimos, es el único modo disponible, y las mecánicas de Eagle Flight habrían dado para, al menos, dos tipos de juegos más: uno tipo "deathmatch" donde hacer uso de la habilidad de "grito de águila" para acabar con los rivales, y carreras por las zonas más recónditas de la ciudad donde arriesgar e ir más rápido o ir más lento, pero seguro. Un modo de juego muy divertido y que engloba todas las mecánicas, aunque echemos de menos poder competir en una sola.

Para las velocidades y los giros rápidos que ofrece Eagle Flight, Ubisoft ha logrado un juego que marea poco o nada. En ningún momento hemos tenido que parar o hacer un descanso.
Para las velocidades y los giros rápidos que ofrece Eagle Flight, Ubisoft ha logrado un juego que marea poco o nada. En ningún momento hemos tenido que parar o hacer un descanso.


Pero en el fondo, es sorprendente que un título que llega a parecer tan sencillo como este Eagle Flight, sea capaz de ofrecer una experiencia tan interesante como ha sido el resultado final. Nos quedamos sin duda con su mecánica de vuelo, muy lograda y que resuelve una de las dudas que se tenía con la realidad virtual: si era capaz de ofrecer mecánicas jugables que no se pudieran conseguir de otro modo. Y aunque el vuelo de pájaro puede llegar a causar una cierta sensación de incomodidad momentánea cuando llevamos volando un buen tiempo, sobre todo a altas velocidades, no nos ha llegado a marear en ningún momento al nivel de tener que realizar un descanso.

El resultado, en cambio, es una pequeña sorpresa que no pretende revolucionar en ningún modo el juego VR, pero que va más allá de ser un simple juego de exploración de un entorno tan llamativo como esta París post-apocalíptica, creando mecánicas arcade que lo llevan al terreno de la competición y los reflejos, con algunos momentos de brillantez.

Bueno

Sin sello
El dominio de las águilas

Eagle Flight

Por: El equipo de 3DJuegos
Sin sello

Eagle Flight logra transmitir las sensaciones de maniobrar como un águila a altas velocidades, y no se queda en la simple experiencia del vuelo con realidad virtual. Podría ser más variado y profundo en algunos campos, pero alberga más sorpresas de las que puedes esperar a simple vista.

  • Maniobrar con tu propio cuello da una precisión imposible con un stick o joystick
  • Algunas pruebas, como las pruebas de velocidad, están muy inspiradas
  • El multijugador es divertido, pero podría haberse aprovechado con nuevos modos de juego
  • Una vez has avanzado en algunas misiones, se vuelve algo repetitivo
Jugadores: 1-6
Idioma: Textos en español y voces en español
Duración: 4-5 horas + multijugador
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