Funcom regresa al mundo de Conan con una gran aventura de supervivencia que destaca por sus amplias opciones de construcción pero, también, por su emocionante acción y gran puesta en escena. Analizamos Conan Exiles, un videojuego recomendable.
Una tormenta de arena te impide ver, casi respirar con normalidad, pero sabes que algo, una criatura, un monstruo, ¡otro jugador!, acecha en las sombras esperando el momento oportuno para asestar el golpe de gracia que ponga fin a tu mísera existencia. Te resistes a ello. Buscas cobijo; corres desesperado, a ciegas, sintiendo fuego en tus pulmones con cada bocanada de aire que aspiras. De poco sirve echarse un trago de agua. El ambiente es asfixiante, aterrador, con esa aura rojiza, casi infernal, que anticipa calamidades que no tardan en llegar… ¡y mueres! Acuchillado, despeñado por un precipicio, devorado por una criatura infernal, ¡de hambre!, o por culpa del veneno, envuelto en llamas o de la forma más cruel que puedas imaginar. Porque esto es Conan Exiles, una aventura de supervivencia que no se anda con remilgos, que no duda ni un instante en machacar tu fortaleza mental con férreos desafíos que son fieles a la esencia de la fantástica obra literaria que Robert E. Howard creó en 1932 con las primeras aventuras de Conan el Cimmerio. Picarás piedra, talarás madera y buscarás alimento como en cualquier otro videojuego del estilo pero, he aquí la gracia, su gran virtud, es que lo harás sintiéndote dentro de una gran y épica aventura de fantasía casi como si de un RPG se tratase.
Las tierras del exilio, el vasto territorio en el que has sido confinado por tus crímenes, es el escenario de juego perfecto para que Funcom, una vez más, saque provecho de la sangrienta imaginería del universo Conan otorgándote total libertad para que actúes como te plazca mientras escribes tus propias aventuras en solitario o, mejor todavía, junto a otros jugadores. Ni lo dudéis por un instante. El videojuego se disfruta de verdad cuando compartes andanzas con tus amigos; cuando junto a ellos exploras templos ancestrales en busca de tesoros, te enfrentas a criaturas de proporciones colosales, asaltas fortalezas fieramente defendidas por decenas de guerreros o ¡construyes la tuya propia!, con sus casas, sus talleres, murallas, torreones y trampas con las que frenar posibles invasiones. Las necesitaréis, vaya que sí, porque si no son otros jugadores serán los monstruos, caníbales y bandidos que pueblan este universo de fantasía los que, cuando menos os lo esperéis, decidan tomar las armas e ir a por vosotros. Son las Purgas, momentos álgidos en la acción de Conan Exiles que pondrán las cosas patas arriba, obligándote a pelear duro por la supervivencia. ¡Al final de eso se trata!, de sobrevivir, de escapar de las garras de la muerte mientras disfrutas de un viaje inolvidable.
Lucha, construye, reina… ¡y sobrevive!
Cargado con un puñado de rocas y algo de madera fabricas tus primeros útiles para la supervivencia; un pico, un hacha y hasta una espada de piedra que cortar no corta mucho, pero al menos sirve para protegerse de unos enemigos fieros que no mostrarán compasión alguna. Y ahí sigues peleando, avanzando, buscando el modo de sobrevivir en un mundo cruel repleto de peligros; levantando los cimientos de la que será tu casa, la primera de muchas en un videojuego que concede un gran protagonismo a la construcción.
Y encuentras hierro, y extraes piel de los animales, y con ambas materias primas comienzas a fabricar mejores armas, nuevos ropajes que sustituyan a los infames harapos con los que cruzaste el desierto. Y la roca se convierte en ladrillo, y la siderita en barras de hierro, y los troncos en madera trabajada con la que fabricar muebles, trampas, objetos decorativos y lo que queráis. Hay tanto por hacer, tanto por descubrir, que Conan Exiles es un videojuego al que podéis dedicarle decenas de horas y no haber rascado más que su superficie. Por eso, aunque tenéis la opción de disfrutar de su acción en solitario, el proceso puede volverse tedioso con el transcurrir de la partida.
Conan Exiles es un videojuego al que podéis dedicarle decenas de horas y no haber rascado más que su superficie
Hay muchas materias primas que recolectar, muchas fórmulas que investigar, así que obviamente esta es una tarea que se agiliza de forma considerable cuando compartes la aventura con otros jugadores. Mientras unos exploran el mapa en busca de nuevos recursos, sus aliados pueden salir de caza para que nunca falte comida, o acumular materias primas con las que seguir construyendo una gran ciudad o fabricando armas y equipo defensivo, que lo necesitaréis para sobrevivir a las amenazas más duras de Conan Exiles en servidores donde pueden acceder hasta 40 jugadores. Puesto que el videojuego de Funcom se plantea casi como una aventura de rol, compartir este viaje por la supervivencia con otras personas ayuda también a que la progresión del héroe se sienta más interesante: un jugador puede especializarse en la construcción, desbloqueando toda clase de opciones relacionada con erigir fortalezas y mecanismos de defensa, mientras otro se convierte en el armero del grupo, o en un experto alquimista, o en el mejor superviviente, con montones de herramientas con las que sacar provecho de la madre naturaleza. Y es esa sensación de grupo, de estar colaborando por un bien mayor, la que consigue que de alguna forma te impliques todavía más en la emocionante acción de un videojuego que también permite potenciar ciertos atributos del héroe, como la fuerza, agilidad, vitalidad o resistencia, para que este se amolde a las necesidades de cada jugador.
En general, lo decía antes, como puedes ver en nuestro gameplay de Conan Exiles, el juego es fiel reflejo de otras aventuras de supervivencia, pero el videojuego de Funcom sabe llevar a su terreno los fundamentos básicos del género construyendo un emocionante relato de fantasía que sorprende con algunas de sus particularidades. ¿Esclavos? Podréis tenerlos a vuestra disposición sufriendo un tormento en la mítica rueda del dolor, en la que conocimos a Conan el Bárbaro en su primera gran película, hasta el punto de doblegar su voluntad para convertirlos en soldados que defiendan nuestros dominios. ¿Religión? También es importante en un videojuego que permite convocar a criaturas colosales, los Avatares, con las que arrasar las fortificaciones enemigas siempre y cuando satisfagamos los deseos de la deidad a la que rendimos tributo. Merece la pena. ¡Menudo espectáculo! Como también es genial adentrarse en lúgubres catacumbas, templos malditos o cualquier lugar inhóspito que se os pase por la cabeza para conocer a algunos de los seres más peligrosos de la Era Hyboria en la que tiene lugar este videojuego de supervivencia. No esperéis un gran argumento ni una historia principal con principio y final, ¡no la hay!, pero sí montones de lugares en los que descubrir y profundizar en el universo literario de Robert E. Howard, con alguna que otra secuencia capaz de emocionar a cualquiera gracias a la épica de su acción o, simplemente, a lo turbio e intrigante de los seres que os asediarán.
Las sensaciones con el combate son bastante buenas, especialmente contra otros jugadores
Durante estos momentos de exploración, al adentrarnos en las mazmorras, disfrutaremos de algún que otro puzle que dota de mayor variedad a la acción, aunque en general tampoco es que presenten desafíos especialmente complejos. Basta con observar bien el entorno y actuar de formas muy concretas, usando ciertos mecanismos, u objetos específicos, para sortear los obstáculos que se crucen en nuestro camino. ¿Los combates? Han mejorado mucho durante el año que Conan Exiles ha estado disponible como juego con acceso anticipado. Ahora es algo más cercano a la experiencia Dark Souls, con golpes fuertes y leves, bloqueos y esquivas, aunque se echa en falta algo más de profundidad, o más opciones para, por ejemplo, cortar la animación de un ataque y así realizar fintas. A nuestro alcance tenemos una amplia variedad de armas blancas como espadas, hachas, tridentes, mazos de guerra y demás con las que machacar a los enemigos y, lo bueno, es que todas ellas transmiten sensaciones distintas. Podéis recurrir igualmente a escudos, claro, y usar también arcos y ballestas, aunque estos últimos juegan un papel algo más secundario. ¿Magia? Muy en la línea de lo visto en los libros, donde no abundan los hechiceros pero estos presentan un poder inconmensurable, en Conan Exiles no tenemos opción de usar conjuros mágicos ni nada por el estilo pero, a cambio, Funcom permite fabricar toda clase de orbes con veneno, fuego, aceite o incluso materiales explosivos para sorprender a los enemigos de muchas formas distintas.
Las sensaciones con el combate son bastante buenas, especialmente contra otros jugadores, ¡de verdad te emocionas peleando!, pero por desgracia la inteligencia artificial de los enemigos es en estos momentos bastante pobre. Atacan a lo loco, sin pensar mucho, repitiendo siempre los mismos patrones de golpeo, o a veces mostrando una ceguera atroz, sin reaccionar de forma coherente a tus movimientos. Encarar a los rivales puede depararnos también algún que otro quebradero de cabeza al fijar blancos erróneos, o bloquear la cámara en la peor posición imaginable. ¿Los jefazos? Algunos son imponentes, y esos combates son puro espectáculo, con escenas de acción que obligan a adoptar diversas estrategias de batalla para salir airosos. Lo mismo se podría decir de los combates multitudinarios, con máquinas de asedio y toda clase de enemigos atacándose sin cuartel, llevándote a querer ver más y más de estas brutales contiendas. Es lo bueno de Conan Exiles; a pesar de las horas, siempre encuentras una excusa por la que seguir adelante. Quieres explorar una nueva mazmorra, o visitar alguna de las variadas regiones en las que se dividen las tierras del exilio, o simplemente te apetece machacar a un clan vecino por el simple placer de matar y esclavizar a sus integrantes.
Si me lo permitís, Conan Exiles es puro Conan, así de simple. Incluso el diseño de su mundo está muy por encima del visto en otras aventuras del estilo, con una rica variedad de localizaciones en las que siempre encuentras lugares de interés con los que interactuar. Lo malo, ¡lo terrible!, es que no hay monturas con las que recorrer las extensas tierras del exilio, por lo que algunos viajes pueden ser especialmente tortuosos. Funcom ha estado trabajando en la opción de domesticar animales con los que viajar a mayor velocidad, pero aún no está claro que vayamos a contar con esta opción. Y sí, hay un viaje rápido una vez construyes la sala de mapas, pero aún así tendréis que hacer frente a largos y trayectos que pueden volverse desesperantes si por el camino perdéis la vida y os toca repetir camino para recoger vuestras pertenencias.
Es una lástima que la exploración se vea en cierto modo castigada por estos paseos eternos porque, como digo, el mundo diseñado por los autores de Age of Conan o el mítico The Longest Journey es fantástico. Me encantan correr mientras observo templos en lo alto de las montañas, ¡incrustados en ellas!; he alucinado explorando el desierto, sobreviviendo a sus tormentas de arena; sin olvidar los paseos por la nieve, ¡luchando contra gigantes!, o aguantando el brutal calor en las zonas volcánicas. Con un gran apartado artístico, Conan Exiles es un videojuego que entra por los ojos.
Cierto es que el modelado de personajes no es espectacular y que sus animaciones no son tampoco nada del otro mundo (en consolas el rendimiento es algo irregular); hay movimientos torpes, robóticos, como la escalada, pero también detalles tan divertidos -y violentos- como las decapitaciones y otras muertes del estilo. Los efectos climatológicos, las transiciones entre el día y la noche ¡o la banda sonora!, que recuerda inevitablemente a la música del genial Basil Poledouris en las primeras películas de Conan el Bárbaro también son dignos de elogio, creando un conjunto épico, digno de una gran aventura, que a fin de cuentas es lo que propone Funcom. ¿Merece la pena? Sí, especialmente si vas a jugar con amigos, y sí, porque todo parece indicar que los autores de Conan Exiles van a seguir trabajando para que no falten nuevos contenidos que explorar en el futuro.
Funcom ha sabido crear una gran aventura de supervivencia que saca buen provecho del fantástico y sangriento universo literario de Conan el Bárbaro. Solo, pero mejor acompañado de amigos, el videojuego sorprende por la épica de su acción y la escala de algunas de sus batallas campales. Seas o no aficionado al género, seguramente encuentres mucha diversión en un Conan Exiles que garantiza juego para rato.
Comprar Conan Exiles- Gran recreación del universo literario de Conan el Cimmerio
- Una gran aventura de acción con muchos contenidos por explorar
- Las opciones de construcción; el juego en equipo, las peleas
- Adentrarse en las mazmorras y sobrevivir a las purgas resulta emocionante
- Se echan en falta las monturas para explorar el escenario a mayor velocidad
- Inteligencia artificial algo pobre que afea los combates
- El rendimiento técnico en consolas es algo irregular
